20 May


La Restauración Borbónica (1874-1902): los nacionalismos catalán y vasco y el
regionalismo gallego. El movimiento obrero y campesino

A pesar de las medidas centralistas propuestas, las localidades estaban muy mal comunicadas y no
estaban integradas entre sí, lo que impide la uniformidad de la cultura en España. En las últimas décadas
del Siglo XIX surgen los regionalismos y nacionalismos principalmente en el País Vasco, Cataluña y
Galicia. Estos movimientos fueron incentivados por la existencia de corrientes culturales ligadas al
Romanticismo que exaltaban la riqueza de lenguas y costumbres propias. Además, las transformaciones
socioeconómicas como la llegada masiva de inmigrantes o la industrialización acentúan las diferencias
entre los territorios. Tras la pérdida de las colonias se extiende la idea de la incapacidad de España para
hacer progresar el país, por lo que surgirán dos tendencias políticas: el regionalismo, que quiere crear
instituciones propias y la concesión de cierta autonomía, y el nacionalismo, que es más radical y llega
hasta a plantear la independencia.
 En Cataluña surge con el Romanticismo la Renaixença, que aspiraba a recuperar la lengua y cultura
catalanas. Durante la Restauración, surge el catalanismo político como continuación del federalismo del
Sexenio Democrático que hace un planteamiento regenerador y autonomista. Se denuncia el centralismo y
se demanda el proteccionismo para Cataluña. El principal representante del catalanismo fue Valentí
Almirall. En 1887, la burguesía conservadora crea la Liga de Cataluña entre otros grupos catalanistas,
que fueron fusionados en 1891 en la Unión Catalanista y redactaron la idea de un Estado catalán dentro
del español en las Bases de Manresa. Tras la pérdida de las colonias, la economía catalana se vio
gravemente afectada y en 1901 se formó la Liga Regionalista liderada por Cambó y Prat de la Riba, que
representa un catalanismo de carácter burgués y conservador, y que quiere mayor autonomía para el
pueblo catalán dentro del Estado español.
 El nacionalismo vasco aspira a recuperar la conciencia nacional y a hacer posible la independencia de
Euskadi, por lo que Sabino Arana crea el Partido Nacionalista Vasco (PNV) en 1894. Surge a causa de
la rápida industrialización del País Vasco, la llegada de inmigrantes y la abolición de los fueros tras las
guerras carlistas. Este nacionalismo era antiliberal, católico y racista, y se dividió entre los partidarios de la
independencia y los que solo quieren más autonomía dentro del Estado español. El PNV se sitúa en una
postura intermedia.
 El regionalismo gallego surge como un movimiento cultural conocido como O Rexurdimiento que quería
el Renacimiento de la cultura gallega y construir un partido galleguista, pero no se consiguió, aunque sí
una ideología de exaltación de su territorio, lengua e historia. Este movimiento tuvo un desarrollo más
lento y con menor arraigo social que los demás.



El movimiento obrero era una forma de oposición a la Restauración que surgió por la represión tras el
golpe de Pavía y los gobiernos de Cánovas del Castillo. La clase obrera aumentaba debido a la progresiva
industrialización, que se empezó a reunir en secreto hasta la declaración de derechos de asociación de
1881 y la Ley de asociaciones de 1887, y se dividen en socialistas y anarquistas:
 Los anarquistas rechazan la participación parlamentaria y fundaron la Federación de Trabajadores de la
Región Española (FTRE) en 1881 para establecer un sindicato y defender al proletariado. Del anarquismo
surge en algunas zonas como Andalucía y Barcelona el terrorismo contra los poderosos y terratenientes,
como la sociedad secreta de La Mano Negra. Esta violencia será reprimida por el Gobierno hasta debilitar
el movimiento, aunque se encontraban grupos terroristas incontrolados.
 El socialismo se organizó en torno al PSOE fundado en 1879 por Pablo Iglesias y su objetivo era la
conquista del poder por la clase trabajadora, ya sea de forma electiva o revolucionaria, que se enfrenta a
los partidos burgueses. En Barcelona se funda la Unión General de Trabajadores (UGT) en 1888 como un
sindicato unido al PSOE y con los mismos planteamientos ideológicos. Querían mejorar las condiciones de
vida y trabajo del proletariado, y se alternan reivindicaciones, huelgas y manifestaciones con la
participación en las elecciones, aunque con malos resultados. En 1890 se celebró el día del trabajador el
1 de Mayo con multitud de manifestaciones.
Por otra parte, el sindicalismo católico fue otro sindicalismo mucho menor que también demandaba las
condiciones obreras y campesinas basándose en la doctrina social de la Iglesia.

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