12 May

¿Cómo ocurre la maduración de los timocitos en el timo? (1p)

Los linfocitos T, para madurar, se desplazan desde la médula ósea hasta el timo. Durante este proceso de maduración, las células T (o timocitos) adquieren sus receptores de membrana específicos (TCR) a través de un complejo proceso de selección positiva y negativa. Una vez que han madurado correctamente y son capaces de reconocer antígenos extraños sin reaccionar contra los propios, los linfocitos T maduros abandonan el timo, pasan a los órganos linfoides secundarios (como los ganglios linfáticos y el bazo) y se diferencian en distintos subtipos funcionales, como los linfocitos T colaboradores (Th), los linfocitos T citotóxicos (Tc) y los linfocitos T reguladores (anteriormente Ts).

Respuesta de los neutrófilos ante patógenos (1p)

(El texto original hace referencia a una figura no proporcionada para ilustrar estos procesos).

Ante la entrada de un patógeno, se desencadena una serie de eventos en los que los neutrófilos juegan un papel crucial:

  • Marginación: Los neutrófilos circulantes en la sangre se adhieren a las células endoteliales que recubren los capilares sanguíneos, especialmente en la zona cercana a la infección.
  • Diapédesis (o transmigración): Debido al proceso inflamatorio, se liberan diversas sustancias (como citocinas y quimiocinas) que provocan la vasodilatación y aumentan la permeabilidad vascular. Esto facilita que los neutrófilos atraviesen la pared del vaso sanguíneo y migren hacia el tejido infectado. El aumento del flujo sanguíneo también incrementa la llegada de más neutrófilos al foco infeccioso.
  • Quimiotactismo: Una vez en los tejidos, los neutrófilos son atraídos hacia el foco infeccioso por sustancias quimioatrayentes (como productos bacterianos, componentes del sistema del complemento o quimiocinas liberadas por otras células inmunitarias) mediante un proceso dirigido llamado quimiotactismo.

Fundamento técnico del contador automático de células por impedancia (0,5p)

El principio de funcionamiento de muchos contadores automáticos de células se basa en la medición de la impedancia eléctrica. Las células sanguíneas son malas conductoras de la electricidad, mientras que el líquido diluyente en el que se suspenden es un buen conductor.

El dispositivo de medida consta de un pequeño orificio (apertura) a través del cual se hace pasar la sangre previamente diluida. A ambos lados de este orificio se colocan electrodos que generan una corriente eléctrica constante.

Cuando solo el líquido diluyente atraviesa el orificio, la resistencia eléctrica (o impedancia) medida por los electrodos es baja y constante. Sin embargo, cuando una célula sanguínea pasa a través del orificio, desplaza un volumen de líquido conductor igual a su propio volumen. Dado que la célula conduce mal la electricidad, se produce un breve aumento de la resistencia eléctrica. Este cambio se detecta como un pulso eléctrico.

  • El número de pulsos eléctricos generados es directamente proporcional al número de células presentes en la muestra de sangre analizada.
  • La amplitud de cada pulso eléctrico es directamente proporcional al volumen de la célula que lo ha generado, permitiendo así no solo contar sino también estimar el tamaño de las células.

Fundamento técnico del citómetro de flujo (0,5p)

El citómetro de flujo es una técnica que permite el análisis multiparamétrico de células o partículas en suspensión. Su fundamento técnico consiste en hacer pasar una suspensión de partículas (generalmente células) alineadas y de una en una (flujo hidrodinámicamente enfocado) por delante de uno o varios haces de láser focalizados.

El impacto de cada célula con el rayo de luz produce diferentes tipos de señales ópticas:

  • Dispersión de luz frontal (Forward Scatter – FSC): Relacionada con el tamaño celular.
  • Dispersión de luz lateral (Side Scatter – SSC): Relacionada con la complejidad interna o granularidad de la célula.
  • Fluorescencia: Si las células han sido marcadas con fluorocromos (unidos, por ejemplo, a anticuerpos específicos), emitirán luz fluorescente al ser excitadas por el láser.

Estas señales luminosas son recogidas por distintos detectores (fotomultiplicadores). Estos convierten las señales ópticas en señales electrónicas, que posteriormente son digitalizadas y procesadas por un ordenador. Esto permite la medida simultánea de varios parámetros (tamaño, complejidad, expresión de marcadores fluorescentes) en miles de células por segundo, proporcionando información detallada sobre poblaciones celulares heterogéneas.

Cuestiones específicas sobre leucocitos y alteraciones hematológicas (2p)

¿A qué hace referencia la nomenclatura CD?

La nomenclatura CD (Cluster of Differentiation o Grupo de Diferenciación) hace referencia a un sistema estandarizado para identificar moléculas marcadoras presentes en la superficie (y a veces en el interior) de las células, especialmente de los leucocitos. Estas moléculas son reconocidas por grupos de anticuerpos monoclonales específicos. La designación CD seguida de un número (ej. CD3, CD4, CD8, CD19, CD45) se utiliza para la identificación y clasificación precisa de los diferentes tipos y subtipos de células, así como para determinar su estado de diferenciación celular, maduración y actividad funcional. Son herramientas fundamentales en inmunología, hematología y diagnóstico clínico.

¿En qué se diferencian las alteraciones leucocitarias fisiológicas de las patológicas?

La diferencia principal radica en su causa y reversibilidad:

  • Las alteraciones leucocitarias fisiológicas son cambios en el número o proporción de leucocitos que son previsibles y normales en respuesta a una determinada situación no patológica (ej. ejercicio intenso, estrés, embarazo, digestión). Cuando la situación desencadenante desaparece, los valores leucocitarios tienden a restablecerse a los rangos de referencia normales.
  • Las alteraciones leucocitarias patológicas son cambios que se relacionan directamente con una enfermedad o condición patológica subyacente (ej. infecciones, inflamaciones crónicas, leucemias, inmunodeficiencias). Estos cambios suelen ser más pronunciados o persistentes y requieren investigación y, a menudo, tratamiento de la causa de base.

¿En qué se diferencian la agranulocitosis de la pancitopenia?

  • La agranulocitosis se refiere a una disminución severa o desaparición casi total de los granulocitos en la sangre periférica, especialmente los neutrófilos (en cuyo caso se denomina neutropenia severa). En la agranulocitosis pura, las otras series sanguíneas (glóbulos rojos y plaquetas) no están significativamente alteradas.
  • La pancitopenia es una condición más global que implica la disminución simultánea de las tres principales series celulares de la sangre: glóbulos rojos (causando anemia), glóbulos blancos (leucopenia, que puede incluir agranulocitosis) y plaquetas (trombocitopenia). Por lo tanto, si además de la agranulocitosis se presenta anemia y trombocitopenia, se considera una pancitopenia.

Realiza al menos 3 agrupaciones de los leucocitos según sus características.

Los leucocitos se pueden agrupar según diversos criterios. A continuación, se presentan tres formas comunes de agrupación:

  1. Según su linaje o estirpe celular de origen:

    • Leucocitos de estirpe linfoide: Se originan a partir de un progenitor linfoide común. Incluyen a los Linfocitos (Linfocitos T, Linfocitos B, Células NK).
    • Leucocitos de estirpe mieloide: Se originan a partir de un progenitor mieloide común. Incluyen a los Neutrófilos, Eosinófilos, Basófilos y Monocitos (que al migrar a tejidos se diferencian en macrófagos).
  2. Según la presencia y tipo de gránulos específicos en su citoplasma (visibles con microscopía óptica):

    • Granulocitos (o Polimorfonucleares): Poseen gránulos citoplasmáticos específicos prominentes que se tiñen de forma característica. Incluyen: Neutrófilos (gránulos neutros o finos), Eosinófilos (gránulos que se tiñen con eosina, de color rojo-anaranjado) y Basófilos (gránulos que se tiñen con colorantes básicos, de color azul oscuro).
    • Agranulocitos (o Mononucleares): Aparentemente carecen de gránulos específicos visibles con tinciones comunes (aunque poseen gránulos azurófilos primarios, que son lisosomas, más pequeños y menos evidentes). Incluyen: Linfocitos y Monocitos.
  3. Según la morfología de su núcleo:

    • Polimorfonucleares (PMN): Poseen un núcleo con múltiples lobulaciones (generalmente de 2 a 5 lóbulos) conectadas por finos puentes de cromatina. Este grupo coincide con los granulocitos: Neutrófilos, Eosinófilos, Basófilos.
    • Mononucleares: Poseen un núcleo único, no segmentado, que puede ser redondeado, ovalado, indentado o en forma de riñón. Este grupo coincide con los agranulocitos: Linfocitos (núcleo grande, redondo u ovalado, que ocupa gran parte de la célula) y Monocitos (núcleo grande, a menudo arriñonado o con forma de herradura).

¿Cómo se explica que el organismo sea capaz de producir anticuerpos (Ac) para aproximadamente 1010 tipos de antígenos (Ag) diferentes?

Esta extraordinaria diversidad de anticuerpos se explica principalmente por mecanismos genéticos únicos que ocurren durante el desarrollo de los linfocitos B:

  • Recombinación somática (o reordenamiento génico): Los genes que codifican las cadenas de los anticuerpos (inmunoglobulinas) no existen como una unidad completa en las células germinales. En su lugar, están compuestos por múltiples segmentos génicos (V, D, J para la cadena pesada; V, J para la cadena ligera). Durante la maduración de cada linfocito B, estos segmentos se seleccionan y combinan al azar, generando una secuencia única para la región variable del anticuerpo. Este proceso, llamado recombinación V(D)J, es la principal fuente de diversidad.
  • Diversidad de unión: Durante el proceso de unión de los segmentos génicos, pueden añadirse o eliminarse nucleótidos en las uniones, lo que incrementa aún más la variabilidad.
  • Combinación de cadenas pesadas y ligeras: Cada linfocito B produce una cadena pesada y una cadena ligera que se ensamblan para formar el anticuerpo completo. La combinación aleatoria de diferentes cadenas pesadas con diferentes cadenas ligeras multiplica la diversidad total.
  • Hipermutación somática: Tras el contacto con un antígeno y la activación del linfocito B (generalmente en los centros germinales de los órganos linfoides secundarios), los genes de la región variable pueden sufrir mutaciones puntuales a una tasa elevada. Esto permite afinar la afinidad del anticuerpo por el antígeno.

Gracias a estos mecanismos, el sistema inmunitario puede generar un repertorio de linfocitos B, cada uno con un receptor de célula B (BCR, que es una forma de anticuerpo de membrana) único, capaz de reconocer una vasta gama de antígenos. Cuando un linfocito B encuentra su antígeno específico y recibe la ayuda adecuada (ej. de células T colaboradoras y células presentadoras de antígenos – CPA), se activa para proliferar y diferenciarse en células plasmáticas, que secretan grandes cantidades de ese anticuerpo específico. La creación de células de memoria asegura una respuesta más rápida y eficaz en exposiciones futuras al mismo antígeno.

¿Cuál es la diferencia entre la reacción leucemoide y una leucemia?

  • Una reacción leucemoide es un aumento muy marcado del recuento de leucocitos en sangre periférica (generalmente por encima de 25.000-50.000/mm3), que puede simular una leucemia. Sin embargo, es una respuesta reactiva y benigna del organismo a una causa subyacente, como infecciones severas, inflamación intensa, ciertos fármacos o tumores no hematológicos. En una reacción leucemoide, aunque puede haber presencia de formas leucocitarias algo inmaduras (como neutrófilos en banda o metamielocitos, lo que se conoce como «desviación a la izquierda»), no hay presencia de blastos (células precursoras malignas) en la sangre periférica en cantidades significativas, y la médula ósea no está infiltrada por células leucémicas. La fosfatasa alcalina leucocitaria (FAL) suele estar elevada. La reacción desaparece al tratar la causa subyacente.
  • Una leucemia es un cáncer de las células productoras de sangre en la médula ósea. Se caracteriza por la proliferación clonal y descontrolada de leucocitos inmaduros (blastos) o anormales, que infiltran la médula ósea y, a menudo, se liberan en grandes cantidades a la sangre periférica. Estos blastos interfieren con la producción normal de otras células sanguíneas. La presencia de un porcentaje significativo de blastos en médula ósea o sangre periférica es diagnóstica de leucemia aguda. La FAL suele estar disminuida o normal en la leucemia mieloide crónica (LMC), por ejemplo. La leucemia es una condición maligna que requiere tratamiento específico (quimioterapia, trasplante de médula ósea, etc.).

¿A qué hacen referencia los índices leucocitarios?

Los índices leucocitarios son cálculos o parámetros que se utilizan para evaluar ciertas características de la población de leucocitos, especialmente de los neutrófilos, en la sangre periférica. Uno de los más conocidos es el relacionado con la «desviación a la izquierda», que se refiere a un aumento en la proporción de formas inmaduras de neutrófilos (como cayados o neutrófilos en banda, y a veces metamielocitos o mielocitos) en circulación. Esto indica que la médula ósea está liberando neutrófilos a un ritmo acelerado, generalmente en respuesta a una infección bacteriana aguda o inflamación. Otros índices pueden incluir el recuento absoluto de cada tipo de leucocito o ratios entre diferentes poblaciones celulares. En resumen, sirven para evaluar el grado de madurez y la respuesta de los neutrófilos (y otros leucocitos) ante diversos estímulos.

Presentar una proporción superior de linfocitos que de neutrófilos, ¿es patológico en todos los casos?

No, presentar una proporción superior de linfocitos que de neutrófilos en el recuento diferencial de leucocitos (lo que se conoce como linfocitosis relativa o, si también los absolutos están invertidos, inversión de la fórmula leucocitaria) no es patológico en todos los casos. De hecho, es una característica fisiológica normal en niños pequeños, aproximadamente desde los pocos meses de vida hasta los 4 a 8 años de edad. En este grupo de edad, los linfocitos son el tipo de leucocito predominante. En adultos, una inversión de la fórmula leucocitaria sí suele ser indicativa de alguna condición, como infecciones virales, ciertas leucemias linfocíticas crónicas, o la fase de recuperación de algunas neutropenias, y por lo tanto, requeriría investigación.

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