20 Nov
El Cantar de Mio Cid
Los poemas épicos medievales castellanos reciben el nombre de cantares de gesta. De ellos, el único que se conserva es el Cantar o Poema de Mio Cid.
El Cantar de Mio Cid fue compuesto a finales del siglo XII por un autor culto anónimo, que pudo utilizar versiones anteriores. El texto no se concibió para ser leído, sino para que fuera difundido oralmente por los juglares.
Argumento y Estructura
El Cantar de Mio Cid narra las peripecias del héroe castellano Rodrigo Díaz de Vivar, conocido como el Cid Campeador.
Estructuralmente, la obra se divide en cantares, y desarrolla dos tramas argumentales, en las que se mezclan de manera verosímil sucesos históricos con hechos y personajes inventados.
1. Cantar del Destierro (Primera Trama) | 2. Cantar de las Bodas (Primera Trama) | 3. Cantar de la Afrenta de Corpes (Segunda Trama) |
Desterrado injustamente por Alfonso VI, el Cid abandona Castilla e intenta demostrar su lealtad luchando contra los musulmanes y ofreciendo al rey sus victorias. | Tras conquistar Valencia, Rodrigo consigue el perdón del monarca, quien propone las bodas de las hijas del Cid con los infantes de Carrión, de un estrato social superior al del protagonista. | Los infantes son objeto de las burlas de los vasallos del Cid. Para vengarse, estos golpean a sus mujeres en el robledal de Corpes. El Cid pide justicia al rey, quien convoca unas justas donde los infantes son derrotados. La obra termina con las bodas de las hijas del Cid con los futuros reyes de Navarra y Aragón, de posición social superior a la de los infantes. |
Temas
El tema central del Cantar de Mio Cid es la pérdida y recuperación de la honra del héroe.
Por dos veces, Rodrigo pierde su honra, es decir, su reputación y rango social: la primera, al ser desterrado injustamente; la segunda, por la grave ofensa de los infantes. En ambos casos, el Cid recupera finalmente su honra.
Las virtudes del protagonista (valor, fidelidad al rey, mesura, religiosidad) lo convierten en un modelo de comportamiento.
Rasgos Formales
Los principales rasgos formales del Cantar de Mio Cid son los siguientes:
- Los versos se agrupan en series de extensión variable denominados tiradas y la rima es asonante.
- La métrica es irregular, pero predominan los versos de 14, 15 y 16 sílabas.
- Los versos se dividen en dos mitades o hemistiquios separados por una pausa o cesura.
- Se usan fórmulas, especialmente el denominado epíteto épico.
- El narrador apela al público con verbos en segunda persona que evidencian la difusión oral.
El Mester de Clerecía
El mester de clerecía está constituido por un conjunto de narraciones en verso escritas por clérigos durante los siglos XIII y XIV.
Características del Mester de Clerecía
- Están compuestas en cuaderna vía, estrofa constituida por cuatro versos alejandrinos monorrimos con rima consonante.
- Presentan una finalidad didáctico-moral, pues su objetivo era difundir costumbres y valores cristianos.
Gonzalo de Berceo
El principal representante del mester de clerecía en el siglo XIII es Gonzalo de Berceo, primer autor conocido en lengua castellana.
Su obra más importante es Milagros de Nuestra Señora, un conjunto de veinticinco narraciones precedidas por un prólogo en las que personajes pecadores salvan su alma por ser devotos de la Virgen.
El Libro de Buen Amor (Juan Ruiz)
La obra más importante del mester de clerecía en el siglo XIV es el Libro de Buen Amor, de Juan Ruiz, Arcipreste de Hita.
El protagonista es un arcipreste ficticio que cuenta, en primera persona y con un tono burlesco, sus aventuras amorosas. Se trata, por lo tanto, de una autobiografía amorosa fingida. Este hilo conductor se ve interrumpido por materiales diversos: poemas a la Virgen, fábulas, etc.
En algunas de sus conquistas, el arcipreste cuenta con la ayuda de una vieja alcahueta, llamada Trotaconventos, antecedente del personaje central de La Celestina.
En el Libro de Buen Amor se critican algunos aspectos de la sociedad de la época, como el poder del dinero o la corrupción eclesiástica.
Lírica Medieval
La Lírica Popular
Durante la Edad Media, la lírica en las diferentes lenguas peninsulares se desarrolló en dos vertientes: una popular y una culta.
Se conoce como lírica popular el conjunto de poemas anónimos, cantados por el pueblo y transmitidos oralmente, que surgieron a partir del siglo XI.
Manifestaciones de la Lírica Popular en la Península Ibérica
- Las jarchas: compuestas en el dialecto mozárabe empleado por los cristianos de al-Ándalus (siglos XI y XII).
- Las cantigas de amigo: compuestas en gallego-portugués (siglos XIII y XIV).
- Los villancicos: escritos en castellano (siglos XIV y XV).
Los textos pertenecientes a la lírica popular presentan rasgos comunes: se trata de composiciones breves, puestas, en general, en boca de una mujer que se queja de la ausencia del amado.
La Lírica Culta
La lírica culta medieval está integrada por poemas de autores concretos e instruidos que difundieron estas composiciones por escrito.
La lírica culta surgió en las cortes y palacios nobiliarios. Los primeros poetas cultos en romance fueron los trovadores de la región francesa de Provenza.
Focos de Lírica Culta en la Península
- Lírica culta galaicoportuguesa: cuyas composiciones reciben el nombre de cantigas de amor. Se cultivó en el noroeste de la península ibérica a mediados del siglo XIV.
- Lírica culta catalana: en la que destaca el poeta valenciano Ausiàs March (1397-1459).
- Poesía cancioneril castellana: que se desarrolla en Castilla desde el siglo XV.
Los poemas cultos comparten también características comunes: se trata de composiciones más extensas y más elaboradas, muchas de ellas de temática amorosa, en las que el yo emisor es, por lo general, un hombre.

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