01 Jun

El período se inicia en  1902, con el ascenso al trono de Alfonso XIII, y concluye en 1923, con el  establecimiento de la dictadura de Primo de Rivera, se caracterizó por una permanente crisis política. La Monarquía trató de revitalizar el sistema de la Restauración tras el “desastre del 98”, pero el régimen entró en una prolongada y contínua crisis debido a diversos factores:
Intervencionismo político de Alfonso XIII sin respetar el papel de árbitro que teóricamente debía jugar, además de apoyar a los sectores más conservadores del ejército.
División de los partidos del «turno” provocada por la desaparición de los líderes históricos y las disensiones internas.
Debilitamiento del caciquismo paralelo al desarrollo urbano del país.
Desarrollo de la oposición política y social al régimen de la Restauración: republicanos, nacionalistas, socialistas y anarquistas.

EL COMIENZO DEL REINADO Y EL REGENERACIONISMO


La primera etapa del reinado estuvo marcada por el espíritu regeneracionista tras la crisis del 98. Esto se tradujo en el “revisionismo”, pues los partidos del “turno” se propusieron revisar el sistema para adaptarlo a los tiempos, sorteando crecientes dificultades.

La “cuestión militar”:

La victoria de la Lliga Regionalista de Cambó en las elecciones locales de 1906 en Cataluña alarmó al ejército.  Los comentarios satíricos anticastrenses en alguna publicación barcelonesa, llevaron a que militares asaltaran las imprentas. La reacción del gobierno fue ceder ante el Ejército: en 1906 se aprobó la Ley de Jurisdicciones por la que las críticas al Ejército pasaban a ser juzgadas por la jurisdicción militar. La reacción pública provocó que “Solidaritat Catalana” consiguiera una clara victoria electoral en 1907, reduciendo drásticamente la representación de los conservadores y liberales en Cataluña.
El revisionismo conservador: Antonio Maura, líder del Partido Conservador, llegó al poder en 1907 con un programa reformista, ya que modificó la ley electoral, promulgó una Ley de Huelga, establecíó el Instituto Nacional de Previsión e intentó sin éxito aprobar una tímida autonomía para Cataluña. Su proyecto reformista se derrumbó en 1909, con la Semana Trágica de Barcelona, que tuvo como detonante la llamada a los reservistas para la guerra de Marruecos, que derivó en una revolución, finaliza por el ejército.


Como consecuencia, Maura, tras ser derrotado en las Cortes, fue cesado por el rey, lo que marcó el fin del “turno”.

El revisionismo liberal: José Canalejas llevó a cabo el último intento regeneracionista dentro del sistema de la Restauración. Sus acción reformista (servicio militar obligatorio en tiempos de guerra, ley del «candado», Ley de Mancomunidades que se vio finalmente frustrada en el Senado) acabó brutalmente con su asesinato por un anarquista en 1912. En adelante, podemos hablar de una crisis permanente interna de los partidos del turno.

El Gobierno de Dato


Marcó la división entre los conservadores. Durante su período estalló la Primera Guerra Mundial, en la que España mantuvo la neutralidad (aliadófilos y Germánófilos). La guerra benefició a la economía, que vio aumentar las exportaciones, pero no se aprovechó para propulsar la industria. Además, el aumento de precios no se correspondíó con otro salarial, lo que generó un profundo malestar en las clases medias y los obreros.

LA CRISIS DE 1917


: El mal reparto social de los beneficios del boom económico y la creciente inflación llevaron al estallido social y una profunda y compleja crisis en 1917. En ella podemos distinguir diversos aspectos:

Crisis militar

El descontento entre los oficiales «peninsulares» ante los rápidos ascensos de los «africanistas» culminó con la creación de las Juntas de Defensa. El gabinete de Eduardo Dato se plegó a la imposición de los militares y las aceptó. 

Crisis parlamentaria


Setenta diputados y senadores de la Lliga Regionalista, republicanos, socialistas e incluso algún miembro del partido liberal constituyeron en Barcelona una Asamblea Nacional de Parlamentarios que demandó un cambio de gobierno y la convocatoria de Cortes Constituyentes.
Crisis social: la huelga general de 1917. Convocada en Agosto por CNT y UGT tuvo un amplio seguimiento y se saldó con muertos y  detenciones.  Ante la amenaza de revolución obrera, las Juntas de Defensa apoyaron la represión contra los huelguistas. Por otro lado, la dimisión de Eduardo Dato y la formación de un gobierno de coalición produjeron la inmediata desactivación de la Asamblea de Parlamentarios. La lucha social de clases se había convertido en el gran problema del país.


La crisis definitiva del sistema.(1917-1923)


Así desde 1917 se sucedieron los gobiernos de coalición, sujetos a alianzas y continuos cambios. Ni liberales ni conservadores consiguieron mayorías suficientes para conformar gabinetes sólidos. En este contexto de inestabilidad, el país tuvo que enfrentarse a graves problemas:

Agudización de las luchas sociales

Las posiciones de patrones y trabajadores se fueron enfrentando cada vez más. Para contrarrestar la «acción directa» de los anarquistas, el sector más duro de la patronal creó el denominado Sindicato Libre, grupo de pistoleros que actuó con el apoyo policial. La aplicación de la “Ley de Fugas», exacerbó aún más el conflicto. La respuesta anarquista llegó en 1921 con el asesinato de Eduardo Dato, presidente del gobierno. Dos años después, el líder anarquista Salvador Seguí murió asesinado. La «cuestión religiosa» se reavivó con las protestas contra el poder de la Iglesia, especialmente en la enseñanza. El anticlericalismo se extendíó por gran parte de la población.
Consolidación del nacionalismo en Cataluña y el País Vasco, sin intentos de negociación por parte de los partidos de turno.

La guerra colonial en Marruecos:

Tras el desastre del 98, el frustrado imperialismo español obtuvo una compensación: Las grandes potencias se reunieron en la Conferencia de Algeciras en 1906 y allí se acordó el reparto de Marruecos entre Francia y España, que se apoderó de la franja norte del país.

Muy pronto aparecieron los conflictos con los indígenas (Su líder principal fue Abd-el-Krim)
.  El ejército español, mal pertrechado y dirigido, sufríó importantes reveses desde un principio (Barranco del Lobo)
. La “Guerra de Marruecos” se convirtió en un problema social y en un conflicto interno en el ejército, dividido entre “peninsulares” y “africanistas”.

En el verano de 1921, las tropas españolas se embarcaron en una acción mal   planificada dirigida por el general Fernández Silvestre que concluyó con una retirada desordenada y la masacre de más de trece mil muertos, entre ellos el general.  Se trataba del Desastre de Annual, que provocó una terrible impresión en una opinión pública contraria a la guerra, así como en los partidos políticos nacionalistas y de izquierdas, que forzaron la formación de una comisión militar de investigación.


Su resultado fue el Expediente Picasso, que ponía en evidencia enormes irregularidades, corrupción e ineficacia en el ejército español destinado en África, pero que no tuvo efecto alguno por el Golpe de Estado de Primo de Rivera.

Conclusiones


El reinado comenzó tras el “desastre del 98”, sin los líderes de la Restauración y con un monarca intervencionista. Nuevas circunstancias se añadieron: La diferencia entre la España real y la oficial, los nacionalismos, el movimiento obrero, la inquietud del ejército, el anticlericalismo, la guerra de Marruecos y el gran cambio social, económico y demográfico que condujo al advenimiento de las masas, evidenciaron la estrechez del sistema. La sociedad española se iba desintegrando  políticamente en dualismos: Monarquía-República, Obrerismo-Burguésía, Centralización-Autonomía, que produjeron una gran debilidad del régimen de la Restauración, generando la situación propicia para el advenimiento de la Dictadura del General Primo de Rivera en Septiembre de 1923.

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