19 Ago

Es uno de los poemas más famosos de Machado, más que por su valor poético, por su contenido o tema:
El reflejo entrañable de su figura y de su orientación poética. El poema está formado por nueve serventesios de alejandrinos (14 sílabas) y se estructura internamente en tres apartados, cada uno de ellos formado por tres serventesios:

1.- Presentación y caracterización del poeta (tres primeras estrofas)

En el 1º
serventesio evoca su origen “Sevilla” y su infancia a través de los símbolos “huerto claro” (recogimiento plácido y luminoso de la infancia) y el “limonero” (sentimiento del amor de la niñez) y después su estancia en Madrid, en su juventud, “veinte años en tierra de Castilla” de la que prefiere evitar algún recuerdo.

En el segundo serventesio recuerda su presencia, su porte desaliñado “torpe aliño indumentario” y sus relaciones amorosas. Alejado del donjuanismo de figuras como Mañara –personaje real, histórico, con fama de conquistador- y de Bradomín – personaje literario que aparece en las Sonatas de Valle-Inclán, también un seductor.

En la tercera estrofa hace referencia a su pensamiento liberal “sangre jacobina”  (se refiere a los Jacobinos; grupo político muy combativo durante la revolución francesa, defensores de la República y de la soberanía popular). Recordemos que el poeta fue defensor de la República sin considerarse un revolucionario (”manantial sereno”; “manantial” simboliza el anhelo, el conocimiento). Se caracteriza por la bondad personal.

2.- Orientación estética y creadora (tres siguientes estrofas)

En la estrofa cuarta habla de su estilo poético, ama la estética de lo bello, aludiendo mediante símbolos (“corté las viejas rosas del huerto de Ronsard”) a las corrientes literarias francesas que influyeron en él como el simbolismo, el parnasianismo…, pero se aleja de sonoridad vacía de nuevas corrientes esteticistas (cierto Modernismo más preocupado por la sonoridad que por lo esencial) a las que se refiere con metáforas muy expresivas: “afeites de la actual cosmética”, “tenores huecos”, “coro de los grillos”, “un ave de esas del nuevo gay-trinar” (poetas modernistas)

En la quinta estrofa vuelve a arremeter contra la poesía sonora y vacía de cierto Modernismo (“los tenores huecos”) y refleja su adscripción a un Modernismo intimista, no grandilocuente que prefiere mirar hacia el interior, descubrir su voz interior: “A distinguir (…) entre las voces una”.

La estrofa sexta se inicia con una interrogación retórica a la que trasciende por no tener interés la respuesta. A través del símil “como deja el capitán…” expresa el deseo de que su obra no interese por la forma o la estética sino por la capacidad de comunicar y conmover al lector. De gran interés la identificación del verso con la espada por la connotación en esa búsqueda de lo esencial: interesa no deslumbrar con sus versos sino herir, en el sentido de conmover al receptor.

3.- Sus sentimientos acerca de su mundo interior y de su relación con los demás (tres últimas estrofas)

La séptima estrofa refleja en el primer verso su personalidad: silenciosa, reflexiva, y en el segundo muestra su sentimiento religioso (“quien habla solo espera hablar a Dios un día”) en el que puede apreciarse su conexión con la mística, compartiendo el concepto de la vida como camino hacia Dios. En los dos versos siguientes se señala su tendencia a la comunicación con su interior y el acercamiento y amor por los demás. Sintetizaría su evolución personal y artística “del yo al nosotros”.

En el octavo serventesio se observa un cambio en el tono, es relevante la función apelativa, en sus palabras directas al lector, con la utilización de la 2º persona del plural. “Y al cabo, nada os debo…” Hay un cierto tono recriminatorio y un deseo de no justificación ante los demás. Se aleja así del sentimiento de la apariencia, de lo material y defiende la honestidad, la sencillez del humilde, lo que expresa con recursos basados en repetición de palabras o de estructuras como las enumeraciones y paralelismos: “A mi trabajo acudo, con mi dinero pago / el traje que me cubre y la mansión que habito, / el pan que me alimenta y el lecho en donde yago”

En los cuatro últimos versos del poema mira hacia el futuro, presenta el tema de la muerte a través de los símbolos “último viaje” “nave” “mar”. Vuelve a destacar su desapego de lo material a través de estas metáforas: “ligero de equipaje,/ casi desnudo…” para finalizar con el símil  “como los hijos de la mar” con la evocación final de la muerte. Para nosotros, los lectores, tiene esta última estrofa el valor de una premonición. El presagio se va a cumplir, el poeta unos meses antes del fin de la guerra civil tendrá que atravesar la frontera con su madre para refugiarse en Francia. Ambos, enfermos, serán acogidos en Collioure donde muere el 22 de Febrero de 1939,. Dos días después fallece su madre.

CONTEXTO HISTÓRICO: La obra de A. Machado se enmarca desde el inicio del Siglo XX hasta 1939, poco antes de finalizar la Guerra Civil. Es la época de la segunda revolución industrial que favorece el progreso técnico y la confrontación entre la burguésía y una clase obrera organizada que lucha por mejorar sus condiciones. En España, se vive una crisis socio-política y económica (alternancia de conservadores y liberales en el poder, caciquismo, atraso del campo y la industria…) agravada por el desastre de 1898 (pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas). Esta situación provoca que un grupo de intelectuales reflexione sobre las causas de la decadencia y busque soluciones. Es la llamada Generación del 98, que luchará por la regeneración moral, social y cultural del país. Estos escritores buscan el conocimiento de España viajando por ella y describiendo, especialmente, el paisaje castellano. Posteriormente vendrán acontecimientos como la dictadura de Primo de Rivera (1923), la Segunda República (1931),   y el estallido de la Guerra Civil (1936-1939).

CONTEXTO LITERARIO: Los artistas de finales del XIX y principios del XX buscan renovar y modernizar la literatura. Esto origina la aparición del Modernismo y la Generación del 98. Ambos coinciden en su insatisfacción con la deshumanización de la sociedad del momento. Se diferencian en el talante más estético del Modernismo, que busca la belleza del lenguaje literario con la creación de un mundo ideal lleno de fantasía, frente al talante político e ideológico, muy preocupado por la realidad española (tema de España) de la Generación del 98, que luchará por la regeneración moral, social y cultural del país. El paisaje castellano es otro de sus temas carácterísticos. Tampoco es ajena a ambos grupos la temática existencial.

La trayectoria poética de A. Machado, desde “Soledades” a “Campos de Castilla” es un ejemplo de cómo Modernismo y 98 muchas veces se solapan y superponen.

BIOGRAFÍA: Antonio Machado (1875-1939) nace en Sevilla, pero recibe su educación en la Institución Libre de Enseñanza de Madrid. En Soria descubre Castilla (su paisaje, historia y gente), que se convierte en tema esencial de su obra, y también conoce a Leonor, su futura esposa, cuya muerte le deja completamente abatido. Se traslada a Baeza y posteriormente a Segovia donde obtiene plaza como profesor de francés. Años más tarde, aparece en su vida otra mujer a la que da el nombre poético de Guiomar. Se alía con la causa republicana en la Guerra Civil y muere en el exilio, en la localidad francesa de Collioure .

Antonio Machado definíó la poesía como «la palabra esencial en el tiempo» o “el diálogo del hombre con su tiempo», lo que nos indica su tendencia a hacer una poesía mucho más sencilla que la del Modernismo tradicional, el compromiso con la realidad de su tiempo y la concepción de la poesía como un intercambio entre diferentes personas poéticas (el “yo” del poeta, Castilla, Leonor, Guiomar…).

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