26 Sep

La Restauración Borbónica en Francia: La Carta Otorgada de 1814

Tras el regreso de Luis XVIII a Francia, el país experimentó una significativa división política. En este contexto, se promulgó la Carta Otorgada el 14 de abril de 1814, un documento constitucional que buscaba un equilibrio entre el modelo parlamentario británico y el absolutismo monárquico. Sus principales características fueron:

  • Reafirmación de la teoría del derecho divino del monarca.
  • Concesión «graciosa» por parte de Luis XVIII de límites al poder absoluto.
  • Confirmación de los logros fundamentales de la Revolución Francesa.
  • Mantenimiento de los títulos nobiliarios y honores otorgados por regímenes anteriores.
  • El rey conservaba un gran poder ejecutivo.
  • Establecimiento de un sistema bicameral (dos cámaras legislativas).
  • La Carta Otorgada sirvió de influencia para otros países europeos.

Partidos Políticos Post-Carta Otorgada

Posteriormente a la promulgación de la Carta Otorgada, surgieron tres grandes facciones políticas:

  • Ultra-realistas: Liderados por el Conde de Artois, Polignac y Villèle, su objetivo era restaurar completamente el Antiguo Régimen.
  • Constitucionales: Encabezados por Royer-Collard, defendían el equilibrio político y la Carta Otorgada como el modelo a seguir.
  • Liberales: Dirigidos por Benjamin Constant, buscaban posicionarse como la oposición de izquierda y lograr que el modelo político francés se asemejara al británico.

La huida de Luis XVIII de París y la caída de Napoleón desencadenaron el Terror Blanco, un período de represión. Esto se debió a que las cámaras legislativas contaban con una mayoría ultra-realista que pretendía ir más allá de las prerrogativas del propio rey.

Las Revoluciones Liberales de 1820: Nacionalismo y Antiabsolutismo

Las Revoluciones de 1820 se distinguieron por varias características clave:

  • Nuevas formas de lucha, a menudo clandestinas.
  • Frecuencia de pronunciamientos militares.
  • Localización principal en Europa Oriental y la América española.
  • Sus dos motores ideológicos fueron el antiabsolutismo y el nacionalismo.
  • Generalmente, fracasaron debido a la fuerte reacción de las fuerzas de la Restauración.

Casos Destacados de las Revoluciones de 1820

España (1820)

En España, se proclamó la independencia de varios territorios americanos. El pronunciamiento de Rafael del Riego obligó a Fernando VII a jurar la Constitución de 1812, estableciendo un gobierno controlado por liberales exiliados. Sin embargo, las guerrillas absolutistas, apoyadas por los Cien Mil Hijos de San Luis, se fortalecieron, culminando con el retorno al absolutismo en 1823.

Portugal (1820)

Siguiendo el ejemplo español, se produjo un levantamiento liderado por Sepúlveda. En Lisboa, se estableció una asamblea provisional y se redactó un estatuto liberal inspirado en la Constitución española. No obstante, un hijo del rey forzó la disolución del congreso y la abolición de la constitución.

Área Italiana (1820)

Controlada por Austria, esta región experimentó varios movimientos en Sicilia, Nápoles y Piamonte. Austria intervino para imponer el orden en los estados italianos, suprimiendo las constituciones liberales.

Rusia (1820)

El Movimiento Decembrista, una insurrección militar apoyada por sociedades secretas, buscaba superar el absolutismo. Sin embargo, fue aplastado, lo que llevó a la instauración de un régimen autocrático y rígido.

Grecia y Serbia (1820)

Integrados en el Imperio Turco, estos movimientos nacionalistas fueron apoyados por una fuerte burguesía que los financió. Recibieron el respaldo de Gran Bretaña, Austria y Francia. En la Conferencia de Londres, se reconoció la soberanía de Grecia y Serbia.

Las Revoluciones de 1830: Un Nuevo Impulso Liberal y Nacionalista

Francia (1830): La Revolución de Julio

El reinado de Carlos X fue el catalizador de un movimiento revolucionario en Francia, impulsado por motivos económicos y políticos, incluyendo el arraigo del orleanismo. El levantamiento en París no fue reprimido eficazmente por el ejército, lo que llevó a la huida del rey y la ascensión al trono de Luis Felipe de Orleans. Se aprobó una nueva constitución que establecía la soberanía nacional, la iniciativa legal de las cámaras y la separación entre Iglesia y Estado. Además, se creó la Guardia Nacional, se garantizó la libertad de prensa y se experimentó una notable prosperidad económica, con un aumento de la población y la renta, la explotación minera, el desarrollo del ferrocarril y el proteccionismo industrial.

Bélgica (1830): Hacia la Independencia

El antecedente de la independencia belga fue el Reino de los Países Bajos, creado en 1814. El triunfo de la independencia de Bélgica se logró gracias a la favorable situación internacional: Gran Bretaña (GBR), por su rivalidad comercial con los Países Bajos (HOL), y Francia (FRA), interesada en eliminar el «tapón» del norte impuesto en el Congreso de Viena, apoyaron el movimiento. Por otro lado, Rusia (RUS) (ocupada con el problema polaco), Austria (AUT) (con problemas en Italia) y Prusia (PRU) no intervinieron. Bélgica fue declarada nación neutral, un estatus que mantendría hasta 1914. Los Países Bajos reconocieron su independencia en 1839.

Polonia (1830): La Insurrección Nacionalista

El Congreso de Viena (1814) había consagrado la división de Polonia, integrando la mayor parte de su territorio en el Imperio Ruso, aunque el zar le había concedido una Constitución Moderada (otorgada) en 1815. La revolución nacionalista, que evocaba la grandeza de la Polonia medieval, fue liderada por la pequeña nobleza. Sin embargo, fracasó por la falta de apoyo de la burguesía (que dependía de los lazos económicos con Rusia), el campesinado (atado a la tierra y a sus señores), el desinterés del clero (ya que los rusos respetaban sus derechos) y la pasividad de las potencias liberales (GBR y FRA).

Impacto en Otras Regiones (1830)

Alemania

El descontento por la derogación de las constituciones de 1815 llevó a las sociedades secretas a organizar una revolución en septiembre de 1830, que resultó en la promulgación de constituciones en Hesse-Kassel, Hannover y Sajonia. Prusia y Austria lograron evitar levantamientos gracias a la fortaleza de sus ejércitos, y Baviera, debido a una menor presión del régimen señorial.

Área Italiana

En el centro de Italia (Módena, Parma y los Estados Pontificios) se produjo una intensa agitación que, sin embargo, fracasó por la intervención del ejército austriaco. Como consecuencia, los nacionalistas se integraron en los movimientos del Risorgimento y en la Joven Italia de Mazzini.

Suiza

El liberalismo triunfó en Zúrich, Ginebra y Basilea. La adopción de nuevas decisiones legales influiría en el futuro conflicto entre los cantones partidarios de un Estado liberal y los católicos que defendían el federalismo.

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