12 Ago


 2.5 → LA VUELTA AL PODER DE LOS MODERADOS (1837-1840) 
Aprobada la constitución se convocaron elecciones que ganaron los moderados. En sus años de poder se asentaron los principios básicos del régimen liberal moderado. Suspendieron la constitución y gobernaron de forma autoritaria mediante decretos, y restringieron libertades. También se frenó la desamortización y se aprobó el sostenimiento del clero. Por otro lado, se acentuó la centralización política con el proyecto de la ley de los Ayuntamientos, que otorgaba a la corona la facultad de nombrar alcaldes de las capitales de provincia y reforzaba así el control. Los progresistas se sintieron excluidos y recurrieron a la insurrección para impedir que esa ley fuese aprobada. Mª Cristina dio apoyo a los moderados, pero el enfrentamiento se resolvíó a favor de los progresistas, que tuvieron a Espartero por nuevo líder. Mª Cristina renunció y se exilió.



 2.6 → LA REGENCIA DE Espartero (1840-1843) Espartero fue nombrado regente, con euforia progresista. Inició su mandato con un impulso a las libertades, lo que produjo auge de la prensa y asociaciones. Pero pronto derivó hacia un marcado autoritarismo, fue incapaz de cooperar con las cortes y gobernó sin más colaboradores, que su camerilla de afines. Espartero se alejó cada vez más de su entrono progresista y perdíó mucha popu. Aprobó un arancel librecambista que abría el mercado español a tejidos ingleses. La industria textil catalana se sintió amenazada y se produjo un levantamiento en Barcelona, de burguésía y clases populares, que veían peligrar sus puestos de trabajo. Espartero bombardeó la ciudad y proclamó el estado de guerra. 




En 1843, un nuevo levantamiento al que se sumaron los moderados forzó el cese de Espartero y su marcha al exilio. La quiebra del régimen progresista y las conspiraciones llevaron al poder a los moderados en 1843. Ante la inconveniencia de nombrar una nueva regencia, las cortes adelantaron la mayoría de edad de Isabel II y la nombraron reina a los 13 años.
 4. LA DÉCADA MODERADA (1844-1854)
 4.1 → LAS BASES DEL RÉGIMEN MODERADO 
En las elecciones de 1844, los moderados consiguieron mayoría y el general Narváez formó un nuevo gobierno Quería implantar un nuevo régimen basado en la autoridad, el orden y la represión. Se trataba de un sistema liberal moderado y garantizase el dominio de la oligarquía (gobierno de unos pocos, burguésía, ejército…). Para ello aprobaron la constitución de 1845, que asentaba los principios del modernatismo, que fueron desarrollados por los distintos gobiernos. 




Un decreto de 1845 reguló la libertad de imprenta y el control del gobierno. La ley electoral de 1846 establecíó un sufragio censitario restringido al 1% de la población (grandes contribuyentes, destacables de cultura…). Desaparecíó la representación proporcionada y se falseaban resultados. 
4.2 → EL DESARROLLO DEL ESTADO LIBERAL MODERADO Para mejorar la relación Estado-Iglesia se firmó le concordato con la Santa Sede (1851) por le que el Papa aceptaba a Isabel II y las desamortizaciones. El estado, por su parte, se comprometía al sostenimiento de la iglesia y le otorgaba competencias en educación y moral pública. Se establecían órdenes regulares y se reconocía el catolicismo como religión del Estado. Todo ello llevó a la iglesia a aceptar a los moderados. 




Para aumentar los ingresos del estado y modernizar la hacienda se llevó a cabo una reforma fiscal, que establecía la contribución directa sobre la propiedad y el impuesto sobre el consumo. Para poner fin a la dispersión legislativa se aprobaron el código penal y el código civil. Por otro lado, se procedíó a la reforma de la administración pública del estado y de la administración municipal y provincial, con un sistema jerárquico de control. Los alcaldes eran elegidos por la corona. Por el temor de que esta centralización derivara en revueltas se acordó que en le País Vasco y Navarra se mantuvieran las juntas generales. Se establecíó un sistema nacional de instrucción pública que regulaba los diferentes niveles de enseñanza y establecía planes de estudio. Se creó la guardia civil como principal fuerza policial armada y se implantó un servicio militar obligatorio por medio de quintas (se evitaban por pago). Único sistema métrico decimal. 




4.3 → LA CRISIS DEL MODERANTISMO 
Los gobiernos moderados no lograron la estabilidad y tuvieron que hacer frente a conflictos y a las acciones demócratas y republicanas, sobre todo en 1848. Los carlistas comenzaron con un nuevo levantamiento en Cataluña (Guerra dels Matiners 1846-1849, apoyando la candidatura del hijo mayor de Carlos María Isidro, conocido como Carlos VI). Por otra parte, las divisiones internas del modernatismo y la lucha entre tendencias propiciaron la inestabilidad de los gobiernos. En 1846 hubo 3 y, al año siguiente, 5. Actuaban manipulando elecciones y menguando el poder legislativo. La vida política no se desarrollaba en cortes, sino en cámaras alrededor de la reina que buscaban el favor real o gubernamental. 




La marginación de las cortes culminó en la reforma de 1852, por la que el gobierno de Murillo, enfrentado a Narváez, establecía un sufragio más restrictivo, podía suspender las cortes y gobernar por decreto. Esto acrecentó la oposición de un sector de los moderados y acentuó la separación en grupos rivales que se mostraron incapaces de hacer frente a los problemas del país. 
5. EL BIENIO PROGRESISTA 
5.1 → LA REVOLUCIÓN DE 1854 
La deriva autoritaria del régimen moderado precipitó el levantamiento de los progresistas, demócratas, republicanos y algunos del moderantismo. Se inició en Madrid en Junio, con el pronunciamiento del general O’Donnell, moderado descontento. La incorporación de los moderados (Manifiesto de Manzanares, reformista) desencadenó una revuelta en diferentes ciudades. 



El cambio se hizo irreversible para Isabel II, obligada a aceptar la Milicia Nacional y las libertades, un gobierno presidido por Espartero y con O’Donnell al frente del ministerio de guerra. Se convocaron las cortes constituyentes con la ley electoral de 1837 (electores de 100 mil a 500 mil). La alianza entre progresistas condujo a la formación de la Uníón Liberal, reflejo del acuerdo entre Espartero y O’Donnell. Las elecciones dieron una amplia mayoría a progresistas y unionistas y hubo una minoría demócrata, como moderada. Las cortes redactaron la constitución de 1856, no nata. 
5.2 → LA ACCIÓN DE LOS GOBIERNOS 
El gobierno progresista impulsó reformas que dieron una etapa de desarrollo y expansión económica hasta 1866, cuando se inició una grave crisis económica. 



→ Las cortes aprobaron una ley de desamortización civil y eclesiástica (1855 → Madoz), que afectó a los bienes del estado, la iglesia, las órdenes militares, y, sobre todo, los ayuntamientos. Consiguieron recursos para la hacienda y el desarrollo de la agricultura de mercado en beneficio de la burguésía agraria y en detrimiento de los campesinos, que perdieron el derecho al uso de las tierras comunales. 
→ Ley general de los ferrocarriles (1855), que regulaba e incentivaba la constitución de líneas ferroviarias y ofrecía ventajas a las empresas que intervénían en su construcción. Atrajo a inversores extranjeros (GB, FR). Esto se complementaba con nuevas iniciativas como el telégrafo, una red de carreteras y el desarrollo de la minería. 


5.3 → LOS PROBLEMAS SOCIALES 
Tuvieron que afrontar problemas sociales. La crisis de subsistencia, unida a una epidemia de cólera, afectó a las clases populares y acrecentó el malestar social. Como consecuencia se produjo un levantamiento campesino en Castilla y los motines se extendieron. Este descontento provocó una conflictividad obrera, especialmente en Cataluña. Los trabajadores pedían la reducción de impuestos de consumos, la abolición de las quintas y la reducción de la jornada laboral. Los métodos represivos del capitán general de Cataluña provocaron huelgas entre los años 1854 y 1955. La mediación del gobierno permitíó la vuelta al trabajo y los obreros formalizaron una petición de ley que regulase su trabajo. 


5.4 → LA CRISIS DEL BIENIO PROGRESISTA
Ante la conflictividad social en 1856 algunos jefes militares promovieron duras medidas represivas que, amparadas por el ministro de Guerra, provocaron el enfrentamiento con el gobierno de Espartero, en desacuerdo. La intervención de la reina a favor de O’Donnell ratificó el cambio y proclamó el estado de guerra. La protesta de un grupo de diputados fue insuficiente y se produjeron movimientos de resistencia en defensa del gobierno progresista en diversos puntos de España, con protagonismo de la Milicia Nacional. Finalmente se impuso el ejército de O’Donnell y se puso fin al bienio: cerró las cortes, eliminó la milicia, anuló la libertad de prensa y gobernó por decreto.  



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