28 Nov

1. La Guerra Hispano-Estadounidense (Causas y Consecuencias)

La Guerra Hispano-Estadounidense se desarrolló entre abril y agosto de 1898 y enfrentó a España y Estados Unidos. Aunque fue un conflicto breve, tuvo consecuencias muy importantes tanto para Cuba como para el resto del continente americano. En esta época, España ya se encontraba en decadencia: había perdido la mayoría de sus colonias en América, y solo conservaba a Cuba y Puerto Rico en el Caribe, y Filipinas y Guam en el Pacífico. Por otro lado, Estados Unidos estaba en plena expansión territorial e industrial, influido por la idea del Destino Manifiesto, según la cual tenía la misión de “llevar la civilización” y expandir su influencia hacia el oeste (el océano Pacífico) y el sur (el Caribe).

A fines del siglo XIX, Estados Unidos ya se había convertido en una potencia emergente. Había comprado territorios como Florida a España y Luisiana a Francia, además de expandirse hacia el oeste desplazando a poblaciones indígenas. En ese contexto, el Caribe se volvió un punto estratégico tanto económica como militarmente. Empresas estadounidenses, como la United Fruit Company, comenzaron a instalarse en la región para explotar recursos agrícolas, especialmente las plantaciones de bananas y caña de azúcar. Esto permitió a Estados Unidos adquirir una creciente influencia económica y política sobre América Central y el Caribe.

El motivo directo de la guerra fue el estallido del barco estadounidense “Maine” en el puerto de La Habana. Aunque las causas reales de la explosión nunca se aclararon del todo, Estados Unidos acusó a España de haber atacado el barco y usó ese hecho como excusa (casus belli) para declarar la guerra. Los medios de comunicación estadounidenses, influenciados por el sensacionalismo periodístico, mostraron a España como un país opresor que maltrataba a los cubanos, generando apoyo popular para la intervención.

Consecuencias del Conflicto

La guerra duró pocos meses porque España estaba debilitada militar y económicamente. Estados Unidos resultó victorioso y España perdió sus últimas colonias:

  • Cuba (obtuvo una independencia nominal).
  • Puerto Rico (se transformó en un estado libre asociado de Estados Unidos).
  • Filipinas (pasó a estar bajo control de Estados Unidos, donde se prohibió el uso del español).
  • Guam (fue convertida en territorio estadounidense y se utilizó como base naval).

En teoría, Cuba obtuvo su independencia, pero en la práctica quedó bajo un fuerte control estadounidense. A través de la Enmienda Platt (1901–1934), Estados Unidos se reservó el derecho de intervenir militarmente en Cuba y debía aprobar sus leyes antes de que estas entraran en vigor. Esto significaba que, aunque Cuba ya no pertenecía a España, seguía siendo dependiente de los intereses norteamericanos. Además, empresas estadounidenses controlaban gran parte de la economía cubana, especialmente en los sectores de azúcar y tabaco, mientras los trabajadores locales recibían bajos salarios y vivían en condiciones precarias.

En resumen, la Guerra Hispano-Estadounidense marcó el fin del imperio colonial español y el inicio del predominio de Estados Unidos en el Caribe y América Latina. Para Cuba, significó pasar de la dominación española a una nueva forma de dependencia económica y política.

2. Guerrillas y Triunfo de la Revolución Cubana

El proceso revolucionario cubano comenzó formalmente con el asalto al Cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953. Este fue un intento fallido de un grupo de jóvenes, liderados por Fidel Castro, de tomar una de las principales bases militares del régimen de Batista en Santiago de Cuba. La acción buscaba iniciar una insurrección popular, pero terminó en derrota: varios combatientes fueron asesinados, otros capturados y Fidel Castro fue encarcelado. Durante su juicio, pronunció su famosa frase “La historia me absolverá”, que se convirtió en un símbolo del movimiento revolucionario.

Tras pasar un tiempo en prisión, Castro fue liberado gracias a la presión de la Iglesia y de la opinión pública, con la condición de exiliarse. Se trasladó a México, donde conoció al médico argentino Ernesto “Che” Guevara y reorganizó su grupo, que pasó a llamarse Movimiento 26 de Julio, en homenaje al asalto al cuartel. También participó su hermano Raúl Castro, de ideología comunista. En México planificaron una nueva ofensiva para regresar a Cuba y derrocar a Batista.

En diciembre de 1956, un pequeño grupo de 82 revolucionarios viajó desde México en el barco Granma para desembarcar en Cuba. Sin embargo, fueron emboscados por las tropas del dictador, y solo unos pocos sobrevivieron, refugiándose en la Sierra Maestra, una zona montañosa donde comenzaron la lucha guerrillera. Desde allí, Fidel Castro empezó a enviar mensajes radiales para ganar apoyo popular, denunciando la corrupción y la represión del régimen.

En 1957, la revista estadounidense The New York Times envió un periodista a entrevistarlo. La publicación mostró a Castro como un líder valiente que luchaba por la libertad de su pueblo, lo que generó simpatía internacional y atrajo más apoyo dentro de Cuba. Poco a poco, el movimiento guerrillero fue creciendo: mientras los combatientes de Batista perdían motivación, miles de campesinos, estudiantes y trabajadores se sumaban a la causa revolucionaria.

Hacia fines de 1958, Estados Unidos dejó de apoyar a Batista, al darse cuenta de que su gobierno era insostenible y carecía de respaldo popular. Le impuso un embargo de armas, lo que debilitó aún más al régimen. En diciembre de ese año, las fuerzas revolucionarias lograron tomar Santiago de Cuba, la segunda ciudad más importante del país. Días después, el 1º de enero de 1959, Batista huyó hacia el extranjero y los rebeldes entraron triunfantes en La Habana, poniendo fin a la dictadura.

El triunfo de la Revolución Cubana marcó el inicio de una nueva etapa. En los primeros meses, Fidel Castro formó un gobierno con representantes de distintas corrientes políticas y prometió restaurar la democracia. Sin embargo, rápidamente el proceso comenzó a orientarse hacia un modelo socialista, especialmente después de aprobar la Reforma Agraria y de entrar en conflicto con Estados Unidos. La revolución, que había comenzado como un movimiento nacionalista contra la corrupción y la dictadura, terminó convirtiéndose en un proyecto socialista que transformaría por completo la sociedad cubana.

3. Medidas del Gobierno Revolucionario y Relaciones con EE. UU. y la URSS

Tras el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, el nuevo gobierno encabezado por Fidel Castro inició una serie de transformaciones profundas en la economía, la política y la sociedad cubana. Estas medidas buscaban eliminar las desigualdades sociales heredadas del pasado y reducir la dependencia de Estados Unidos, que había dominado la economía cubana durante décadas. Sin embargo, las reformas también provocaron un rápido enfrentamiento con Washington y acercaron a Cuba a la Unión Soviética (URSS) en el contexto de la Guerra Fría.

H4. Las Reformas Económicas y la Nacionalización

La primera gran medida fue la Reforma Agraria de mayo de 1959. Esta ley quitaba tierras a las grandes compañías extranjeras y a los terratenientes cubanos para repartirlas entre los campesinos sin tierra o con muy poca. A cambio, el Estado ofrecía bonos que prometían pagar más adelante, pero muchos dueños —especialmente estadounidenses— rechazaron esa compensación. El objetivo era crear cooperativas agrícolas donde los propios trabajadores administraran la producción. Esto afectó directamente los intereses de empresas estadounidenses como la United Fruit Company, que tenían enormes extensiones de tierra en la isla.

A partir de 1960, el gobierno cubano comenzó a nacionalizar fábricas, bancos y refinerías de petróleo, muchas de las cuales eran de capital estadounidense. La situación se agravó cuando Estados Unidos dejó de venderle petróleo a Cuba, y la URSS pasó a abastecerla con crudo a precios subsidiados. Las refinerías estadounidenses se negaron a procesar ese petróleo soviético, por lo que fueron expropiadas. En respuesta, el presidente Eisenhower impuso un embargo económico parcial, que prohibía las exportaciones estadounidenses hacia Cuba, excepto alimentos y medicinas.

H4. La Alianza con la URSS y el Socialismo

Ese mismo año, Cuba y la URSS establecieron relaciones diplomáticas y comerciales. Moscú se comprometió a comprar toda la producción de azúcar cubana y a pagarla a un precio más alto que el del mercado internacional, garantizando así ingresos estables para la isla. Además, la Unión Soviética comenzó a enviar técnicos, combustible y armas, consolidando una alianza estratégica. En 1961, Estados Unidos rompió definitivamente relaciones diplomáticas con Cuba, y Fidel Castro declaró oficialmente el carácter socialista de la revolución.

Dentro del país, el nuevo gobierno impulsó una segunda reforma agraria más radical, que expropió tierras medianas para formar cooperativas estatales. También se nacionalizaron las grandes empresas, hoteles, comercios y medios de comunicación. Estas políticas transformaron la estructura económica cubana, eliminando casi por completo la propiedad privada. Sin embargo, miles de cubanos —especialmente empresarios, profesionales y opositores políticos— emigraron, principalmente hacia Miami, generando una fuerte división entre los que apoyaban la revolución y los que la rechazaban.

Con apoyo soviético, el gobierno de Castro lanzó campañas para erradicar el analfabetismo y mejorar la salud pública, y promovió la idea del “hombre nuevo”: un ciudadano solidario, trabajador y comprometido con los ideales del comunismo. Estas transformaciones consolidaron el modelo socialista cubano, pero también profundizaron el aislamiento internacional del país y la confrontación con Estados Unidos.

4. Invasión de Bahía de Cochinos (1961)

La invasión de Bahía de Cochinos, ocurrida entre el 17 y el 19 de abril de 1961, fue uno de los episodios más tensos de la Guerra Fría en América Latina y marcó un punto decisivo en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Tras el triunfo de la Revolución Cubana en enero de 1959, el nuevo gobierno de Fidel Castro impulsó una serie de reformas radicales que afectaron directamente los intereses económicos y estratégicos de Estados Unidos en la región, lo que generó una rápida hostilidad entre ambos países.

En el contexto de la Guerra Fría, el gobierno estadounidense interpretó el proceso revolucionario cubano como una amenaza comunista en el hemisferio occidental. El presidente Dwight D. Eisenhower autorizó a la CIA (Agencia Central de Inteligencia) a organizar y entrenar a un grupo de exiliados cubanos anticastristas para intentar derrocar al nuevo régimen. Este plan fue heredado y aprobado por el presidente John F. Kennedy, quien asumió el poder en enero de 1961.

El proyecto, conocido como Operación Pluto, consistía en entrenar y armar a unos 1.400 exiliados cubanos en bases secretas de Guatemala y Nicaragua, bajo la supervisión de la CIA. La idea era que desembarcaran en la Bahía de Cochinos, en el sur de Cuba (también conocida como Playa Girón), para provocar un levantamiento popular que desencadenara la caída de Castro. Sin embargo, la invasión fue un rotundo fracaso militar y político. Los exiliados no contaron con el apoyo aéreo estadounidense prometido, fueron detectados por la inteligencia cubana antes del desembarco y, en apenas tres días, las fuerzas revolucionarias —dirigidas por el propio Castro— capturaron o eliminaron a casi todos los invasores.

H5. Consecuencias de la Invasión

Las consecuencias fueron profundas:

  • El fracaso fortaleció el liderazgo de Fidel Castro dentro de Cuba y aumentó el sentimiento nacionalista.
  • Aceleró la alianza con la Unión Soviética, consolidando la entrada definitiva de Cuba en el bloque socialista.
  • Dañó la imagen de Estados Unidos a nivel internacional, que quedó expuesto por violar el derecho internacional.
  • Para Kennedy, fue un grave golpe político, ya que su joven administración quedó desacreditada.

En el plano ideológico, la Bahía de Cochinos se transformó en un símbolo de resistencia del Tercer Mundo frente al imperialismo. En suma, la invasión demostró que la Revolución Cubana no sería fácilmente derrocada y que Estados Unidos había subestimado el apoyo interno a Castro. Este fracaso no solo cambió la dinámica entre Washington y La Habana, sino que también intensificó las tensiones globales entre las dos superpotencias, creando el escenario para la Crisis de los Misiles al año siguiente.

5. Crisis de los Misiles (1962)

La Crisis de los Misiles de octubre de 1962 fue el momento más peligroso de la Guerra Fría y colocó al mundo al borde de una guerra nuclear. Este conflicto diplomático y militar fue consecuencia directa de la creciente confrontación entre Estados Unidos, la Unión Soviética y Cuba, y del fracaso de la invasión de Bahía de Cochinos el año anterior. Tras ese episodio, el gobierno de Fidel Castro se sintió amenazado por la posibilidad de una nueva invasión estadounidense. En respuesta, Cuba estrechó sus lazos con la URSS, que vio en la isla una oportunidad estratégica para equilibrar el poder nuclear con Washington.

En 1962, el líder soviético Nikita Jrushchov decidió instalar en Cuba misiles nucleares de alcance medio capaces de alcanzar gran parte del territorio estadounidense. Su objetivo era disuadir cualquier intento de invasión contra Cuba y compensar la ventaja nuclear de Estados Unidos, que ya tenía misiles similares apuntando hacia la URSS desde Turquía e Italia. La operación se realizó en secreto, pero el 14 de octubre de 1962, aviones espía estadounidenses U-2 descubrieron fotografías de las bases de misiles en construcción.

El presidente John F. Kennedy reaccionó imponiendo un bloqueo naval (denominado “cuarentena”) alrededor de Cuba para impedir la llegada de nuevos misiles soviéticos. Durante trece días de tensión extrema, el mundo observó con temor cómo dos potencias nucleares se enfrentaban directamente. La posibilidad de un conflicto global parecía inminente: barcos soviéticos se acercaban a la zona de bloqueo mientras las fuerzas estadounidenses se encontraban en máxima alerta.

Finalmente, el 28 de octubre se alcanzó un acuerdo diplomático: la Unión Soviética retiraría los misiles de Cuba a cambio de que Estados Unidos prometiera no invadir la isla y retirara sus propios misiles nucleares de Turquía, aunque este último compromiso se mantuvo en secreto para no dañar la imagen de Kennedy. La resolución de la crisis evitó la guerra, pero dejó tensiones políticas profundas.

H5. Impacto y Legado de la Crisis

Las consecuencias fueron múltiples:

  • Llevó a la creación del “teléfono rojo”, una línea de comunicación directa entre Washington y Moscú.
  • Marcó el inicio de una etapa de distensión (o détente) en las relaciones entre las superpotencias.
  • Para la URSS, la retirada fue percibida como una derrota diplomática, aunque Jrushchov defendió su decisión.
  • En Cuba, el desenlace generó frustración y desconfianza, ya que Castro no fue consultado en las negociaciones finales.

En el plano regional, la crisis consolidó la posición de Cuba como actor central en la política latinoamericana y símbolo del antiimperialismo. A la vez, reforzó su dependencia económica y militar de la URSS, ya que el bloqueo estadounidense —impuesto desde 1962— se mantuvo durante décadas.

En conclusión, la Crisis de los Misiles fue un punto de inflexión en la Guerra Fría: evidenció los peligros del enfrentamiento nuclear, puso a prueba la diplomacia internacional y redefinió el equilibrio de poder global. Para Cuba, significó tanto una garantía de supervivencia política como una pérdida de autonomía dentro del bloque socialista, mientras que para el mundo representó el momento más cercano a una guerra nuclear total en toda la historia contemporánea.

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