29 Jun

2- La novela a principios de siglo. Pío Baroja y Miguel de Unamuno

En el último tercio del Siglo XIX tuvieron lugar una serie de crisis y conflictos políticos, económicos y sociales.

El incipiente movimiento obrero dio lugar a un nuevo modelo social, la sociedad de masas, enfrentado al modelo liberal burgués, lo que provocó la aristocratización de la burguésía.
La visión del mundo de la época pasó del positivismo al irracionalismo y el pesimismo, que dieron lugar a estilos de vida caracterizados por el decadentismo, como la bohemia.
Se instala una visión pesimista de España como país enfermo, a la que tratarán de hacer frente los planteamientos regeneracionistas.

Generación del 98


La generación del 98 está formada por el denominado Grupo de los Tres (Pío Baroja, Ramiro de Maeztu y Azorín), al que se añaden posteriormente Miguel de Unamuno, Ángel Ganivet y, puntualmente, Antonio Machado y Ramón María del Valle-Inclán. Los principales rasgos comunes a los autores de la generación del 98 son: contaban con una edad aproximada, compartían ideas políticas liberales, manténían una postura crítica frente al retraso de España y participaron activamente en revistas y publicaciones que promovieron las nuevas ideas. Los temas fundamentales de la generación del 98 son: la regeneración de España, asociada a valores espirituales éticos y a la búsqueda en la tradición y la historia españolas;
El existencialismo, presente en el enfrentamiento entre fe y razón, la búsqueda de sentido y el vacío vital;
Y la influencia determinista del paisaje en el carácter.
Las principales carácterísticas del estilo de los autores de la generación del 98 son: la sobriedad y la escasa ornamentación, el tono reflexivo, la escasez de acción y la ausencia de sensualismo. 
El género esencial para transmitir las ideas noventayochistas es el ensayo.
La narrativa noventayochista se caracteriza por el uso de un protagonista único y la importancia del diálogo.

José Martínez Ruiz,


Azorín

Los temas fundamentales de su obra son la necesidad de regeneración, la reflexión sobre personajes clásicos de la literatura española, la preocupación por el paso del tiempo, la lucha entre voluntad y abulia y la contemplación del paisaje.
Los rasgos principales de su estilo son: el uso de elementos autobiográficos, la abundancia de descripciones minuciosas y evocadoras, el lenguaje claro y sencillo y la escasez de trama narrativa.
Sus principales novelas son:
La voluntad
y Antonio Azorín .
Sus principales ensayos son:
El alma castellana
y La ruta de Don Quijote

Ramón María del Valle-Inclán

El estilo de Valle-Inclán se caracteriza por el amplio registro lingüístico, y el uso de innovadoras metáforas y neologismos.

Valle-Inclán experimentó una evolución literaria desde el Modernismo hasta planteamientos revolucionarios e innovadores, jalonada en tres etapas:

Etapa de las Sonatas

Marcada por la preocupación por la belleza refinada y sensualista y el decadentismo. Destacan las Sonatas
. –

Etapa de transición

Son historias más críticas ambientadas en escenarios rurales y pobladas por personajes violentos, como la trilogía de La guerra carlista.

Etapa de los esperpentos

La deformación grotesca del esperpento se refleja en novelas como El ruedo ibérico o Tirano Banderas.


Las principales carácterísticas de la obra de Valle-Inclán son la preocupación por temas como amor, religión y muerte, la recreación del mundo rural, la presencia de la violencia y los instintos y la crítica sociopolítica de España.

Novecentismo o generación de 1914 fue un movimiento situado entre el Modernismo, la generación del 98 y las vanguardias. Las principales propuestas novecentistas son reformistas y europeístas y propugnan un nuevo arte puro, de base intelectual y contrario al sentimentalismo. La novela novecentista se caracteriza por su lirismo e intelectualismo, alejado del tono realista y angustiado de la generación del 98. Destacan dos autores:
Ramón Pérez de Ayala y Gabriel Miró.
La obra novelística de Ramón Pérez de Ayala se caracteriza por el uso de un lirismo sensorial, el componente autobiográfico y la evolución hacía la crítica social y, posteriormente, el intelectualismo. Destacan sus novelas AMDG y Belarmino y Apolonio.
Las novelas de Gabriel Miró destacan por su estilo lírico y formalista que combina con una actitud crítica y reflexiva. Sus principales novelas son Nuestro padre San Daniel y su continuación,  El obispo leproso, que destacan por las descripciones sensoriales y evocadoras y por el predominio de la representación de los estados de ánimo de los personajes.

Miguel de Unamuno fue uno de los intelectuales más prestigiosos de su época cuya ideología cercana al socialismo quedó eclipsada por una profunda crisis espiritual que lo llevó al existencialismo.
Los temas fundamentales de su obra son la decadencia de España, el sentimiento trágico de la vida, es decir, la lucha tiempo-muerte, y la concepción de la vida como agonía.
En la obra narrativa de Unamuno destaca el género de la nivola, que son narraciones caracterizadas por la escasez de descripciones, la importancia del diálogo y la presencia de personajes agonistas.
Sus principales nivolas son: –
Niebla
(1914). Aborda la idea de la muerte de su personaje como destino inevitable y agónico.
– 
San Manuel Bueno, mártir
(1930). Trata la relación entre fe y bienestar desde una perspectiva existencialista.

Dentro de la obra ensayística de Unamuno destacan: –
En torno al casticismo
(1895). Explora el concepto de intrahistoria e identifica Castilla y el espíritu nacional.

Del sentimiento trágico de la vida
(1913). Analiza la lucha existencia-muerte.

Pío Baroja fue un prolífico autor de novelas, ensayos, obras de teatro y una gran obra memorialística. Los principales temas de la obra y el pensamiento de Baroja son: la importancia de la filosofía moderna, la idea de resignación y ataraxia, el escepticismo, el vacío vital y la situación de España.
El estilo literario de Baroja se caracteriza por la sencillez y naturalidad y la importancia de los diálogos.
Muchas de sus novelas se agrupan en trilogías, que reflejan la evolución de sus personajes.
En su obra se distinguen dos etapas:

Primera etapa

Llega hasta la Primera Guerra Mundial. Son obras cercanas a los intereses y estilo de la generación del 98, como la trilogía La lucha por la viday las novelas El árbol de la ciencia, Las inquietudes de Shanti Andía o Zalacaín el aventurero
. – Segunda etapa.
Marcada por la preferencia por la novela histórica. Destacan las Memorias de un hombre de acción,
El laberinto de las sirenas, El cura de Monleón y Los amores tardíos
.

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