26 Oct

Autarquía totalitarista a nuestro país en 1939 à proliferación de una novela que rompe con la tradición y las vanguardias del primer cuarto de siglo. España à desorientada y rota por el desastre de la Guerra Civil: Angustia y el desarraigo de la posguerra en el exilio. Alternativa a la ideología hipernacionalista y conservadora del nuevo régimen à resistencia silenciosa à CENSURA Para el recién instaurado régimen, la imagen pública de una España unida y armónica fue desde muy pronto una cuestión prioritaria à el NODO (noticiario de proyección obligada en todas las salas de cine) se convertiría a lo largo en el máximo exponente de la propaganda del régimen. El fascismo confiere a Franco («Caudillo de España por la gracia de Dios») no ya entidad de persona, sino de deidad. No es admisible, por tanto, cuestionar públicamente aspectos del sistema. Continuo falseamiento de la realidad à la novela logra escapar, en ocasiones inconscientemente, a manipulaciones directas en la concepción de lo literario. EN LOS AÑOS 40: Irrumpen con fuerza novelas incardinadas en el tremendismo (años 40), que se caracterizó por exagerar los aspectos más crudos de la vida: La familia de Pascual Duarte, publicada por Camilo José Cela en 1942. Nada, de Carmen Laforet (Premio Nadal en 1945). Se trata de dos novelas paradigmáticas que provocarán el desasosiego constante de los críticos del régimen, quienes advierten en ellas un parapeto al pretendido orden de cohesión y armonía. CON LA LLEGADA DE LOS 50: Cambios políticos y sociales (fracaso de la autarquía, ligera apertura hacia el exterior, primeras protestas contra la dictadura…). Aparición de una nueva tendencia estética, el REALISMO SOCIAL. Carmen Laforet (1921-2004) Ana María Matute (1925-2014) Josefina Aldecoa (1926-2011) Rafael Sánchez Ferlosio (1927-2019) Ignacio Aldecoa (1925-1969) Juan García Hortelano (1928-1992)



La limitación de la presencia del narrador à describe la realidad de manera imparcial, como la grabación de una cámara cinematográfica, por medio de un narrador en tercera persona que se limita a registrar los diálogos de los personajes y a mostrar sus comportamientos. Destaca el objetivismo narrativo à dejar que los personajes se identifiquen por su modo de hablar y actuar: Se rechaza la introspección como forma de conocimiento de los personajes. Importancia del diálogo y el habla popular. Se utiliza un estilo sencillo sin ornamentos à sobriedad del lenguaje. Asunto y argumento social à población rural o a una ciudad de provincias subdesarrollada económica y culturalmente cuyos personajes son prisioneros del desasosiego que produce el estancamiento social. Especialmente, versa sobre los problemas de realización personal y las inquietudes de la mujer provinciana, pero también se recogen situaciones proletarias. Así ocurre en Entre visillos, donde casi nada ha cambiado al final de la aventura narrativa de los personajes, atrapados en escenarios inamovibles que reproducen las estructuras socioculturales del régimen franquista.



1. Narrativa anterior a 1970: realismo social

Esta etapa se caracteriza formalmente por una descripción objetiva de la realidad, el desdoblamiento de los personajes mediante el diálogo (En Entre visillos, algunos personajes son conocidos por el lector también en su faceta de narradores: Natalia, Pablo Klein…), la preferencia por protagonistas femeninos y la presencia en algunos capítulos de claras influencias de la novela rosa. Destacan dos novelas: El balneario (1954) y ENTRE VISILLOS (1957). En esta obra, a través de las conversaciones triviales de un grupo de jóvenes, se critica el sometimiento de la mujer, el aburrimiento, la hipocresía de la burguesía y la falta de esperanza de una ciudad sin futuro.



El propio título de la novela revela el prejuicio de la domesticidad y la frontera que separa la vida de familia de la vida en el exterior que toda mujer ha de transitar. El visillo, colocado en la ventana, es parangonable a la reja de una prisión: un mundo de cadenas, pautado y reducido, cara adentro… à reduce a la mujer a un puesto pasivo, receloso y secundario. También guarda relación con otro sentido: el de las mujeres que ven pasar la vida «entre visillos»: sin luces ni futuro.



La vida de una ciudad provinciana de posguerra

Vida rutinaria e insulta, marcada por la moral del nacionalcatolicismo impuesta a la sociedad. Los vecinos lo único que hacen es cuchichear, rumorear unos de otros. No hay pasado ni futuro, solo presente à no hay esperanzas de cambio ni deseo de cambiar La ciudad se convierte en una gran cárcel à aburrimiento, tedio, juicios morales, miedo a defraudar… Las pocas vías de escape dentro de la ciudad solo son el Gran Hotel (único espacio ajeno a los rumores), y las noches en el casino (único centro de ocio nocturno). Poder de la iglesia y modelo patriarcal à represión sexual en las relaciones entre jóvenes. Lucha moral entre la tradición y la modernidad. Sometimiento de las mujeres Para las mujeres de la novela el destino solo les depara el matrimonio à rito social. Mercedes: su soltería manifiesta el fracaso personal. Natalia: su deseo de tener una vida diferente es incomprendido por esa sociedad. Julia: su decisión provoca la ruptura con la familia y el entorno. La educación à modelo deficitario de la enseñanza pública del franquismo. Entre tantos personajes, unos sobrevivirán a la presión social y saldrán airosos; a otros no les quedará más remedio que huir para buscar la felicidad; los demás, por el contrario, sucumbirán a la urbe y día a día sus sueños y su propia vida se apagarán lentamente. El problema de la comunicación y la búsqueda del interlocutor como solución. La búsqueda de un interlocutor à solución a la incomunicación que padece el mundo. Natalia es incapaz de mantener una conversación con su padre para aclarar su futuro à se refugiará en su diario porque nadie la entiende. Julia apenas puede expresar a Miguel la presión que su familia ejerce sobre ella. Elvira intenta en el río contarle a Pablo cuáles son sus sentimientos mientras este le pide que no sea tan meditabunda. Gertru va a casarse sin que apenas haya cruzado unas palabras con Ángel (“No hablo nunca contigo…”) La preocupación por el tiempo La escritora rechaza el vertiginoso paso del tiempo de la sociedad moderna que impide la comunicación de las personas. La imaginación, la ensoñación y la palabra serán las claves para vencer al tiempo que esclaviza el mundo. La escritura como terapia La escritura permite superar las experiencias dolorosas a las que uno se enfrenta: Natalia escribe en su diario los conflictos sentimentales e indecisiones emocionales que sufre como mujer en una sociedad patriarcal y machista. Elvira, Emilio (que también escribe poemas y trabaja en una novela) Miguel y Julia se intercambian cartas amorosas



Entre las orientaciones estéticas o enfoques del realismo social podemos diferenciar:

OBJETIVISMO à El Jarama (1955), de Rafael Sánchez Ferlosio. REALISMO CRÍTICO à Las ratas, de Miguel Delibes. REALISMO INTIMISTA Su mejor exponente es Entre visillos (1957), de Carmen Martín Gaite. Pese a ser una novela de tema social, nos presenta desde un enfoque intimista fragmentos de la vida monótona e insatisfecha de un grupo de chicas de clase media en una ciudad de provincias. La autora emplea diferentes voces narrativas gracias a las cuales el lector conoce los acontecimientos desde distintos puntos de vista: el de un narrador externo (objetividad), el de Pablo Klein y el de la joven Natalia, que a través de su diario nos muestra su vivencia íntima de los sucesos

Deja un comentario