13 May

CAUSA EFICIENTE PRIMERA Y SER NECESARIO:


La segunda vía concluye afirmando la existencia de una causa eficiente primera que responde a la definición de Dios. Tomás de Aquino toma el concepto de causa de Aristóteles lo usa, como el de movimiento, en un sentido más amplio que el nuestro. Causa es cualquier condición necesaria para que se produzca un fenómeno. Aristóteles cree que para explicar el cambio son necesarias cuatro causas.
Dos de ellas son intrínsecas en cuanto son los principios constitutivos del ser natural: causa material es la materia de la que algo está hecho, causa formal es su forma, la fórmula según la cual está hecho. Hay dos causas extrínsecas al sernatural: causa eficiente que es el origen del movimiento y causa final que es el fin. Tomás de Aquino mantiene la concepción aristotélica de las cuatro causas, pero entiende la causa eficiente, sobre todo, como causa de la existencia de algo.Establece que, existiendo la actividad de una multiplicidad de motores esencialmente subordinada a la de otros, probado que nada puede ser causa de sí mismo y establecida la imposibilidad de un proceso al infinito en la serie de las causas eficientes, se concluye en la necesidad de la existencia de una primera causa eficiente cuya actividad no es causada por sí misma, puesto que es imposible, ni por ninguna otra.
Esta causa eficiente primera de la serie no recibe su acción por el influjo de una causa superior y tampoco se la puede dar a sí misma, por ello se sigue que ella es su misma acción, su propio obrar. Y si es su operación, habrá de ser su mismo ser, pues el obrar sigue al ser, por lo que será también incausada en cuanto al ser, pues ser y obrar son en ella la misma e idéntica cosa.
Dios es la causa primera y los cuerpos naturales que vemos ante nuestros ojos son causas segundas. Al conferirle a todas las cosas su existir, Dios les confiere, al mismo tiempo, su movimiento y su eficacia. Es a ellas a quien pertenece esta eficacia desde el momento en que la han recibido y, en consecuencia, es por ellas por quienes sus operaciones se llevan a cabo.
El ser más ínfimo obra y produce su efecto, aunque lo produzca en virtud de todas las causas superiores a cuya acción está sometido, y cuya eficacia se transmite poco a poco hasta él. El origen de la serie es Dios, causa total de todos los efectos que se producen y de toda la actividad que se despliega en ella; en la extremidad inferior se encuentra el cuerpo natural, causa inmediata de la acción propia que realiza, aunque no la realice más que en virtud de la eficacia que le es conferida por Dios.
El universo tal como santo Tomás se lo representa, no es, una masa de cuerpos inertes, pasivamente agitados por una fuerza que los atraviesa, sino un conjunto de seres activos, de los que cada uno disfruta de la eficacia que Dios le ha legado, al mismo tiempo que de su existir.
Santo Tomás critica filosofos, como Avicena pensaban que toda lo que aparece en el mundo de los cuerpos viene de fuera o que pensaban que todos los efectos están por el contrario, ya preformados y realizados dentro, como en S. Agustín. En el primer caso la causa segunda no hacía nada porque lo recibía todo de fuera; en el segundo tampoco hace apenas, puesto que los efectos que parecen producir se encuentran ya virtualmente realizados y su acción se limita a alejar los obstáculos que les impedían desarrollarse.
Justamente porque hay una causalidad en la naturaleza podemos remontarnos poco a poco hasta la causa primera que es Dios. En un universo las pruebas de la existencia de Dios más manifiestas serían imposibles y sus atributos metafísicos permanecerían, ocultos para nosotros. La tercera vía concluye que existe un ser necesario, que no tiene causa de su necesidad y es causa de la necesidad de los otros, un ser que existe por sí mismo, en virtud de su propiaesencia. A este ser le denominamos Dios. Es preciso admitir algo que sea absolutamente necesario, cuya causa de su necesidad no esté en otro, sino que él sea causa de la necesidad de los demás. Todos le dicen Dios. La distinción entre ser contingente y ser necesario aparece en la metafísica cristiana y se deriva del concepto de creación.
Platón había explicado la formación del universo suponiendo que el Demiurgo ordenaba una materia caótica que existía desde la eternidad. Aristóteles negaba tal formación, suponiéndolo eterno. Y Plotino, había explicado el origen del universo a partir de Dios por emanación.
Al principio existe Dios, el Uno y de él proceden el resto de los seres. Según el cristianismo, Dios creó el mundo a partir de la nada y sostener esto suponía la afirmación de la radical diferencia entre Dios y el resto de los seres. Dios es necesario (existe necesariamente, no puede no existir); los seres creados son contingentes.
Tomás de Aquino buscó el fundamento de esta radical diferencia en la distinción esencia y existencia, y toma de los filósofos árabes esta distinción.
Esencia es lo que una cosa es y existencia, el hecho de que existe. En función de esto establece que los seres finitos materiales, cuya esencia está compuesta de materia y forma, y los seres finitos inmateriales, cuya esencia es sólo forma, son reales gracias a la existencia.
Esencia y existencia están entre sí en relación de potencia y acto: la esencia es potencia con relación a la existencia y la existencia es la actualización de la esencia. De manera que en todos los seres finitos, materiales e inmateriales, la esencia se distingue de la existencia. El ser finito queda definido como siendo esencialmente contingente, lo cual exige la existencia de un ser necesario.
Pues, ¿Cómo se explica en los seres finitos el paso de la potencia al acto, la unión entre esencia y existencia? Santo Tomás comparte la tesis aristotélica según la cual nada pasa de la potencia al acto si no es por obra de un principio que esté ya en acto. Sólo hay un ser en que la esencia no se distingue de la existencia: el ser necesario, Dios. En Dios, la esencia es su existencia misma; su esencia no es potencia sino acto puro. Dios es, la causa de la existencia de los seres finitos. Dios no recibe la existencia, sino que su esencia es existir.

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