01 Nov
TEMA I. RESTAURACIÓN Y RENOVACIÓN
La Restauración: Contexto y Fundamentos
La Restauración es el lapso entre la derrota de Napoleón y las revoluciones liberales. Representa la actitud de restablecer el anterior modelo social. La Restauración identifica monarquía y autocracia con el catolicismo; y la revolución y la democracia con la persecución. Esto generó un enfrentamiento con los contrarios. La burguesía buscaba la modernidad, mientras que la aristocracia, el clero y parte del pueblo apoyaban la Restauración. Los restauracionistas consideraban la religión como el mejor fundamento de la sociedad. Los liberales, en cambio, buscaban disminuir el influjo religioso. Fue positiva la restitución de bienes a la Iglesia, pero no el control eclesial de la universidad.
La Imposible Vuelta Atrás
La Restauración no suprimió el poso anticlerical. La Iglesia intentó defenderse pidiendo una situación privilegiada y se enfrentó a las fuerzas político-sociales. Hubo católicos que entendieron la Restauración como una renovación interna de la Iglesia, mientras que otros vieron compatible la fe con la democracia. La Restauración incluye distintos conceptos: Restauración política, restauración de las relaciones tradicionales Iglesia-Estado y restauración de la vida cristiana.
Reorganización Eclesiástica
Con el retorno de Pío VII a Roma, liberado ya de Napoleón, el proyecto eclesiástico de restauración tuvo tres apoyos fundamentales:
- El Romanticismo: Movimiento que prioriza los sentimientos frente a la razón, oponiéndose al ateísmo. Se consolidan la Religión y la Tradición frente a la Revolución y la Ilustración.
- La Creatividad Restauracionista: Intensa actividad cultural católica.
- Desarrollo de las Congregaciones Religiosas: Congregaciones restauradas y nuevas, con predominio femenino (dedicadas a la enseñanza y la caridad). Los Jesuitas mantuvieron una actitud contrarrevolucionaria. En el siglo de mayor marginación y humillación de la Iglesia, esta respondió con entrega y servicio.
Las Misiones Populares y la Educación
Ante la ignorancia religiosa generalizada, se inculcó la práctica religiosa, incluso con la coerción. Las misiones populares fueron un gran medio evangelizador. Sin embargo, la implicación antiliberal y restauracionista de estas misiones generaba hostilidad en los liberales.
Para contrarrestar los efectos revolucionarios, la Restauración empleó el instrumento de la educación. Los liberales aspiraban a un monopolio de signo opuesto (educación laica, gratuita y obligatoria). Continuaron las ideas anticlericales del siglo XVIII. La obligatoriedad de la religión fomentó, paradójicamente, el amor a la libertad y el anticlericalismo.
Retos Pastorales y Búsqueda de Apoyo Civil
La demografía urbana desbordó a las parroquias. Grandes masas quedaron sin atender, lo que provocó una rápida secularización, seducidas por las ideas materialistas y socialistas.
La Iglesia apoyó a quienes la favorecían: los conservadores. Apostó por la defensa de privilegios. Se vinculó la defensa del catolicismo con la de la monarquía. Esta dañina identificación de la Iglesia con los conservadores duró todo el siglo XIX.
Pastoral de la Restauración
La Iglesia realizó un denodado trabajo para obtener el despertar religioso, un esfuerzo lastrado por la mentalidad anti-ilustrada. Características:
- El clero secular fue más apostólico.
- Los religiosos estaban poco formados y eran beligerantes.
- La persecución y marginación acercó a ambos cleros.
- Resurgieron los círculos de laicos.
- Era frecuente la pobreza de las parroquias.
- Decreció la vida cristiana y decayó el influjo del clero.
- Las misiones populares promovieron una renovación cristiana.
- Auge de la doctrina moral.
- Surgió el ultramontanismo.
Fruto pastoral: multiplicación de asociaciones y actividades sociales.
TEMA II. LIBERALISMO Y CRISTIANISMO
El Liberalismo: Principios y Conflicto
El liberalismo, conectado con la Ilustración, postula una concepción antropocéntrica, no dependiente de Dios. Prima la libertad de conciencia. El poder procede del pueblo, no de Dios. Propugna la separación Iglesia-Estado y sujetar la Iglesia al derecho común. Fue juzgado como anticristiano y antieclesial. Tenía elementos cristianos y otros no tanto, generando una intolerancia recíproca. En la Constitución de Cádiz se intentó conjugar el liberalismo y la fe, pero la Iglesia lo rechazó. El Estado se erigía como último criterio moral. Se promovía la tolerancia, salvo para los católicos, buscando una sociedad laicista. La defensa católica rechazó el liberalismo en bloque. Solo una minoría logró compaginarlo.
Catolicismo Liberal e Integrismo Católico
El Catolicismo liberal buscaba conjugar fe y libertad. El integrismo católico, en cambio, no aceptaba cambios ni transigía.
Protagonistas Principales
- Lamennais: Pasó del ultramontanismo a postular la libertad de la Iglesia como parte de las libertades. Fue ídolo y escándalo, muriendo excomulgado.
- Newman y el Movimiento de Oxford.
- Figura y obra de A. Rosmini: En Las cinco llagas de la Santa Madre Iglesia, propuso un intento de restauración cristiana unida a la renovación de la Iglesia.
Educación y Enseñanza en los Católicos Liberales
Los católicos liberales veían la deficiente formación sacerdotal y estaban contra el monopolio estatal de la enseñanza. En España, la Iglesia pretendía lograr una enseñanza fiel a su propia doctrina, oponiéndose a la libertad de cátedra.
El Liberalismo en España
Iniciado con los protagonistas de las Cortes de Cádiz, fueron eliminados después por Fernando VII. Su fracaso contribuyó al posterior anticlericalismo. El Trienio Liberal extinguió al catolicismo liberal. Finalmente, el ultramontanismo aplastó al catolicismo liberal.
Las Revoluciones de 1848
Su objetivo inicial era conseguir el sufragio universal y una mayor representación popular en las instituciones políticas. En cada país tuvo consecuencias eclesiales.
Elecciones y el Ascenso del Socialismo
Apareció el conservadurismo social y la división de los católicos por motivos políticos. El clero se asustó y receló de la democracia. Los socialistas, extendidos gracias a la miseria, señalaron al clero como enemigo del pueblo, junto al capital. El temor al socialismo aunó a la burguesía y a parte del clero. La revolución de París de 1848 estableció una separación entre la Iglesia y los pobres.
Europa en Llamas: Alemania y España
En Alemania, Bismarck veía al catolicismo como enemigo.
España: Persecución y Concordatos
Graves errores deben ser atribuidos a Fernando VII que, al regreso del exilio, impuso un despotismo personal. Cuando isabelinos y carlistas se enfrentaron en una cruel guerra civil, se desató la primera de las persecuciones religiosas. Mendizábal aprobó leyes muy duras, incluyendo la desamortización. Quiso crear una clase agradecida a los liberales, pero benefició a la aristocracia, no a los pobres. Esto fue una catástrofe para las instituciones eclesiásticas, el arte y la cultura patrios.
La Constitución de 1837 aceptó sostener el culto y sus ministros, buscando tratar al clero como al resto de funcionarios, en un intento de conjugar catolicismo y liberalismo. Espartero, decretando las Leyes anticlericales, supuso una reacción al apoyo carlista de buena parte del clero en la primera guerra carlista.
La Constitución de 1845 volvió a la confesionalidad. Con Narváez mejoraron las relaciones Iglesia-Estado. Bravo Murillo firmó el Concordato de 1851 (vigente hasta 1931, salvo el bienio progresista y la revolución de 1868).
Problema: El pueblo, en lo sucesivo, no financiaría al clero pensando que lo hacía el Estado. El Concordato marcó la obligación de conformar la enseñanza con la doctrina católica, creando conflictos. En el bienio progresista hubo persecución, violando el Concordato, y se rompieron las relaciones diplomáticas.
TEMA III. LOS PAPAS DEL SIGLO XIX
Este tiempo se caracterizó por una inédita influencia determinante del papado, marcada por la centralización y el universalismo. Tres principales problemas marcaron la actitud papal: el nacionalismo, el liberalismo y la cuestión social.
Pío VII (1800-1823): Un Papa Luchador
Austero y piadoso, fue dúctil con el mundo moderno y gozó de gran popularidad, siendo receptivo a la democracia. Su pontificado estuvo marcado por la prepotencia de Napoleón: tuvo que capear su gobierno, reconstruir los Estados Pontificios (EEPP) y reorganizar la Iglesia tras la Revolución y las guerras. Prohibió la pertenencia a la masonería y trató de desvincular al catolicismo de las empresas coloniales. Buscó el contacto con las masas católicas para hacer frente al anticlericalismo.
Relaciones con los Estados
Napoleón entabló negociaciones con Roma. Se firmó en París una convención, pero restringió la libertad espiritual y disciplinar alcanzada por la Iglesia francesa al agregar los famosos Artículos Orgánicos. Esto llevó a la ruptura. Napoleón publicó un Catecismo obligatorio, sometiendo los principios morales al poder del Estado. Pío VII se negó a imponerlo también en los EEPP. Las tropas francesas invadieron los EEPP, entraron en Roma, reduciendo a Pío VII a una práctica prisión en el Quirinal. Los EEPP fueron anexionados al Imperio francés. Pío VII excomulgó a cuantos habían intervenido, fue apresado y exiliado a Savona.
El fracaso de la campaña de Rusia llevó a Napoleón a buscar solución al conflicto con el Papa. Se entrevistó con él cerca de París y consiguió del enfermo Papa un proyecto de nuevo concordato favorable a sus pretensiones, del cual el Papa se retractó. El giro de la guerra hizo que Pío VII regresara a Roma. Recobró los EEPP en el Congreso de Viena. No le entusiasmó la Santa Alianza. Protegió y fomentó las artes y la cultura. Fue llamado ‘Defensor y mártir de la libertad de la Iglesia y de la italiana’.
León XII (1823-1829): Absolutismo Político y Restauración Espiritual
Infatigable trabajador a pesar de su salud. Comprendió que la Iglesia debía centrarse en su restauración espiritual, fortalecer la disciplina eclesiástica, luchar contra las teorías hostiles a la fe, y condenar las sectas y el indiferentismo en materia de religión. Volvió al absolutismo. Promovió la renovación religiosa, la piedad tradicional y la recuperación del sentido de pecado. Dio exigentes normas morales. Condenó las sectas masónicas y persiguió a los masones. Fomentó los estudios, mejorándolos y vigilándolos con un concepto anacrónico. Mostró gran interés por la obra misionera.
Relaciones con los Estados
Consiguió establecer relaciones normales con las naciones iberoamericanas tras su independencia. No supo convivir y dialogar con el liberalismo ascendente.
Pío VIII (1829-1830): Moderado
Sólida preparación en Derecho Canónico y Teología. Piadoso y con dotes de gobierno. Buscó reafirmar los principios de la Iglesia y la moderación en relación con los Estados. Atacó las corrientes liberales y racionalistas, e impulsó la obra misional. Fue intransigente en política, pero cautamente innovador y liberal. Rechazó el sometimiento de la religión al Estado. Puso la educación como principal objetivo. Trató de mejorar la administración temporal en sus Estados y las condiciones de vida de las clases humildes. Fue muy popular entre sus súbditos.
Relaciones con los Estados
Buscó normalizar las relaciones con el nuevo gobierno francés y pidió a la Iglesia concordia y neutralidad. Mostró firmeza y habilidad diplomática. La Iglesia en los EEUU se desarrolló pujante, y el Papa animó su proceso.
Gregorio XVI (1831-1846): Cerrazón Política y Dinamismo Apostólico
Excelente salud, carácter alegre, conversador, culto, íntegro y trabajador. Vida de oración, frugal y austero como monje. Sus enemigos lo presentaron como un antiliberal, tradicionalista y reaccionario, lo cual no es correcto. Distinguía entre las tendencias liberales en su sentido amplio y los errores que incluían. Estuvo condicionado por los despiadados ataques liberales y los integristas. Estalló una revolución en Módena el mismo día de su coronación. Buscó fórmulas conciliadoras con los insurrectos. En adelante, los EEPP solo pudieron mantenerse con ayuda extranjera, quedando su independencia condicionada. Apoyó la creación de nuevas órdenes y la exaltación del culto mariano. Favoreció las misiones. Cuidó el arte, una academia científica y la arqueología. Mejoró la organización de los EEPP y los dotó de infraestructura.
Relaciones con los Estados
Buscó salvaguardar la independencia y la capacidad de acción de la Iglesia con relación a las grandes potencias. Quedó como el enemigo y opresor ante los patriotas italianos; para los liberales, como absolutista y teocrático. Defendió el absolutismo. La actitud pontificia antiliberal, junto con el maximalismo anticlerical de los programas de la mayoría de los gobiernos en España y Portugal, explican la ruptura con la Santa Sede y las tentativas cismáticas que varias veces tomaron cuerpo en dichos países. En política, su pontificado fue negativo, pero en lo eclesial, muy positivo.
Beato Pío IX (1846-1878): Pontificado Largo y Fecundo
Dos problemas marcaron la pastoral a mediados de siglo: el conflicto incredulidad-fe y la existencia de los EEPP. Fue virtuoso y liberal. Mostró celo en la formación del clero y por mejorar la moralidad del pueblo, así como amor al pueblo. Procuró la fraternidad episcopal. Su bondad, apertura al pensamiento de su tiempo y el deseo de modernizar la administración de los EEPP le crearon popularidad. Decretó la amnistía a los presos políticos y confió a laicos mayor intervención en la administración, obteniendo respaldo popular. Su primera encíclica condenó el racionalismo, el indiferentismo y la teoría del progreso de la revelación. Era variable en política, pero decidido en cuestiones religiosas. Resurgió la neoescolástica y se difundió la prensa católica. Definió el dogma de la Inmaculada Concepción. Favoreció los estudios teológicos en Roma para los alumnos de fuera. Mantuvo contacto con el pueblo y dio abundante limosna. Luchó contra el jansenismo, el galicanismo y el laicismo. En 1870 celebró el Concilio Vaticano I.
Relaciones con los Estados
Estalló la revolución austriaca. Se le pidió que declarara la guerra a Austria, a lo que se negó por su misión paternal. Esto generó decepción en los revolucionarios, y el mito se deshizo. Tras el asesinato en Roma del Presidente del Gobierno, se proclamó la República, extinguiendo el poder temporal del Papa (marchó al exilio). Regresó con apoyo del ejército franco-español, quedando otra vez condicionada su independencia. Pensaba que no podía ceder el territorio de la Iglesia. La retirada de las tropas francesas permitió la ocupación de Roma, completando la unidad italiana. Pío IX rechazó la Ley de Garantías, como luego sus sucesores, por no estimarlas fiables al depender de las oscilaciones parlamentarias. Prohibió a los católicos participar en la vida política de la nueva Monarquía. A través de las limosnas del Óbolo de San Pedro, los fieles de todo el mundo expresaron su solidaridad al Papa. La política anticlerical italiana fue intensa. Estuvo pendiente de un milagro que restituyera lo perdido, de ahí su rechazo a negociar.
Decidió la condena de los 80 ‘principales errores del tiempo moderno’ en el Syllabus, y de las libertades modernas en la encíclica Quanta cura. Esto provocó una dura reacción liberal, sirviendo de nuevo motivo para su hostilidad antieclesial. En España, hasta 1868 hubo una cierta restauración religiosa: aumento de los candidatos al sacerdocio y fundación de nuevas Congregaciones. Buscó consolidar la jerarquía, junto con la multiplicación de las diócesis y el perfeccionamiento de la formación del clero. Fue llamado ‘el Papa de Iberoamérica’. Su gobierno coincidió con cambios muy radicales: la celebración de un Concilio, la pérdida de los EEPP, el marxismo, la exposición del evolucionismo y la victoria del liberalismo.
León XIII (1878-1903): Mayor Prestigio del Papado
Fue el primer cónclave sin los EEPP. Hubo inquietud por hipotéticas presiones anticlericales, aunque el gobierno italiano mantuvo las garantías. Fue coronado en la Capilla Sixtina para subrayar la situación de despojo. Trabajador y culto, convencido del perjuicio social provocado por el debilitamiento de la autoridad pontificia, buscó recuperar el liderazgo. Pensó apoyarse en el pueblo. Consagró la humanidad al Sagrado Corazón. Fomentó la devoción mariana y la centralización eclesial.
Su magisterio partió de la libertad religiosa como garantía de los derechos de la persona y el bien común. Rechazaba las ideas ilustradas sobre el origen del poder, el agnosticismo y el tradicionalismo. Legitimó la libertad, aunque mantuvo un rechazo teórico del liberalismo. Desvinculó la Iglesia de los regímenes políticos. Fue un pontificado fecundo con acertadas disposiciones. Se propuso recristianizar la sociedad. Condenó el socialismo, el comunismo, el nihilismo y la masonería. Subrayó la necesidad de preservar la influencia de la Iglesia en la sociedad, frente al laicismo y el anticlericalismo, invitando a los católicos a reforzar sus asociaciones para ser más activos y eficaces. Gozó de gran autoridad moral.
Relaciones con los Estados
Aspiraba al ideal de aglutinar los Estados cristianos. Estimaba necesaria la soberanía temporal papal. Adoptó una estrategia diferente respecto de sus antecesores, mejorando las relaciones con los gobiernos. Quiso recuperar los Estados de la Iglesia sin rechazar la unidad de Italia. Humberto I hizo aprobar una legislación anticlerical. En el traslado de los restos de Pío IX, el difunto fue ultrajado por liberales, e incluso intentaron arrojarlo al río, lo cual fue impedido por seminaristas irlandeses. León XIII reclamó la independencia papal, pensando incluso establecerse bajo protección austríaca. Crispi acentuó el anticlericalismo. El Papa pensó trasladarse a España, pero ningún país quería acogerlo permanentemente.
En Alemania, Bismarck decretó una verdadera persecución (Kulturkampf). Con León XIII hubo una lenta mejora. La normalización se consiguió con ocasión de la petición de Bismarck al Papa para mediar con España en el conflicto de las Islas Carolinas. El canciller tuvo que reconocer la soberanía española. Finalmente, las islas fueron vendidas a Alemania tras la pérdida de Cuba y Filipinas en 1898.
En Francia, figuras como Zola y Dumas eran contrarias a la labor caritativa y educativa de la Iglesia. Ferry, masón, proyectó una escuela laica. El radicalismo francmasón destruyó ‘democráticamente’ la enseñanza católica. León XIII intentó modificar la situación en Francia, buscando una mejor presencia de los católicos. Aceptó las diversas formas de gobierno. Se lograron considerables progresos en los campos de educación y caridad. Insistió en la formación permanente del clero. En España, la encíclica Rerum Novarum despertó poco entusiasmo. La Iglesia ayudó cuanto pudo en la Guerra Hispano-Estadounidense de 1898. En Portugal, en 1910, se proclamó la república y se decretó la separación Iglesia-Estado, con la habitual persecución anticlerical. Tuvieron lugar las apariciones marianas de Fátima. Se produjo un resurgimiento religioso desde los años veinte, y en 1940 se firmó un nuevo Concordato.
TEMA IV. EL CONCILIO VATICANO I
El contexto era de un fuerte movimiento anticatólico en Europa, desamortizaciones y serias teorías anticristianas. Los EEPP se redujeron en 1869 a la ciudad de Roma. El Concilio Vaticano I se convocó para clarificar las preocupaciones y renovar métodos y mentalidades, enfrentando retos inéditos. Los temas a tratar incluían la condena de errores, la reforma del derecho, la clarificación de las relaciones Iglesia-Estado y la invitación a los ortodoxos a la unión. También se buscaba definir la infalibilidad y clarificar la cuestión del poder temporal del papado. El Concilio quedó inaugurado el 8 de diciembre de 1869.
Constitución Dei Filius
En cuatro capítulos resume la fe católica: Dios, Revelación, fe y relación fe-razón. 18 cánones condenan los errores opuestos a esta doctrina: ateísmo, panteísmo, racionalismo absoluto, fideísmo y hermesianismo.
El Tema de la Infalibilidad
La mayoría era favorable a la definición. No se buscaba aplicar la infalibilidad al Papa en cuanto persona privada, ni pretendían separarlo de la Iglesia. Estaba unida a la función magisterial del pontífice. La infalibilidad papal tiene el mismo objetivo que la de la Iglesia: conservar y explicar el depósito revelado. Su alcance se limita a las definiciones solemnes ex cathedra.
Características de la Definición: Constitución Pastor Eternus
La constitución Pastor Eternus estableció las notas del poder primacial pontificio:
- Ordinario, ejercitable en cualquier momento.
- Inmediato.
- Verdaderamente episcopal.
- Pleno.
La definición del dogma de la infalibilidad pontificia fue aprobada por práctica unanimidad, con 55 obispos opuestos. Los trabajos de las comisiones fueron utilizados en la preparación del Código de Derecho Canónico de 1917. La importancia de este concilio radica en su enseñanza sobre el Papa. Reforzó el centralismo, siendo considerado el concilio del papado. El Vaticano II sería el del episcopado.
TEMA V. VIDA RELIGIOSA Y ECLESIAL
El primer momento del siglo XIX estuvo dominado por el racionalismo. A pesar del esfuerzo evangelizador, se consolidó la tradición anticlerical revolucionaria. La burguesía mostró indiferencia, mientras que el mundo rural mantuvo mayor religiosidad. Existían también sabios cristianos.
Una Iglesia más Compacta
Como reacción a la Ilustración y la Revolución, se multiplicaron libros, prensa, revistas y hojas de espiritualidad, mejorando la formación religiosa.
Un Clero Piadoso y Creativo
El clero secular fue el único actor de la evangelización, ya que los religiosos habían sido suprimidos por la Revolución. Era modesto, con mucha disciplina pero poca formación intelectual. Procedía de las clases humildes y su situación económica era precaria.
Métodos de Pastoral
Aparecieron manuales de predicación y de confesores. Se puso acento en la práctica religiosa y la confesión, con excesiva atención a la moral sexual. La enseñanza y defensa de la fe fue percibida por los adversarios como autoritarismo y coacción.
Nuevas Formas de Presencia
Surgieron iniciativas institucionales y personales. Nació Cáritas, congregaciones para deficientes y para la formación de niños. Muchas congregaciones nuevas surgieron con mayoría femenina. Las Misiones populares fueron una respuesta a la descristianización. Se multiplicó el martirio: Corea, Vietnam, Uganda, París en el siglo XIX; y en el siglo XX, los más numerosos: en Rusia, México, España…
Formación y Catecismo
Tras padecer la Revolución y el exilio, se procuró evangelizar a la juventud y a los campesinos. Se observó una feminización del catolicismo. Aparecieron obras catequéticas en Europa, como las Escuelas Dominicales para niños pobres y para el servicio doméstico.
Devociones y Espiritualidad
Se potenciaron tres devociones principales: la Eucaristía, el Sagrado Corazón y la Virgen María. Se celebraron congresos eucarísticos internacionales y se promovió la comunión frecuente. San Pío X enseñó que la comunión alimenta la vida moral, no es una recompensa, y estableció la Primera Comunión a los 7 años. Se cultivaron los antiguos modelos de santidad y la práctica de los Ejercicios espirituales.
Liturgia, Arte y Música
Hubo interés por revalorizar y purificar la Liturgia. Se restauró la música sacra y se propagó el canto gregoriano. Se publicaron misales para laicos. Músicos cristianos destacados fueron Falla y Casals. San Pío X buscó que los fieles pudieran cantar y rezar la Misa, sin tener que buscar otras prácticas para entretenerse. La búsqueda espiritual se manifestó en pintores como Kandinsky y Dalí.
Vida Pastoral y Espiritual
Hubo importantes esfuerzos evangelizadores de sacerdotes y laicos, demostrando el volumen y vitalidad del catolicismo frente a sus adversarios. La Iglesia fomentó la ‘buena prensa’. La hostilidad padecida indujo al cultivo de la espiritualidad, sobre todo cristocéntrica. Intelectuales y escritores mostraron cierta vuelta al cristianismo. Unamuno protestaría por la política religiosa de la II República. Ortega y Gasset, agnóstico, valoró las raíces cristianas y fue respetuoso. El anticlericalismo fue representado por ‘Clarín’ y Blasco Ibáñez (masón). Surgió la sociología religiosa y la psicología de la Religión.
Las misiones populares fueron un verdadero aldabonazo para la fe, un esfuerzo apostólico. La Iglesia, vapuleada, pero fervorosa y compacta, buscó la renovación para seguir su misión.
TEMA VI. LOS PAPAS DEL SIGLO XX
San Pío X (1903-1914): Custodiar la Fe para Renovar la Iglesia
De familia humilde, fue un sacerdote piadoso, con formación teológica escolástica y romana. Fue un pontífice pastor, renovando la diócesis y el clero de Roma. Reforzó la centralización y la acción pastoral. Toleró los sindicatos. Receló de los creyentes de formación intelectual, lo que impulsó la reacción antimodernista. Se enfrentaron dos tipos de catolicismo: el que rechazaba cualquier cambio y el que buscaba la renovación. Fundó seminarios regionales para una buena formación. Reformó la liturgia, promovió la frecuencia de los sacramentos y la comunión frecuente. Revolucionó la Curia, reorganizándola en busca de la eficacia.
Relaciones con los Estados
Hubo gran turbulencia política y social. El anticlericalismo marcó la historia contemporánea, con la descristianización de España y un anticlericalismo violento. Se produjo la división política de los católicos frente a socialistas y republicanos. En Francia se decretó la separación Iglesia-Estado. Pío X condenó la separación. El Gobierno se encontró con poblaciones católicas sublevadas. Se instauró una república anticlerical. En México hubo una política persecutoria intermitente. San Pío X permitió el voto de los católicos.
Benedicto XV (1914-1922): Servir a la Paz
Dentro de la Iglesia, el integrismo generó enfrentamiento y división. Su pontificado estuvo marcado por la Gran Guerra y la posguerra, e intentó una paz justa. Buscó hacerse presente en los medios de comunicación. Sujetó el integrismo. Condenó el modernismo, pero rechazando los excesos integristas. Fue conciliador con los intelectuales. Promulgó el Codex Iuris Canonici, clarificando la normativa. Distinguió entre acción misionera y política colonial. Creó seminarios regionales para el clero indígena. Desarrolló la pastoral juvenil y el movimiento litúrgico. Para promover el laicado, levantó la prohibición de intervenir en la vida política.
Relaciones con los Estados
Presentó a la Iglesia como madre y guía, identificó las causas de la guerra y expuso la importancia de la religión para la paz social; condenó el nacionalismo exacerbado y el racismo. Buscó una paz justa, pero los gobernantes no le escucharon. La Santa Sede consideró que los tratados de Versalles y Saint-Germain estaban dictados por la venganza, más que por la justicia, lo que conduciría a la Segunda Guerra Mundial. Fue muy eficaz la ayuda vaticana a prisioneros y familiares. Intercedió por los armenios.
Pío XI (1922-1939): La Paz de Cristo en el Reino de Cristo
Condenó los totalitarismos. Tenía un talante directivo, incluso autoritario, a veces con mal genio. Poseía gran capacidad de acción y de gobierno. Acentuó la centralización eclesial, como sus predecesores. Fomentó la vida interior apoyándose en cuatro devociones: la Eucaristía, el rosario, Cristo Rey y el Sagrado Corazón. Deslindó misión y acción colonial, rechazando el racismo. Pedía la creación de un clero indígena y diócesis autóctonas. Estableció el Domund.
Señaló que la sociedad se apartaba de Dios, rechazando violentamente los principios cristianos y sustituyéndolos por un materialismo que daba vida a un nacionalismo totalitario. Reprochaba a los fascistas y a otros el propósito de someter el proceso educativo al Estado. Combatía la escuela ‘neutra’ o ‘laica’. En educación, defendió que la competencia del Estado es subsidiaria —contra el totalitarismo—. Se ocupó de la moral del matrimonio y de sus fines. El ideal del sacerdocio era ser modélico y eficaz. Condenó el ‘pancristianismo’. Conmemoró el 40º aniversario de Rerum Novarum con la encíclica Quadragesimo Anno. Rechazaba el totalitarismo y el liberalismo absoluto. Promovió la coordinación de libre iniciativa con la autoridad, de cara al bien común (la tercera vía cristiana). Subrayó la importancia de los sindicatos cristianos para defender a los obreros. Abierto a las novedades tecnológicas. Preocupación por la relación fe-ciencia. Reorganizó los estudios eclesiásticos y promovió el tomismo.
Relaciones con los Estados
En su primera encíclica trató la paz de Cristo en el reino de Cristo —su lema—. Pidió reconsiderar las reparaciones de guerra desde una visión cristiana (justicia y caridad social). Mussolini se percató de la importancia del entendimiento con la Iglesia. Pío XI aceptó un Estado con mínimo territorio para obtener la libertad de la Iglesia. El Tratado de Letrán creó el Estado de la Ciudad del Vaticano, soberano, con 44 hectáreas. Se enfrentó a Mussolini y a Hitler. Condenó el nazismo, el panteísmo, el racismo y el totalitarismo. Denunció la persecución sin apoyar al bando nacional en España. En México, la persecución directa de Plutarco Elías Calles desató la Cristiada. Rusia, México y España enmarcaron la condenación del comunismo. Fue defensor de los derechos del hombre.
Pío XII (1939-1958): Por un Mundo Nuevo
Fuerte vida interior, culto, inteligente y virtuoso. Retraído, majestuoso en el porte. Buena formación jurídica y conocimiento internacional. Su primera encíclica fue una condena radical del totalitarismo. Estableció el fundamento teológico de la liturgia. Planteó la vuelta a las fuentes. Advirtió contra el relativismo. Su magisterio sirvió como punto de partida de la investigación teológica. Mantuvo contacto directo con los fieles. Animó a la renovación de los religiosos y la relación con el clero secular. Proclamó dogma de fe la Asunción de María en carne mortal. Denunció también el materialismo positivista de occidente.
El contexto de la hostilidad republicana y la persecución explica el apoyo de la Iglesia a los nacionales en España. No hubo maridaje Iglesia-Régimen, sino prudencia en la Iglesia y serios desencuentros. Los católicos de este tiempo gestaron la unidad europea, que llevaría al Tratado de Roma y a la primera formulación de la Comunidad Europea. Trató de las misiones, fomentando el clero indígena. Apoyó la independencia de las colonias. Pidió reforzar el apoyo misional de Europa. Su pontificado aportó bases para el futuro Concilio.
Relaciones con los Estados
Fue bien acogido por los gobiernos democráticos, mientras lidiaba simultáneamente con los totalitarismos y la progresiva descristianización. Trabajó por la paz: ‘nada se pierde con la paz, todo puede perderse con la guerra’. Condenó la invasión de Polonia. Desplegó la ayuda humanitaria. Trabajó por salvar a los perseguidos por su raza y religión. Se le reprocha una condena menos beligerante de los abusos alemanes, pero esto hubiera agravado la situación de los católicos sometidos. El Radiomensaje de Navidad de 1942 incluyó una clara referencia a la deportación y al exterminio de los judíos. La ayuda negada por sectores intelectuales anticatólicos que lo calumniaron. La KGB facilitó material falso al autor de la obra teatral El vicario, inicio de esta leyenda negra. La diplomacia vaticana salvó la vida a varios millares de judíos. No se permitió a la Santa Sede participar en la negociación del nuevo orden mundial. Se incrementaron las relaciones con los Estados.
San Juan XXIII (1958-1963): Iglesia Madre y Maestra
Fama de bondad y experiencia diplomática. Sencillez humilde de un hermano que habla a todos los hombres como a hermanos. Aunque breve, tuvo un papel esencial en la vida de la Iglesia. Subrayaba la importancia del ministerio episcopal y de las Iglesias locales. Mantuvo un trato pastoral directo visitando parroquias, hospitales, cárceles y el seminario. Anunció sorprendentemente un concilio: explicó que se trataba de hacer llegar a todos los seres humanos el mensaje católico, no de pronunciar condenas. Acuñó el concepto ‘puesta al día’, aggiornamento. Cultivó el ecumenismo. Mejoró las relaciones con los judíos. En sus nueve encíclicas, la primera tuvo tres objetivos: la búsqueda de la verdad, la unidad y la paz. Pidió potenciar las misiones. La encíclica Mater et Magistra reconoció los progresos logrados en el orden social y destacó los nuevos problemas de injusticia. Dio una nueva imagen al pontificado y fue muy querido.
Relaciones con los Estados
El problema en ese tiempo era la Guerra Fría. Decidió superar el mal con la abundancia de bien, sin dejar de denunciar los errores de ambos materialismos. En la crisis de los misiles en Cuba, medió pidiendo acuerdo entre Kennedy y Khruschev. Fue un acuerdo difícil, pero se evitó la guerra. Reanudó los contactos con las autoridades comunistas. No cambió su juicio moral, pero buscó puntos de encuentro. Esto se conoce como Diplomacia Realista: buscar la mejor situación posible ante un gobierno contrario o abiertamente hostil. Fue beatificado y canonizado.

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