27 Nov
La Generación del 98: Definición y Contexto Histórico
En los albores del siglo XX, el Realismo había caído en descrédito. Un grupo de jóvenes escritores denominados modernistas se enfrentan a la literatura decimonónica. Se definen por su esteticismo y su rechazo a la mediocridad.
En 1913, cuando el Modernismo ya se había extendido por España, Azorín desarrolló el concepto de Generación del 98 para distinguir a los escritores propiamente modernistas, aquellos que se refugiaban en el esteticismo como rechazo del mundo, de los que, como Baroja, Ramiro de Maeztu o el propio Azorín, mostraban una actitud crítica ante la realidad y defendían la necesidad de cambios políticos y sociales.
A estos tres nombres se les añadieron posteriormente los de Unamuno, Antonio Machado y Valle-Inclán. Todos ellos constituirían la denominada Generación del 98.
Debate Terminológico: ¿Generación o Grupo del 98?
Sin embargo, tal distinción no es tan evidente. En realidad, tanto los escritores modernistas como los noventayochistas pertenecieron a la misma generación histórica y mantuvieron una relación personal y literaria constante, sin hacer diferencias entre unos y otros. En este sentido, algunos críticos prefieren hablar de Grupo del 98; un grupo homogéneo dentro de aquella generación, sobre todo por sus contactos juveniles y por su posterior evolución en plena madurez creativa.
Características Fundamentales de la Generación del 98
1. Actitud Rebelde y Crítica Social
Así, la mayoría de los escritores del 98 tendrían en común una actitud rebelde frente a los valores burgueses, ante los que adoptan diferentes posturas estéticas e ideológicas:
- El socialismo de Unamuno y Maeztu.
- El anarquismo peculiar de Martínez Ruiz (Azorín) y Baroja.
- El carlismo de Valle-Inclán.
Se oponen a la mediocridad de la sociedad española de la Restauración, tanto a través de su compromiso político como de actitudes irreverentes de todo tipo. Es la época del anarquista literario, del bohemio, del dandy, del escritor maldito. Con el paso de los años, la inutilidad práctica de sus esfuerzos y su integración social atenuaron hasta la desaparición ese radicalismo de juventud. Será entonces el momento en que se hagan evidentes los rasgos más característicos de la mentalidad del 98.
2. Idealismo e Irracionalismo Europeo
En este sentido, de estos escritores se suele destacar en primer lugar su idealismo y su entronque con las corrientes irracionalistas europeas:
- Nietzsche
- Schopenhauer
- Kierkegaard
- Otras formas de vitalismo, como la de Bergson.
En relación con ello, puede hablarse de neorromanticismo (coincidente con el de los modernistas). De igual modo, es característico en los textos del 98 el enfrentamiento entre intelectualismo y vitalismo, de forma que los protagonistas de sus novelas tienden a evitar el sufrimiento, sea absteniéndose de actuar y refugiándose en la contemplación, sea dedicándose a una actividad frenética que los aleje de la meditación.
Temas recurrentes en la prosa del 98:
- El paisaje y las viejas ciudades.
- El tedio vital.
- Los personajes abúlicos e indolentes.
Pero todo ello no es un rasgo particular de los escritores españoles del momento, agobiados por la sensación de decadencia que acompaña al Desastre del 98, sino que se trata de un fenómeno general que entronca con la literatura europea de esta época.
3. Esteticismo y Renovación Estilística
Este anhelo de trascendencia conduce a un esteticismo absoluto, esto es, un culto casi religioso a la belleza muy en la línea del Modernismo. Sin embargo, si la lírica fue el medio predilecto de expresión para los modernistas, los escritores de la Generación del 98 prefirieron la prosa, por ser el vehículo más eficaz para la divulgación de sus ideas.
En general, puede decirse que estilísticamente el Realismo decimonónico es sustituido por una prosa impresionista en la que lo característico es:
- La sugerencia y la impresión.
- La vaguedad simbolista.
- La pincelada rápida que evoca lo descrito.
- La tendencia a lo inconcluso, a lo fragmentario, a lo no definitivo.
El propósito ya no es reflejar objetivamente la realidad, sino que esta aparece diluida como un trasfondo de las experiencias subjetivas o de los problemas de conciencia. La atención al pequeño detalle de Azorín, el desaliño expresivo de Baroja y el gusto por lo discursivo de Unamuno marcan la ruptura con el estilo del Realismo y conducen la prosa narrativa del siglo XX.
4. El Tema de España: Preocupación Central
Otro factor común a la Generación del 98 es el Tema de España. Así, tras su juvenil radicalismo político, los escritores del 98 proyectarán sobre la realidad española sus anhelos y angustias personales.
De este modo, se pasa a plantear el Tema de España no en el terreno económico y social, sino en el plano de los valores, ideas y creencias. Los escritores del 98 intentaron buscar una respuesta abstracta y filosófica a los problemas concretos y prácticos (económicos, políticos, sociales, etc.) que tenía la España de la época.

Deja un comentario