03 Dic

La Novela Española Tras la Guerra Civil

Tras la Guerra Civil, la narrativa española quedó marcada por la censura, el exilio de autores como Ayala, Aub o Sender, y un fuerte empobrecimiento cultural.

Años Cuarenta: Estancamiento y Ruptura

Durante los años cuarenta, la novela experimentó un estancamiento evidente. Predominaban obras triunfalistas que exaltaban la visión de los vencedores y novelas de evasión, alejadas de la dura realidad cotidiana.

Sin embargo, pese a este contexto, surgieron obras que rompieron con la tendencia dominante, ofreciendo una visión crítica y desgarrada de la sociedad:

  • La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela.
  • Nada de Carmen Laforet.

Paralelamente, comenzaron a destacar nuevos novelistas como Miguel Delibes y Gonzalo Torrente Ballester.

Años Cincuenta: El Auge de la Novela Social

A partir de los años cincuenta, la narrativa evolucionó hacia la novela social, impulsada por La colmena de Cela. Esta tendencia pretendía denunciar las injusticias y las desigualdades sociales. Los autores estaban comprometidos con la sociedad de su época y ponían sus objetivos políticos por encima de los logros estéticos.

Los temas abarcaban a todos los sectores sociales: el vacío y el egoísmo de la vida burguesa, la explotación industrial y las condiciones de subsistencia en el campo.

Autores y Obras Clave de la Novela Social

  • Jesús Fernández Santos.
  • Rafael Sánchez Ferlosio con El Jarama (1956), novela que se convirtió en el modelo de esta tendencia.

Años Sesenta y Setenta: Renovación Formal y Experimentalismo

En los años sesenta se produjo un claro cansancio ante la fórmula social. La transformación de la sociedad española, junto con la apertura a influencias extranjeras, motivó una profunda renovación. Tuvieron un papel decisivo la publicación de:

  • Tiempo de silencio (1962), de Luis Martín-Santos.
  • La ciudad y los perros (1963), de Mario Vargas Llosa.

La novela de los setenta continuó con la reflexión crítica, pero la presentación formal fue muy novedosa, alejándose del realismo objetivo y de la sencillez estilística. Se utilizaron un léxico riquísimo, lleno de invenciones y expresividad.

Técnicas Narrativas Introducidas

Con las obras de Martín-Santos y Vargas Llosa se introducen las técnicas narrativas que aparecerán en las novelas posteriores. Las principales son:

  • El cambio de perspectivas narrativas (de tercera a primera persona, o el relato en segunda persona).
  • El empleo del monólogo interior.
  • La parodia de géneros narrativos.
  • La inserción de collage.
  • El desorden temporal.
  • Personajes conflictivos.

El predominio de los aspectos formales sobre el contenido llevó a la novela de los años setenta a un excesivo experimentalismo formal, que terminó por cansar a los lectores. Autores destacables de esta época son Camilo José Cela y Miguel Delibes.

Desde 1975: Recuperación y Diversidad

Tras la muerte de Franco en 1975, la novela dejó atrás el experimentalismo más extremo y recuperó el interés por la trama, los personajes y la conexión con el lector. A partir de los años ochenta, la novela se convirtió en el género preferido de los lectores.

Existe una gran diversidad de géneros: novelas históricas, policiacas, sentimentales, entre muchas otras. Entre los autores más destacados se encuentran: Almudena Grandes y Juan José Millás.

El Teatro: Censura y Compromiso

El Teatro sufrió gravemente la Guerra Civil, con exilios, muertes, censura y la necesidad de contentar al público burgués.

Años Cuarenta: Evasión y Comedia Burguesa

En los años cuarenta, predominaron los espectáculos de evasión y la comedia burguesa, muy conservadora. También se presentaron obras de contenido histórico o político para propagar la ideología de los vencedores.

La única tendencia teatral que se mantuvo fue la comedia burguesa, que acentuaba la defensa de valores conservadores. Otra línea fue el teatro cómico, donde Enrique Jardiel Poncela y Miguel Mihura crearon un humor de raíz surrealista, ilógico y corrosivo, aunque tuvieron que plegarse a los gustos del público.

Obras y Autores Cómicos

  • La obra más importante de este tipo de teatro es Tres sombreros de copa, de Miguel Mihura.
  • Este tipo de teatro también fue cultivado por Pedro Muñoz Seca, con obras como La venganza de don Mendo, que muestra un humor directo de evasión. (Muñoz Seca fue fusilado al comienzo de la Guerra Civil).

Años Cincuenta: El Teatro Comprometido

En los años cincuenta, el estreno de Historia de una escalera, de Antonio Buero Vallejo, animó la escritura y representación de un teatro más crítico y cercano a las preocupaciones del momento.

A mediados de la década, comenzó a aparecer el teatro comprometido, en cuyos argumentos se reflejaban las injusticias y desigualdades sociales: las condiciones de vida de los obreros, la miseria económica y moral, y la represión ideológica y política.

Estéticamente, predominó el realismo: la escena imitaba espacios cotidianos, con rasgos costumbristas, y el lenguaje se esforzaba en reproducir el habla de las distintas clases sociales. Muchas de estas obras permanecieron inéditas o no pudieron representarse a causa de la censura. Por ello, se ha hablado de un teatro de la sombra.

Años Setenta: Renovación y Teatro Independiente

En los años setenta, se continuó con los propósitos de denuncia y compromiso. Aparecieron nuevos autores que intentaron una renovación del lenguaje y de las técnicas dramáticas. Lo más relevante de esta década fue el movimiento de renovación cercano a las corrientes teatrales europeas, como el teatro del absurdo.

Destacaron los grupos de teatro independiente, como Los Goliardos. Sus características generales fueron:

  • La creación colectiva de la obra.
  • La menor importancia del texto.
  • La ruptura de las convenciones escénicas.

Desde 1975: Decadencia y Eclecticismo

Desde 1975, tras la muerte de Franco y el fin de la censura, se produjo un proceso de recuperación del teatro que no se había podido representar. Se montaron obras de Lorca, de autores de la generación realista, o de autores prohibidos, como Fernando Arrabal.

Sin embargo, pronto comenzó una decadencia, ya que el teatro no podía competir con el cine y la televisión. El panorama actual es variado: predomina el teatro comercial e institucional, pero también surgen autores y grupos que realizan nuevas propuestas escénicas.

La Poesía: De la Angustia Existencial al Culturalismo

El desarrollo de la poesía contemporánea española se cimenta en la fractura traumática que supuso la Guerra Civil (1939), que propició el exilio forzoso y la polarización del panorama literario.

Años Cuarenta: Arraigada y Desarraigada

La primera etapa, hasta 1950, se distingue por la aparición de dos corrientes estéticas opuestas:

  1. Poesía arraigada: Con figuras como Luis Rosales y Leopoldo Panero. Optó por un escapismo formalista, cultivando el clasicismo métrico para edificar una visión ordenada. Temas esenciales: la fe, la familia y una serenidad impostada.
  2. Poesía desarraigada: Respuesta visceral a la realidad. Su estandarte fue Hijos de la ira, obra de Dámaso Alonso. Impulsó una quiebra métrica radical (empleo del versículo y lenguaje antipoético) para manifestar, sin filtros líricos, la angustia existencial y el desasosiego de la posguerra.

Años Cincuenta: Poesía Social y Humanizada

Los años cincuenta presenciaron la instrumentalización de la lírica a través de la poesía social.

  • Autores clave: Blas de Otero (con obras como Pido la paz y la palabra) y Gabriel Celaya.
  • Propósito: ético-político (denuncia de injusticias y consecución de la libertad). Se adoptó una dicción llana y coloquial para garantizar la comunicabilidad total.

Simultáneamente, surgió la Generación del 50 o poesía humanizada. Autores como Jaime Gil de Biedma y Ángel González se desmarcaron del compromiso militante para centrarse en la depuración estética y la reflexión sobre la temporalidad, la memoria biográfica y la vida cotidiana, recuperando la dimensión íntima del hecho poético.

Años Setenta: Los Novísimos y el Culturalismo

La ruptura paradigmática se consolidó en 1970 con la irrupción de los Novísimos (o Nueve Novísimos). Fue una desviación estética radical que rechazó el realismo testimonial en favor del culturalismo y el experimentalismo vanguardista.

  • Nombres clave: Pere Gimferrer y Guillermo Carnero.
  • Características: Lírica elitista y sofisticada, marcada por la intertextualidad y el rechazo a la comunicación directa, inspirándose en el cine y la música.

Desde 1975: Eclecticismo Formal

Desde 1975, el panorama ha evolucionado hacia un eclecticismo formal. Se conjuga la libertad del verso libre y la herencia surrealista con el retorno a la preocupación por los grandes temas humanos.

Autores representativos como Blanca Andreu y Luis García Montero establecen una convergencia de estéticas que define la lírica actual sin la rigidez de los dogmas de las etapas anteriores.

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