02 Jun

El Surgimiento del Concepto de Hombre en la Episteme Moderna

El concepto de «hombre», tal como lo entendemos hoy como objeto de conocimiento científico, no existía antes de la episteme moderna, que se consolida en el siglo XIX. Previamente, el ser humano no era un objeto de estudio científico en el sentido actual. Con la llegada de la modernidad, el hombre se convierte simultáneamente en objeto y sujeto del conocimiento.

Durante la época clásica (siglos XVII-XVIII), el conocimiento se caracterizaba por ser homogéneo y estar basado en un principio de orden universal. Sin embargo, en el siglo XIX, el campo epistemológico experimenta una profunda diversificación, y es en este contexto donde el hombre emerge como un nuevo y complejo objeto de estudio.

El Triedro Epistemológico: Saberes en la Modernidad

La modernidad se caracteriza por la coexistencia de diferentes tipos de saberes, organizados en lo que se conoce como el triedro epistemológico. Este triedro se compone de tres dimensiones principales:

  • Las Ciencias Matemáticas y Físicas

    Estas disciplinas se dedican al estudio de las leyes universales de la naturaleza. Incluyen campos como las matemáticas, la física y, en general, las ciencias exactas. Su enfoque radica en la búsqueda de principios inmutables y cuantificables que rigen el universo.

  • Las Ciencias del Lenguaje, la Vida y la Producción

    En este grupo se encuentran disciplinas que abordan fenómenos específicos, pero altamente estructurados, relacionados directamente con la existencia humana. Aquí se incluyen:

    • Biología (estudio de la vida)
    • Economía (estudio de la producción y el trabajo)
    • Lingüística (estudio del lenguaje)

    Estas ciencias se ocupan de las manifestaciones concretas del hombre en su entorno.

  • La Reflexión Filosófica

    Este tercer vértice del triedro está ocupado por la filosofía, cuya función principal es la reflexión crítica sobre las formas del saber y su organización. La filosofía actúa como un metadiscurso que interroga los fundamentos y límites de las otras ciencias.

El Hombre como Ser Representativo y las Ciencias Humanas

Los dominios del lenguaje, la vida y la producción son fundamentales para comprender al hombre en el marco de las ciencias humanas. A diferencia de las ciencias exactas, la matematización no es el problema principal de estas disciplinas. El hombre se constituye aquí como un ser representativo, es decir, capaz de formar ideas y conceptos sobre sí mismo y el mundo, y de reflexionar sobre su propia vida, trabajo y lenguaje.

La Capacidad de Representación

El hombre posee la habilidad intrínseca de crear representaciones (ideas y conceptos) sobre sí mismo y el mundo que lo rodea. Esta capacidad le permite no solo interactuar con la realidad, sino también reflexionar profundamente sobre su existencia, sus actividades laborales y su forma de comunicarse. Esta característica es central para el estudio de las ciencias humanas.

La Función y Positividad de las Ciencias Humanas

Las ciencias humanas tienen como función principal el estudio del hombre en su positividad: como un ser vivo, un trabajador y un ser parlante. Se sitúan en una posición intermedia entre disciplinas como la biología, la economía y la filología, pero sin reducir al hombre estrictamente a su naturaleza biológica. En cambio, se enfocan en su rol activo y sus manifestaciones concretas:

  • Es un ser vivo (con una dimensión biológica).
  • Es un trabajador (que participa en actividades productivas y económicas).
  • Es un ser que habla (un ser parlante y comunicativo, creador de lenguaje).

La Posibilidad del Saber en el Ser Humano Finito

Las ciencias humanas exploran cómo el hombre, en su condición de ser finito, posibilita el conocimiento sobre sí mismo. Este conocimiento se articula en los dominios de la biología, la economía y la filología, a través de la aplicación de categorías bipolares específicas para cada campo:

  • Biología: Funciones y Normas

    En el ámbito biológico, el hombre es un ser vivo cuyas funciones vitales son estudiadas. Aquí se analizan las funciones (los procesos biológicos inherentes al cuerpo) y las normas (las reglas que definen lo que se considera «normal» o saludable para el organismo humano).

  • Economía: Conflicto y Reglas

    Como trabajador, el hombre se inserta en sistemas de producción. La economía estudia los conflictos inherentes a las relaciones laborales y las reglas que organizan la producción y distribución de bienes y servicios.

  • Filología (Lenguaje): Significación y Sistema

    El ser humano es un ser parlante que utiliza el lenguaje para comunicarse. La filología investiga la significación (cómo se construyen los significados en el lenguaje) y el sistema de reglas que organiza el lenguaje, incluyendo su gramática y estructura.

Relación entre las Ciencias Humanas y la Representación

La capacidad del hombre para representarse a sí mismo es la base fundamental de las ciencias humanas. Estas disciplinas no solo estudian las representaciones, sino que exploran la compleja distancia entre el ser humano como objeto de estudio y lo que este mismo puede conocer sobre sí. La representación no es solo un objeto de estudio, sino la condición de posibilidad de este saber.

Las Contraciencias y la Potencial Desaparición del Hombre

Ciertas disciplinas, denominadas contraciencias, desafían los límites y las bases de las ciencias humanas tradicionales. Estas incluyen la etnología y el psicoanálisis, que cuestionan la universalidad y la transparencia del concepto de «hombre».

Explicación Detallada de las Contraciencias

Las contraciencias representan un desafío significativo para la episteme moderna y las ciencias humanas:

  1. Contraciencias y la Episteme Moderna

    Disciplinas como el psicoanálisis y la etnología ponen en tela de juicio los fundamentos mismos de las ciencias humanas tradicionales, al revelar dimensiones del ser humano que escapan a la representación consciente o a la universalidad cultural.

  2. La Etnología y la Historicidad

    La etnología subraya que el hombre no es una entidad universal e inmutable, sino un producto de procesos históricos y culturales específicos. Cuestiona la pretensión de un «hombre» ahistórico y transcultural.

  3. El Psicoanálisis y la Ruptura con la Representación

    El psicoanálisis, por su parte, rompe con la idea de que el hombre puede ser comprendido completamente a través de la representación consciente. Explora el dominio de lo inconsciente, revelando fuerzas y estructuras que operan más allá de la voluntad y la razón.

  4. «Tomas a Contracorriente»

    Las contraciencias, como el psicoanálisis, ejercen una «toma a contracorriente» que pone en tensión las bases del conocimiento humano. Su efecto es descomponer la noción de un hombre fijo, unitario y transparente a sí mismo.

  5. La Desaparición del Hombre como Rostro de Arena

    Esta perspectiva lleva a la inquietante idea de que, si las condiciones epistemológicas que hicieron posible el surgimiento del «hombre» como objeto de saber cambian, el concepto mismo de «hombre» podría desaparecer tal como lo entendemos hoy. Es una metáfora poderosa: como un rostro de arena que se borra con el mar, el hombre podría desvanecerse de nuestro horizonte de conocimiento.

Aspectos Clave de las Ciencias Humanas

La Positividad de las Ciencias Humanas

La positividad en las ciencias humanas se refiere a su enfoque en el estudio del hombre como un ser activo que vive, trabaja y habla. Esto implica que no lo reducen a un mero objeto natural, sino que lo abordan en sus manifestaciones concretas y en su capacidad de acción y creación.

Modelos y Categorías Bipolares

Las ciencias humanas emplean categorías bipolares para estructurar su conocimiento. Ejemplos claros son «funciones-normas» en biología, «conflicto-reglas» en economía, y «significación-sistema» en el lenguaje. Estas categorías permiten un abordaje sistemático de los fenómenos humanos.

Continuidad, Discontinuidad y Coherencia Interna

Los dominios de las ciencias humanas, caracterizados por su naturaleza bipolar, generan una cierta continuidad en el estudio del hombre a lo largo del tiempo, a pesar de las diferencias en sus enfoques. Aunque estas ciencias pueden ser discontinuas (diferentes disciplinas estudian distintos aspectos del ser humano), mantienen una coherencia interna. Esto se debe a que cada una sigue reglas y normas propias que aseguran su consistencia metodológica y conceptual.

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