11 Oct

1. Organización Política: Monarquía, Constitucionalismo y Partidos Políticos

A la muerte de Fernando VII en 1833, estalló la Primera Guerra Carlista (1833-1840), un conflicto entre los absolutistas (carlistas), que apoyaron a Carlos María Isidro, y la Regente María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, quien tuvo que buscar apoyo en los liberales moderados (isabelinos) para defender los derechos de su hija Isabel.

H3.1. Bandos en Conflicto

  • Los Carlistas: Eran los partidarios de Carlos María Isidro, hermano de Fernando VII. Defendían una ideología absolutista y el Antiguo Régimen. Contaban con el apoyo del clero. Aunque se produjeron levantamientos en toda la península, las zonas donde más influencia tenían eran el norte y el este. Sus líderes más importantes fueron Maroto, Cabrera y Zumalacárregui.
  • Los Liberales (Isabelinos): Buscaban cambios políticos (Constitución), económicos (capitalismo) y sociales (desaparición de estamentos) y apoyaron a la reina porque vieron una oportunidad de modernizar el país. Estaban integrados por la alta burguesía, los funcionarios y parte del ejército. Los generales más destacados fueron Espartero, Narváez y O’Donnell.

H3.2. Desarrollo y Conclusión de la Guerra

De la I Guerra Carlista hay que destacar el intento de toma de Bilbao por parte de Zumalacárregui, quien murió allí, y las victorias militares de Espartero en el norte. Finalmente, el general Maroto llegó a un acuerdo con Espartero en el Convenio de Vergara (1839), por el que los carlistas aceptaron a Isabel como reina.

Esta guerra provocó el agravamiento de la mala situación del país y la entrada en el gobierno de los liberales. Las bases políticas del estado liberal fueron: los partidos políticos, la Corona y los militares. Los partidos políticos liberales defendían la división de los tres poderes, la soberanía nacional y la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos. A su vez, defendían un modelo económico capitalista.

H3.3. La Escisión Liberal y los Partidos Políticos

A partir de 1834, con el Estatuto Real, se produjo la primera escisión entre el partido liberal:

  • Partido Liberal Moderado: Defendían un poder central y soberanía compartida entre el Rey y las Cortes (liderado por Narváez).
  • Partido Liberal Progresista: Defendían un sistema representativo puro y soberanía nacional (liderado por Espartero y Mendizábal).

En 1849 se produjo una escisión dentro de los progresistas y surgió el Partido Demócrata, que defendía el pleno reconocimiento de los derechos de los ciudadanos y libertades individuales, como el sufragio universal. A partir de 1856, radicalizó sus planteamientos y dio lugar al Partido Republicano.

Otro partido fue la Unión Liberal, creada en 1856, que pretendía ser un “partido de centro”, pues recogía los elementos más moderados de los progresistas y los más progresistas de los moderados (liderado por O’Donnell).

Fuera de los partidos liberales existía el Partido Carlista, partidario de la vuelta al absolutismo. Por su parte, la Corona participó en política apoyando a los moderados. Los militares influyeron en la política a través de pronunciamientos y golpes de Estado (Espartero, Narváez, O’Donnell).

H3.4. Las Regencias (1833-1843)

H4.1. La Regencia de María Cristina (1833-1840)

  1. Periodo Moderado (1833-1836): Gobiernos moderados dirigidos por Martínez de la Rosa. Elaboraron el Estatuto Real de 1834, que reconocía la igualdad ante la ley y centraba el poder en el Rey. La crisis económica provocada por la guerra carlista hizo que María Cristina nombrara ministro de economía a Mendizábal, quien elaboró un proyecto de desamortización eclesiástica que se vetó. La sustitución de Mendizábal por Francisco Javier Istúriz provocó la protesta de los progresistas. Estos promovieron el pronunciamiento militar de los Sargentos de la Granja de San Ildefonso (1836) y se hicieron con el gobierno.
  2. Periodo Progresista (1836-1840): Tras el pronunciamiento de los Sargentos de la Granja, se elaboró la Constitución de 1837, que reconocía la soberanía nacional y una amplia declaración de derechos. Se llevó a cabo la desamortización eclesiástica de Mendizábal, que supuso una importante fuente de financiación. En 1840, Espartero se enfrentó con la regente, quien, para resolver la crisis, lo nombró Presidente del Gobierno. Sin embargo, Espartero reclamó compartir la regencia y, ante la negativa de María Cristina, la obligó a renunciar a sus funciones.

H4.2. La Regencia de Espartero (1840-1843)

La regencia de Espartero se caracterizó por la represión y el autoritarismo, hecho que no agradó ni a los progresistas ni a los moderados. A finales de 1842, estalló una revuelta en Barcelona y Espartero bombardeó la ciudad. Esto provocó un pronunciamiento de moderados y progresistas dirigidos por el general Narváez, que forzaron la dimisión de Espartero en 1843. Ante esta crisis, Isabel II fue proclamada mayor de edad, con tan solo trece años.

2. El Reinado de Isabel II (1843-1868): Construcción y Evolución del Estado Liberal

H3.1. Década Moderada (1843-1853)

Isabel II encargó el gobierno a los moderados y el general Narváez fue designado Presidente del Gobierno. Se aprobó la Constitución de 1845, que reforzó los elementos conservadores y la política centralista. Se llevaron a cabo reformas como:

  • La reforma de la Hacienda con la aplicación de impuestos indirectos.
  • La creación de la Guardia Civil para mantener el orden público.
  • La firma del Concordato de 1851 con la Santa Sede para frenar la desamortización económica.

En esta década estalló la Segunda Guerra Carlista (1846-1849), que se desarrolló sobre todo en Cataluña.

H3.2. Bienio Progresista (1854-1856)

Se inicia con el pronunciamiento de O’Donnell en Vicálvaro (Madrid), conocido como la Vicalvarada. Pronto Espartero fue nuevamente nombrado presidente. En este período se inició la construcción de los ferrocarriles y la desamortización de Madoz. Asimismo, se inició la redacción de la Constitución de 1856, conocida como non nata porque nunca entró en vigor. En 1856, Espartero fue sustituido por O’Donnell, quien gobernó con el nuevo partido que había formado: la Unión Liberal.

H3.3. Alternancia entre la Unión Liberal y los Gobiernos Moderados (1856-1868)

Se alternaron en el gobierno Narváez y O’Donnell. Esta época se caracterizó por la inestabilidad y los cambios de gobierno. Solo durante el gobierno largo de O’Donnell hubo cierta estabilidad, crecimiento económico y una activa política exterior.

En lo político, la oposición se fortaleció y el Gobierno intensificó su represión. Esto provocó una protesta estudiantil y un intento de pronunciamiento de los sargentos del cuartel de San Gil.

La intervención militar más importante fue en Marruecos (1859-1860) con el objetivo de defender Ceuta y Melilla de los ataques de las tribus africanas. En este conflicto adquirió un gran prestigio el general Prim.

Finalmente, el sistema isabelino entró en crisis y la oposición firmó el Pacto de Ostende (1866), en el que progresistas, demócratas y unionistas se unían para derrocar a Isabel II.

3. El Sexenio Democrático (1868-1874)

H3.1. La Gloriosa (1868) y la Regencia de Serrano (1869-1871)

La degradación política era tal que dio paso a una revolución llamada La Gloriosa en 1868, que supuso un cambio de régimen y fue secundada por una gran parte del pueblo exigiendo libertad. El golpe se inició con el levantamiento del almirante Topete y los generales Prim y Serrano. Las tropas de Isabel fueron derrotadas por Serrano en la Batalla de Alcolea e Isabel II abandonó España.

Se creó un Gobierno Provisional presidido por Serrano e integrado por progresistas y unionistas, que aprobó algunas de las propuestas de las juntas, como la implantación del sufragio universal masculino.

Se elaboró la Constitución de 1869, que definía a España como una monarquía democrática, con sufragio universal masculino, soberanía nacional y una avanzada declaración de derechos y libertades. Los problemas más graves a los que se tuvo que enfrentar el nuevo gobierno fueron las sublevaciones campesinas, la guerra de Cuba y la búsqueda de un nuevo rey. Para ocupar el cargo se pensó en varios candidatos y, finalmente, las Cortes eligieron en 1870 a Amadeo de Saboya bajo presión del general Prim.

H3.2. Reinado de Amadeo I de Saboya (1871-1873)

La llegada del nuevo monarca estuvo marcada por el asesinato del general Prim. El rey contó con el respaldo de los constitucionalistas, pero no fue admitido por la mayoría de la población. Se tuvo que enfrentar a varios problemas como:

  • La Tercera Guerra Carlista (1872-1876).
  • La guerra de Cuba (1868-1878).
  • El movimiento obrero.

La situación de inestabilidad y la acumulación de graves problemas provocaron la abdicación de Amadeo I en 1873.

H3.3. La Primera República (1873-1874)

Tras la salida de Amadeo I de España, las Cortes intentaron una experiencia política nueva: la República. Fueron momentos de gran inestabilidad, ya que en 11 meses hubo 4 presidentes de la República con diferentes tendencias. Los presidentes fueron: Estanislao Figueras, Francisco Pi i Margall, Nicolás Salmerón y Emilio Castelar.

Eran personas de gran talla intelectual y moral, pero sin la fuerza política para gobernar en el caos político causado por:

  • El desacuerdo político entre los partidos que habían propiciado la república: radicales y republicanos.
  • La guerra de Cuba.
  • El recrudecimiento de la guerra carlista.
  • La revolución cantonal.
  • El movimiento obrero y la protesta social que dificultó la implantación de nuevas instituciones.

La I República terminó cuando el general Pavía entró en las Cortes y dio un golpe de Estado en 1874. Se estableció un gobierno dictatorial dirigido por Serrano. Finalmente, otro pronunciamiento en Sagunto (1874), protagonizado por Martínez Campos y aceptado por Serrano, significó la reinstauración de la monarquía borbónica, proclamando rey a Alfonso XII, hijo de Isabel II.

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