22 Jun
La Iglesia es Una
Decimos que es una porque todos los cristianos, discípulos de Jesús, creemos en el mismo Señor, compartimos la misma fe y hemos recibido el mismo bautismo. Sin embargo, esta Iglesia se presenta con una gran diversidad, pues entre sus miembros existen muchos modos de vida, culturas y razas. La Iglesia fundada por Jesucristo ha sufrido divisiones y en la actualidad existen varias confesiones cristianas: Católica, Ortodoxa y Protestante.
La Iglesia es Santa
Cristo amó a la Iglesia como a su esposa y se entregó a la muerte por ella para hacerla santa. Por eso, la Iglesia es el pueblo santo de Dios.
La Iglesia es Católica
La Iglesia es católica en un doble sentido: porque Cristo está presente en ella y de Él recibe todos los medios de salvación, y porque ha sido enviada por Cristo para evangelizar a la totalidad del género humano.
Las Primeras Persecuciones
En los siglos I y II no había leyes contra el cristianismo. Los romanos veían en el cristianismo una superstición irracional. Los cristianos rompían la paz y el orden social, ya que no reconocían a los dioses del Imperio. Los cristianos eran considerados ateos, pues no adoraban a los dioses.
Los Cristianos se Defienden
Ante estas acusaciones infundadas, los cristianos se defendieron. Algunos pusieron por escrito la doctrina para aclarar malentendidos (apologías). Son una fuente muy importante para conocer cómo actuaban y pensaban. Es el primer testimonio de cómo la fe cristiana quiere hacerse comprensible a los no cristianos.
La Persecución se Generaliza
En el siglo III, la situación cambia. El cristianismo se había extendido por todas las zonas del Imperio; cada vez eran más los que se bautizaban, se construyeron iglesias… El Imperio quiso poner freno y dictó leyes:
- Prohibieron reuniones.
- Persiguieron obispos.
- Destruyeron escritos cristianos.
- Confiscaron propiedades de la Iglesia.
- Se obligó a rendir culto al emperador.
El Fin de la Persecución
En el 313, Licinio y Constantino se pusieron de acuerdo para cambiar la política y dar la libertad de culto. Se recoge en el Edicto de Milán.
Cluny
Siglo XI (910). El abad de Cluny ejercía un papel centralizador en todos los monasterios de la orden benedictina, y la única autoridad era la Sede de Roma. Los monjes de Cluny se dedicaron a la liturgia.
El Cisma de Oriente
En los comienzos del segundo milenio se produjeron los momentos de más tensión entre los cristianos de Oriente y los de Occidente. Desde siglos atrás se había producido un alejamiento en lo social (emperadores distintos), en lo cultural (idioma) y en lo religioso (ritos litúrgicos muy distintos). En el 1054, Miguel Cerulario obligó a los latinos a seguir el modelo de Oriente y salieron a relucir las viejas discusiones. Diferencias dogmáticas y prácticas.
Aviñón y el Cisma de Occidente
Los Papas del siglo XIV no residían en los Estados Pontificios porque no ofrecían la seguridad que se requería; por ello, fijaron su residencia en la ciudad francesa de Aviñón.
El Concilio de Trento
Fue convocado por Pablo III y marcó el inicio de la Reforma oficial en el catolicismo. Trató los temas doctrinales que habían sido objeto de controversia con los protestantes:
- Fijó el canon de libros de la Biblia reconocidos.
- Definió como fuente de revelación la Sagrada Escritura.
- Declaró que las buenas obras son necesarias.
- Defendió los 7 sacramentos.
En Trento también se trataron disposiciones prácticas:
- Dispuso que los obispos residieran en sus diócesis.
- El clero recibiría una formación sistemática en los seminarios.
- A los párrocos se les obligó a predicar los domingos y días festivos.
- Los religiosos debían vivir en comunidad.
- Para la formación de los fieles, se mandó confeccionar un catecismo.
Rerum Novarum
Encíclica de León XIII, en la que se contienen las grandes líneas del pensamiento social cristiano:
- Reconoce el derecho de propiedad.
- Condena la lucha de clases.
- Recuerda los deberes de los patronos y obreros.
- Urge a los gobiernos a promover asociaciones y sindicatos.
Concilio Vaticano I
Siglo XIX. Pío IX decidió convocar un concilio ecuménico. Se trataron solo dos temas: las relaciones entre la razón y la fe, y el primado y la infalibilidad del Papa.
La Desaparición de los Estados Pontificios
En el siglo VIII, el Papa buscó ayuda en el rey de los francos. Este le concedió plena soberanía sobre los territorios del centro de la península itálica. Se creaban así los Estados Pontificios. En el Congreso de Viena, el Papa Pío VII consiguió que se restableciera el absolutismo en los Estados Pontificios. La historia de estos, a partir de ahí, fue muy tormentosa, produciéndose sublevaciones (1948) que obligó a huir a Pío IX. El golpe definitivo se produjo con la unificación de Italia; las tropas de Víctor Manuel habían incorporado a la nueva Italia en 1870.
Juan XXIII
Juan XXIII logró acercar la Iglesia al pueblo, conectando con las grandes preocupaciones de la humanidad. Fue el primer Papa que salió del Vaticano desde 1870. En sus dos encíclicas, Mater et Magistra y Pacem in Terris, hizo un llamamiento a construir un nuevo orden mundial basado en la justicia y el amor. Anunció la celebración de un concilio con dos objetivos: la puesta al día de la Iglesia en un mundo en plena transformación y la unidad de los cristianos.
El Concilio Vaticano II
- 1ª Sesión: otoño de 1962. No se llegó a la aprobación de ningún documento, pero quedó claro el deseo de reforma.
- 2ª Sesión: otoño de 1963. Se promulgó la Constitución Sacrosanctum Concilium, que impulsaba la renovación de la liturgia.
- 3ª Sesión: otoño de 1964. Se trató la libertad religiosa y se promulgó la Constitución Lumen Gentium.
- 4ª Sesión (1965): concluyó con la votación y publicación de los siguientes documentos:
- Constitución Dogmática Dei Verbum y Constitución Pastoral Gaudium et Spes.
- Seis decretos sobre el ministerio pastoral de los obispos, presbíteros y formación sacerdotal.
- Tres declaraciones sobre la libertad religiosa, la educación cristiana y las relaciones de la Iglesia cristiana con otras.
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