31 Ago

Bases Político-Institucionales del Nuevo Régimen

El sistema político reposaba sobre un poder dictatorial, personal y vitalicio de Franco. Sus características principales fueron:

  • Concentración total de poderes: ejecutivo, militar, legislativo.
  • Rechazo de las libertades de expresión.
  • Ausencia de constitución escrita.

El almirante Luis Carrero Blanco se convirtió en el colaborador más importante del dictador. Los principios ideológicos y las instituciones del régimen franquista se examinaron a través de diferentes textos legislativos:

  • La Ley de Cortes: Restablecía un órgano parlamentario, cuyas únicas tareas consistían en debatir los proyectos de ley y aprobarlos, así como aplaudir los discursos del Jefe de Estado. Las Cortes carecían de representatividad.
  • Fuero de los Españoles: A partir de 1945, consumada ya la derrota germano-italiana, la necesidad de adaptarse a la nueva situación internacional originada tras la Segunda Guerra Mundial, marcando distancias con respecto a los perdedores, introdujo novedades institucionales. Los falangistas quedaron arrinconados y se abandonó la terminología fascista. Las libertades formalmente reconocidas quedaban limitadas y reducidas en la práctica.
  • La Ley de Referéndum Nacional: Establecía un procedimiento desvirtuado y sin garantías.
  • Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado: Confirmaba el carácter vitalicio de la jefatura de Franco, regulaba el mecanismo de sucesión y definía a España como reino. No se procedía a la restauración de la línea sucesoria borbónica. Juan de Borbón se opuso a esta ley, calificándola de «engendro monstruoso».
  • Ley de Principios del Movimiento Nacional: Reproducía y reafirmaba los viejos valores teóricos del régimen.
  • La Ley Orgánica del Estado: Última Ley Fundamental del Régimen.
  • Fuero del Trabajo: Declarado Ley Fundamental. Declaración de principios doctrinales y organizativos sobre la vocación social del nuevo régimen, la intervención del Estado en la fijación de las normas de trabajo y remuneración. En 1940 se creó la Organización Sindical Vertical. Este régimen de funcionamiento se denominó democracia orgánica. En la democracia orgánica, la participación política de los ciudadanos se realizaba a través de la familia, el municipio y el sindicato.

España ante la Segunda Guerra Mundial

España se declaró neutral de inmediato, a pesar de que su situación estratégica era de gran importancia. La afinidad con el bando que sería el vencedor y la oportunidad de obtener ventajas para España empezaron a cobrar importancia. Las Potencias del Eje vieron posibilidades de integración española en el conflicto. El Caudillo mantuvo sendas entrevistas fuera de España con Hitler (en Hendaya) y Mussolini. Pensaba en la posibilidad de crear un imperio en África.

Franco exigió a Mussolini grandes compensaciones económicas, apoyo, expansión territorial y armamento. Se cambió el estatuto español de país neutral por el de no beligerante en 1941, enviando una división de voluntarios para combatir junto a las tropas alemanas una vez invadida la Unión Soviética. Esta unidad fue conocida como la División Azul.

En octubre de 1943, la guerra se hizo desfavorable para el Eje. España abandonó la no beligerancia y retomó la neutralidad. España recibía alimentos y petróleo. Los Aliados trataron siempre a Franco de forma que no facilitase su integración en el bando enemigo. Finalmente, retiraron la División Azul.

Bases Sociales e Ideológicas del Franquismo

A pesar del proceso de modernización, España era un país atrasado en relación con otros países europeos. La Guerra Civil produjo un arrasamiento material del país. Franco edificó su régimen sobre las ruinas de la guerra, creando un Estado que superara las causas que habían producido el atraso económico y social.

Las bases sociales sobre las que se asentó el franquismo fueron: las oligarquías agrarias, industriales y financieras, además de los católicos.

La Falange

El movimiento fundado por José Antonio Primo de Rivera durante la Segunda República fue desvirtuado por Franco. La Falange se transformó. El Decreto de Unificación fundió en un solo cuerpo a FET y de las JONS.

La década de los 40 fue la del predominio falangista. La Falange Española Tradicionalista y de las JONS jamás tuvo la importancia del partido nazi en Alemania o el fascista en Italia. Defendía de la Falange las siguientes características:

  • La organización sindical, donde la afiliación era obligatoria.
  • La Sección Femenina del Movimiento.
  • Las organizaciones juveniles.

Estancamiento Económico y Autarquía

La necesidad de proceder a la reconstrucción material del país tras la Guerra Civil impulsó al gobierno franquista a adoptar un conjunto de medidas económicas. Los objetivos consistían en prescindir de todos los intercambios comerciales con el exterior. La totalidad de las actividades productivas pasó a ser estrechamente controlada por el Gobierno. Algunas de las medidas más importantes que se adoptaron fueron:

  • La limitación de las importaciones y la restricción cuantitativa de las compras de productos extranjeros.
  • La organización de la producción, comercialización y distribución de cereales.
  • La implantación de un sistema de racionamiento de los productos de consumo de primera necesidad.
  • La fundación en 1941 del Instituto Nacional de Industria (INI), con el objetivo de impulsar la industrialización del país creando un grupo de empresas estatales.
  • La creación de la empresa pública RENFE (Red Nacional de Ferrocarriles Españoles).

Los resultados de este disparatado intervencionismo económico franquista fueron verdaderamente catastróficos y dejaron al país al borde del colapso económico. Las principales consecuencias de la puesta en práctica de la política autárquica fueron:

  • El estancamiento económico y retroceso de la producción industrial.
  • El aumento de la inflación como consecuencia de los impedimentos a la libre competencia.
  • La reducción de los intercambios comerciales con el exterior y el incremento del déficit comercial.
  • El descenso de la renta per cápita.
  • La disminución de los salarios y el incremento del desempleo.
  • Aparición del mercado negro.
  • Aumento de la corrupción, el favoritismo y el tráfico de influencias, así como la acumulación de beneficios en manos de los grupos bancarios más poderosos.

La Era de la Tecnocracia

La puesta en marcha de un Plan de Estabilización en la economía inauguró el gobierno de los tecnócratas. Fue una forma de entender la política que daba mucha más importancia al progreso económico y a la administración; no eran ideólogos, sino técnicos. Desde 1957 hasta comienzos de los años 70, el poder se entregó a hombres procedentes del Opus Dei. Su objetivo fue liberalizar la economía española e integrar a España en el marco capitalista occidental.

Los gobiernos formados entre 1957 y 1974 tuvieron novedades en la estructura y el reparto de poder. Hubo un predominio de los ministros pertenecientes a esta institución. En 1962 aparece la figura del vicepresidente del Gobierno, y en 1970 el cargo de vicepresidente se convirtió en presidente del Gobierno.

Medidas Estabilizadoras y Planes de Desarrollo

Durante los años anteriores se implementó el llamado Plan de Estabilización (1959). Simbolizó el fin del sueño autárquico y el inicio de la etapa de industrialización en España. A cambio del compromiso, el Gobierno redujo el intervencionismo, el déficit público y los obstáculos a las mercancías en el exterior.

Al programa liberalizador se añadió la puesta en marcha de los Planes de Desarrollo Económico y Social; el primero fue aprobado en diciembre de 1963. En total, se implementaron tres planes de vigencia cuatrienal, centrando su interés en el sector industrial. La planificación no fue la causa principal del dinamismo económico de los años 60. La iniciativa privada confiaba más en la coyuntura económica internacional que en la planificación estatal.

La Etapa Final de la Industria Española

Desde 1959 y hasta 1966, la tasa anual de aumento del PIB fue muy superior a la media de los restantes países europeos. El consumo privado creció y mejoró notablemente la renta per cápita a largo plazo; la expansión de estos años fue impresionante. La liberalización interior y exterior favoreció las técnicas de producción y la acumulación de capital. Las importaciones de tecnología hicieron posible mejorar la productividad de la industria.

El Nacimiento de una Nueva Oposición Social

Se produjeron las primeras agitaciones sociales y protestas políticas contra el régimen. De los clásicos sindicatos de anteguerra, la Unión General de Trabajadores (UGT) y la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), surgieron nuevas formas de organización. En la Universidad aparecieron organizaciones estudiantiles, frente al oficial Sindicato Español Universitario (SEU), de afiliación obligatoria. Surgieron nuevos movimientos sociales con tendencias políticas. Toda una nueva generación de jóvenes que no habían vivido la Guerra Civil nació entonces a la política.

Los Grupos Políticos de Oposición

En los años sesenta se recompuso el panorama de la oposición al franquismo, a través de viejos partidos como el PCE (Partido Comunista de España) y el PSOE (Partido Socialista Obrero Español). Nuevos grupos sociales aparecieron, y otros grupos crecieron, como el de los demócratas cristianos. Una de las acciones con mayor repercusión fue lo que los periódicos franquistas llamaron el «Contubernio de Múnich».

En los sesenta también apareció el conjunto de la nueva izquierda. En el periodo final del franquismo, empezaron a promover manifestaciones importantes los partidos nacionalistas regionales.

El Espíritu de Febrero

La desaparición del vicepresidente, Luis Carrero Blanco, víctima de un atentado de la banda ETA el 20 de diciembre de 1973, fue un golpe clave. Carrero era el hombre fundamental para mantener unidos a todos los franquistas. En enero de 1974 se formó un nuevo gobierno presidido por Carlos Arias Navarro, quien pretendió el aperturismo.

Fue famoso el discurso del presidente del Gobierno pronunciado el 12 de febrero de 1974 en las Cortes. Esa nueva propuesta permitió hablar de un «Espíritu de Febrero», partidario de reformar el régimen. Arias propuso una nueva ley municipal, reformas sindicales y una ley sobre asociaciones políticas.

Hubo contestaciones al Gobierno desde ángulos diversos: ministros más aperturistas dimitieron de sus cargos y las protestas se hicieron más intensas. El Gobierno se vio también contestado por sectores más inmovilistas del régimen. Estos no estaban dispuestos a tolerar las reformas propuestas por el Gobierno e iniciaron una serie de acciones violentas contra el «izquierdismo».

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