29 Jun

1.- CRÍTICA A LA CULTURA OCCIDENTAL

La obra de Nietzsche «El origen de la tragedia» contiene el núcleo de su filosofía: el reconocimiento de la vida como valor fundamental y la convicción de que la cultura occidental ha rechazado la vida o le ha tenido miedo. El filósofo afirma que es la tragedia griega la que nos muestra los dos principios que componen la realidad, ya que en la tragedia clásica griega la realidad está formada por un equilibrio entre 2 dioses: Apolo y Dionisio.

Apolo representa los valores de la razón;
Es la divinidad de la luz, la proporción, la justa medida, el equilibrio, la claridad, la individuación, y la forma. Dionisio representa los valores de la vida, así como la confusión, el caos, el descontrol, la deformidad y la irracionalidad, es la divinidad del vino y de la fecundidad. Nietzsche considera que la tragedia clásica de la Grecia presocrática no olvidó a ninguno delos dos Dioses: en el equilibrio apolíneo se halla la pasión dionisíaca. De esta forma, la tragedia griega representa lo más profundo de la existencia humana con la armónía entre ambos tipos de valores y diciéndole si a la vida.

Con esta base, Nietzsche defiende el valor del arte que expresa toda una concepción del mundo y de la existencia. El sentido del mundo se puede describir racionalmente, en conceptos precisos y argumentaciones rigurosas, pero también mediante la metáfora y los recursos estéticos que permiten la depuración de la sensibilidad para aprehender intuitivamente la realidad y comunicarla mediante la sugerencia, la belleza y el símbolo. Resumiendo, es necesario conjugar el espíritu apolíneo y el dionisíaco para alcanzar una vida plena. Es así como Nietzsche es partidario del vitalismo, ya que, en su opinión, la vida no tiene un fundamento exterior a ella, tiene valor en si misma

De modo que Dionisio y Apolo son las dos categorías estéticas con las que Nietzsche interpreta la realidad: dos fuerzas operantes, el hombre y la cultura. Sin embargo, con la irrupción de Sócrates primero y de Platón después, comenzó la decadencia y el error.
Los elementos morales e intelectuales se impusieron y empezó el predominio del espintu apolíneo, de todo aquello que es lógico y racional. Estos dos filósofos dividieron la realidad en: mundo sensible y mundo inteligible, siendo la preferencia de este último el gran error de la filosofía occidental para Nietzsche. Para él, el mundo inteligible (de las ideas) es un mundo perfecto, pero ficticio, creado por el ser humano como válvula de escape del mundo sensible e imperfecto. De este modo, Nietzsche se convirtió en el gran defensor de la actitud dionisíaca, de la aceptación de la vida tal como es, con el dolor y la muerte que comporta. 

Esta decadencia de lo sensible culmina con el nacimiento y desarrollo del cristianismo o «platonismo para el pueblo». Con él, la razón se debilita en beneficio de la fe, que pasa a ser la que sustenta la relación del hombre con el mundo «verdadero». De esta forma, el mundo de las ideas solo será accesible para los virtuosos, para los cristianos. Sin embargo, Nietzsche critica la idea de un «orden moral del mundo», la existencia de principios y valores morales absolutos y universales. También critica la «trascendencia de dicho orden, que afirma que hay «algo» en el » más allá» que impone leyes y normas que orientan y dan sentido a la vida humana. Para él, la «buena conducta» del hombre no debe estar motivada por la existencia de una vida mejor a la que aspirar tras la muerte. De esta forma, Nietzsche critica el carácter antinatura de la moral tradicional, que en virtud de normas, leyes e imperativos se opone a los instintos primordiales de la vida


Como ya se ha dicho, la base filosófica de esta moral es el platonismo. Así, el filósofo distinguíó entre 2 morales: la moral del señor, que es la noble y elevada que juzga por contraposición entre lo bueno y lo malo, siendo lo bueno todo aquello que eleva al individuo, que se basa en la afirmación y aceptación de la vida; y la moral del esclavo, que es la de la mediocridad, basada en el instinto de venganza contra la vida superior, de modo que ensalza todo aquello que hace llevadera la vida de los débiles. Según este filósofo, la primera moral que existíó fue la del señor, pero que, como consecuencia de una rebelión de los esclavos, se produce una inversión de los valores morales: el resentimiento de los oprimidos pasa a ser creador y genera valores que alaban la forma de ser de los débiles. (compasión, humildad, dad)

Posteriormente, con la llegada de la Ilustración, el mundo inteligible continúa vigente en la razón práctica de Kant, en su imperativo moral; ya que la existencia de Dios es el mismo sol de Platón, que es el símbolo de la idea suprema. Se trata, según Nietzsche del «viejo sol», pero ahora difícil de demostrar, visto a través de la niebla, es decir, del escepticismo. Tomando como punto de partida el conocimiento de Kant, cuyo limite se encuentra en la experiencia sensible, el positivismo relega la razón práctica, la moral, atribuyéndola a simples prejuicios teológicos. Por lo tanto, «el mundo verdadero es incognoscible y lossentidos son fuente de conocimiento. Es el primer bostezo de la razón. Comienza a despejarse la oscuridad creada por Platón, y la razón despierta de su sueño dogmático.

Finalmente aparece el Nihilismo junto con las ideas de Nietzsche. Ante la inutilidad de la idea, que ni siquiera obliga, la elimina. Este es el Nihilismo: la destrucción de todos los valores suprasensibles heredados de Platón. Vuelve la concepción de que el único mundo que hay es en el que vivimos y que el otro, mal llamado «verdadero», no era más que un mundo ficticio. Al eliminar este mundo de las ideas, desaparece el supuesto verdadero conocimiento, es decir, el conocimiento de las ideas y la concepción de que el buen comportamiento era el afín a la idea del Bien. Pero tras haber eliminado el «mundo verdadero», se elimina también el aparente. Este es el final del error más largo, es el momento de la verdad. En este momento, surge la doctrina de Nietzsche del eterno retorno y el superhombre.

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