26 Jun

La Segunda República: La Constitución de 1931 y el Bienio Reformista

El Comité Revolucionario del Pacto de San Sebastián tomó posesión del gobierno pacíficamente y formó un gobierno provisional presidido por Niceto Alcalá-Zamora, que convocó elecciones mediante sufragio universal de varones mayores de 23 años. Por primera vez, los partidos gobernantes dejaron de ser partidos de la clase alta burguesa.

La nueva Constitución fue aprobada en 1931. Definía al Estado español como “una república de trabajadores de todas clases”. Sus características principales fueron:

  • Un Estado democrático, centralista y unitario, pero con posibilidad de construir gobiernos autónomos en las regiones históricas que lo desearan.
  • Separación de poderes: Poder ejecutivo, formado por el Presidente del Gobierno y su Consejo de Ministros; Poder legislativo, las Cortes, unicamerales, elegidas por sufragio universal y con derecho a voto para la mujer (por primera vez); las Cortes elegían al Presidente de la República; Poder judicial, formado por jueces independientes.
  • Separación de Iglesia y Estado.
  • Igualdad de todos los ciudadanos en el derecho a educación y trabajo.
  • Posibilidad de expropiación forzosa de cualquier tipo de propiedades.
  • Posibilidad de nacionalizar los servicios públicos.
  • Amplia declaración de derechos y libertades: libertad religiosa, de expresión, reunión, asociación y petición, entre otras.

La II República tuvo bastante apoyo popular, como puso de manifiesto el número de votos dados a los partidos republicanos.

Partidos Políticos en la II República

  • De izquierdas: Destacaron Acción Republicana (liderada por Manuel Azaña, que más tarde pasó a denominarse Izquierda Republicana), el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que contaba con el apoyo del sindicato UGT, y el Partido Comunista (PCE), con poca fuerza política. Los anarquistas no constituían un partido político, sino que se hallaban agrupados en la Federación Anarquista Ibérica (FAI). Ángel Pestaña fundó el Partido Sindicalista.
  • Nacionalistas: Alcanzaron gran importancia Esquerra Republicana de Catalunya y el Partido Catalanista Republicano en Cataluña, la Organización Regional Gallega Autónoma en Galicia, y el Partido Nacionalista Vasco en el País Vasco.
  • De centro: El Partido Radical de Alejandro Lerroux, que contaría con suficientes votos para llegar a ser presidente del gobierno en tres ocasiones. El Partido Republicano Conservador de Miguel Maura y el Partido Progresista de Niceto Alcalá-Zamora, que sería el primer presidente de la República.
  • De derechas: El Partido Agrario, el Partido Liberal Demócrata y Acción Popular de José María Gil Robles, que pretendía atraerse a la juventud y a las masas obreras frente al socialismo con un programa de política social católica. Se fusionó con la Derecha Regional Valenciana para construir la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas).

También apoyaron a la República intelectuales, aunque al final se vieron atacados, como en el caso de la destitución de Unamuno.

Fuera de la República estaban:

  • Los monárquicos carlistas, que se agruparon en la Comunión Tradicionalista.
  • Los monárquicos alfonsinos, en el partido Renovación Española (liderado por Calvo Sotelo) y Acción Española (dirigido por Ramiro de Maeztu).
  • Los autoritarios, de línea fascista y actuaciones paramilitares, como las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS) y Falange Española, fundada por José Antonio Primo de Rivera.

El Bienio Reformista (1931-1933)

La primera etapa del gobierno republicano se caracterizó por un impulso al programa de reformas. A esta etapa se le conoce como Bienio Reformista.

Reforma Militar

El Ejército podía suponer un peligro para el régimen, así que Azaña quiso crear un ejército profesional y democrático para asegurar su obediencia al poder civil. Para esto, se elaboró la “Ley Azaña”, por la que todos los militares debían prometer su adhesión a la República, jurando la Constitución. A pesar de ello, siguió existiendo un foco antirrepublicano en el ejército.

Reforma Religiosa

El objetivo era limitar la influencia de la Iglesia en la sociedad y establecer un estado laico. A lo largo de 1932 y 1933 se fueron promulgando una serie de leyes y decretos complementarios. Todo esto significó una situación de constante oposición entre la Iglesia y la República. Sin embargo, ninguna de estas leyes pudo acabar con la fuerza interna de la Iglesia, que intervino en el juego político a través del Partido Acción Popular.

Reforma Política y Autonomías

La Constitución mencionaba la posibilidad de conceder autonomía a las regiones que lo solicitasen. En Cataluña se celebró un plebiscito sobre el proyecto de un Estatuto de Autonomía que resultó favorable. Así que se inició en las Cortes el estudio de esta cuestión. El pronunciamiento del general Sanjurjo contribuyó a reforzar la posición de las izquierdas, lo que favoreció la aprobación del Estatuto de Cataluña. Cataluña se convertía en región autónoma regida por un gobierno propio, la Generalitat, que tenía facultades legislativas y ejecutivas. En el País Vasco, las conversaciones con el gobierno de izquierdas encontraron más dificultades.

Reforma Social

La mala situación económica de España, heredada de la dictadura de Miguel Primo de Rivera, empeoró con la crisis económica mundial. Esto repercutió en la disminución de la producción minera y en el estancamiento de la industria textil y siderúrgica, lo que hizo que el paro obrero constituyera uno de los elementos dominantes de la sociedad. La legislación laboral alcanzó gran amplitud durante los dos primeros años de la República. Los socialistas de la UGT presentaban dos tendencias: un grupo deseaba mantener un socialismo con un desarrollo social pausado, y otros eran partidarios de un proceso rápido, más revolucionario. En el anarquismo de la CNT, existían también dos tendencias: la que se negaba a aceptar ningún tipo de programa y la sindicalista.

Reforma Agraria

El objetivo era proteger a los campesinos sin tierra y a los arrendatarios. La Ley de Reforma Agraria establecía la expropiación, con indemnización, de las grandes fincas que no fuesen cultivadas directamente por sus dueños, así como las incultas y las de regadío no regadas, para ser repartidas entre familias de campesinos o entre colectividades de agricultores. Las tierras de la nobleza y las de los que habían participado en el levantamiento de Sanjurjo fueron confiscadas sin indemnización. Se creó el Instituto de Reforma Agraria. Los resultados fueron menores de los esperados, lo que determinó que una reforma esperada con tanta ansiedad se convirtiera en una cuestión muy difícil de solucionar.

Reforma Educativa

La República tuvo que enfrentarse a un elevado índice de analfabetismo. Los proyectos de creación de aulas se vieron frenados por la falta de presupuestos. La escuela primaria se hizo obligatoria, gratuita, laica y mixta. El principal problema fue que se suprimió la enseñanza impartida por centros religiosos antes de poseer aulas y maestros de enseñanza pública en número suficiente. Surgieron interesantes proyectos que permitieron llevar la cultura a regiones rurales muy atrasadas.

La Segunda República: Bienio Radical-Cedista, Revolución de 1934, Elecciones de 1936 y Frente Popular

Las elecciones generales para las nuevas Cortes se celebraron por sufragio universal. Por primera vez pudieron votar las mujeres. La izquierda se presentó desunida, con candidaturas separadas; la derecha se presentó unida y organizada; y el obrerismo se abstuvo en un alto grado. El gobierno de izquierdas perdió las elecciones y las ganaron los partidos de centro (el Partido Radical) y la coalición de derecha (CEDA). Este cambio de actitud de la población española se debió especialmente al intento de la “masa neutra” del país de mostrar su disconformidad con la labor realizada por la República de izquierdas. Esta nueva etapa se conoce como Bienio Conservador o Bienio Radical-Cedista.

La CEDA, liderada por Gil Robles, generaba desconfianza en muchos sectores, ya que algunos de sus discursos sugerían tendencias antidemocráticas y totalitarias. Lerroux solo podía gobernar con el apoyo de la CEDA, y Gil Robles condicionó este apoyo a que el nuevo gobierno se comprometiera a una política de rectificación de las reformas del bienio anterior. Así empezaron las contrarreformas:

  • Conciliación con la Iglesia Católica.
  • Paralización de la Reforma Agraria.
  • Suspensión del Estatuto de Autonomía de Cataluña.
  • Paralización del Estatuto de Autonomía Vasco.
  • Amnistía para todos los sublevados del golpe de Sanjurjo de 1932.

La CEDA endureció su posición y reclamó una acción más contundente en materia de orden público, exigiendo entrar a formar parte del gobierno bajo la amenaza de retirar su apoyo parlamentario. Lerroux otorgó tres ministerios a la CEDA. Surgió un amplio movimiento de protesta. La UGT y la CNT produjeron huelgas y manifestaciones en algunas grandes ciudades en contra del gobierno, que decretó “estado de guerra”. Lluís Companys proclamó la República Catalana dentro de la República Federal Española.

El gobierno central mandó al ejército para sofocar la revuelta en Cataluña. En Asturias, los mineros protagonizaron una revolución social fruto del acuerdo de anarquistas, socialistas y comunistas. Grupos de mineros armados ocuparon los pueblos de la cuenca minera, tomaron la mayoría de los cuarteles de la Guardia Civil y sustituyeron los ayuntamientos por “comités revolucionarios” que asumieron el abastecimiento de alimentos, agua y electricidad, y el funcionamiento de los transportes.

Las consecuencias de “la Revolución de Octubre” fueron notables. La CEDA aumentó su presión al gobierno, que aprovechó su triunfo para realizar las reformas que pretendía: el Estatuto de Cataluña fue suprimido y se promulgó una Ley de reforma de la Reforma Agraria, que era en realidad una contrarreforma. Se decretó la devolución de las propiedades a los Jesuitas, y se nombró a José María Gil Robles Ministro de la Guerra y a Franco Jefe del Estado Mayor.

Alcalá-Zamora decidió convocar nuevas elecciones para 1936. La izquierda formó el Frente Popular, un pacto entre republicanos y marxistas que presentaba un programa reformista, pero no revolucionario. La derecha formó el Bloque Nacional. Surgen “las dos Españas”. El Frente Popular ganó las elecciones.

Manuel Azaña se hizo cargo de la Jefatura del Gobierno. La Generalitat de Cataluña fue de nuevo investida de sus facultades y se presentó un programa legislativo en las Cortes. Después de algunas vacilaciones, Azaña presentó su candidatura a la Presidencia de la República, dejando desamparada la Jefatura del Gobierno. Era el único capaz de aglutinar al Frente Popular.

Mientras Azaña esperaba una vuelta a sus cauces de los principales problemas, la desunión de la izquierda no disminuía. La Falange se había convertido en la fuerza de choque, tanto civil como militar, contra militantes obreros, especialmente. La idea de una conspiración civil y militar contra el régimen de la República aumentaba. El 18 de julio de 1936, un golpe de Estado dio lugar a una Guerra Civil.

La Guerra Civil Española: La Sublevación Militar y el Estallido del Conflicto

El general Mola intentó declarar “estado de guerra” en todo el país. Se acordó un alzamiento contra el gobierno de la República, que tuvo escaso éxito inicial. El gobierno tomó la medida de alejar a los generales sospechosos de la Península. El teniente Castillo fue asesinado en Madrid y, como represalia, fue asesinado uno de los líderes de la extrema derecha, Calvo Sotelo. Los militares decidieron que este hecho era la señal para la sublevación militar. Mola tomó el mando y nombró jefe de la sublevación al general Sanjurjo.

Pretendían una dictadura transitoria hacia otro régimen que nunca esclarecieron. Un sector importante del ejército protagonizó un golpe de Estado. Se apoderaron de órganos del gobierno en algunas ciudades y constituyeron una Junta de altos cargos militares con la intención de “restablecer el orden” y “acabar con el gobierno” del Frente Popular, elegido democráticamente. En Madrid y Barcelona se produjo una lucha entre rebeldes sublevados y tropas leales a la República. El golpe fracasó en las principales ciudades, pero el gobierno no tenía suficientes medios para reprimirlo en todo el territorio. Por eso, se inició un enfrentamiento que duraría casi tres años: la Guerra Civil.

Desarrollo del Conflicto: Etapas y Evolución de las Dos Zonas

  1. Avance hacia Madrid: “Guerra de Columnas”

    Las tropas de África, lideradas por Franco, consiguieron enlazar con las tropas de los sublevados del Norte. Eliminaron la resistencia de Badajoz. Franco logró ocupar Toledo. A finales de octubre, Franco estaba ya a las puertas de Madrid, donde miles de hombres y mujeres fortificaron los accesos. El gobierno de la República se trasladó a Valencia, y en Madrid se quedó una Junta presidida por el general Miaja, con la defensa en manos del comandante Vicente Rojo.

  2. Batallas en torno a Madrid y Ocupación del Norte

    Franco incorporó voluntarios (Regulares, Legión, voluntarios extranjeros). Los sublevados emprendieron maniobras envolventes para aislar y tomar Madrid (batallas de la Carretera de La Coruña, Jarama, Guadalajara). Al no lograr tomar la capital, Franco decidió cambiar de estrategia y se dirigió hacia el Norte para tomar la zona industrial. Aquí se había empezado la ocupación de Este a Oeste al mando del general Mola. Fue bombardeada la ciudad de Guernica. En junio se tomó Bilbao y, posteriormente, todas las zonas industriales y mineras de la República (Santander y Asturias).

  3. Ofensiva hacia el Mediterráneo

    El Ejército Republicano fue reestructurado. El defensor de Madrid, Vicente Rojo, intentó tomar la iniciativa con diversas ofensivas. La más importante tuvo lugar en dirección a Teruel, donde se produjo una batalla muy dura. Estuvieron allí hasta febrero de 1938, cuando Franco desencadenó la campaña de Aragón, atravesando el Maestrazgo y llegando al Mediterráneo por Castellón. El territorio republicano quedó dividido en dos zonas. El avance franquista quedó detenido temporalmente hasta que el ejército republicano, con más armamento, desencadenó un poderoso ataque sobre el río Ebro, en la provincia de Tarragona.

  4. Batalla del Ebro y Fin de la Guerra

    El ejército republicano cruzó hasta la orilla derecha del río Ebro e intentó hacer retroceder al ejército franquista, pero tuvieron que replegarse hacia la otra orilla tras meses de intensos combates. El avance franquista hacia Cataluña fue imparable. Entró en Barcelona en enero de 1939. El gobierno republicano huyó al exilio en Francia. El presidente del gobierno republicano, Juan Negrín, regresó de Francia y quiso continuar la guerra apoyado por los comunistas. Países democráticos, como Francia y Gran Bretaña, reconocieron al gobierno de Franco. Se produjo en Madrid una sublevación del coronel Casado contra su propio gobierno republicano, buscando una rendición negociada. Franco no aceptó condición alguna y entró en Madrid sin resistencia el 28 de marzo de 1939. La guerra terminó oficialmente el 1 de abril de 1939.

La Guerra Civil: Dimensión Política e Internacional y Consecuencias

La “Guerra de España” fue vista por muchos como un conflicto entre fascismo y democracia.

  • Los demócratas progresistas estuvieron a favor de la República. En Francia, que tenía también un gobierno del Frente Popular, la mayoría de la población apoyaba a la República.
  • El Catolicismo tradicional estuvo a favor de los rebeldes golpistas. El Vaticano apoyó a Franco, al que consideró defensor del catolicismo.
  • Los partidos obreros de todo el mundo se manifestaron a favor de la República.

Desde el comienzo de la lucha, ambos bandos pidieron ayuda exterior, armamento y apoyo político. Los sublevados franquistas fueron los más beneficiados por el apoyo extranjero. Alemania e Italia enviaron armamento, aviones, tanques y tropas (Legión Cóndor, CTV). Portugal mandó tropas de voluntarios.

La República pidió ayuda a Francia para que le suministrara aviones, artillería y petróleo y, después, estableció un convenio con la URSS para suministro de armamento y petróleo. Sin embargo, Gran Bretaña, queriendo evitar un conflicto armado internacional entre fascistas y comunistas, promovió la política de No Intervención, que fue firmada por la mayoría de los países europeos, pero sistemáticamente violada por Alemania, Italia y la URSS.

Consecuencias de la Guerra

Las consecuencias de la guerra fueron terribles.

En la zona republicana hubo una represión descontrolada por parte de milicias y organizaciones de partidos en la que, a menudo, no participó ni intervino el gobierno o el poder establecido por este.

Entre los sublevados y, después, vencedores de la guerra, la represión fue peor por la brutalidad practicada por el propio ejército “nacional” o por autoridades políticas, y continuó después de la guerra. Se mezclaban venganzas personales con el enfrentamiento ideológico. Eran considerados “enemigos de España” todos aquellos que habían apoyado a la República o no habían manifestado su apoyo absoluto al régimen franquista. El Régimen de Franco estableció la Ley de Responsabilidades Políticas con la que pretendía hacer una “depuración total”. Se estableció la Ley de Represión del Comunismo y la Masonería. Existió una oposición al Régimen por parte de la resistencia (maquis), que tuvieron la esperanza de invadir España desde Francia.

Creación del Estado Franquista: Fundamentos Ideológicos y Apoyos Sociales

El franquismo fue un sistema autoritario, con rasgos totalitarios en sus inicios. Franco quería crear un Estado regenerador de España que desterrara toda idea de democracia liberal y de comunismo. El nuevo Estado se definió como centralista, sin Constitución, sin libertades democráticas. Solo se permitió el partido único, que se llamó Falange Española Tradicionalista y de las JONS y después pasó a llamarse Movimiento Nacional.

El primer gobierno estuvo formado por falangistas, monárquicos y militares. Franco se asesoró de un Consejo Nacional presidido por él. El sistema de gobierno se completó con las Cortes, de una sola cámara, sin poder legislativo real. El poder de Franco se transmitía mediante la vieja institución de los gobernadores civiles, que también eran los Jefes Provinciales del Movimiento Nacional. En cuanto a política social, se crearon los sindicatos verticales, una organización sindical que dependía de un secretario general. Se aprobó la Ley de Unidad Sindical basada en la doctrina falangista.

Las bases políticas del régimen fueron las Leyes Fundamentales:

  • Fuero del Trabajo (1938)
  • Ley Constitutiva de las Cortes (1942)
  • Fuero de los Españoles (1945)
  • Ley del Referéndum Nacional (1945)
  • Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado (1947)
  • Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958)
  • Ley Orgánica del Estado (1967)

La Ley Orgánica del Estado pretendió ser una recapitulación de las anteriores y representaba una especie de constitución según el Régimen.

Apoyos del Régimen

Los principales apoyos del régimen fueron las llamadas “Familias del Régimen”:

  • Familia Falangista: Formada por políticos falangistas, tradicionalistas y monárquicos, que crearon el Nacionalsindicalismo. Se pudo mantener en el Consejo Nacional y en los sindicatos, y controló las organizaciones del Movimiento Nacional extendidas por toda España: Frente de Juventudes, Sección Femenina, Sindicato Español Universitario (SEU) y Educación y Descanso.
  • Familia Militar: El Ejército fue el mayor punto de apoyo del franquismo. Los militares fueron recompensados por el Caudillo con cargos importantes en la administración civil y militar.
  • Familia Eclesiástica: Formada por la Iglesia Católica y, posteriormente, el Opus Dei. Franco la distinguió como única ideología religiosa oficial del Estado y del sistema educativo, otorgándole un gran poder e influencia social.

Evolución Política y Coyuntura Exterior: Del Aislamiento al Reconocimiento Internacional

Durante la Guerra Civil, el franquismo estaba unido a los países del Eje Roma-Berlín por razones ideológicas y ayuda militar. Al estallar la II Guerra Mundial, Franco declaró a España “neutral”, aunque posteriormente pasó a ser “no beligerante”, mostrando simpatía por el Eje. España, aunque no intervino directamente en la guerra, sí envió ayuda militar, como la División Azul, para luchar contra la URSS.

Los últimos meses de la II Guerra Mundial fueron cruciales para la supervivencia del régimen franquista. Franco proclamó un manifiesto, instando a la Restauración de la monarquía en España, de línea liberal democrática (en referencia a Don Juan de Borbón, aunque sin nombrarlo). La otra oposición fue la de la posguerra (maquis, exiliados). Tras la victoria aliada, el franquismo quedó aislado internacionalmente. Desde el exterior, se declaró un boicot político y económico y se lanzó una fuerte propaganda contra el régimen, bautizado por Franco como “conspiración internacional judeo-masónica-mixta”. La ONU recomendó la retirada de embajadas en España.

España no entró en la OTAN inicialmente, ni recibió ayuda del Plan Marshall. Franco, buscando el reconocimiento internacional, remodeló el gobierno, dando entrada a ministros católicos y tecnócratas. La Guerra Fría y la posición geoestratégica de España cambiaron la situación. Estados Unidos, interesado en bases militares, firmó acuerdos bilaterales con España en 1953. Ese mismo año se firmó el Concordato con la Santa Sede. En 1955, España ingresó en la ONU. Este fue el fin del aislamiento internacional.

Consolidación del Régimen: Transformaciones Económicas y Cambios Sociales

A partir de finales de los años 50, la economía española se transformó, haciendo que España se incorporara a los países industrializados. El gobierno, con la entrada de los tecnócratas del Opus Dei, puso en marcha el Plan de Estabilización en 1959, que significó el fin de la autarquía y el reinicio de la industrialización en España, aprovechando la coyuntura internacional favorable.

El Plan de Estabilización (1959)

Sus principales medidas fueron:

  • Liberalización de la economía con el fin de permitir las importaciones.
  • Suprimir el sistema de cambios múltiples para el comercio exterior.
  • Elevar los tipos de interés y limitar los medios de pago.
  • Reformas fiscales para aumentar los ingresos públicos y frenar el déficit presupuestario del Estado.

Posteriormente, se crearon los Planes de Desarrollo Económico y Social. Se programaron tres planes de vigencia cuatrienal y tuvieron dos líneas de actuación: una industrial, para aumentar la productividad, y otra, los Polos de Desarrollo, que intentaron reducir los desequilibrios económicos regionales.

La expansión económica fue tan importante que, incluso, se habló del “milagro español”. No hubiera sido posible sin los ingresos extraordinarios de “divisas” procedentes del turismo, de las remesas de emigrantes y de la inversión extranjera, que pagó patentes y tecnología, también extranjeras. La competitividad exterior de España generó ganancias que permitieron el aumento de salarios y, a su vez, aumentó la demanda de bienes de consumo.

La renta por habitante español era todavía muy inferior a la de las economías más avanzadas de Europa. Los límites del modelo fueron la inflación, el desempleo y la dependencia de actividades tecnológicamente poco intensivas.

Cambios Sociales

El gran desarrollo de la economía industrial y la expansión del sector servicios dieron lugar a cambios en la estructura de clases: aumentó el número de asalariados, de profesionales liberales urbanos, ejecutivos de empresa y funcionarios. También cambiaron los comportamientos sociales y culturales, con una mayor urbanización, acceso a la educación y a los medios de comunicación, lo que contribuyó a una progresiva secularización y modernización de la sociedad.

Elementos de Cambio en la Etapa Final del Franquismo: La Oposición y la Cultura

La etapa final del franquismo (aproximadamente desde mediados de los 60 hasta 1975) estuvo marcada por una crisis económica mundial (la crisis del petróleo de 1973), que afectó a España, y por el aumento de la oposición al régimen.

Luis Carrero Blanco se había convertido en primer ministro de hecho y representaba la garantía de la continuación del régimen y de que el príncipe Juan Carlos de Borbón no se desviara del mismo. Su asesinato por ETA en 1973 fue un golpe duro para el franquismo.

La reacción del régimen ante la creciente presión social y política hizo que se abrieran dos tipos de posturas: la de los inmovilistas (el “Búnker”) y la de los reformistas (aperturistas). Se formó un nuevo gobierno con una actuación ambigua: pretendía un cierto aperturismo, pero sin traspasar los principios del Régimen.

Eventos clave de esta etapa incluyeron:

  • El Caso Añoveros (1974): El obispo de Bilbao, Antonio Añoveros, estuvo a punto de ser expulsado de España por consentir la lectura de una homilía en defensa del nacionalismo vasco.
  • La condena a muerte y ejecución del anarquista Salvador Puig Antich (1974), acusado de matar a un policía.

Las respuestas al gobierno llegaron desde distintos ángulos. Los ministros más aperturistas dimitieron y las protestas callejeras aumentaron, ante las que el gobierno respondió con una fuerte represión. También protestaron los sectores más inmovilistas del Régimen, el llamado “Búnker”, que manifestaron que no tolerarían ninguna reforma e iniciaron acciones violentas contra personas e instituciones sospechosas de izquierdismo.

En 1974, Franco cedió temporalmente la Jefatura del Estado a Juan Carlos de Borbón debido a su enfermedad, lo que permitió albergar una cierta esperanza de cambio. Pero, recuperado, reasumió sus poderes, dejando bien claro el carácter vitalicio de su cargo. Aprobó una nueva Ley Antiterrorista que condenaba a los terroristas a pena de muerte. En septiembre de 1975, Franco firmó la condena de muerte de cinco activistas de ETA y FRAP. Se produjo la última de las grandes oleadas de protestas internacionales contra Franco y su régimen.

La represión contra republicanos continuó en la posguerra. Franco prometió no proceder contra los que no habían cometido delito, pero la realidad fue diferente.

Con este panorama, es fácil entender que se organizara una oposición al Régimen desde el principio, tanto en el exterior como en el interior.

La Oposición Exterior (El Exilio)

En el exterior, la colonia de españoles exiliados estaba formada por escritores, intelectuales, profesionales cualificados y muchos políticos republicanos. Se creó la Junta Española de Liberación (JEL) en México. En México, se reanudó la actividad de la II República en el exilio, y allí se celebraron Cortes y se eligió un gobierno republicano. Este gobierno tuvo su primer éxito en sus primeros años de vida porque sus informes fueron decisivos para que España no entrara en la ONU inicialmente.

En Francia también se estableció una importante colonia española de exiliados, que padecieron las penalidades de la Segunda Guerra Mundial. Una vez que Francia fue liberada de los nazis, se formó la Alianza Nacional de Fuerzas Democráticas (ANFD), compuesta por republicanos, socialistas, anarquistas y nacionalistas catalanes. Los comunistas planificaron la invasión del territorio español por los Pirineos (Operación Reconquista de España), que fracasó.

Don Juan de Borbón, heredero al trono de España desde la muerte de su padre, era conocido por su postura cercana a las ideologías antidemocráticas y por intentar combatir al lado de Franco durante la guerra civil. Sin embargo, con el tiempo, Don Juan de Borbón suscribió el Manifiesto de Lausana (1945), donde presentaba la monarquía como la única institución salvadora de España, porque sería un instrumento de concordia y reconciliación entre todos los españoles bajo una constitución democrática.

La Oposición Interior

Oposición Social

  • Medios obreros católicos que critican la política laboral del Régimen (HOAC, JOC).
  • Sindicatos clandestinos (CCOO, UGT, CNT).
  • Medios intelectuales y universitarios, en los que el ministro Ruiz Jiménez había permitido la aparición de una corriente de aperturismo cultural apoyada por católicos y falangistas cercanos a posiciones liberales.

Oposición Política

Se celebró en Múnich el IV Congreso del Movimiento Federal Europeo (conocido como el “Contubernio de Múnich” por el régimen) en 1962, donde coincidieron, por primera vez, la oposición interior y exterior. En un intento de unificación de la oposición, se pidió la desaparición del Régimen y el paso a una España democrática.

Estos años coinciden con el aumento de los actos terroristas, especialmente de ETA y FRAP.

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