25 Abr
La Proclamación de la II República, Gobierno Provisional y Constitución de 1931
La figura de Alfonso XIII quedó debilitada por su apoyo a la dictadura de Primo de Rivera y la fallida dictablanda de Berenguer (1930). La oposición, reunida en el Pacto de San Sebastián, formó un Comité Revolucionario para asumir un gobierno provisional hasta elecciones libres. Estaba integrado por republicanos conservadores (Alcalá-Zamora), de izquierdas y radicales (Azaña y Lerroux), el PSOE-UGT (Prieto y Largo Caballero) y nacionalistas (Casares Quiroga). Intentaron derrocar la monarquía con un pronunciamiento militar y huelga general, pero la sublevación de Jaca (1930) fracasó. Sus líderes fueron fusilados y los políticos opositores encarcelados.
En febrero de 1931, Alfonso XIII nombró presidente al general Aznar, quien convocó elecciones municipales el 12 de abril. Los monárquicos triunfaron en zonas rurales, pero los republicanos vencieron en las ciudades. Ante el resultado, el Comité Revolucionario se trasladó a Madrid y Macià proclamó la República Catalana, que luego se integró en la República Española con amplia autonomía. El 14 de abril se proclamó la Segunda República, recibida con entusiasmo por la clase media e intelectualidad, aunque con recelo de la oligarquía.
El Gobierno Provisional (Abril-Diciembre 1931)
El Gobierno Provisional decretó:
- Amnistía política.
- Libertades civiles.
- Reformas agraria, militar y educativa.
La declaración del Estado laico generó un conflicto con la Iglesia, agravado por la quema de iglesias en mayo de 1931, lo que dañó la imagen internacional del régimen.
La Constitución de 1931
En junio, las elecciones a Cortes constituyentes dieron la mayoría a partidos de centro-izquierda. La Constitución de 1931 definió a España como una República Democrática de Trabajadores, estableció el sufragio universal (incluyendo a las mujeres, aunque votaron por primera vez en 1933) y permitió la autonomía regional. Se reforzó el carácter laico del Estado, prohibiendo a la Iglesia comerciar, tener industrias o ejercer la enseñanza. La educación pasó a ser pública, gratuita y competencia exclusiva del Estado.
El sistema político se estructuró con tres poderes:
- El Presidente de la República (elegido por las Cortes y un número igual de compromisarios, con funciones moderadoras).
- Las Cortes unicamerales (con poder legislativo y capacidad de elegir al jefe del Gobierno).
- Un poder judicial independiente.
Niceto Alcalá-Zamora fue el primer presidente para asegurar la aceptación del régimen entre sectores moderados, mientras que Manuel Azaña, líder reformista de Acción Republicana, asumió la jefatura del Gobierno. Su gabinete, con ministros de distintas tendencias, generó inestabilidad. La gestión del régimen fue difícil debido a los contrastes ideológicos dentro del gobierno, lo que frenó muchas reformas.
El Sufragio Femenino
El sufragio femenino generó un gran debate en las Cortes. Clara Campoamor defendió su reconocimiento sin restricciones, mientras que Victoria Kent y Margarita Nelken propusieron posponerlo, argumentando que las mujeres podrían estar influenciadas por la Iglesia y sus maridos. Finalmente, la postura de Campoamor triunfó, permitiendo a las mujeres votar en 1933, un hito histórico para la democracia en España.
El Bienio Reformista (1931-1933): Reformas y Oposición
El Bienio Reformista (1931-1933) trató de modernizar España y abordar sus problemas históricos.
Reforma del Ejército
Era prioritaria, pues existían numerosos mandos militares monárquicos. Sus objetivos fueron:
- La subordinación del Ejército a la autoridad civil al suprimir la Ley de Jurisdicciones.
- La lealtad institucional mediante el nombramiento de oficiales fieles a la República para los principales cargos y la creación de la Guardia de Asalto.
- La reducción del número de oficiales mediante el retiro voluntario con un mantenimiento de sueldo, al que se acogieron unos 10.000 oficiales.
Reforma Agraria
Se dio porque 2 millones de jornaleros tenían hambre de tierras, lo que provocaba ocupaciones ilegales y estallidos de violencia social. Por esto, se llevó a cabo la Ley de Bases de la Reforma Agraria por el ministro Marcelino Domingo, con la que se expropiaron con indemnización grandes latifundios y se entregaron a jornaleros, y se creó el Instituto de Reforma Agraria, que se encargaría de las expropiaciones.
La reforma, sin embargo, fracasó por la falta de financiación, la obstrucción judicial de los propietarios y la lentitud de su aplicación, lo que causó la frustración de los campesinos, que llevaron a cabo ocupaciones de fincas y protestas, destacando sucesos como el de Casas Viejas en Cádiz en enero de 1933 o en Castilblanco en Badajoz.
Reforma Laboral
La llevó a cabo Largo Caballero (PSOE), ministro de Trabajo, que estableció:
- La jornada de máximo 8 horas en el campo.
- La prolongación de los contratos de arrendamiento de tierras.
- El laboreo forzoso de tierras allí donde hubiese jornaleros en paro.
- La obligación de contratar a los braceros del municipio.
- El establecimiento de jurados mixtos de empresarios y obreros.
Además, creó la Ley de Contratos de Trabajo, incluyendo el seguro por enfermedad, las vacaciones pagadas (7 días al año), un salario mínimo y el derecho a huelga, entre otros. La UGT confiaba en el ministro, lo que contribuyó a una disminución de la conflictividad crónica en el sector.
Descentralización Territorial
Se dio porque en la Constitución de 1931 se reconocía el derecho a crear Estatutos de Autonomía con competencias en educación, sanidad y hacienda. El primer Estatuto que se aprobó fue el de Cataluña (1932), que establecía la cooficialidad del catalán y otorgaba competencias de autogobierno al Parlamento y la Generalitat. Francesc Macià fue elegido presidente de la Generalitat y Lluís Companys presidente del Parlamento, ambos de Esquerra Republicana. En el País Vasco, por su parte, el Estatuto no se aprobaría hasta 1936.
Reforma Educativa e Impulso Cultural
Se dio mediante el refuerzo de la enseñanza primaria, con el objetivo de establecer una educación exclusivamente pública, obligatoria, laica y mixta. Se crearon más de 10.000 escuelas y se incorporaron 7.000 nuevos maestros. El sueldo de los maestros aumentó, la religión dejó de ser obligatoria (aunque se ofertaba), se extendió la cultura al mundo rural con las Misiones Pedagógicas, se fomentó la lectura creando la Feria del Libro de Madrid, y se impulsó la alta cultura creando la Universidad Internacional de Verano de Santander.
Reacciones y Oposición
Hubo una durísima oposición a lo largo de todo el Bienio Reformista, principalmente de los sectores conservadores, como el Ejército, la Iglesia, los terratenientes y los industriales. Estos sectores no aceptaron las reformas y llevaron a cabo un golpe de Estado fallido del general Sanjurjo en agosto de 1932.
Otros grupos opositores fueron:
- La CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), cuyo líder era Gil-Robles y tuvo el apoyo de la Iglesia, las clases medias, la alta burguesía, los terratenientes y pequeños y medianos campesinos.
- El Partido Carlista.
- Renovación Española (1933), un partido monárquico de derechas fundado por Calvo Sotelo, que pedía el retorno a una monarquía autoritaria.
- JONS (Junta de Ofensiva Nacional-Sindicalista), fundada en 1931, y la Falange Española (1933) fundada por José Antonio Primo de Rivera.
También había opositores socialistas y anarquistas, que consideraban que las reformas habían sido insuficientes. La crisis económica dificultó la financiación de las reformas, lo que provocó una fuerte conflictividad social, con huelgas, ocupaciones y una dura represión. La izquierda comenzó a rechazar al Gobierno de Azaña, lo que generó que en el verano de 1933 Azaña dimitiese. Alcalá-Zamora disolvió las Cortes y convocó elecciones, ganadas por amplia mayoría por la CEDA y el Partido Radical de Lerroux.
El Bienio Conservador (1933-1935) y el Frente Popular (1936)
A mediados de 1933, Azaña dimitió, por lo que Alcalá-Zamora disolvió las Cortes y convocó elecciones para noviembre. Hubo una gran abstención, la izquierda se presentó dividida y los anarquistas pidieron la abstención. La derecha, en cambio, se presentó más unida, lo que hizo que la CEDA fuera el partido más votado, seguido del Partido Radical.
El Bienio Radical-Cedista (1933-1935)
Alcalá-Zamora encargó formar gobierno a Lerroux, ya que la CEDA no había jurado expresamente lealtad a la República. Así, entre 1933 y 1935, gobernó un gabinete Radical con apoyo parlamentario de la CEDA. Se suspendieron la reforma educativa y agraria, se paralizaron los Estatutos de Autonomía, se reanudó la financiación estatal de la Iglesia y se amnistió a los golpistas de 1932.
Gil-Robles consideró las medidas insuficientes y amenazó con retirar su apoyo si no se incluían ministros de la CEDA. En octubre de 1934, al entrar tres ministros cedistas en el gobierno, la izquierda radical y los nacionalistas catalanes lo consideraron una amenaza para el régimen democrático.
La Revolución de Octubre de 1934
Estalló ante el aumento del poder de la CEDA. La UGT y dirigentes socialistas como Largo Caballero organizaron una huelga general el 5 de octubre, con especial impacto en Asturias y Cataluña.
- En Asturias: Socialistas, anarquistas y comunistas formaron la Alianza Obrera y convirtieron la huelga en una revolución social, ocupando la región durante casi una semana. El gobierno envió a la Legión y los Africanistas al mando de Franco para sofocar la revuelta, con un saldo de 1.500 muertos y 30.000 detenidos.
- En Cataluña: La revuelta tuvo un carácter político: Lluís Companys proclamó la República Catalana ante el temor de que el Estatuto fuera suspendido. Sin apoyo suficiente, el levantamiento fue aplastado y el gobierno catalán encarcelado.
Hubo más de 1.300 muertos en total, numerosos detenidos y 20 condenas a muerte, aunque finalmente fueron indultadas. La CEDA aumentó su influencia: Gil-Robles fue nombrado Ministro de Guerra, Franco jefe del Estado Mayor, Mola jefe de Marruecos y Fanjul subsecretario.
Fin del Bienio y Elecciones de 1936
A finales de 1935, el Partido Radical quedó desprestigiado por el «escándalo del estraperlo», en el que altos cargos aceptaron sobornos. Lerroux dimitió y su partido entró en crisis, lo que Gil-Robles quiso aprovechar para encabezar el gobierno, pero Alcalá-Zamora se negó y convocó elecciones para febrero de 1936.
Para esos comicios, las izquierdas se unieron en el Frente Popular, que prometía amnistía para los presos de la Revolución de 1934 y la reanudación de las reformas. La CNT no participó, pero tampoco llamó a la abstención. La derecha se presentó unida en algunas circunscripciones, pero no logró una alianza electoral eficaz. La CEDA lideraba este bloque con un programa de reforma conservadora de la Constitución, mientras que la Falange y el PNV se presentaron por separado. El clima electoral fue de gran tensión.
Gobierno del Frente Popular y Camino a la Guerra Civil
El Frente Popular ganó por estrecho margen, con apoyo en las grandes ciudades, zonas industriales y la periferia, mientras que la derecha venció en el interior y el norte. Azaña formó un gobierno solo con republicanos, pues los socialistas rechazaron participar. Se reanudaron las reformas, el Estatuto Catalán y la reforma agraria, y se concedió amnistía a los represaliados de 1934.
En mayo, las Cortes destituyeron a Alcalá-Zamora y nombraron a Azaña presidente de la República. Se ofreció el gobierno a Indalecio Prieto, pero ante la falta de apoyo, se eligió a Casares Quiroga. La inestabilidad social aumentó con huelgas, ocupaciones de tierras y enfrentamientos entre falangistas y milicias de izquierda. Un sector del ejército, liderado por Mola y apoyado por monárquicos, carlistas, CEDA, falangistas y la oligarquía, conspiraba para un golpe de Estado. En respuesta, el gobierno trasladó a Franco a Canarias y a Mola a Navarra.
El 12 de julio de 1936, el teniente Castillo, de la Guardia de Asalto y ligado a la izquierda, fue asesinado en Madrid. En represalia, al día siguiente, sus compañeros mataron a José Calvo Sotelo, líder de la derecha. Este asesinato precipitó los planes golpistas y el 17 de julio de 1936 comenzó en Marruecos la sublevación militar, dando inicio a la Guerra Civil Española.
La Guerra Civil Española: Preludio
El Franquismo: Fundamentos Ideológicos y Estructura del Régimen
Tras la Guerra Civil, España fue sometida a una dictadura militar (1939-1975) bajo un régimen autoritario y centralista, con Francisco Franco concentrando todo el poder como jefe del Estado, del Gobierno, del ejército y del partido único, la FET de las JONS, que más tarde pasó a denominarse Movimiento Nacional. A partir de 1943, el régimen evitó definirse como fascista y se presentó como un Estado de derecho bajo la noción de ‘democracia orgánica’, buscando el apoyo de las democracias occidentales en su lucha contra el comunismo.
Leyes Fundamentales del Régimen
Consolidaron el control absoluto de Franco:
- Ley de Administración General del Estado (1938): Concentró el poder legislativo en Franco.
- Fuero del Trabajo (1938): Reguló las relaciones laborales y restringió los derechos de los trabajadores.
- Ley de Cortes (1942): Creó una cámara sin poder real.
- Fuero de los Españoles (1945): Reconoció derechos teóricos, sin garantizar su ejercicio efectivo.
A pesar de presentarse como una monarquía católica, el poder real estaba en manos de Franco, quien ejercía el liderazgo de manera vitalicia y tenía autoridad para nombrar a su sucesor. Aunque se autodenominaba un Estado católico, el régimen utilizó esta fachada para ocultar su verdadera naturaleza de dictadura militar.
Represión y Control
Se implementaron leyes represivas que perseguían a opositores e ideologías consideradas peligrosas:
- Ley de Responsabilidades Políticas (1939).
- Ley sobre la Represión de la Masonería y el Comunismo (1940).
- Ley de Represión de Bandidaje y Terrorismo (1947).
Se fortaleció el aparato represivo para mantener el control social.
Bases de Apoyo Social e Institucional
El franquismo contó con el apoyo de varias ideologías y fuerzas sociales, incluidos los monárquicos, los falangistas y los católicos, especialmente los miembros del Opus Dei, quienes promovieron el desarrollo industrial. El respaldo de sectores sociales como terratenientes, empresarios industriales y la pequeña burguesía fue crucial.
Para fortalecer su base social, el régimen creó varias organizaciones de masas:
- Frente de Juventudes.
- Sección Femenina.
- Central Nacional Sindicalista.
Estas organizaciones ayudaron a mantener el control social y a fortalecer el apoyo popular al régimen.
Fundamentos Ideológicos: Nacionalismo, Tradicionalismo y Nacionalcatolicismo
El régimen se basaba en un nacionalismo español que exaltaba la unidad de la Patria y rechazaba cualquier forma de nacionalismo regional, buscando la supresión de las autonomías y la unidad lingüística. También defendía un tradicionalismo que apoyaba los valores de la familia, la religión, el orden social y la propiedad privada, mientras que reinterpretaba la historia española para legitimar su poder.
El franquismo se fundamentó en el nacionalcatolicismo, donde el catolicismo era considerado la base natural de la nación, con la Iglesia controlando áreas clave como la educación, la censura y la moral pública. Además, el régimen rechazaba las ideologías liberales, el socialismo y el comunismo, y confiaba en los militares para asumir responsabilidades de gobierno, reflejando la preeminencia del estamento militar.
Longevidad y Oposición
El franquismo perduró casi 40 años gracias al uso de la represión, la propaganda y el apoyo institucional de la Iglesia, el Ejército y la Falange. Durante los años 60, con el desarrollismo industrial, surgió una «oposición silenciosa», aunque la mayoría de las clases populares se mantuvieron pasivas debido a la represión, el miedo y la miseria.
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