21 Ago
La Restauración Borbónica: Alfonso XII y el Sistema Canovista (1875-1902)
El término Restauración hace referencia a la reposición de los Borbones en el trono español. El sistema de la Restauración fue ideado por Cánovas del Castillo como un sistema liberal, conservador y no democrático, inspirado en el modelo del bipartidismo inglés. Ofrecía la alternancia en el gobierno a partidos políticos, excluyendo a aquellos considerados antiliberales, antidinásticos o antinacionales.
El proceso se inició con el pronunciamiento de Sagunto, creándose un ministerio-regencia presidido por Cánovas, quien se ocupó de preparar la llegada de Alfonso XII, finalizar los conflictos bélicos y elaborar una nueva Constitución (1876).
El Turnismo Político: Base del Sistema
Una característica fundamental del régimen de la Restauración fue el turnismo político o pacífico, que pretendía terminar con el exclusivismo político y evitar el recurso al pronunciamiento militar como herramienta de cambio político. Los partidos turnistas no eran estructuras cerradas; fueron dos:
Partido Conservador
Creado por Cánovas y liderado por él hasta su muerte a manos del anarquismo (1897); posteriormente, fue liderado por Francisco Silvela y Romero Robledo. Sus miembros se dividían entre los moderados alfonsinos, antiguos unionistas y progresistas templados. Sus bases sociales estaban formadas por propietarios agrarios, la alta burguesía industrial y la burguesía financiera con intereses coloniales. En el sistema de la Restauración representó la derecha moderada.
Partido Liberal
Creado por Sagasta (1880) como alternativa y complemento al Partido Conservador, dirigiéndolo hasta su muerte (1903). Al fallecer, el liderazgo se disputó entre Montero Ríos y Moret, siendo finalmente Canalejas el nuevo líder. Estuvo formado por antiguos demócratas y progresistas, y por algunos descontentos con la política de Cánovas. También colaboraron con algunos republicanos (posibilistas). Representó la izquierda liberal en el sistema de la Restauración, abandonando la defensa de la soberanía nacional y aceptando la dinastía de los Borbones, pero sin renunciar a la consecución del sufragio universal masculino.
Mecanismos de Manipulación Electoral
Para comprender el funcionamiento del turnismo, hay que entender los amplios poderes que la Constitución de 1876 otorgaba a la Corona. Haciendo uso de estos poderes, el rey llamaba a formar gobierno al partido turnista que mejor se adaptase a las circunstancias políticas o sociales de cada momento. Si el candidato propuesto no contaba con el apoyo parlamentario, el rey disolvía las Cortes y convocaba elecciones. Para ello, la manipulación de los resultados se realizaba mediante dos procedimientos:
- El encasillado: Desde el Ministerio de Gobernación se repartía, de acuerdo con el otro partido, qué candidato debía ganar a fin de conseguir el resultado deseado.
- El pucherazo: La manipulación fraudulenta de un procedimiento electoral. Fue aceptado por los partidos turnistas que, en vez de protestar, esperaban su turno.
Periodos de Gobierno y el Pacto de El Pardo
En 1885 falleció Alfonso XII, árbitro del funcionamiento de este sistema. Los líderes de los partidos turnistas lograron un acuerdo, el Pacto de El Pardo, que mantuvo el sistema de alternancia durante la regencia de María Cristina de Habsburgo. Podemos destacar distintos periodos de gobierno de los partidos turnistas:
- De 1875 a 1881: Gobernaron los conservadores liderados por Cánovas; se aprobó la Constitución y se asentó el modelo de la Restauración.
- De 1881 a 1884: Formó gobierno Sagasta, siendo el primer momento en el que se produjo la alternancia de partidos.
- De 1884 a 1885: Volvieron los conservadores con Cánovas, quien cedería el gobierno a los liberales de Sagasta por el Pacto de El Pardo.
- De 1885 a 1890: El gobierno fue dirigido por Sagasta (el «Gobierno Largo» de Sagasta). Se realizaron importantes reformas políticas y sociales, incluyendo en la Constitución los derechos individuales de la de 1869 e instaurando definitivamente el sufragio universal masculino.
La Dictadura de Primo de Rivera y la Caída de la Monarquía (1923-1931)
En 1923, ante la inestabilidad política derivada de la crisis de los partidos turnistas y el auge de la oposición, Miguel Primo de Rivera solicitó el poder a Alfonso XIII, quien se lo otorgó. Primo de Rivera pondría fin a la anarquía, las huelgas obreras y la alternancia del turnismo sin apenas oposición. La dictadura se dividió en dos periodos principales:
Periodos de la Dictadura
Directorio Militar (1923-1925)
Se declaró en España el estado de guerra y se organizó un gobierno provisional, siendo Primo de Rivera el único ministro. Se suspendieron las Cortes. Los gobernadores civiles fueron sustituidos por militares y se militarizó la administración. Entre sus principales logros destaca el desembarco de Alhucemas (1925), que permitió recuperar las posiciones perdidas tras el Desastre de Annual.
Directorio Civil (1925-1930)
Se constituyó un gobierno civil compuesto por figuras de la derecha y algunos militares. En 1927 propuso la convocatoria de Cortes constitucionales. Estas Cortes tomarían el nombre de Asamblea Nacional Consultiva y no tuvieron éxito. Destacaron las actividades económicas, como la reducción de la Deuda Nacional y la creación de monopolios estatales. En la cuestión social, contó con la colaboración del PSOE y la UGT. Largo Caballero fue consejero de Estado y creó los «comités paritarios» para solucionar los conflictos obreros sin llegar a la huelga.
Oposición a la Dictadura
La dictadura de Primo de Rivera encontró oposición en diversos sectores:
- Sectores perseguidos por la dictadura: el nacionalismo catalán y el anarquismo de la CNT.
- Los intelectuales vinculados a la Universidad: que fue clausurada en 1929. Esto marcó el inicio de la agitación estudiantil por parte de la FUE (1927).
- Militares: Parte del ejército se mostró en contra de los intereses de Primo de Rivera. Fracaso de la «Sanjuanada» en 1925.
- Republicanos: A Lerroux y Manuel Azaña se unieron otros nuevos líderes republicanos.
Final de la Dictadura y Proclamación de la II República
Primo de Rivera, cada vez con menos apoyos, presentó su dimisión en 1930. Alfonso XIII confió el gobierno a Dámaso Berenguer, quien en 1931 sería sustituido por Juan Bautista Aznar. Este gobierno convocaría elecciones municipales (1931) y generales.
Los grupos republicanos organizaron el Pacto de San Sebastián en 1930, con la pretensión de proclamar la República por vía insurreccional. Se formó un comité revolucionario de carácter republicano, presidido por Niceto Alcalá-Zamora. La UGT y el PSOE se agregaron al pacto, proponiendo una huelga general revolucionaria para acabar con la monarquía.
Las elecciones municipales se celebraron en 1931. En las principales ciudades vencieron las candidaturas republicanas, lo que motivó la reclamación de la instauración de la República sin esperar el resultado de las elecciones en el ámbito rural, donde la monarquía obtenía la mayoría. El conde de Romanones convenció a Alfonso XIII de que lo mejor era suspender la autoridad real, y el general Sanjurjo Sacanell aconsejó al rey que se marchara. Alfonso XIII se marchó al exilio en 1931, siendo proclamada la II República Española.
La Guerra Civil Española: Evolución y Consecuencias (1936-1939)
Evolución en las Dos Zonas
En cuanto a la evolución política durante la Guerra Civil:
En el bando republicano
El estallido de la guerra y el armamento de las milicias impulsaron una revolución social reclamada por los partidos afines al comunismo soviético y por los anarquistas. La autoridad de los gobiernos presididos por Martínez Barrio, Giral, Largo Caballero y Negrín fue dudosa, ya que los bloques del bando republicano se movían por obediencias partidistas. En muchos lugares, esta tendencia partidista se manifestó en revoluciones locales.
En el bando nacional
El general Mola estableció el primer gobierno en julio de 1936 con la Junta de Defensa Nacional, presidida por el general Miguel Cabanellas. A partir de su nombramiento como Generalísimo de los ejércitos nacionales, la jefatura del Estado nacional quedó bajo el control de Franco, quien suprimió los partidos políticos y los integró en uno único con el Decreto de Unificación de 1937. El primer gobierno en la zona nacional fue nombrado en febrero de 1938.
Consecuencias de la Guerra
Las consecuencias de la Guerra Civil fueron devastadoras:
- Pérdidas humanas: Cabe mencionar el elevado número de muertos, difícilmente cuantificables y con cifras muy discutidas, aunque se citan en torno a los 500.000. Entre ellos, hay que contabilizar los muertos en combate de ambos bandos, así como los asesinados en la retaguardia durante el desarrollo de la guerra. Con posterioridad al conflicto, fueron aplicadas numerosas penas de muerte por los delitos de sangre ocurridos durante el mismo.
- Exilio: A esto hay que sumar el exilio de unas 160.000 personas. Hacia México y Francia se dirigieron los republicanos menos liberales, y a la URSS, los socialistas y comunistas. Destacó especialmente el exilio de intelectuales y artistas.
- Represión interna: Quienes no se exiliaron vivieron como «topos» o se organizaron en el «maquis», combatiendo contra el régimen de Franco, y terminaron convirtiéndose en un problema de orden público.
- Pérdidas materiales y crisis económica: En cuanto a las pérdidas materiales, fueron notables en las zonas de combate. El bloqueo internacional, la pérdida de mano de obra y la entrega a Moscú de las reservas de oro del Banco de España provocaron, en los primeros años del franquismo, una profunda crisis económica.
Deja un comentario