05 Mar

Guerra Colonial y crisis de 1898.

En el conocido desastre del 98, se da el fin de el gran imperio colonial español. Surge una acción crítica (Joaquín Costa:

Oligarquía y Caciquismo

1895), y la nueva visión de la realidad es el fin de ese imperio. ¿Qué nos queda? La nueva mentalidad es de empezar de nuevo, una regeneración. Francisco Silvela, sucesor directo de Cánovas (asesinado en 1897) habla de la indiferencia de la gente en el desastre de Cuba en su artículo Sin Pulso.
Grandes críticos de la generación del 98 fueron Unamuno, Joaquín Costa y Ángel Ganivet.

Cómo se llegó a la crisis

En 1855 comienza una competencia por conseguir un mayor mercado. Hay varios focos de tensión, es la época colonialista. En la segunda mitad del S. XIX se da esta carrera por el capitalismo europeo por captar nuevos mercados.
En los años 80 se reparten África. En 1895 se reparte China en áreas de comercio. En 1898 entran los EEUU en la carrera capitalista, y se dan conflictos entre Francia y Gran Bretaña.
Los intereses de EEUU y España confluyen en Cuba. Allí, en 1878 se firmó la paz de Zanjón, tras la larga guerra de Cuba (1868-1878). Luego se dio la Guerra Chiquita (1879), un intento de sublevación, pero a partir de entonces se da un periodo de relativa paz (hasta ’95).
Los intereses de España en Cuba son los siguientes. La burocracia española, los dueños españoles del comercio de azúcar y tabaco, y los de esclavos, especialmente la oligarquía más poderosa tras la restauración, tienen interés en que Cuba siga sometida al dominio colonial. Para España las colonias son importantísimas porque allí desarrolla monopolios estatales, además Cuba es un mercado privilegiado, gracias a ella se consigue desarrollo.
Pero el principal cliente de productos cubanos son Los Estados Unidos. Los EEUU querían romper el monopolio del azúcar y el tabaco español.
Por otro lado, en Cuba, los criollos cubanos ansían la independencia (en especial los mestizos, los criollos siendo también favorables a una reforma en la autonomía), y se consideran marginados ante la clase española terrateniente, la élite social. También se dan choques entre partidarios y no partidarios de la esclavitud.
En los años 80 se dan brotes de violencia independentista. España actúa reprimiéndolos con fuerza, y esta dureza extiende más si cabe el sentimiento nacional. Se intentó recolonizar Cuba con gallegos, otro fracaso más. Entre los 80 y los 90 el movimiento nacionalista se encuentra muy consolidado. José Martí es el líder e ideólogo del movimiento independentista cubano, Antonio Maceo (mulato) y Máximo Gómez (blanco) son otros líderes del independentismo cubano.
En 1892 EEUU consigue un arancel favorable, por el que tiene una rebaja de impuestos. Los EEUU fomentaron el independentismo cubano.
En 1895 se produce el estallido de la revolución con el Grito de Baire (pronunciamiento en Baire). La sublevación implicó el comienzo de la guerra entre Cuba y España.
EEUU colaborará siguiendo su política de expansión de poder en el Caribe. Durante el S XIX se dedicó enteramente a su expansión por el continente americano, hacia el oeste, y después inició la expansión posterior (Hawaii, Alaska, etc.) El presidente americano McKinley llevó una política expansionista, y su secretario de Estado Alfred Mahan opinaba que EEUU debía tener dos zonas de influencia, el Pacífico y el Caribe, además de otros intereses en el canal de Panamá. Esta política de expansión choca con los intereses españoles. Al estallar la guerra en 1895, los EEUU apoyan y financian el movimiento independentista cubano.


En la guerra, el General Valeriano Weyler logra un cierto éxito militar, pero extendió aun más la rebelión. Los rebeldes actúan como guerrillas, aislados, campesinos. V. Weyler desconectó geográficamente estos focos. Aisla la guerrilla, aislando a la gente lejos de ella. La política del general incluye una represión fuerte, por lo que por contra extiende el independentismo. Vista la situación, quitan a Valeriano Weyler y envían al General Martínez Campos, el cual ofrece la autonomía a Cuba. Pero Cuba desea la independencia. El ataque al acorazado Maine sirve de excusa para que los EEUU entraran en la guerra en 1898.
Además de Cuba, en Filipinas Aguinaldo comienza la guerra de sublevación, y José Rizal lidera el movimiento independentista filipino.
Estas dos guerras provocan que España perdiese toda su fuerza naval en los dos océanos, Pacífico y Caribe. Las mayores derrotas se dan en la Batalla de Santiago (Cuba) y de Cavite (Filipinas).
Tras la paz de París de 1898, España pierde en el Caribe Cuba y Puerto Rico, y en el Pacífico pierde Filipinas, el Archipiélago de las Marianas, y la Isla de Guam (cedida a EEUU). En Filipinas los EEUU deberán someter el movimiento tagalo.

Consecuencias en España

La Industria textil catalana sufre una importantísima pérdida económica, ya que las colonias eran su mercado, (España apenas suponía un mercado donde vender sus productos).
Pérdida de mercados
Repatriación de capitales. Tras el 98 la economía creció, se crearon empresas y bancos y algunas fusiones como la del Central Hispano, en parte gracias a esta entrada de capitales.
La pérdida de los barcos supuso un aumento de la siderurgia española, en especial la vasca, y también este intento de renovación de la flota benefició a los astilleros del norte de España.
El primer gobierno de Francisco Silvela tuvo que subir los impuestos para sufragar los gastos de la guerra.
En política, se rompió la separación del poder militar y civil que había construido Cánovas. La guerra de Cuba rompe ese equilibrio. Se produjeron queas populares, ya que estas guerras eran muy impopulares. Además la guerra perjudicaba a los pobres, que debían ir, ya que los ricos pagaban y no tenían que hacer el servicio militar. La mala preparación que se conoció después sobre la guerra de Cuba causó una terrible impopularidad del régimen. Se criticó duramente a políticos y militares. Además la corrupción en el ejército era importante. Había tensión entre el ejército y el pueblo, el ejército comenzó a rechazar al pueblo y a identificarse como »los elegidos», el ideal de España.
Todo esto estalla en 1905, cuando se compre el equilibrio del sistema que instauró Cánovas.
La revista catalana »Cu-Cut», una revista satírica, publica un chiste que provocó una oleada de indignación entre los militares. Unos cuantos militares asaltaron por su cuenta la prensa del Cu-Cut y de la Vou de Catalunya. Cuando se pidieron explicaciones, el ejército contestó que eran unos militares actuando independientemente y que serían condenados, aún así el ejército entendía la indignación por la falta de respeto a la patria.
Tras esto se aprobó la Ley de Jurisdicciones, por la cual se sientan las bases del poder militar. Esta ley declaraba que cualquier ofensa al ejército, al honor, a la dignidad de España, a sus símbolos o toda ofensa similiar… debía ser juzgada en tribunales militares, según los códigos de justicia militares, aunque la haya cometido un civil.
Esta ley coloca al ejército en posición de juzgar civiles, es una base legal para la intervención del ejército.
En resumen, las consecuencias políticas de la crisis de 1898 son la ruptura del equilibrio civil-militar y la idea de regenerar España, el »Regeneracionismo».
En España muchos intelectuales de la época forman la Generación del 98, crítica con la época y pesimista por lo ocurrido pero positivistas hacia el futuro, con esperanzas de cambio, esperanzas en la España del trabajo. Tienen distintas posturas, desde el socialismo y republicanismo hasta el fascismo. En resumen: actitud pesimista frente al sistema de la Restauración.
Joaquín Costa, conocido como cirujano de hierro, plantea la idea de que España necesita más trabajo y más comida, más estudio… critica con fuerza todo el sistema. Su primera postura es casi fascista aunque posteriormente se acercaría al republicanismo.

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