28 May
El Imperio Austrohúngaro
Tras la pérdida de Venecia en la unificación italiana y la derrota ante Prusia en Sadowa (1866), el emperador cedió a la presión nacionalista húngara y creó la monarquía dual en 1867. Así, Austria y Hungría tenían una política exterior y un ejército en común, pero eran independientes en lo demás. El Imperio Austrohúngaro estaba formado, así, por una gran variedad de pueblos.
El Imperio Ruso
El Imperio Ruso mantenía estructuras propias del Antiguo Régimen bajo el poder absolutista de los Romanov, aunque se iniciaron ciertos avances, como la abolición de la esclavitud en 1861. Su territorio se extendía hasta Siberia. Alaska también fue conquistada por Rusia, pero vendió el territorio a Estados Unidos en 1867. Su industrialización era escasa.
Estados Unidos en el Siglo XIX
Las seis primeras décadas del siglo XIX fueron, para Estados Unidos, un periodo de crisis institucional. La recuperación económica de la Guerra de Independencia fue lenta. Los estados del norte estaban más industrializados, abiertos al comercio y al liberalismo económico. El sur, eminentemente agrícola, producía cosechas de algodón ante la creciente demanda de la industria textil europea (la producción se duplicaba cada 10 años). También el tabaco y la caña de azúcar eran productos de exportación de los estados sureños, pero estos dependían del norte para obtener manufacturas, los servicios financieros y comerciales necesarios para su desarrollo. Los estados del sur, prósperos y cada vez más ricos, pensaban que debían ser ellos quienes dirigiesen los destinos de la Unión.
Una creciente hostilidad entre la sociedad agraria del sur y la comercial e industrial del norte comenzó a minar la estabilidad política. El resultado fue una división entre los republicanos, partidarios de igualdad y libertad económica y un gobierno presidencial fuerte, frente a los Whig, antiguos federalistas que propugnaban la política para las élites y el poder de los estados frente a los poderes centrales. Hasta mediados del siglo, se fueron alternando en el poder presidencial con frecuentes tensiones y enfrentamientos entre ambos bandos.
El despegue económico de Estados Unidos estuvo acompañado por una notable expansión territorial. Colonizó la extensa llanura del oeste, en una expansión favorecida por la inmigración que recibía de los países europeos. Para ello, ocupó de forma violenta amplias zonas pobladas por indígenas, sobre todo en las grandes llanuras centrales, y compró territorios como Luisiana, Florida o Alaska. La guerra con México le permitió incorporar Texas, California, Arizona, Nevada y Nuevo México.
Unificación Alemana
La Unificación Alemana fue un proceso para lograr la integración y la posterior unificación de diferentes estados germánicos en una sola Alemania. Se inició a mediados del siglo XIX y finalizó en el año 1871. El proceso fue dirigido por el primer ministro prusiano Otto von Bismarck, partidario de la «Pequeña Alemania», quien logró la unificación a través de una serie de guerras: Guerra de los Ducados, Guerra Austro-Prusiana y Guerra Franco-Prusiana. Culminaría con la formación del Segundo Reich (Segundo Imperio Alemán).
Unificación Italiana
La Unificación Italiana fue un proceso histórico que a lo largo del siglo XIX llevó a la unión de los diversos estados en que estaba dividida la península Itálica. El origen del proceso tuvo lugar en los territorios del norte, los más industrializados, ricos y socialmente avanzados. Fue allí donde se desarrollaron una serie de revueltas antiaustríacas, de carácter liberal, enmarcadas en un movimiento intelectual, cultural y unitario denominado «Risorgimento«.
Imperialismo
El Imperialismo se puede entender como el dominio que pueden ejercer naciones sobre otras más débiles. Existen imperialismos desde que han existido imperios en la antigüedad. Pero hay una tendencia actual generalizada a enfocar como «imperialismo» al proceso de expansión económica que tuvo lugar en Europa a mediados del siglo XIX, sobre todo a partir de 1870, y este fue conocido como imperialismo librecambista. Durante este periodo, muchos países europeos, especialmente Gran Bretaña, se extendieron primero de forma no oficial y más tarde anexionaron territorios y formaron colonias en África, Asia y el Pacífico. Esta expansión fue consecuencia de la búsqueda fuera de Europa de mercados y materias primas para la Revolución Industrial y se dio hasta el comienzo de la Primera Guerra Mundial en 1914, y permanecieron sus vestigios hasta la descolonización, en los años 60.
Época Victoriana
Desde 1837 a 1901, bajo el reinado de Victoria I, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda alcanzó su máximo apogeo. Su política exterior se resume con la famosa expresión: «espléndido aislamiento«, donde el Reino Unido extendía su imperio por ultramar desentendiéndose de los asuntos europeos siempre que no alteraran sus intereses navales. Al principio de su reinado la hegemonía británica era indiscutible. Era la primera potencia industrial y naval del mundo. Al final de siglo, surgieron nuevas potencias, como Estados Unidos, Japón y Alemania, que hacían peligrar esa hegemonía. Esta nueva situación obligaría a los británicos a participar en el juego de alianzas y abandonar el «espléndido aislamiento«.
Revolución Industrial
La Primera Revolución Industrial se inició en Inglaterra durante la segunda mitad del siglo XVIII y consistió en un proceso de crecimiento continuo y acelerado de la economía que transformó todos los ámbitos de la vida humana como no lo había hecho ningún otro acontecimiento desde el Neolítico. No fue un proceso aislado, sino que fue acompañado de otras revoluciones como la agraria y la demográfica. La diferencia básica entre la economía preindustrial y la industrial es que en la primera, la energía principal es la fuerza muscular (humana o animal) y en la segunda el trabajo se efectúa con máquinas que se alimentan de otras fuentes de energía.
Deja un comentario