19 Oct

En Julio de 1936 un Golpe de Estado contra el gobierno republicano se transformó en una brutal guerra que en la zona republicana produjo un intenso proceso de revolución social, así como la práctica desarticulación del Estado, mientras que en la zona nacional surgíó un poder concentrado en torno a la figura de Franco. Otro aspecto importante es la dimensión internacional que alcanzo el conflicto en el contexto previo a la Segunda Guerra Mundial, el cual se saldó con decenas de miles de muertos y heridos, y más de medio millón de exiliados, dificultando así la posterior reconciliación.
Tras la victoria en las elecciones de Febrero de 1936 de la coalición republicano-socialista del Frente Popular, se produjo la polarización de la sociedad y un aumento de la conflictividad en el país. Todo ello alcanzaría su máxima expresión con los asesinatos del Teniente Castillo y Calvo Sotelo, acelerando así los preparativos del Golpe de Estado dirigido por el General Mola. De este modo, el 17 de Julio se iniciaba el levantamiento en el Norte de África al mando del general
Franco, mientras que el 18 de Julio se extendía por el resto de la península, participando varios generales tales como Mola, Goded y Cabanellas.
Sin embargo, con este alzamiento sólo se conseguirá un triunfo parcial, y España quedará dividida en dos zonas bien definidas. Por un lado, la zona Nacional, controlada por los sublevados y predominantemente agrícola. En ella abundaba una mentalidad conservadora, siendo estas zonas Galicia, Castilla-León y Extremadura entre otras. Y por otro lado, la zona Republicana, localizada fundamentalmente en los núcleos urbanos y las zonas industriales tales como Madrid, Barcelona y la Cornisa Cantábrica. Un caso especial fue el de Andalucía, la cual quedó dividida en dos. La zona Nacional, que comprendía la parte más occidental de ésta y Granada, y la zona Republicana, que abarcaba al resto de Andalucía.
Así, en el transcurso de los tres años que dura la contienda, se pueden distinguir varias fases. La primera de estas fases se conoce como la Guerra de Columnas, pues ésta se caracteriza por el avance rápido del ejército golpista que operaba mediante pequeñas columnas. Las fuerzas de este ejército rebelde se habían concentrado en torno a dos ejércitos, por un lado, el del Norte dirigido por el General Mola y, por otro lado, el ejército del Sur al mando del general Franco. Asimismo, este ejército golpista tuvo que hacer frente a varias dificultades: una primera, la escasez de recursos tales como alimentos y municiones del General Mola en el norte, y otra segunda, el inconveniente de que el grueso del ejército del Sur se encontraba en el norte de África. Para ello organizaron un puente aéreo con la ayuda de Italia y Alemania, uníéndose así ambos ejércitos en la zona de Extremadura.


En Julio de 1936 un Golpe de Estado contra el gobierno republicano se transformó en una brutal guerra que en la zona republicana produjo un intenso proceso de revolución social, así como la práctica desarticulación del Estado, mientras que en la zona nacional surgíó un poder concentrado en torno a la figura de Franco. Otro aspecto importante es la dimensión internacional que alcanzo el conflicto en el contexto previo a la Segunda Guerra Mundial, el cual se saldó con decenas de miles de muertos y heridos, y más de medio millón de exiliados, dificultando así la posterior reconciliación.
Tras la victoria en las elecciones de Febrero de 1936 de la coalición republicano-socialista del Frente Popular, se produjo la polarización de la sociedad y un aumento de la conflictividad en el país. Todo ello alcanzaría su máxima expresión con los asesinatos del Teniente Castillo y Calvo Sotelo, acelerando así los preparativos del Golpe de Estado dirigido por el General Mola. De este modo, el 17 de Julio se iniciaba el levantamiento en el Norte de África al mando del general Franco, mientras que el 18 de Julio se extendía por el resto de la península, participando varios generales tales como Mola, Goded y Cabanellas.
Sin embargo, con este alzamiento sólo se conseguirá un triunfo parcial, y España quedará dividida en dos zonas bien definidas. Por un lado, la zona Nacional, controlada por los sublevados y predominantemente agrícola. En ella abundaba una mentalidad conservadora, siendo estas zonas Galicia, Castilla-León y Extremadura entre otras. Y por otro lado, la zona Republicana, localizada fundamentalmente en los núcleos urbanos y las zonas industriales tales como Madrid, Barcelona y la Cornisa Cantábrica. Un caso especial fue el de Andalucía, la cual quedó dividida en dos. La zona Nacional, que comprendía la parte más occidental de ésta y Granada, y la zona Republicana, que abarcaba al resto de Andalucía.
Así, en el transcurso de los tres años que dura la contienda, se pueden distinguir varias fases. La primera de estas fases se conoce como la Guerra de Columnas, pues ésta se caracteriza por el avance rápido del ejército golpista que operaba mediante pequeñas columnas. Las fuerzas de este ejército rebelde se habían concentrado en torno a dos ejércitos, por un lado, el del Norte dirigido por el General Mola y, por otro lado, el ejército del Sur al mando del general Franco. Asimismo, este ejército golpista tuvo que hacer frente a varias dificultades: una primera, la escasez de recursos tales como alimentos y municiones del General Mola en el norte, y otra segunda, el inconveniente de que el grueso del ejército del Sur se encontraba en el norte de África. Para ello organizaron un puente aéreo con la ayuda de Italia y Alemania, uníéndose así ambos ejércitos en la zona de Extremadura.

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