09 Nov
Teorías Criminológicas sobre el Delito y el Crimen
4.1. Teorías Biológicas y Genéticas del Comportamiento Infractor
Frente a las teorías ambientalistas, nos encontramos ya desde el comienzo de la criminología científica con una serie de teorías que han tratado de explicar el delito a partir de diferencias orgánicas e intrínsecas que separan al “delincuente” de las personas “normales”.
De algún modo, la explicación última del delito se hallaría en la constitución física y orgánica del delincuente, expresándose como disfunción, patología o enfermedad. Estos enfoques adquirirán impulso gracias a la utilización de los descubrimientos en el campo de la genética, o más recientemente, gracias a la demostrada interacción cuerpo-mente.
En cualquier caso, tras todas estas teorías biológicas, se encuentra la búsqueda de explicaciones de corte clínico e individualístico (en forma de patologías personales) a un problema eminentemente social como es el delito y la delincuencia.
4.1.1. El Criminal Nato y la Antropometría
- Estudios de Lombroso sobre el criminal nato: Se centró en las características del cráneo para tratar de identificar el soporte físico del que vendría a ser criminal “por naturaleza”.
- Estudios de carácter antropométrico (Bertillon, 1857-1914): A partir de un complejo sistema de mediciones corporales, pretendía poder identificar a los individuos delincuentes. Este sistema fue adoptado por la policía de muchos países y, junto a la fotografía, permitió inventariar a buena parte de la población penitenciaria y/o sometida a control social (forma parte de los sistemas de identificación de la policía científica).
Bertillonaje: Sistema de identificación personal basado en mediciones corporales, anterior al uso de las huellas dactilares.
Otros Defensores del Carácter Innato del Delincuente
- Ch. B. Goring (1870-1919)
- The English Convict: A Statistical Study (1913).
- Critica la idea del criminal nato lombrosiana y refuta su trabajo empírico por la debilidad metodológica de su trabajo de campo.
- Acaba defendiendo la inferioridad natural, de carácter hereditario, del delincuente. Se basó en un estudio estadístico de las características físicas y psicológicas de una muestra de 3.000 presos reincidentes, a los que comparó con un número semejante de personas no delincuentes (grupo de control). Las únicas características físicas que resultaron estadísticamente significativas fueron el peso y la estatura, algo más bajos entre los presos, lo que, unido a una inteligencia algo menor, le llevó a formular su teoría de la criminalidad en base a una supuesta inferioridad heredada.
- E. A. Hooton (1887-1954): Presidente de la American Association of Physical Anthropologists.
- The American Criminal: An Anthropological Study (1939): La muestra se elevó a 14.000 reclusos, para concluir que el delincuente es alguien orgánicamente inferior.
- En consecuencia, postuló que el delito solo puede ser erradicado tras la extinción del delincuente o encerrándoles aparte del resto de la sociedad.
- Fue un teórico de las diferencias y la clasificación racial.
4.1.2. Biotipos y Constitución Corporal
Estas teorías buscan establecer una relación entre la constitución corporal y el carácter o las características psicológicas, aunque su base empírica es cuestionable.
- Ernst Kretschmer (1888-1964)
- Pícnico → Ciclotímico (extrovertido)
- Leptosomático → Esquizotímico (introvertido)
- Atlético → Viscoso (tranquilo, pasivo)
- William Sheldon (1898-1977)
Relaciona tipos físicos (somatotipos) con el carácter o temperamento:
- Endomorfo → Viscerotónico (“cómodo, lento, glotón, sociable, cortés, amable, tolerante, hogareño, extravertido”)
- Mesomorfo → Somatotónico (“firme, aventurero, enérgico, atlético, ambicioso, osado, valiente, agresivo, inestable, escrupuloso, estridente, dinámico”)
- Ectomorfo → Cerebrotónico (“rígido, rápido, controlado, asocial, desordenado, hipersensible, solitario, pleno de problemas de carácter funcional, insomnio, sensible al ruido, introvertido, etc.”)
En general, las teorías constitucionalistas han recibido fuertes críticas de corte metodológico, especialmente en lo referente a la selección de la muestra y los grupos de control.
4.1.3. Genética y Comportamiento
Mendel, en 1868, publicó sus hallazgos sobre las leyes que regulan la transmisión de caracteres hereditarios. La genética, denominada así por Bateson, investiga la herencia biológica y ha experimentado un desarrollo espectacular que culmina con la finalización en 2003 del Proyecto Genoma Humano, completando la secuencia genética con una precisión cercana al 100%.
Las líneas de investigación que se ocupaban de si la criminalidad podría ser “heredada” recibieron nuevos impulsos con el descubrimiento de la estructura cromosómica del ser humano y los procesos que regulan la herencia de esos 23 pares de cromosomas. La llamada Genética Criminal se ha ocupado de estudiar:
- Familias criminales.
- Gemelos (adoptados o no).
- Presencia de anomalías cromosómicas.
4.1.3.1. Estudios de Gemelos
Se investiga si existe relación entre la mayor o menor coincidencia genética (monocigóticos o dicigóticos) y la presencia o no de conductas criminales.
- Lange (1929): Fue el iniciador de este tipo de investigación, asumiendo con un fuerte componente fatalista la inevitabilidad de la aparición de pautas delictivas.
- Christiansen (1974): Después de estudiar a todos los gemelos nacidos en Dinamarca entre 1881 y 1910, puso de relieve que las diferencias se deben tanto a la mayor herencia genética como a la influencia de las condiciones ambientales y sociales. Concluyó que los rasgos heredados podrían tener alguna influencia mayor en algunos tipos de conducta delictiva, pero no así en la gran mayoría de los delitos (como los delitos contra el patrimonio).
4.1.3.2. Malformaciones Cromosómicas
La posibilidad de que una alteración en la carga genética estuviera detrás de determinadas conductas criminales está detrás de los estudios sobre errores o malformaciones cromosómicas. Las más conocidas son las que afectan al par 23:
- Por defecto: Síndrome de Turner (X0). Afecta a 1 de cada 5.000 mujeres.
- Por exceso:
- Mujer: XXX, XXXX o XXXXX.
- Varón: Síndrome de Klinefelter (XXY, XXXY…). Se suele asociar a inteligencia baja, alcoholismo, homosexualidad y esterilidad.
- Trisomía XYY: Aparentemente, hay una mayor presencia de este tipo de malformación entre la población reclusa, y se les relaciona con alteraciones hormonales, agresividad, déficit intelectual y violencia.
4.1.3.3. Endocrinología y Trastornos Glandulares
Dado que determinados procesos hormonales y endocrinos están regulados genéticamente, se incluyen aquí estudios encargados de relacionar alteraciones o trastornos glandulares que, a través de ciertos desequilibrios bioquímicos, se puedan manifestar como trastornos de conducta y de personalidad (agresividad, violencia, sexualidad exacerbada, etc.).
La prevención se enfocaría en aplicar un tratamiento hormonal en aquellos casos en los que se pueda presumir la existencia de tal relación. Un ejemplo es la mayor presencia de testosterona (T) con la conducta criminal de los varones y, particularmente, con las conductas agresivas.
- Kreuz y Rose (1972): En un estudio con presos, no encontraron diferencias significativas en los niveles de testosterona entre quienes peleaban mucho y los que no se peleaban, aunque los que tenían antecedentes previos por delitos violentos sí que presentaban mayores niveles de T.
Es dudoso que tal relación pueda operar de la misma forma en los seres humanos, donde los factores educativos y ambientales juegan un papel muy importante. La elevación de los niveles de T tanto puede predecir una conducta antisocial como una conducta de rebeldía y capacidad de lucha. Del mismo modo, puede analizarse como causa o como una respuesta ante una situación de competición y lucha.
4.1.4. Biología y Comportamiento: Neurofisiología y Neuropsicología
- Encefalografía (EEG): Busca la “conexión entre determinadas irregularidades o disfunciones cerebrales y la conducta”.
- Estudios de Monroe: Investigó si existe una zona del cerebro donde radica “la agresividad” en delincuentes reincidentes que cumplían condena por delitos anormalmente violentos. Estos mostraron alteraciones en el EEG, sin embargo, no se pudieron comprobar en otras muestras de población con conductas agresivas frecuentes.
Delitos Violentos y Anomalías Cerebrales
- Stafford, Clark & Taylor (1949):
- Personas que habían cometido el asesinato mediando una fuerte provocación: anomalías en el EEG casi lo mismo que en la población general.
- Personas que habían asesinado de forma particularmente explosiva sin que hubiera provocación ni motivo aparente: el porcentaje de EEG anormal fue alto.
- Críticas: Algunos críticos afirmaron que tales anomalías eran más bien fruto del encierro, pues también se podían detectar en enfermos mentales con largo tiempo de reclusión hospitalaria.
Clasificación de Disfunciones Cerebrales (García-Pablos)
García-Pablos clasifica las disfunciones cerebrales y su posible incidencia en la aparición de conductas potencialmente delictivas:
- Disfunción cerebral mínima ↔ Reacciones explosivas.
- Anomalías electroencefalográficas (ondas cerebrales lentas y bilaterales) ↔ “Comportamientos hostiles, hipercríticos, irritables e impulsivos”.
- Otras disfunciones cerebrales (tumores, lesiones, epilepsia…) ↔ Incremento de la agresividad.
- Sistema nervioso autónomo o sistema vegetativo.
El Modelo de Eysenck
Eysenck (Crime and Personality, 1964) se centró en las reacciones incontrolables e involuntarias que pueden tener incidencia en el proceso educativo y de socialización. Estas se traducen en una respuesta emocional atípica o escasa ante situaciones objetivamente perturbadoras (psicópatas o sociópatas).
La introversión o extroversión jugaría un papel fundamental en la posibilidad del castigo:
- Los chicos introvertidos → Elevan su nivel de ansiedad ante el castigo.
- Chicos anormalmente extrovertidos → Apenas tendrían efecto, conduciéndose de forma más arriesgada y peligrosa.
Renovación de los Estudios Biológicos
La persistencia de los enfoques biológicos se debe a varios factores:
- Existen diferencias individuales que no se explican fácilmente desde enfoques sociológicos.
- Avances científicos y en el tratamiento de datos (debate innato-aprendido).
- Orientaciones políticas conservadoras.
- Hallazgos que aún persisten.
La conducta antisocial juvenil es un buen predictor de la personalidad sociopática.
- Moffitt (1999): “El síndrome del comportamiento antisocial persistente a lo largo de la vida tiene una base biológica en sutiles disfunciones del sistema nervioso”.
- Las tendencias delictivas parecen quedar fijadas muy pronto.
- Se observa la existencia de delincuentes crónicos a partir de datos masivos que muestran la presencia de un número de delitos desproporcionadamente alto en un grupo relativamente pequeño de personas.
Los estudios modernos se caracterizan por ser integrados, combinando variables sociales, psicológicas y también biológicas.
Características de los estudios modernos:
- Sofisticación teórica, técnica y metodológica.
- Interdisciplinariedad (interacción de variables de naturaleza heterogénea).
- Moderación en las propuestas de política criminal que emergen de ellos.
4.2. La Conducta Delictiva: Psicología del Delincuente
Según Serrano Maíllo, “la Criminología ha sido tradicionalmente reacia a aceptar ideas y planteamientos procedentes de la Psicología”. Sin embargo, desde hace ya unos años su influencia se deja sentir de nuevo, aunque quizás de forma diferente.
Históricamente, se ha puesto el acento en la relación existente entre delito y factores como la inteligencia, la personalidad, etc.
Hay quien se ha ocupado de analizar si existe una “mente criminal” inclinada a cometer delitos, cuál es su estructura y su peculiar dinámica de funcionamiento (Garrido). La aportación principal de la psicología a la Criminología sería estudiar la psicología del delincuente como forma específica de organizar la conducta, orientándola a la comisión de delitos, y distinguirla así de la de quien trata de controlar sus impulsos.
Hoy, sin embargo, la aportación de la psicología es mucho menos ambiciosa y se muestra más moderada en sus pretensiones. Se ha vuelto mucho más concreta, ya que dispone de instrumentos que, tanto desde el punto de vista diagnóstico como desde la vertiente de la intervención terapéutica, son mucho más potentes y eficaces, y por ello imprescindibles en la práctica cotidiana del profesional de la criminología.

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