03 Jul
Sector Secundario: La Producción de Energía
1. Las Fuentes de Energía: Definición y Tipos
Las fuentes de energía son los recursos que permiten obtener energía o fuerza para realizar un trabajo; en el caso de la industria, transformar las materias primas.
Fuentes de Energía Primaria
Son las fuentes de energía tal y como se encuentran en la naturaleza, sin ninguna transformación. Distinguimos entre renovables y no renovables.
- No renovables: Proceden de recursos que se agotan al producir energía; provocan fuertes alteraciones medioambientales; y suponen una elevada dependencia externa para el aprovisionamiento. Son las más utilizadas porque permiten obtener mucha energía de forma continua y son más competitivas. Son el carbón, el petróleo, el gas natural y la energía nuclear.
- Renovables: Proceden de recursos inagotables, son autóctonas y posibilitan el autoabastecimiento; provocan menos alteraciones medioambientales; y poseen una elevada dispersión, que permite utilizarlas en lugares diversos. Son la energía hidráulica y las nuevas fuentes de energía alternativas (energía eólica, solar, biomasa, geotérmica y marina).
Fuentes de Energía Final
Fuentes de energía obtenidas de la transformación de las fuentes de energía primaria en formas de energía aptas para ser utilizadas por los consumidores (en transporte, industria, hogares…). Son los derivados del petróleo (destinados al transporte o la industria) y la electricidad (para mover motores, producir calor o frío, iluminar, transmitir electrónicamente la información…).
2. Evolución Histórica de los Distintos Tipos de Fuentes de Energía
En España, la producción interior de energía primaria se centró primero en el carbón, que desde 1975 cedió su primacía a la energía nuclear, y en los últimos tiempos a las energías renovables. En cambio, el consumo de energía primaria se ha basado desde la década de 1960 en el petróleo, al que ha seguido un importante incremento del gas natural. Por tanto, el autoabastecimiento energético, o relación entre la producción y el consumo, es muy bajo y requiere costosas importaciones, que generan fuerte dependencia externa en un sector estratégico para el país. No obstante, la situación mejora desde 2005 gracias al aumento de la eficiencia energética y del uso de energías renovables.
Evolución Histórica de las Energías Primarias No Renovables
El Carbón
La producción creció entre 1935 y 1965 gracias al proteccionismo. Entre 1965 y 1975 decreció ante el uso masivo del petróleo durante el desarrollismo (por su bajo precio y el final de la autarquía que permitió su importación). Esta tendencia se interrumpió durante la crisis del petróleo (1975-1985), que incrementó la demanda para reducir la dependencia del crudo. Desde 1985, la producción desciende debido a los graves problemas del sector que han dado lugar a una reconversión (culminada en 2018 con el fin de la minería no competitiva). El consumo de carbón partía de cifras modestas en 1935 ante la primacía de la hidroelectricidad. Hasta 1960 creció para cubrir el incremento de la demanda energética sin las fluctuaciones de la hidroelectricidad. Entre 1960 y 1975 decayó por la adopción generalizada del petróleo. Entre 1975 y 1985 se recuperó y estabilizó hasta 2005. Desde entonces decrece por el cierre de la mayoría de las centrales térmicas de carbón en 2020 y por el incremento del uso del gas y de las renovables.
El Petróleo
La producción interior se inició con la explotación del yacimiento de Ayoluengo (Burgos) que proporcionaba un crudo de pésima calidad, no apto para el refino; y creció tras el descubrimiento de los yacimientos de la plataforma continental de Tarragona. Pero desde mediados de la década de 1980, las escasas reservas han provocado un continuo descenso. El consumo de petróleo, en cambio, creció desde la década de 1960, con algunas fluctuaciones relacionadas con el precio del crudo; y con situaciones de crisis económica —1980, 1991, 2008 y pandemia de la COVID-19 en 2020—, que inciden en su demanda por el transporte y los hogares. En la actualidad, el petróleo ocupa el primer lugar en el consumo energético de España.
El Gas Natural
La producción se limitó en un principio a la asociada a los campos petrolíferos. Pero la crisis de 1975 impulsó las prospecciones que localizaron en 1984 yacimientos en Huesca y Bermeo, que incrementaron la producción. El declive de estos yacimientos originó un fuerte descenso que no se ha compensado con la entrada en producción de otros localizados en el golfo de Cádiz y La Rioja. El consumo de gas se inició en España en 1969. Desde entonces, y sobre todo desde finales de la década de 1980, ha experimentado un gran crecimiento en los hogares y en la producción eléctrica, gracias a sus ventajas económicas y medioambientales, que han aumentado su uso en los sectores doméstico, industrial y comercial.
Los descensos del consumo corresponden a la disminución de la demanda en momentos de crisis económica, como la de 2008-2013 y la causada por la pandemia de la COVID-19 en 2020.
La Energía Nuclear
La producción y el consumo de energía nuclear comenzaron en España en 1969 y crecieron a partir de la crisis del petróleo, que promovió un amplio programa de construcción de centrales. Pero, desde 1987, su expansión se paralizó («moratoria nuclear»), debido a la oposición de la opinión pública. A partir de entonces, la producción muestra ligeros incrementos por el aumento de la potencia en los grupos ya instalados; y descensos por el cierre de centrales (Vandellós I en 1990, Zorita en 2006 y Garoña en 2013); o por la menor disponibilidad coyuntural a causa de paradas programadas para la realización de trabajos (2009), o recarga de combustible (2021).
Evolución Histórica de las Energías Primarias Renovables
La Energía Hidráulica
La producción hidráulica comenzó a finales del siglo XIX, con la construcción de numerosas minicentrales cercanas a los centros de consumo, debido a las dificultades para transportar la electricidad. En la década de 1910, el uso del transformador solucionó este problema y permitió construir grandes centrales hidroeléctricas que alcanzaron su auge en la década de 1950. Desde entonces, disminuye su aportación energética por el crecimiento sucesivo de la termoelectricidad, la energía nuclear y otras renovables. No obstante, en cifras absolutas, su producción ha crecido.
Nuevas Fuentes de Energía Alternativa
Proceden del viento, el sol, la biomasa, el calor interno de la Tierra y el mar. La producción con energías alternativas ha sido tardía, dado su mayor precio motivado por el insuficiente desarrollo tecnológico. En la actualidad, su consumo se incrementa gracias a las mejoras técnicas en algunas de ellas —como la eólica y la solar—; y la obligación de cumplir las directrices europeas sobre reducción de la contaminación energética.
3. Medidas Políticas de España y Europa en Relación a la Producción y el Uso de la Energía
España padece problemas energéticos que repercuten negativamente en la seguridad energética, la competitividad económica y el medio ambiente. Las soluciones están marcadas por las directrices de la UE, que se proponen conseguir una energía segura y respetuosa con el clima, para cumplir sus compromisos internacionales sobre el cambio climático.
España ha cumplido los objetivos marcados por la UE para 2020. Para alcanzar los nuevos objetivos en 2030, ha elaborado un Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC):
La Seguridad y la Eficiencia Energética
- La seguridad energética supone reducir la dependencia en el abastecimiento energético, diversificando la procedencia de las importaciones y fomentando las energías autóctonas y renovables.
- Mejorar las conexiones con las redes transeuropeas de gas y electricidad mediante nuevas conexiones con Portugal y Francia.
- Ampliar las líneas internas de transporte eléctrico para asegurar el suministro.
- Disponer de planes frente a situaciones de limitación o interrupción del suministro energético.
- Luchar contra la pobreza energética, mediante ayudas a las personas más vulnerables.
- Y mantener las medidas de seguridad frente a los riesgos de las centrales energéticas: incendios o explosiones de térmicas, accidentes nucleares, o rotura de presas hidroeléctricas.
- La eficiencia energética pretende mejorar la competitividad económica y reducir el impacto ambiental de la energía. Para España, implica la obligación, impuesta por la UE, de mejorar la eficiencia energética un 39,5 % en 2030, adoptando medidas en todos los sectores: construcción eficiente y ayudas a la rehabilitación de edificios; renovando la flota con vehículos más eficientes; y favoreciendo el cambio de movilidad hacia modos menos consumidores (ferrocarril eléctrico y vehículos eléctricos y de gas natural comprimido; contadores inteligentes…).
La Transición Energética y la Descarbonización
Las medidas sobre energía comprometidas por España para contribuir a reducir sus emisiones de GEI un 40 % en el año 2030 son:
- Medidas en la generación de energía: Las centrales térmicas que utilizan carbón cerrarán, al dejar de ser competitivas debido al aumento del precio que pagarán por tonelada de CO2 emitida. Por su parte, las energías renovables supondrán el 42 % en el consumo final de energía y el 74 % en la generación eléctrica. Para ello, se impulsarán grandes proyectos de generación energética con renovables. Y se promoverá el autoconsumo, permitiendo a particulares y comunidades producir, consumir, almacenar y vender su propia energía renovable.
- Medidas en el transporte: Se promoverá la movilidad urbana sostenible y el vehículo eléctrico;
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