30 Abr

Introducción

Según Maccoby y Martin, los estilos educativos parentales influyen significativamente en el desarrollo del niño. A continuación, se detallan los diferentes estilos y sus consecuencias:

Estilos Educativos

1. Estilo Autoritativo-Recíproco

En este estilo, los padres ejercen una autoridad firme, consistente y razonada, basada en el principio de reciprocidad en cuanto a derechos y deberes. Consideran a los hijos como personas, promueven el intercambio verbal y la comunicación bidireccional en un clima democrático. Este estilo produce autonomía y madurez, siendo el más beneficioso para la socialización de los hijos.

2. Estilo Autoritario-Represivo

Se caracteriza por padres rígidos y absolutos en sus relaciones con sus hijos, con escasa o nula implicación en su rol de educadores. Dan mandatos absolutos y rígidos sin creer en su contenido, acompañados de una vigilancia molesta. Provocan grandes conflictos entre padres e hijos, siendo un estilo perjudicial y disfuncional que produce baja autoestima, autonomía, conformismo externo y posible rebelión interna, pudiendo generar inadaptación social.

3. Estilo Permisivo-Indulgente

Estos padres evitan la autoridad y la imposición de restricciones, permitiendo a los hijos regular su propia conducta. Suelen ser permisivos ideológicos, promoviendo la comunicación abierta y un clima democrático con implicación paterna y calor afectivo. Como aspectos positivos en el menor, se observa espontaneidad, originalidad, creatividad, elevado grado de competencia social, alta autoestima y autoconfianza. Sin embargo, también se presentan aspectos negativos como menores logros escolares, menos autorresponsabilidad y falta de autocontrol.

4. Estilo Permisivo-Negligente

Se caracteriza por la falta de exigencia paterna y de responsabilidad, con negligencia educativa y delegación de esta tarea por comodidad. Hay escasa dedicación afectiva, lo que produce en los hijos baja autoestima, carencia de capacidades cognitivas, falta de autocontrol y la búsqueda de soporte afectivo en el grupo de iguales.

Carencias del Entorno Familiar y sus Consecuencias

Las carencias del entorno familiar tienen consecuencias negativas en el menor:

  • A nivel económico y laboral: precariedad económica prolongada, explotación del menor, dependencia de instituciones de ayuda, baja información.
  • A nivel educativo y cultural: bajo nivel cultural, analfabetismo, déficit de estímulos intelectuales, ausencia de motivación, desescolarización, absentismo escolar y falta de educación adecuada.
  • A nivel del entorno: cambios culturales (emigración), éxodo rural o urbano, violencia social del entorno, carencia de recursos sociales.
  • A nivel de estructura familiar: relaciones conyugales conflictivas, ausencia de miembros parentales, incapacidad, problemas psicológicos, abandono, malos tratos, mendicidad, drogodependencias, prostitución, institucionalización del menor.
  • A nivel de las prácticas educativas parentales: los estilos educativos descritos anteriormente.

Estas carencias pueden producir en el menor: baja autoestima, baja autonomía personal, autoconcepto negativo, falta de autocontrol, baja autorresponsabilidad, propensión a la agresividad, inmadurez, egocentrismo, escaso sentimiento de culpa, contradicciones, inseguridad (tanto situacional como relacional), menores logros escolares y abandono escolar.

Conclusión

La confluencia de estas situaciones puede provocar la inadaptación de los menores. Como señala Antonio Gala: «Nadie podrá decir que un nido calentito y dichoso dará de sí muy grandes personas. La inadaptación a lo imperfecto es lo que mejora al hombre». Alexis Carrel complementa esta idea: «Es imposible educar niños al por mayor; la escuela no puede ser el sustitutivo de la educación individual».

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