06 Jun

3. RELACIONES SEMÁNTICAS ENTRE SIGNOS. DENOTACIÓN Y CONNOTACIÓN:


Las palabras o signos lingüísticos poseen un significante, una parte física que es la expresión, un significado o representación mental asociada a esa expresión; y un referente, el hecho u objeto del mundo al que remite. En virtud del tipo de relación de estas tres realidades se producen las distintas relaciones semánticas entre las palabras. Veámoslas:

Identidad de significados :


La SINONIMIA se define como la relación existente entre dos o más unidades léxicas con distinto significante e igual significado:
morir, fallecer, expirar, fenecer / asno, burro, borrico, jumento, pollino / contento, feliz, dichoso…  Sin embargo, cabe señalar matices en esa igualdad de significado. Por ello, podemos hablar de CLASES DE SINONIMIA: a)
Sinonimia conceptual cuando coinciden los rasgos conceptuales de los significados de dos términos: morir, fallecer. b)
Sinonimia referencial cuando coinciden los referentes, aunque no coincidan sus rasgos denotativos: lucero vespertino, estrella de la mañana, lucero de la mañana, lucero del alba, Venus… c)
Sinonimia contextual cuando pueden conmutarse dos términos en un contexto sin alterar el significado de la secuencia: Los garbanzos son pesados / indigestos. Pepe es un pesado / pelma/ latoso.

Identidad de significantes:


La POLISEMIA consiste en la existencia de varias acepciones para un mismo significante. Estas dependen del contexto en que se use. Por lo común, todos los significados contextuales surgen de un núcleo originario que se ha ido ampliando por los mecanismos de la metáfora, la metonimia, etc. Ejemplo: “echar una mano”, “dar una mano de pintura”, “pedir / conceder la mano”, “mano de obra”, “mano de santo”. La mayoría de las unidades léxicas son polisémicas. La HOMONIMIA consiste en una coincidencia entre significantes puramente casual, por razones históricas. Con frecuencia, las palabras homónimas pertenecen a categorías gramaticales distintas. Añadidos por el autor. Los términos homónimos pueden ser: a)

Homógrafos:

se pronuncian y se escriben igual: haya (árbol) / haya (subjuntivo de haber); haz (conjunto) / haz (imperativo de hacer) b)

Homófonos :

se pronuncian igual, pero se escriben diferentes: haya / aya (‘niñera); vaya (verbo ir) / valla (‘cercado’) En los diccionarios, las palabras polisémicas aparecen como una sola entrada con varias acepciones; los homónimos se presentan como entradas distintas, numeradas con subíndice.


Jerarquización de significados:


Cuando el significado de un término incluye el de otro, se dice que es su HIPERÓNIMO. El término cuyo significado se incluye en otro más amplio es el hipónimo. Ejemplo: flor es hiperónimo respecto a clavel, rosa, tulipán, margarita… y estos últimos resultan ser cohipónimos entre sí. El hiperónimo contiene menos rasgos semánticos que los hipónimos, es decir, es el término menos marcado, por lo que puede usarse en más contextos.

Oposición de significados:


a)

Antonimia:

Oposición de significados que admiten gradación: alto / bajo,grande / pequeño. Existen términos intermedios: mediano… b)

Complementariedad:

Opuestos donde no es posible la gradación ni los términos medios: presente / ausente, tónico / átono, vivo / muerto. c)

Reciprocidad:

Términos que se implican mutuamente: comprar / vender, padre / hijo, dar / recibir. Tradicionalmente, todas estas relaciones englobaban bajo la denominación de CONTRARIOS o ANTÓNIMOS.

Rasgos semánticos comunes:


Cuando un conjunto de términos comparte un núcleo de significación o rasgo semántico común y se diferencian por otra serie de rasgos semánticos que permiten hacer distinciones se dice que forman un campo semántico.
Ej: la vivienda, los animales domésticos, los colores, el parentesco…

Denotación y connotación:


Una misma palabra suele tener dos tipos de significado. El significado denotativo lo constituyen aquellos atributos o propiedades que asignamos al referente de forma genérica y que son los compartidos por los hablantes en cualquier contexto; y el significado connotativo lo conforman valores subjetivos. Y es que no siempre al utilizar una palabra nos estamos refiriendo a los rasgos de su significado lógico sino a ideas accesorias que se encuentran ligadas a la época, al nivel social y/o a otros factores culturales. Así, algunas connotaciones son compartidas por todos los hablantes, otras son propias de un grupo o incluso de un individuo. Por ejemplo, la palabra “víbora” presenta el significado denotativo de “serpiente venenosa de cabeza triangular” y otro más coloquial de “persona con malas intenciones”; pero además puede tener múltiples significados connotativos para un biólogo, una persona que trabaje con reptiles, alguien que trabaje con reptiles, etc. Ambos significados se concretan en un contexto y una situación determinados, entornos a los que hay que prestar la máxima atención. El lenguaje científico, técnico o especializado es esencialmente denotativo, en tanto que el lenguaje literario es fuertemente connotativo, pues las palabras se cargan de valores subjetivos individuales

TEMA 7: CONCEPTO DE TEXTO. PROPIEDADES: 1. El texto: concepto:

Se entiende por texto una unidad de carácter lingüístico de variable extensión intencionadamente emitida por un hablante en una situación comunicativa concreta y con una finalidad determinada.
Se trata de la máxima unidad de comunicación que posee sentido completo, lo que supone que no se trate de una mera cadena de oraciones, frases o palabras sino de un conjunto estructurado de enunciados en el nivel semántico, sintáctico y pragmático o comunicativo. Esto es: para que un texto sea considerado tal, debe cumplir una serie de propiedades, que son: coherencia, cohesión y adecuación.

2.. Propiedades del texto: coherencia, cohesión y adecuación 2.1. La coherencia

La coherencia es la propiedad por la cual el texto se construye e interpreta como una unidad con sentido completo compuesto por distintas unidades de información estrechamente relacionadas. Este fenómeno semántico se consigue teniendo en cuenta ciertos aspectos. – una unidad temática o asunto:
Los diferentes enunciados están al servicio de un núcleo informativo común. – una progresión textual:
Periódicamente hay que repetir cierta información para aportar pistas al receptor de que se sigue tratando un mismo asunto; pero a la par los enunciados que componen el texto introducen progresivamente nueva información de forma lógica y ordenada y, obviamente, siempre relacionada con el tema del texto. Así, cada enunciado implica la información del anterior y añade una información nueva. – unos mecanismos de cohesión textual:
Elementos lingüísticos a través de los cuales se hace patente la relación semántica entre las distintas unidades de información que conforman el texto. Estos mecanismos constituyen otra propiedad del texto: la cohesión

2.2. La cohesión

La cohesión es la carácterística del texto que atañe a la estructura sintáctica, y es condición necesaria pero no suficiente para que exista la coherencia. La cohesión la constituyen todas aquellas funciones lingüísticas que indican relaciones entre los elementos del texto. A la cohesión de un texto contribuyen múltiples y muy variados procedimientos. Veamos los más importantes, que agrupamos en mecanismos de recurrencia, de sustitución, elipsis y conectores o marcadores discursivos.

Recurrencia

Este es un mecanismo consistente en la repetición de contenidos a fin de incorporar nuevas informaciones. Puede adoptar diferentes formas: –

Repetición léxica

El lector voraz de prensa tiene al alcance de su mano todo lo que el hombre debe saber…Este lector moderno lo sabe todo sobre…

Sustitución léxica sinonímica

Al preparar el viaje no contábamos con aquel posible impedimento.
Fue un escollo difícil de salvar

Sustitución léxica por medio de hiperónimos, hipónimos y antónimos

El mosquito le picó. Aquel insecto estaba hambriento. 

Uso de palabras pertenecientes a un mismo campo conceptual

Sustitución

En este mecanismo determinadas palabras se remplazan por otros elementos lingüísticos, a fin de evitar repeticiones no elegantes.

-Un término del discurso reemplaza a otro que ha aparecido con anterioridad en el caso de la anáfora:

Nunca en la historia de la humanidad el hombre ha sabido tanto de tantas cosas


Eso se lo debemos a los medios de comunicación.

Y en la catáfora un término del discurso reemplaza a otro que aparecerá posteriormente: La cultura es y será esto en el futuro.

Un conocimiento asombroso de noticias

            Elipsis

Hablamos de elipsis cuando se omiten elementos para evitar su repetición, pero se comprenden  por su presencia en alguna parte del texto: –Dame cien euros. –Arréglate con cincuenta.

            Conectores supraoracionales

Estos conectores también llamados conectores textuales o marcadores del discurso constituyen elementos indispensables en la construcción textual por cuanto que, a la vez que unen, expresan las diferentes relaciones semánticas que los enunciados contraen entre sí. Señalemos los más usados:


Aclaración o reformulación

Es decir, O sea, Esto es…


Adición

Y…Además…Asimismo


Admisión de lo formulado

Efectivamente…; Naturalmente…; Sin duda…; Por supuesto que…


Presentación de alternativas

De un lado…, Por otra parte…


Causa / Consecuencia

Puesto que…, Con motivo de…, En consecuencia…, por lo tanto…Y de ahí que…, Así pues…, Por esto…, De ahí que…, Como resultado…


Comparación

Al igual que…, En menor medida que…, De igual forma … Asimismo…Del mismo modo…


Conclusiones o resumen

En vista de ello…, En conclusión…, Resumiendo…


Condiciones

Siempre que,  A condición de …


Demostración y Ejemplificación

En efecto…, Veámoslo…,Así ocurre en…, por ejemplo…


Finalidad

A fin de que…, Con el objeto de que…, Para ello…


Objeciones o contrastes:
Sin embargo…, Por el contrario…, A pesar de ello…, Ahora bien…


Opciones

O, O bien…, Otra posibilidad


Ordenación

En primer lugar…, En último término … Finalmente


Paralelismo

Igualmente…, Asimismo…, De la misma manera…


Restricciones y matizaciones

Sin embargo…, No obstante …, Excepto…, Con todo…, A pesar de todo… Por el contrario…, Por otra parte…

2.3. Adecuación

La adecuación es, como se ha dicho, la carácterística de los textos que están bien construidos desde el punto de vista comunicativo. Es el resultado de una serie de elecciones que el hablante o autor ha de llevar a cabo teniendo en cuenta las carácterísticas concretas de los diferentes factores o elementos que intervienen en el acto comunicativo: quién es el emisor, cuál es su intención comunicativa, quién es el receptor, qué relación hay entre ambos, cuál es el canal que se va a utilizar, qué aspectos de la situación o el contexto indican la comunicación, etc.

Entre estas “decisiones” que debe tomar el autor de un texto se encuentran las siguientes:

  1. Intención comunicativa:


    Según la intención del emisor (convencer de una opinión, informar de un suceso, etc.) prevalecerá una determinada función del lenguaje (apelativa, referencial, expresiva…), que determinará los rasgos lingüísticos, como el uso de tecnicismos o de léxico connotativo. Asimismo en función de la intención comunicativa, el emisor ha de seleccionar una modalidad textual (narración, descripción, exposición, argumentación)
  2. Contexto


    Puesto que el texto tiene lugar en una situación comunicativa determinada, el texto deberá adaptarse a ella, es decir, utilizar un canal comunicativo y código compartidos por emisor y destinatario. Las circunstancias que envuelven el proceso comunicativo también inciden en el registro lingüístico empleado.

Una vez más, es conveniente matizar que todos estos elementos deben tenerse en cuenta no sólo en la creación de un texto, sino también en su recepción: comprender e interpretar un texto supone hacerse consciente de todas las elecciones que ha realizado el autor, y también valorar la oportunidad y adecuación de todos los elementos que lo componen.

Si la coherencia hemos señalado era un fenómeno de carácter lógico-semántico (plano del contenido), la cohesión atañe a lo que es la unidad formal del texto (plano de la expresión)

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