09 May

LOS INICIOS DEL SIGLO XX

LA REVOLUCIÓN RUSA Y LA FUNDACIÓN DE LA URSS

  • Rusia sufrió una grave crisis debido a su derrota militar frente a Japón (1905).
  • Las consecuencias económicas y sociales de esta derrota provocaron la revolución de 1905.
  • El zar Nicolás II formó una Duma (parlamento), de la que posteriormente prescindió.
  • En febrero de 1917, una revolución destronó al zar, restauró la Duma y estableció un gobierno provisional, formado por socialistas y liberales.
  • Los bolcheviques, liderados por Lenin y Trotski, lograron el poder tras la Revolución de Octubre y establecieron un nuevo gobierno, denominado Consejo de Comisarios del Pueblo.
  • Los bolcheviques adoptaron el nombre de Partido Comunista y fundaron la Tercera Internacional.
  • La URSS se fundó en 1922.

EL SOCIALISMO EN UN SOLO PAÍS

Trotski

Propugnaba la revolución permanente, en la que la URSS debía ser la plataforma desde la que, en un futuro próximo, se extendiera la revolución al resto del mundo.

Stalin

EL REINADO DE ALFONSO XIII

En 1917 se produjo una triple crisis en la que coincidieron tres procesos distintos aunque interrelacionados:

  • Crisis militar: Existía rivalidad entre los militares destinados en la península y los que hacían carrera rápida; los descontentos exigían reformas y la modernización del ejército.
  • Crisis política: Como el gobierno no quería reunir Cortes, Barcelona convocó una asamblea de parlamentarios para asumir las competencias.
  • Crisis social: La CNT y la UGT (sindicatos anarquistas y socialistas) convocaron una huelga general revolucionaria.

EL PERÍODO DE ENTREGUERRAS

DE VERSALLES A LOCARNO

Primeros años de posguerra: Estuvieron marcados por el descontento de los vencidos y por el interés de los vencedores por mantener la vigencia del Tratado de Versalles.

Ocupación del Ruhr (1923): A esto llevó la intransigencia de los vencedores en la cuestión del pago de compensaciones, superiores a las posibilidades reales de los derrotados.

Acuerdos de Locarno (1925): Su base era el entendimiento franco-alemán: ambos reconocían sus fronteras y establecían una zona desmilitarizada en Renania.

Consecuencias: El «espíritu de Locarno» supuso el momento de máxima distensión entre ambas guerras mundiales y significó el apogeo de la Sociedad de Naciones. Puede también considerarse el precedente del espíritu europeísta que se impondría después de la Segunda Guerra Mundial.

EL FASCISMO: UNA NUEVA IDEOLOGÍA

El fascismo era antiliberal, pero defendía un nacionalismo exacerbado y xenófobo. Además, utilizaba métodos modernos de propaganda, se interesaba por la tecnología y despreciaba valores tradicionales como la religión.

Principales rasgos:

  1. Supremacía del partido y del líder.
  2. Primacía del Estado.
  3. Racismo.
  4. Autarquía.
  5. Política exterior agresiva.
  6. Corporativismo.

EL FASCISMO ITALIANO

El primer régimen fascista se instauró en Italia en 1922. Aunque el país había participado en la guerra del lado de los vencedores, los nacionalistas estaban descontentos con las compensaciones territoriales.

El fascismo empuñó la bandera de la frustración colonial y del irredentismo, es decir, la reclamación de territorios fronterizos que consideraba suyos, como Trieste.

Los fascistas se sirvieron de la inquietud que despertaban las huelgas y ocupaciones de tierras, y se aprovecharon del temor de las clases acomodadas a la Revolución Rusa para atacar al movimiento obrero. Mussolini creó una organización paramilitar que se transformó en el Partido Fascista. En 1922, tras una violenta campaña de agitación y a pesar de su fracaso electoral, Mussolini organizó una demostración de fuerza: la Marcha sobre Roma.

El gobierno dimitió y el rey recurrió a Mussolini, que instauró una dictadura mediante la manipulación electoral y la eliminación de la oposición.

El régimen adquirió rasgos totalitarios:

  • Mussolini se declaró Duce o Caudillo Supremo. Sin embargo, mantuvo la monarquía y emprendió una política de entendimiento con la Iglesia Católica, que culminó con los Pactos de Letrán (1929).
  • Se adoptó una política exterior agresiva, destinada a la conquista de un imperio en África y el Mediterráneo.
  • Se fundaron sindicatos corporativos y se fomentaron la agricultura y el desarrollo industrial autárquico.

DE LOS FELICES AÑOS VEINTE AL CRACK DE 1929 Y LA GRAN DEPRESIÓN

En los últimos años de la década de 1920, la economía europea se recuperó de la crisis de posguerra, en gran parte gracias a la ayuda financiera de EE. UU., lo que se tradujo en una relación de dependencia de Europa respecto a la economía estadounidense. Pero esta prosperidad fue solo aparente y en el año 1929 se inició una crisis económica.

Causas de la crisis:

  • EE. UU. conoció en la década de 1920 la aparición de la sociedad de consumo. En las compras se solía recurrir al crédito fácil, proporcionado por los bancos, pero realmente no había liquidez monetaria.
  • La superproducción, originada al producir las industrias más productos de los que el mercado solía vender.
  • Los bajos precios de los productos agrícolas, que redujeron la capacidad adquisitiva de los agricultores.
  • Los capitales disponibles no fueron invertidos en la producción de bienes sino en la bolsa, con fines especulativos, debido a la subida del valor de las acciones y a los altos beneficios que proporcionaban. Esto atrajo incluso a los pequeños inversores.

EL CRACK DE LA BOLSA DE NUEVA YORK

Las acciones estaban muy sobrevaloradas, por ello los inversores quisieron venderlas y recuperar así su dinero. Esto fue lo que sucedió en octubre de 1929, una venta masiva de acciones en Wall Street: se vendieron trece millones de acciones en un solo día, lo que provocó la caída en picado de su valor. Millones de personas perdieron sus fortunas o sus ahorros.

LA GRAN DEPRESIÓN

El crack de la bolsa se extendió a la Bolsa de Londres y después a las del resto de Europa y a Japón, lo que tuvo grandes consecuencias:

  • EE. UU. defendió sus productos frente al exterior, política que fue imitada por el resto de las naciones. Este proteccionismo influyó negativamente en las relaciones comerciales y en la economía.
  • Los estadounidenses recuperaron los capitales invertidos en Europa, lo que agravó aún más la crisis europea.
  • Las inversiones cesaron o se redujeron notablemente, esto provocó el cierre de empresas, lo que, a su vez, causó la quiebra de los bancos que las financiaban. Los efectos de la quiebra propiciaron el aumento de la cifra de trabajadores en paro y el descenso de la demanda interior, lo que trajo consigo más cierres de fábricas y negocios y un mayor número de desempleados.

Se produjo una depresión económica sin precedentes.

LA LUCHA CONTRA LA DEPRESIÓN

EE. UU. fue uno de los países más castigados por la crisis económica; en 1933 contaba con trece millones de parados.

Las principales medidas de este programa (New Deal) fueron:

  • Ayudas a los agricultores, mediante el pago de indemnizaciones.
  • Concesión de subsidios de desempleo a los trabajadores en paro.
  • Intervención en los bancos por parte del Estado mediante la adquisición de participaciones.
  • Aumento de los salarios y disminución del horario laboral.

Con esta política económica y social, el presidente Roosevelt logró una recuperación parcial de la economía estadounidense, ya que siguió existiendo desempleo. Algunos sectores empresariales criticaron el intervencionismo del Estado en la economía, contrario al liberalismo estadounidense. Sin embargo, los sucesivos gobiernos mantuvieron la política del New Deal.

LOS TOTALITARISMOS. LA REPÚBLICA Y LA GUERRA CIVIL

EL NACIONALSOCIALISMO ALEMÁN

Causas:

  • El rechazo del Tratado de Versalles: Las pérdidas territoriales y las reparaciones de guerra impuestas a Alemania.
  • La teoría de la «puñalada por la espalda» (extrema derecha): Acusaba a socialistas y judíos de la derrota en la Primera Guerra Mundial.
  • El impacto de la Gran Depresión: Afectó especialmente a Alemania y provocó el empobrecimiento de las clases medias y una profunda crisis moral de la sociedad.

Etapas del acceso al poder por parte del Partido Nacionalsocialista:

Años veinte: Escasa presencia del partido nazi. Se trata de un pequeño grupo de ultraderecha. En 1923, la intentona golpista de Hitler fracasó.

Años treinta: El impacto de la Gran Depresión benefició a los partidos extremistas. En las elecciones de 1930, los nazis multiplicaron por nueve su representación parlamentaria. El ejército y el gran capital vieron en el partido nazi la barrera más eficaz contra el comunismo. En las elecciones de 1932 alcanzó su techo electoral, aunque sin llegar a conseguir la mayoría absoluta, pero el presidente Hindenburg nombró canciller a Hitler en 1933.

Poco después, se suspendió la Constitución de Weimar y los demás partidos fueron prohibidos. Se iniciaba el Tercer Reich.

El factor distintivo del nazismo fue su extremo racismo, que se manifestaba a través de un intenso antisemitismo. Las leyes raciales, conocidas como Leyes de Núremberg (1935), definían los derechos del individuo en función del grado de «pureza racial». Los judíos perdieron la condición de ciudadanos en su propio país. La «raza aria», representada por los alemanes no judíos, se arrogaba el derecho de someter a todas las demás.

En 1938, en la Noche de los Cristales Rotos, la violencia verbal se transformó en física: los nazis organizaron un pogromo o ataque a los judíos en todo el Reich. Comercios y domicilios de esta minoría social fueron asaltados, y ardieron sinagogas y escuelas. Hubo un centenar de asesinatos y miles de deportaciones a campos de concentración.

GENOCIDIOS: EL HOLOCAUSTO

Genocidio: Asesinato masivo con el fin de exterminar a un grupo humano por razones étnicas, religiosas, políticas, etc. El término se acuñó para describir las matanzas perpetradas por los nazis.

Los nazis empezaron sus prácticas genocidas antes de la guerra con la eliminación de enfermos congénitos, psiquiátricos y personas con discapacidad psíquica. Se utilizaba el monóxido de carbono generado por los tubos de escape de vehículos. Las protestas de la opinión pública consiguieron detener las matanzas. La política genocida se intensificó al comenzar la guerra, sobre todo en Polonia y los territorios ocupados de la Unión Soviética. Se dejó morir de hambre a millones de soviéticos. Deseosos de convertir a los eslavos en un pueblo de esclavos, se acometió el asesinato sistemático de los intelectuales polacos. A principios de 1942, tras la Conferencia de Wannsee, se implementó en los territorios del Este la llamada «Solución Final» para el «problema judío», según la terminología nazi. Este genocidio es conocido como el Holocausto. Se asesinaba a las víctimas en cámaras de gas y se incineraban sus restos. Se intentó el aprovechamiento económico de algunas partes de los cadáveres, como el pelo o la piel, al tiempo que se saqueaban sus pertenencias y se les arrancaban los dientes de oro. En las cámaras de gas se eliminó a: judíos, eslavos, gitanos, testigos de Jehová, homosexuales, sindicalistas, y personas con enfermedades congénitas o psíquicas. También Japón llevó a cabo una política genocida en Extremo Oriente, en particular contra coreanos, chinos, filipinos e indonesios. Entre las prácticas documentadas estaban los experimentos médicos con prisioneros de guerra, la utilización de armas biológicas y la esclavitud sexual de cientos de miles de mujeres.

HISTORIA DE ESPAÑA: LA SEGUNDA REPÚBLICA

La Segunda República nació en una difícil coyuntura internacional.

Las elecciones de 1931

El 12 de abril de 1931 se celebraron las primeras elecciones libres desde el golpe de Primo de Rivera. En España ganaron los monárquicos, pero en las grandes ciudades triunfaron los republicanos. Alfonso XIII, consciente de que no podía mantenerse sin el apoyo de las clases urbanas, abandonó el país. El 14 de abril de 1931 se proclamó la Segunda República. El gobierno provisional convocó elecciones a Cortes Constituyentes.

El sufragio era universal masculino: por primera vez, las mujeres podían presentarse como candidatas (y tres de ellas fueron elegidas), pero no tenían derecho a voto.

Las elecciones se celebraron en junio; el triunfo fue de los partidos de centroizquierda. El más votado fue el PSOE (Partido Socialista Obrero Español) y el siguiente el PRR (Partido Republicano Radical) de Alejandro Lerroux. Los partidos monárquicos obtuvieron poco más del diez por ciento de los escaños.

La Constitución de 1931

Las nuevas Cortes comenzaron a elaborar la Constitución, que se aprobó el 9 de diciembre. Se trataba de un texto lleno de innovaciones y la primera constitución democrática de la historia de España.

Las disposiciones más importantes fueron:
  • La soberanía popular.
  • Se adoptaría una nueva bandera: roja, amarilla y morada.
  • Se establecería el sufragio universal, masculino y femenino.
  • Por primera vez se reconocían no solo derechos individuales, sino también colectivos.
  • Desaparecía el Senado: las Cortes eran unicamerales.
  • Nuevo modelo de estructura territorial del Estado que autorizaba la formación de regiones autónomas.
  • Se fijaban límites al derecho a la propiedad, límites que en determinados casos permitían la expropiación y la socialización.
  • La religión católica dejaba de ser la confesión oficial del Estado y se decretaba la libertad de culto.

En consecuencia, la Constitución adoptó un tono reformista, inspirándose en las constituciones más avanzadas, como la mexicana, la rusa o la alemana de Weimar.

El voto de la mujer

La Constitución republicana dio a la mujer un tratamiento de igualdad, libertad y dignidad. Por primera vez se reconocía la igualdad entre los sexos en el ámbito social y laboral; también se permitía el matrimonio civil y el divorcio. Las mujeres obtuvieron el derecho a ser elegidas y a votar. Para lograr la aprobación del artículo 36, Clara Campoamor tuvo que enfrentarse a cuantos pensaban que las españolas carecían de formación política e independencia mental para ejercer ese derecho. El principal argumento en contra del voto femenino, esgrimido sobre todo desde la izquierda, era que la mayoría de las mujeres se dejaban influir por la Iglesia y acabarían votando a la derecha.

EL BIENIO REFORMISTA (1931-1933)

Aprobada la Constitución, y sin convocar nuevas Cortes, se nombró presidente de la República a Niceto Alcalá-Zamora, perteneciente a la derecha republicana, y presidente del Gobierno a Manuel Azaña, un intelectual de izquierdas. El nuevo gabinete, formado por republicanos de izquierdas y socialistas, emprendió una ambiciosa política de reformas en diversos ámbitos:

La cuestión territorial

Se abordó con la redacción de estatutos de autonomía. En 1932 se aprobó el Estatuto de Cataluña (el gobierno autónomo se confiaba a la Generalitat); el del País Vasco no entraría en vigor hasta 1936, comenzada ya la guerra; y el proyecto de autonomía para Galicia se paralizó por estar en tramitación.

El ejército

La reducción del número de mandos y la exigencia de juramento de lealtad a la República restaron al régimen la simpatía de muchos oficiales.

La religión

El Gobierno quiso reducir la influencia de la Iglesia Católica en la sociedad. Se expulsó a la Compañía de Jesús y se prohibió a las órdenes religiosas ejercer la enseñanza.

La agricultura

La reforma agraria era la pieza fundamental de la política de izquierdas, que pretendía paliar la penosa situación de los trabajadores del campo; pero su tramitación en las Cortes se vio obstaculizada por el grupo agrario, que representaba a los propietarios. Por su parte, los anarquistas exigían una reforma inmediata y más profunda. La ley, finalmente aprobada, contemplaba la expropiación y el reparto de las tierras no explotadas directamente por sus propietarios. Para los partidos obreros era insuficiente, y muy radical para la derecha.

Estas reformas enemistaron al Gobierno con grupos sociales muy poderosos: el ejército, la Iglesia y los terratenientes. En el verano de 1932, el general Sanjurjo fracasó al intentar dar un golpe de Estado, pero tampoco las clases populares estaban satisfechas, debido a la lenta aplicación de la reforma agraria. A comienzos de 1933, en Casas Viejas (Cádiz), campesinos anarquistas ocuparon las tierras por su cuenta; la revuelta fue duramente reprimida por las fuerzas del orden público. Esto acabaría precipitando la caída del gobierno de Azaña, atacado simultáneamente desde la derecha y desde la extrema izquierda.

EL BIENIO RADICAL-CEDISTA (1933-1936)

En noviembre de 1933 se celebraron nuevas elecciones. A diferencia de lo ocurrido en 1931, ahora la derecha se presentaba unida, mientras que las izquierdas estaban más divididas que nunca. Además, los anarquistas, decepcionados por la República, fomentaron la abstención. El sistema electoral, que favorecía a las grandes coaliciones, permitió una amplia mayoría de escaños a la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) y al Partido Republicano Radical (PRR), de centroderecha. Juntos formaron el llamado gobierno radical-cedista. Alcalá Zamora encargó la formación de gobierno al radical Alejandro Lerroux, quien en poco tiempo, con el apoyo parlamentario de la CEDA, logró frenar o revertir las reformas del bienio anterior. En octubre de 1934, la CEDA, que a pesar de su victoria se había mantenido en segundo plano, decidió entrar en el gobierno. Algunos líderes del PSOE, como Francisco Largo Caballero, que temían la creciente radicalización de la CEDA y su cercanía a los regímenes fascistas, convocaron una huelga general. Los sucesos adquirieron tal dimensión que hoy se conocen como la Revolución de 1934. La dura represión de la Revolución de 1934 supuso un enorme desgaste para el gobierno. Además, una serie de escándalos de corrupción salpicaron a las más altas personalidades del Partido Radical y forzaron la dimisión del jefe del gabinete, Lerroux. Ante la inestabilidad política, y tras fracasar en la formación de un gobierno de corte centrista, Alcalá Zamora convocó elecciones para febrero de 1936.

EL TRIUNFO DEL FRENTE POPULAR

La izquierda, siguiendo la práctica aplicada en otros países para frenar el ascenso del fascismo, promovió la formación de una gran coalición de partidos de centroizquierda: el Frente Popular. Las elecciones se desarrollaron en un clima de extrema polarización política. En los comicios, la izquierda obtuvo la mayoría absoluta en escaños, de casi el 60%. Sin embargo, en número de votos, el resultado apuntaba a la división del electorado en dos grandes bloques casi iguales: la derecha (45,6%) y la izquierda (47,1%). El gran perdedor fue el centro, que prácticamente desapareció (5,3%). Azaña sustituyó a Alcalá Zamora como presidente de la República, lo que supuso un deslizamiento de la Jefatura del Estado hacia la izquierda. La reanudación de la Reforma Agraria y, sobre todo, las ocupaciones de fincas por jornaleros hicieron temer a los grupos privilegiados que estaban perdiendo el poder económico. La derecha rompió definitivamente con la República, apostándolo todo a la carta de un golpe de Estado militar.

LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

Sublevación militar y comienzo de la guerra

Tras la victoria del Frente Popular, aumentó entre las derechas la influencia de grupos radicales, como el Bloque Nacional, liderado por José Calvo Sotelo, o la Falange, partido fascista fundado por José Antonio Primo de Rivera, a pesar de la pobreza de sus resultados electorales (el que durante 40 años habría de ser partido único, había alcanzado un techo electoral de unos 8000 votos).

El ambiente era muy tenso en las Cortes, pero lo más inquietante era la violencia callejera entre grupos políticamente opuestos que, en ocasiones, terminaba en derramamiento de sangre, originando así un ciclo continuo de represalias. En julio, el teniente Castillo, miembro de la Guardia de Asalto, fue víctima de un atentado falangista. Como respuesta, algunos de sus compañeros secuestraron y asesinaron al diputado Calvo Sotelo. Este suceso fue el detonante de una sublevación que llevaba tiempo preparándose. En la tarde del 17 de julio de 1936 se produjo la rebelión del Ejército en el norte de África. Al día siguiente se unieron otras guarniciones peninsulares.

Los golpistas contaban a su favor con la mayor parte de los generales que, al sublevarse, arrastraron por obediencia a unidades completas. También tenían la ventaja de dominar las principales zonas de producción cerealista. El gobierno republicano controló la zona industrial del Norte y las dos principales ciudades del país: Madrid y Barcelona.

La Guerra Civil en el contexto internacional

La guerra no puede entenderse aislada del contexto internacional. El conflicto coincidió con el auge de los fascismos y la política de apaciguamiento de las democracias, que, a costa de evitar otra guerra mundial, permitieron a Hitler incumplir los tratados internacionales.

  • Los sublevados: Tuvieron el apoyo de Alemania e Italia, aunque la Sociedad de Naciones había acordado la no intervención en la Guerra Civil. La ayuda italo-alemana resultó decisiva para el triunfo de la sublevación gracias al envío de material de guerra y tropas; entre los contingentes enviados destacó la Legión Cóndor, unidad de élite alemana. También Portugal ofreció apoyo logístico.
  • El gobierno republicano: Fue el gran perjudicado por la no intervención, al no tener acceso a mercados para poder comprar armas y combustible suficientes. La Unión Soviética sí envió asesores y sirvió como intermediaria en la compra de armamento. De gran valor moral fue la ayuda de las Brigadas Internacionales, formadas por voluntarios de todo el mundo, incluidos alemanes e italianos antifascistas.

LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

CAUSAS

  • La expansión territorial de los Estados totalitarios (alemán, italiano y japonés) provocó la ruptura de la paz internacional. Alemania reclamó y anexionó los Sudetes y ocupó Checoslovaquia y Austria. Italia ocupó Etiopía (África) y Albania. Japón invadió Corea, Manchuria y parte de China.
  • Las naciones democráticas (Reino Unido y Francia) opusieron una política de apaciguamiento, que no frenó la expansión de las potencias totalitarias.
  • La formación del Eje Berlín-Roma-Tokio: Alemania e Italia firmaron un acuerdo de cooperación en 1936, al que más tarde se unió Japón.
  • La invasión de Polonia por Alemania (1939) provocó que Reino Unido y Francia declararan la guerra a Alemania, abandonando la política de apaciguamiento.

La Segunda Guerra Mundial fue un conflicto en el que se vieron implicadas casi todas las naciones del mundo. Se luchó en Europa, en el norte y este de África, y en Extremo Oriente. Se emplearon todos los medios para luchar contra el enemigo, como la guerra económica (destrucción de los recursos económicos de los enemigos) y la economía de guerra (desarrollo al máximo de los recursos económicos del país para destinarlos al conflicto). Se utilizaron armas más sofisticadas y se emplearon innovaciones técnicas.

Se recurrió a nuevas tácticas de guerra:

  • Guerra relámpago (Blitzkrieg): (Alemanes) Consistía en un ataque por sorpresa concentrando todas las fuerzas en un punto.
  • Tierra quemada: (Soviéticos) Consistía en destruir en la huida todo lo que pudiera ser aprovechado por el enemigo.

FASES

Primera fase (1939-1941)

Alemania ocupó Dinamarca y Noruega, y derrotó a los Países Bajos, Bélgica y Francia, utilizando la táctica de la guerra relámpago. Posteriormente, Hitler se enfrentó a la URSS. El bombardeo japonés de la base naval estadounidense de Pearl Harbor en 1941 provocó la entrada en la guerra de EE. UU.

Segunda fase (1942-1945)

Los Aliados (el primer ministro británico Winston Churchill, el presidente de EE. UU. Franklin D. Roosevelt y el líder soviético Iósif Stalin) coordinaron sus ofensivas, lo que permitió la derrota definitiva de las potencias del Eje. La batalla de Stalingrado permitió la liberación de Rusia. El desembarco aliado en Normandía facilitó la liberación de Europa Occidental. En 1945, los Aliados tomaron Berlín. Finalmente, muerto Hitler, el Tercer Reich se rindió en mayo de 1945. En el Pacífico, Estados Unidos actuó contra Japón lanzando dos bombas atómicas sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. Japón se rindió en septiembre de 1945.

CONSECUENCIAS

  • Demográficas: Murieron más de 50 millones de personas. La población judía y gitana desapareció de muchos países de Europa como consecuencia del genocidio nazi. Se produjeron migraciones o desplazamientos masivos de población debido a la guerra y a los posteriores cambios de fronteras.
  • En las relaciones internacionales: Se redujo el poder de las naciones europeas frente a Estados Unidos y la Unión Soviética. En las conferencias de paz se decidió la división de Europa en dos grandes áreas de influencia: Europa Oriental y Europa Occidental. En la ciudad de Núremberg se juzgó a dirigentes del Tercer Reich acusados de cometer «crímenes contra la humanidad».
  • Territoriales: Alemania perdió territorios y fue ocupada militarmente por los rusos, estadounidenses, británicos y franceses. Japón fue ocupado militarmente por EE. UU. y se le impuso un sistema político democrático.
  • Económicas: Europa quedó profundamente endeudada y destruida por los bombardeos que afectaron, sobre todo, a las grandes ciudades y las zonas industriales. El país menos perjudicado fue Estados Unidos, que no sufrió daños en su territorio y que, tras la guerra, contribuyó a la reconstrucción de Europa a través del programa de ayuda económica a Europa Occidental (Plan Marshall).

CONFERENCIA DE SAN FRANCISCO

En EE. UU., en 1945, se constituyó la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

LA NUEVA SITUACIÓN MUNDIAL

  • Nueva distribución territorial: Como consecuencia de los tratados de paz, provocó el desplazamiento de miles de personas.
  • Sustitución del poder de decisión de las potencias europeas por una Europa dividida en dos zonas de influencia: una occidental (capitalista) y otra oriental (comunista).
  • Aparición de dos superpotencias (EE. UU. y la URSS) que se repartieron Europa y sus zonas de influencia.
  • Rivalidad entre las dos grandes superpotencias, tanto ideológica como política y económica, que se manifestó en la Guerra Fría.

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