20 Jul

Contexto Social y Cultural del Renacimiento Español

Durante el Renacimiento, que surgió en Italia en el siglo XIV y se extendió por Europa en el XVI, se renovó la visión del mundo y de las actividades humanas. En España, el Renacimiento se desarrolló principalmente durante los reinados de Carlos V y Felipe II. Bajo Carlos V, España vivió una etapa de expansión, mientras que el reinado de Felipe II estuvo marcado por conflictos como la guerra contra los Países Bajos, la lucha contra los turcos y el fortalecimiento de la Inquisición tras la Contrarreforma. En el plano social, el crecimiento urbano y comercial impulsó cambios, aunque la burguesía no alcanzó el poder que tuvo en otros países. Persistieron prejuicios como la limpieza de sangre y la marginación de los conversos, mientras que la nobleza despreciaba el trabajo manual. En el ámbito religioso, el Renacimiento trajo un impulso reformador, con la Reforma Protestante iniciada por Lutero y la respuesta católica del Concilio de Trento. Culturalmente, el Renacimiento se apoyó en el humanismo, que exaltaba la razón, la belleza y el conocimiento, alejándose del dogma religioso. En la literatura, se reflejaron estos ideales a través de temas amorosos, mitológicos y la fusión de elementos clásicos y modernos, destacando tanto el idealismo como el realismo y la religiosidad.

La Poesía Renacentista Española

La poesía renacentista española se divide en dos etapas, correspondientes a los reinados de Carlos V y Felipe II. Durante este periodo, la lírica castellana se renueva gracias al contacto con Europa y, en especial, por la influencia italiana. Garcilaso de la Vega es una figura clave en esta transformación, al adaptar los modelos métricos, temas y estilo italianos a la tradición española. A pesar del auge del petrarquismo, la poesía tradicional no desaparece. De tono popular y formas antiguas, se mantiene viva en el Cancionero General y los romances. Cristóbal de Castillejo es su principal representante, defendiendo la métrica y el estilo castellanos frente a las nuevas corrientes italianas. Esta corriente nace en 1526, con el impulso de Andrea Navagero a Juan Boscán, quien junto con Garcilaso consolidan la renovación poética.

El Petrarquismo y la Lírica del Primer Renacimiento

El modelo es Petrarca, con el uso de métricas italianas como el endecasílabo y el heptasílabo, en estrofas como el soneto. El petrarquismo exalta el amor idealizado, la belleza natural, la armonía formal y el uso de tópicos clásicos como el carpe diem o el locus amoenus. El lenguaje se enriquece con cultismos y figuras retóricas, adaptado a la expresión de sentimientos profundos. Garcilaso es el máximo exponente de esta lírica renovada. Su obra, publicada en 1543 junto a la de Boscán, incluye sonetos, églogas, elegías, una epístola y una oda. Aunque breve, destaca por su perfección formal, profundidad emocional y fusión entre clasicismo y sentimiento humano. En sus sonetos trata temas como el amor idealizado, los celos y la mitología, con un estilo claro, elegante y musical.

La Lírica del Segundo Renacimiento

Durante el reinado de Felipe II, la lírica española se vio influida por la Contrarreforma, adoptando temas como el amor divino, el patriotismo y la épica. Surgieron dos corrientes religiosas: la ascética, que rechazaba el mundo material, y la mística, que describe la unión del alma con Dios mediante un lenguaje simbólico y amoroso. La poesía petrarquista alcanzó su perfección con Fernando de Herrera, y la poesía épica ganó relevancia con obras como La Araucana de Ercilla. Fray Luis de León integró el saber clásico con la espiritualidad cristiana, escribiendo odas morales y contemplativas, como A la vida retirada, con un estilo sobrio y profundo. La poesía mística, representada por San Juan de la Cruz, seguía un proceso espiritual de purificación, contemplación y unión con Dios, utilizando un lenguaje simbólico y emotivo. Santa Teresa de Jesús, aunque más conocida por su prosa, también destacó en poesía religiosa, reflejando su intensa vida espiritual.

La Poesía de Cervantes

Por otro lado, Cervantes comenzó su carrera literaria con la poesía y el teatro, pero alcanzó mayor fama como novelista. Aunque consideraba la poesía el arte más sublime, no tuvo éxito en este campo. Su obra poética es extensa, pero opacada por su narrativa. Reconoció no ser un gran poeta, lo que afectó su reconocimiento. Su obra poética más destacada es Viaje del Parnaso (1614), un poema narrativo y alegórico en el que evalúa a los poetas de su tiempo.

El Teatro Renacentista Español

Durante la primera mitad del siglo XVI coexistieron diversas formas teatrales: el teatro religioso con fines doctrinales, el teatro erudito basado en tragedias grecolatinas y el teatro profano, representado en cortes y palacios. En la segunda mitad del siglo surgieron los primeros teatros públicos, el triunfo del modelo italiano con Lope de Rueda y las aportaciones de Juan de la Cueva, lo que dio origen al teatro prelopista. Lope de Rueda, conocedor de los gustos del público, rechazó la imitación grecolatina, prefirió la prosa al verso, utilizó argumentos italianos y elementos populares, y destacó por su humor. Fue creador de los pasos, breves piezas cómicas caracterizadas por su comicidad, lenguaje popular, personajes arquetípicos y uso de la prosa. Estos influyeron en los entremeses de Cervantes. Juan de la Cueva fusionó lo tradicional con lo humanístico. Aunque imitó a los clásicos, creó personajes vivos, usó el romance, mezcló tiempos y lugares, rechazó las unidades clásicas y empleó diversas estrofas. Fue precursor de Lope de Vega. La vocación teatral de Cervantes se vio limitada por el éxito de Lope. Su producción se divide en dos etapas: una primera, anterior al auge de Lope, con obras clasicistas como La Numancia; y una segunda, en 1615, con Ocho comedias y ocho entremeses nuevos. En las comedias adoptó la fórmula lopesca, pero no fueron representadas. En los entremeses innovó al profundizar en los personajes y reflejar la realidad social, como en El juez de los divorcios o El retablo de las maravillas.

Conclusión

El Renacimiento transformó la cultura, la sociedad y la literatura europeas, renovando el pensamiento mediante el humanismo y marcando una de las etapas más brillantes de la historia artística y literaria en España.

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