24 Abr

Las teorías del aprendizaje social. Bandura


Bandura y los teóricos del aprendizaje social argumentan que el bebé, gracias a la interacción, aprende a valorar y demandar los cuidados y la presencia, generalmente, de la madre. Este aprendizaje lo lleva a cabo a través de la imitación y de observación.

El bebé se da cuenta rápidamente de que, con la imitación de las conductas de sus progenitores.

Se establece un círculo que actúa como reforzador de las conductas: el bebé llama a las figuras de apego cuando las necesita, estas acuden cuidándolo y este cuidado refuerza la conducta de interacción del bebé.

El niño o la niña obtiene de forma vicaria  las recompensas que necesita . El niño va asociando imitación y recompensa, ya sea de forma directa o vicaria. 

No todas las conductas tienen que ser ensayadas previamente para ser aprendidas, imitadas y recompensadas, por tanto, el aprendizaje por observación es otro de los puntos puntuales de la teoría de Bandura. Al observar las conductas de otras personas, se aprenden nuevas respuestas sin tener que ejecutarlas uno mismo. 

Las etapas del desarrollo psicosocial de Erikson

En cada una de las fases del desarrollo psicosocial hay una dificultad que se debe superar: una crisis del desarrollo o conflicto central que se puede resolver de diferentes maneras a lo largo de un continuo. 

También hay que constatar que, las personas encuentran la salida a la crisis de las diferentes etapas en las zonas intermedias y no en los extremos de cada una de ellas. 

– Etapa 1. Confianza frente a desconfianza (hasta 1 año de edad).

La figura principal de la relación es la medre y es ella la que proporciona la confianza a la que Erikson hace referencia. 

La crisis es el destete tanto físico como psicológico. Si no había confianza antes de la crisis o se ha perdido a raíz de ella.

Lo importante es que desarrolle la confianza sin eliminar completamente la capacidad de desconfiar, ya que confiar plenamente en todas las personas pueden llegar a ser perjudicial para uno mismo. 

– Etapa 2. Autonomía frente a vergüenza y duda.

Es un periodo de mucha actividad independiente por parte de la niña o niño. Si en la realización de estas actividades se siente capaz y autosuficiente, se habla de autonomía. 

– Etapa 3. Iniciativa frente a culpa (3-6 años).

Es una etapa en la que los niños y niñas quieren hacer muchas actividades con iniciativa y creatividad. Esto puede general sentimientos exagerados de culpa en el pequeño y un exceso de rigidez moral en la futura persona adulta.

Si la etapa se supera por el polo negativo, se habla de culpabilidad. Pero demasiada iniciativa tampoco es conveniente, porque puede derivar en crueldad.

– Etapa 4. Laboriosidad frente a inferioridad (7-11 años)

La niña o niño puede ser muy laborioso y aplicado tanto en el juego como en el trabajo escolar. De no ser así, la falta de reconocimiento le conduce a un sentimiento de inferioridad, que dificultará la etapa siguiente. 

Las niñas y niño deben ser laboriosos y aprender el sentimiento de éxito, pero sin caer en un perfeccionismo excesivo que los lleve a la pérdida de la vida infantil.

– Etapa 5. Identidad frente a confusión (adolescencia).

Los adolescentes intentan averiguar quienes son. Logran la identidad si consiguen un sentimiento de unidad e integración de la infancia.

A veces ante tanta dispersión puede aparecer la confusión  de roles, entendida como una crisis de identidad. Un exceso de identidad o identidad fanática tampoco es conveniente, ya que hace a la persona intolerante. 

– Etapa 6. Intimidad frente a aislamiento (principio de la edad adulta).

La posibilidad de vivir y crear una familia y alcanzar la intimidad se relaciona conn el hecho de poder aceptar al otro con sus diferencias, renunciando a partes de uno mismo. 

Al igual que en los estadios anteriores, no es conveniente estar en ninguno de los extremos: 

      – Un exceso de intimidad con la pareja 

      -De la misma manera, el miedo a adquirir compromisos y la falta de intimidad pueden conllevar soledad y aislamiento

– Etapa 7. Generatividad frente a estacionamiento (alrededor de los 40 años).

La preocupación de las personas adultas por la generación futura da lugar a la generatividad, empezando por los hijos y siguiendo con el trabajo, la productividad y la atención hacia sus mayores.

Si este periodo no se resuelve de forma adecuada, da lugar al estacionamiento.

– Etapa 8. Integridad del yo frente a desesperación (hacia el final de la vida).

El dilema consiste en aceptar si se ha vivido la vida con sentido o si no ha sido así.

La aceptación de la propia vida, de la infancia, de la familia, de lo que no se ha podido lograr, todo ello da lugar a la integridad.

Cuando no se llega a esta aceptación surge la desesperación.

Intervención con niños con timidez extrema


Un efecto importante que hay que tener en cuenta como educadoras y educadores en este tipo de comportamientos es que, como su presencia es silenciosa y no genera conflictividad, es muy habitual que pasen inadvertidos para las personas adultas y que no se les preste la atención que necesitan, ni se activen las estrategias y actividades adecuadas para potenciar su integración en el grupo.

Para una correcta intervención con niños y niñas con timidez extrema seria:

– Proporcionarles experiencias de interacción placenteras. Donde uno de los primeros objetivos en la intervención con estos niños y niñas es proporcionarles el ambiente y las condiciones necesarias para que descubran lo gratificante que es jugar e interactuar con el grupo. Para conseguirlo se pueden plantear cuentos vivenciados o juegos sociodramáticos en los que se les den papeles y roles en los que tengan cierto protagonismo. 

– Ayudarles a mejorar la autoestima. Destaca en un bajo concepto de sí mismos, que se manifiesta en una extrema timidez: no se atreven a opinar y ceden a las demandas de los demás porque se sienten inferiores. La mejora de la autoestima es una de las piedras angulares de la intervención en casos de niños y niñas con dificultades para relacionarse. Se puede trabajar la mejora de la autoestima desde la vertiente individual, ayudando al pequeño a percibir sus cualidades positivas, aun siendo consciente de cuales son sus debilidades y animándole a superarlas. En esta tarea también debe participar la familia y, si es necesario, se puede recurrir a los o las profesionales de la psicología. 

– Enseñarles a relajarse. Finalmente podremos plantear el uso de técnicas de respiración y relajación, pues contribuyen a disminuir la tensión y canalizar adecuadamente la ansiedad que generan en estos niños y niñas las relaciones sociales. 

La psicología del “yo” de Erikson


Debido a su formación psicoanalítica, inicialmente Erikson se basó en las tres estructuras de la personalidad establecidas por Freud: el ello, el yo y el superyó, pero a diferencia de su maestro, Erikson pone el énfasis de su teoría en el yo, como elemento esencial y organizador de la vida de la persona. 

El desarrollo del ser humano tiene una base fundamental en un yo que se relaciona con otros seres humanos. Este concepto configura la denominada psicología del yo. 

Hay que destacar que el yo establece con las demás personas una relación diferente en casa una de las etapas del desarrollo psicosocial.

Es decir, existe una retroalimentación entre el yo, las relaciones que el yo establece y el medio y la cultura en que tienen lugar.

Tipos de agresividad

→Agresividad adaptativa: Forma parte del desarrollo normal del ser humano y constituye una respuesta lógica ante la frustración. Alrededor de los dos años, aparecen muchas de esta conductas de oposición, como crisis, rabietas y llantos, que intentan oponerse a la voluntad de la persona adulta para imponer los propios deseos. Se trata de un comportamiento de autoafirmación que muy a menudo pone a prueba la paciencia de familias y educadores. 

Su comportamiento está regido por el principio del placer y protesta y se queja cuando sus padres u otras personas adultas marcan unas normas o es que no se puede hacer, intentando que el pequeño entre en el principio de realidad. Las rabietas, las patadas, los golpes y los mordiscos son formas habituales utilizadas para defender su yo y manifestar su frustración. 

Si su madre se mantiene con firmeza, le explica que no hay que dar patadas ni pegar y no le recompensa este tipo de comportamientos, el niño o niña acabará por aceptar que no siempre se puede conseguir lo que se quiere y en el momento en que se quiere. 

Este tipo de comportamientos de agresividad adaptativas alcanza su máximo entre los dos y los tres años y va disminuyendo progresivamente hasta los 5, ya que a través de la socialización los niños también van a prendiendo otras formas de expresarse. Ante la frustración podrán reaccionar, por ejemplo, echándose a llorar o pidiendo ayuda, en lugar de hacerlo agrediendo a los demás. 

→Conductas agresivas no adaptativas.

Son las agresiones que se utilizan para resolver conflictos, pero que en realidad no solucionan nada y suponen unos costes personales mayores que las ganancias que conllevan.

Este tipo de conductas agresivas deterioran las relaciones sociales y originan problemas de convivencia graves.

Serán útiles los programas de entrenamiento en habilidades sociales, la utilización de la empatía y el aprendizaje de técnicas de gestión de conflictos.

→Transtorno de conducta disocial.

Hay un tipo de conductas agresivas más graves, que se manifiestan a partir de los 10 años y en la adolescencia, en las que la violencia es gratuita. 

Cuando la conducta agresiva se convierte en peligrosa y antisocial, estamos ante un trastorno de conducta que requiere un tipo de intervención y tratamiento diferente, debido a su significación clínica. 

Se tarta de un problema clínico serio, que se manifiesta, por peleas e insultos frecuentes, agresiones, robos, incumplimiento repetido de las normas, todo ello acompañado de la falta de sentimientos de culpa. 

La teoría ecológica de Bronfenbrenner


Bronfenbrenner concibe los contextos como estructuras concéntricas, incluidas una dentro de la otra.

Estas estructuras o contextos en los que tiene lugar elo desarrollo del ser humano son el microsistema, el mesosistema, el exosistema y el macrosistema.

→Microsistema. Es el contexto inmediato de desarrollo y se caracteriza porque en él:

– Se producen relaciones interpersonales, es decir, relaciones cara a cara.

– La persona asume un determinado rol en el microsistema.

– Existen unos patrones de actividad: hay actividades que se espera que se den en el microsistema y otras que no.

Para un niño o niña, tanto la familia como la escuela son contextos en los que se producen relaciones significativas, por lo tanto, constituyen ejemplo de microsistema.

→Mesosistema. Es un sistema de microsistemas es decir, para poder hablar de mesosistema los contextos correspondientes deben constituir microsistemas para la persona.

Ejemplo: son las relaciones que se establecen entre el trabajo y la familia o la escuela y la familia 

→Exosistema. La persona no participa de forma directa en los ecosistemas, pero todo lo que tiene lugar en ellos influye en lo que ocurre en el resto de contextos del desarrollo . El impacto de lo que se produce en estos contextos no afecta de forma directa a la persona, ya que no son contextos inmediatos, pero sin embargo su influencia es evidente. 

Como por ejemplo la situación del padre, la televisión…

→Macrosistema. Se trata del contexto más global y es el que se encuentra en la capa más externa, ejerciendo su influencia sobre todos los demás sistemas de desarrollo. Incluye aspectos relacionados con la cultura, las ideologías y las creencias predominantes, que determinan que diferentes contextos sean similares y que se pueda hablar de una cierta coherencia entre ellos.

La ley de doble formación de los procesos psicológicos superiores de Vygotski y aplicación de la teoría sociocultural en la educación.

→La ley de doble formación de los procesos psicológicos superiores. Destaca:

– Primero a nivel interpsicológico (entre personas) 

– Después aparece a nivel intrapsicológico (en el ámbito interno e individual. 

– Entre ambos tiene lugar la interiorización, que va interiorizando la acción hasta hacerla totalmente personal e interior.

Vygotski explica esta ley a partir del lenguaje y establece tres momentos diferenciados en la adquisición y el uso del mismo:

– Lenguaje interpersonal (1-3 años). En un primero momento, el niño o niña habla para comunicarse con las personas de su entorno próximo, como la madre, el padre, la educadora o el educador, los hermanos, sus iguales…

– Lenguaje egocéntrico (de los 3 a los 5-7 años). En esta edad, el pequeño acompaña cada una de sus acciones con las verbalizaciones correspondientes. Esta forma de lenguaje audible que uno hace para uno mismos, se denomina habla egocéntrica o privada que  es un lenguaje que ayuda al niño o niña a pensar y organizar lo que está haciendo.

– Lenguaje intrapersonal. ( apartir de los 5-7 años). La niña o el niño ya no necesitan acompañar cada uno de sus actos con la frase correspondiente. 

La autoconversación se convierte primero en un susurro y, mas tarde, aparece el lengaje interiorizado, que sirve para organizar las acciones y ordenar el pensamiento.

→Aplicación de la teoría sociocultural en la educación. 

El planteamiento de Vygotski implica un enfoque optimista, tanto de lo que es el aprendizaje como de los que constituye, según este autor, la educación. La finalidad de esta última es, sin lugar a dudas, promover el desarrollo del ser humano.

– La educación promueve el desarrollo.

Para Vygotski, la educación siempre debe ir por delante del desarrollo, para así tirar de él y fomentar el aprendizaje. Con este planteamiento y con la ayuda de las personas significativas para el niño o niña, siempre se puede intentar ir un poco mas allá, buscando que el NDP pase a ser NDR.

La idea de que alguien más capacitado medie entre la tarea y el niño se llama andamiaje.

Se tara de una forma de descubrimiento guiado mediante el cual el facilitador o persona más capaz va acompañado al niño o niña de forma natural y espontánea, en el proceso de construcción del conocimiento, 

– Aprendizaje entre compañeros y compañeras.

Otra aplicación muy interesante de la teoría sociocultural se encuentra en el aprendizaje entre iguales.

Las diferencias en el rendimiento y las capacidades de los alumnos, lejos de constituir una dificultad en el aula, pueden ser contempladas como un elemento que facilita el aprendizaje. Es decir, desde este punto de vista, la diversidad y las diferencias individuales son objeto de aprobación. 

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