02 May

Definición de Desarrollo Motor

Todos los niños y niñas siguen la misma secuencia de madurez, pero cada uno avanza a su propio ritmo. Nuestra labor es respetar el ritmo madurativo de cada uno, sin forzarlos ni compararlos.

Importancia del Desarrollo Motor

  • Relación con otras áreas: El desarrollo motor está íntimamente ligado al desarrollo sensorial, cognitivo y emocional.
  • Impacto en el aprendizaje: Durante los tres primeros años de vida, el movimiento influye significativamente en la forma en que los niños y niñas aprenden.
  • Importancia de la evaluación: Conocer el nivel de desarrollo motor ayuda a diseñar actividades adecuadas y a detectar posibles dificultades tempranamente.

Factores que Influyen en el Desarrollo

El desarrollo psicomotriz en el niño y la niña sigue dos leyes fundamentales:

  • Ley céfalo-caudal: Se controlan primero las partes del cuerpo más próximas a la cabeza (cabeza, cuello, tronco) y luego las más alejadas (piernas, pies).
  • Ley próximo-distal: Se controlan antes las partes del cuerpo más cercanas al eje corporal (hombros, brazos) que las más alejadas (manos, dedos).

Repercusión para los Maestros

Sí, repercute directamente, porque el niño y la niña desarrollan primero la musculatura gruesa y después la fina. Este conocimiento nos aporta información esencial para planificar y llevar a cabo aprendizajes acordes a su etapa madurativa.

Factores Determinantes

En el desarrollo influyen varios factores determinantes, clasificados según su procedencia:

  • Factores endógenos: Aquellos relacionados con la genética y la maduración neurológica y física del individuo.
  • Factores exógenos: Aquellos que influyen en el desarrollo y provienen del exterior, como el entorno familiar, social, cultural, la estimulación recibida, la nutrición, etc.

Motricidad: Definición y Tipos

Se refiere a la capacidad de realizar movimientos coordinados y voluntarios del cuerpo, así como a sus bases neurofisiológicas.

Tipos de Motricidad

  • Motricidad Fina: Implica movimientos precisos y coordinados de pequeños grupos musculares, especialmente de las manos y los dedos (ej. escribir, abrochar botones).
  • Motricidad Gruesa: Involucra movimientos amplios que requieren la coordinación de grandes grupos musculares (ej. correr, saltar, trepar).

Importancia en la Infancia

Durante los primeros años, los niños y niñas desarrollan habilidades motoras esenciales que les permiten explorar su entorno, interactuar con él y ganar autonomía e independencia en sus acciones diarias.

Evolución Psicomotriz

Según Piaget, los niños de 0 a 2 años se hallan en el periodo sensoriomotor, y de 2 a 6 años en el periodo preoperatorio. A su vez, en este último periodo se distingue el periodo simbólico (2 a 4 años) y el periodo intuitivo (4 a 6 años).

Evolución de 0 a 3 Años

En el primer año de vida, el niño o niña realiza un avance psicomotor extraordinario: pasa de unos simples reflejos a sostener la cabeza y el cuello, girar el cuerpo, sentarse, gatear, ponerse de pie y, hacia el año, empezar a andar. Poco a poco, irá adquiriendo mayor precisión al correr (musculatura gruesa). En cuanto a la musculatura fina, al final de los 3 años habrá adquirido más precisión en la manipulación y en la coordinación óculo-manual. Un hecho relevante en esta etapa es el logro progresivo del control de esfínteres.

Reflejos Arcaicos

El niño o niña al nacer es un ser ‘automático’, cuyos actos motores iniciales son involuntarios y mecánicos: los reflejos arcaicos. Estas respuestas innatas garantizan la supervivencia del bebé en sus primeros momentos.

El estudio de los reflejos permite apreciar la maduración neurológica y detectar si existe alguna lesión o alteración en el desarrollo, ya que puede ser síntoma de retraso que alguno no aparezca o permanezca más allá de la edad esperada. Los principales reflejos arcaicos, según Koupernick, son:

  • Reflejo respiratorio: Se desencadena con la primera entrada de aire en los pulmones.
  • Reflejo de succión: Cuando los labios del recién nacido son estimulados por el contacto de un objeto, se desencadena un movimiento rítmico de succión.
  • Reflejo de prensión (palmar): La estimulación de la palma de la mano mediante un objeto provoca una fuerte flexión de los dedos sobre el mismo. (Tiende a desaparecer hacia el tercer mes).
  • Reflejo de enderezamiento estático: Es la tendencia a extender los miembros inferiores cuando se ejerce una presión sobre la planta del pie. (Desaparece hacia el décimo mes).
  • Reflejo de marcha automática: La estimulación de la planta de los pies al sostener al bebé verticalmente provoca un movimiento alternante de las piernas que recuerda la marcha.
  • Reflejo de Moro (o de sobresalto / brazos en cruz): Ante un estímulo brusco (sonido fuerte, cambio de posición), el niño separa los brazos bruscamente para después volverlos a poner sobre su pecho.
  • Reflejo de los puntos cardinales (o de búsqueda): La estimulación de la comisura de los labios provoca una rotación de la cabeza en el sentido de la estimulación, buscando el pezón o la tetina.

Evolución de Conductas Motrices Clave

Queremos resaltar la evolución de tres conductas motrices fundamentales:

  • Evolución del tono y del control postural: El tono muscular es el grado de tensión o relajación de los músculos. Cualquier movimiento o acción supone un ajuste tónico: un grupo de músculos se tensa y otros se relajan. La evolución del tono desempeña un papel crucial en el desarrollo motor, ya que en él se apoyan el control postural, las actitudes y el dominio de la motricidad fina.
  • Evolución de la marcha (Gesell): Proceso complejo por el que el niño o niña va adquiriendo progresivamente la destreza para el traslado autónomo de su propio cuerpo.
  • Evolución de la prensión: Habilidad para coger y manipular objetos. A partir de los 6 meses aproximadamente, el niño comienza a mostrar preferencia por el uso de una mano sobre la otra, iniciando la definición de su lateralidad (diestra o zurda). A los cuatro años, este proceso suele estar bastante definido.

Evolución de 3 a 6 Años

A estas edades, el niño o niña avanza significativamente en habilidades como saltos, desplazamientos diversos, lanzamientos, coordinación general y segmentaria, control del tono muscular, definición de la lateralidad, representación de su cuerpo, adquisición de nociones espacio-temporales y perfeccionamiento de habilidades manipulativas finas. Todo ello repercutirá directamente en su capacidad para afrontar otros tipos de aprendizajes, como la lectoescritura.

El Esquema Corporal

Según Le Boulch, es la intuición global o conocimiento inmediato de nuestro cuerpo, tanto en reposo como en movimiento, en función de la interrelación de sus partes y de su relación con el espacio y los objetos que nos rodean.

Formación del Esquema Corporal

Según Wallon, se construye progresivamente a través de múltiples experiencias motrices y sensoriales, mediante la relación interactiva entre el sujeto y el mundo que le rodea. Así, el niño o niña pasa poco a poco de no diferenciarse de los demás a adquirir la conciencia de su propio cuerpo como una entidad separada, proceso en el que el lenguaje también juega un papel importante.

Fases de Formación (Le Boulch y Ajuriaguerra)

Según estos autores, existen tres fases principales en la formación del esquema corporal:

  • Fase del cuerpo vivido (0 a 3 años): El niño experimenta y descubre su cuerpo y el entorno a través de la acción y la sensación. La adquisición de la marcha le proporciona mayor autonomía exploratoria. Hacia los 2 años, tiene una visión global e indiferenciada del cuerpo, muy ligada a la afectividad recibida.
  • Fase del cuerpo percibido (3 a 6 años): Comienza a discriminar entre él, los otros y los objetos. Perfecciona la motricidad gruesa y pasa de percibir el cuerpo globalmente a una percepción más analítica de sus segmentos corporales. Mejora la orientación en el espacio.
  • Etapa del cuerpo representado (7 a 11-12 años): Alcanza una representación mental más clara y detallada de su cuerpo, tanto en estado estático como en movimiento. Puede evocar mentalmente acciones motrices sin necesidad de realizarlas.

Elementos del Esquema Corporal

El esquema corporal integra diversos componentes:

  • Tono muscular: Base de la postura y el movimiento.
  • Coordinación de movimientos: Armonización de diferentes grupos musculares para realizar acciones complejas.
  • Independencia de movimientos: Capacidad de mover diferentes partes del cuerpo de forma disociada.
  • Equilibrio: Capacidad de mantener la estabilidad corporal.
  • Control respiratorio-relajación: Conciencia y manejo de la respiración y la tensión muscular.
  • Nociones espacio-temporales: Orientación y estructuración del espacio y el tiempo en relación al propio cuerpo.
  • Desplazamientos: Habilidad para moverse en el espacio.
  • Lateralización: Es el predominio funcional (en fuerza, precisión y preferencia de uso) de un lado del cuerpo sobre otro (mano, pie, ojo, oído). Las preferencias laterales pueden ser homogéneas (predominio del mismo lado para mano, pie, ojo) o cruzadas (predominio de lados diferentes).

Establecimiento de la Preferencia Lateral

La lateralidad no se afianza completamente hasta los 6 años aproximadamente, aunque en la mayoría de los casos la orientación inicial es constatable desde mucho antes. Durante los primeros años se va desarrollando esta preferencia o dominancia de un lado sobre el otro.

Es fundamental respetar y estimular el predominio lateral espontáneo del niño o niña, sin forzar la psicomotricidad en un sentido u otro. Una lateralidad mal definida o contrariada puede generar dificultades.

Los trastornos en la definición de la lateralidad o en la construcción del esquema corporal pueden afectar al desarrollo global del niño o niña, provocando una baja conciencia corporal y, en consecuencia, dificultades y problemas en los aprendizajes escolares (especialmente en lectoescritura y matemáticas).

La metodología a seguir debe ser respetuosa: esperar, dar margen al niño o niña para que pueda expresar su propia creatividad motriz, permitirle investigar, proponer estructuras rítmicas y, sobre todo, no obligar ni imponer patrones.

Interiorización del Esquema Corporal

Significa conocer nuestro cuerpo, identificar y nombrar sus partes, ser consciente de la propia lateralidad, y ser capaz de representarlo gráficamente y en relación a los demás. Hay que tener en cuenta que la maduración completa del esquema corporal no se alcanza hasta bien entrada la etapa de Educación Primaria.

Detección de Bajo Esquema Corporal

Se puede detectar en señales como:

  • Dibujos de la figura humana pobres en detalles para su edad cronológica.
  • Desconocimiento o dificultad para nombrar e identificar las partes de su propio cuerpo o el de otros.
  • Lateralización indefinida, cruzada o dificultades en la orientación derecha-izquierda.
  • Falta de coordinación general o segmentaria en sus movimientos.
  • Torpeza motriz generalizada.

Trabajo del Esquema Corporal en la Escuela

Se puede y debe trabajar en prácticamente cualquier situación de aprendizaje dentro del aula y la escuela, no únicamente en sesiones específicas de psicomotricidad.

Actividades de Apoyo

Algunas actividades que pueden ayudar a mejorar el esquema corporal son:

  • Rompecabezas de la figura humana.
  • Reproducción e imitación de posturas corporales.
  • Collage de la figura humana con recortes.
  • Dibujo libre y dirigido de la figura humana y sus segmentos.
  • Juegos de imitación frente al espejo.
  • Juegos con muñecos articulados.
  • Actividades de orientación espacial (dentro-fuera, arriba-abajo, delante-detrás).
  • Entrenamiento lúdico de la discriminación derecha-izquierda.
  • Canciones motrices, danzas y expresión corporal.

Estrategias de Actuación y Recursos

Intervención Escolar para Potenciar el Desarrollo Psicomotriz

El objetivo principal de la intervención educativa en este ámbito es que el niño o niña se desarrolle psicomotrizmente de la forma más favorable posible, ya que este desarrollo es la base y favorecerá su desarrollo integral (cognitivo, afectivo, social).

Contenidos a Trabajar

Para conseguir este objetivo, se trabajarán contenidos como:

  • El esquema corporal y todos sus elementos (tono, equilibrio, lateralidad, etc.).
  • El juego motor en todas sus variantes (simbólico, de reglas, cooperativo).
  • El movimiento y el gesto como formas de expresión y comunicación.
  • La sensación y la percepción corporal y espacial.
  • La aceptación de las propias posibilidades y limitaciones motrices.
  • La comprensión y aceptación de normas en juegos y actividades grupales.

Para ello, se prepararán situaciones de aprendizaje variadas con estrategias específicas, como:

  • Rutinas diarias (vestirse, desvestirse, aseo).
  • Asamblea (canciones motrices, reconocimiento corporal).
  • Rincones de actividad (construcciones, juego simbólico).
  • Recreo y juego libre en el patio.
  • Talleres específicos (expresión corporal, relajación).
  • Salidas o excursiones al entorno.
  • Trabajo individualizado cuando sea necesario.
  • Sesiones específicas de psicomotricidad (idealmente estructuradas con sus fases: ritual de entrada/encuentro, fase de expresividad motriz/desarrollo, fase de representación/distanciamiento y ritual de salida/calma).

Metodología

La metodología se basará en los principios pedagógicos clave del currículo de Educación Infantil:

  • Globalización: Abordar el desarrollo de forma integrada.
  • Actividades significativas: Partir de los intereses y motivaciones del niño.
  • Aprendizaje basado en experiencias: Fomentar la exploración y el descubrimiento activo.
  • Actividades y juegos: Utilizar el juego como principal herramienta de aprendizaje.
  • Ambiente de afecto y confianza: Crear un clima seguro y estimulante.

Distribución del Espacio

Debe ser flexible y polivalente, permitiendo tanto el reposo como el movimiento, y tanto la actividad individual como la interacción en pequeño o gran grupo. Se utilizarán todos los espacios disponibles, tanto interiores como exteriores (aula, sala de psicomotricidad, patio, jardín, entorno cercano).

Organización del Tiempo

Respetará los ritmos y necesidades individuales de cada niño o niña, alternando momentos de actividad intensa con otros de calma, y periodos de trabajo dirigido con otros de juego libre.

Atención a la Diversidad

Exige una observación atenta por parte de los educadores y, en caso necesario, la colaboración con los Equipos de Orientación Educativa y Psicopedagógica (EOEP) u otros especialistas para identificar y valorar las necesidades específicas de alumnos con déficits o dificultades en el área motora. Esto permitirá tomar decisiones sobre los ajustes metodológicos y las adaptaciones curriculares pertinentes.

Materiales

Se utilizará material variado destinado al desarrollo del tono muscular, la coordinación (general y viso-motriz), el equilibrio (estático y dinámico), la percepción espacial y temporal, y la expresión corporal.

Ejemplos incluyen:

  • Materiales para acciones cotidianas (Montessori los denomina ‘materiales para el cuidado del ambiente y personal’: jarras para trasvasar, marcos de vestir, etc.).
  • Juguetes móviles y de arrastre (pelotas de diferentes tamaños y texturas, coches, animales).
  • Cestas y contenedores para llenar, vaciar y clasificar objetos.
  • Muñecos y cochecitos.
  • Material para circuitos: huellas de pies y manos, bancos suecos, escaleras de braquiación, túneles de gateo, aros, picas, ladrillos de psicomotricidad, colchonetas.
  • Material de exterior (patios, jardines), diferenciando entre mobiliario fijo (toboganes, columpios), semifijo (estructuras modulares) y material móvil (triciclos, cuerdas, pelotas).
  • Material para la motricidad fina: ensartables, construcciones, plastilina, material de dibujo y pintura, punzones, tijeras adaptadas, etc.

Evaluación

La evaluación del desarrollo motor será continua, global y formativa, basada principalmente en la observación directa y sistemática del niño o niña durante las actividades cotidianas y las sesiones específicas.

Se pueden usar como referencia algunas escalas o baterías estandarizadas, o bien diseñar pautas de observación propias. Un ejemplo clásico es la batería de Kephart, que incluye pruebas como:

  • Ejercicios de marcha (evalúan equilibrio, coordinación, lateralidad).
  • Ejercicios de salto (evalúan equilibrio dinámico, postura, coordinación).
  • Imitación de movimientos (evalúa independencia motriz, atención, percepción visual, esquema corporal).
  • Ejercicios de paso de obstáculos (evalúan noción espacial, planificación motriz).
  • Ejercicio ‘Ángeles en la nieve’ (evalúa control segmentario, conciencia corporal).
  • Juegos de pisar baldosas o seguir caminos (evalúan coordinación dinámica, planificación, seguimiento de secuencias).
  • Ejercicios en pizarra (evalúan direccionalidad, coordinación viso-motriz, control del trazo).

Para la motricidad fina, se evaluarán las producciones del niño o niña (dibujos, coloreados, construcciones, trabajos plásticos, manejo de útiles) y su destreza en tareas manipulativas.

Evaluación de la Práctica Educativa

Es fundamental que el educador evalúe también su propia práctica docente: ¿Son adecuadas las propuestas? ¿Responden a las necesidades detectadas? Especialmente al observar niños o niñas con problemas específicos (motores, bajo esquema corporal, dificultades asociadas), se deberá reflexionar sobre cómo adaptar las actividades, los materiales y las estrategias para ofrecerles el apoyo que necesitan.

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