27 May
Claudio Sánchez-Albornoz
Introducción: Los debates acerca del «Ser de España» y de «La aparición de los Caracteres Nacionales Españoles» se volvieron temas recurrentes desde finales del siglo XIX y mediados del XX. Durante casi un siglo, los historiadores se interesaron en rastrear el origen del Ser Español en el Medievo u otras épocas. Estas interpretaciones han permitido comprender cómo se han gestado los tópicos que a día de hoy seguimos manejando. El primer autor que dio pie a esto fue Marcelino Menéndez y Pelayo. Ortega y Gasset también, quien, pese a no ser un buen referente historiográfico, estaba preparando el terreno para que surgieran otras posturas, ahora sí, historiográficas, sobre el «Ser de España».
Biografía
Nació en 1893 en Ávila. Se formó en historia, en concreto en la corriente historiográfica del institucionalismo (que se centra en el estudio de las instituciones para ver cómo influyen en la evolución social a lo largo de la historia y aproximarse a los contextos que investiga). Sus maestros fueron, entre otros, Eduardo Hinojosa, Rafael Altamira y Ramón Menéndez Pidal. Coincidió en el Centro de Estudios Históricos (al que se integró con 21 años, pues era muy inteligente y trabajador) con su mayor oponente intelectual: Américo Castro.
Evolución Política
Es una figura un tanto contradictoria y particular, pues fue:
- Republicano, ocupando cargos como embajador en Portugal.
- No de izquierdas.
- Liberal.
- Antifranquista (muy marcado).
- Antimarxista.
- Miembro del partido de Manuel Azaña.
- Último presidente de la República en el Exilio.
Exilio y Trayectoria Científica
Tras la Guerra Civil, se exilió, primero en París y luego en Buenos Aires. Allí, en el exilio, desarrolló su trayectoria científica. Le dieron una cátedra en la Universidad. Al igual que todos los intelectuales exiliados (como Castro), reflexionó sobre los orígenes del carácter español y el porqué se había llegado a tal punto, a «matarnos», lo que él denominó el «Drama Nacional» de la Guerra Civil.
La Polémica con Américo Castro y su Obra
Américo Castro y Claudio Sánchez-Albornoz tenían una formación muy diferente. Por un lado, Castro era historiador de la literatura (se basaba en tomar de la literatura medieval aquello que se acomodara a su interpretación). Mientras que Sánchez-Albornoz era historiador institucionalista (se basaba en trabajar con documentos y crónicas, realizando una interpretación mucho más minuciosa).
La polémica entre estos dos historiadores comenzó con la publicación de la obra de Américo Castro, La España en su historia: cristianos, moros y judíos (1948). Al llegar esta obra a manos de Claudio Sánchez-Albornoz, se horrorizó tanto que lo tomó de forma personal. ¿Qué hizo? Ante esto, Claudio pretendió responder a la interpretación de Américo a partir de una obra sólida y con gran acopio documentario: España, un enigma histórico (1956), de 1.400 páginas.
Ideas Centrales de la Obra de Sánchez-Albornoz
La obra planteaba una concepción diferente de lo que significaba el «ser de España»:
- Primera idea: Castro argumentaba que la identidad española se forjó a partir de la convivencia entre cristianos, musulmanes y judíos, lo que él llamaba la «morada vital». Sánchez-Albornoz, por otro lado, era muy crítico de esta visión. Sánchez-Albornoz consideraba que el «Ser español» era el resultado de la geografía propia de la Península Ibérica y el aporte de la Historia. Sostenía que cada época histórica añadía elementos al desarrollo del «Ser español».
- Segunda idea: Claudio pensaba que había épocas en las cuales «lo español» se había fundado. De hecho, creía que los españoles eran españoles desde antes de Roma y que, por tanto, las épocas de fundación de lo español fueron en la Protohistoria. También pensaba que hubo una época de refundación de «lo español». En concreto, esta época en la que se refunda lo español, él la identificaba con la Reconquista (la lucha de los reinos cristianos contra los musulmanes ayudó a definir un carácter nacional).
- Tercera idea: Claudio defendía que la invasión árabe-bereber desde el siglo VIII no habría arabizado la «contextura vital hispana», sino que los musulmanes se habían hispanizado. Argumentaba que los musulmanes se hispanizaron, mientras que los elementos árabes y hebreos tuvieron un influjo menor en el devenir histórico español.
Visión de Castro: Convivencia pacífica y el mestizaje de las tres culturas, las tres «castas medievales», sobre el solar medieval hispánico.
Américo Castro
Biografía
Nació en 1885 y falleció en 1972 en Río de Janeiro, Brasil. Era agnóstico, a diferencia de Claudio Sánchez-Albornoz, que era católico. Es un filólogo e historiador de la literatura (por lo que no es un historiador en el sentido estricto de la palabra). Se formó con el «Padre de la Filología Española», Ramón Menéndez Pidal, y fue fundador del Centro de Estudios Históricos, donde también ingresó y coincidió con quien sería su mayor oponente intelectual y personal: Claudio Sánchez-Albornoz.
Evolución Política
Para comprender su obra, es necesario conocer su evolución política. Fue republicano y ocupó cargos en la República, como embajador en Alemania. No era de izquierdas, como Claudio.
Exilio y Obra Fundamental
Tras la Guerra Civil, se exilió en Estados Unidos, donde pasó a formar parte del grupo de intelectuales exiliados. Allí le dieron una cátedra en la Universidad de Princeton, donde se convirtió en profesor de literatura y fundó una escuela. En ella defendería los postulados que plasmaría en 1948 en su obra fundamental: España en su historia: cristianos, moros y judíos.
Al igual que todos los intelectuales exiliados, reflexionó sobre los orígenes del carácter español y el porqué se había llegado a tal punto, a «matarnos». Quería ver los precedentes de ese «Drama Nacional», la Guerra Civil.
La Obra y su Tesis
Una nota distintiva de esta obra es que fue desarrollada en el exilio. Posteriormente publicaría otra más completa, La realidad histórica de España (1954).
La tesis principal que defiende es la idea de que la formación de España como nación nace a partir de la invasión musulmana del 711. Esto quiere decir que hasta entonces no existía España como nación; Hispania en el siglo V era una provincia del Imperio Romano. La configuración de los caracteres nacionales de la esencia del Ser Español solo se produciría una vez llegados los musulmanes a la Península Ibérica, porque la confluencia de elementos cristianos, moros y judíos (las tres «castas medievales»), su convivencia e interacción, dieron lugar a la esencia del Ser Español. Defiende que lo que se forja en esta confluencia es lo que se denomina como «Morada Vital Hispánica». Sostiene que cuando se produce la eliminación de estos tres elementos, España entra en declive, una crisis que tendría continuidad hasta los siglos XVI, XVII y XVIII, con la expulsión de moros y judíos en 1492.
Interpretación y Erudición
La interpretación de Castro se diferenciaba de la tradicional. A diferencia de otros historiadores, como Claudio, Castro no defendía un estudio exhaustivo de los hechos, es decir, recopilar documentos, ordenarlos y hacer cronologías (como hacían los positivistas), lo que él denominaba «erudición». Para él, «historiar» significaba «entrar en la conciencia del vivir de otros a través de la conciencia del historiador». Buscaba un trasfondo cultural, social y psicológico.
Problemas Metodológicos
- Al ser un historiador literario, solo usaba fuentes literarias para acuñar su interpretación de la «Idea de España», las cuales eran esencialistas y literarias. Por ejemplo, el Romancero Medieval o el «Morbo Sármico» eran algunos de los textos que utilizaría para formular su interpretación del Medievo, pues veía en ellos elementos de conexión, intercambio cultural y sintonía.
- Extrapolar lo que unas fuentes literarias (llenas de tópicos) afirmaban a todo el conjunto de la sociedad.
- Su grave crítica por no manejar fuentes que no fueran literarias o que no se ajustaran a su tesis.
El Foedus Visigodo
Introducción
A partir del siglo V, Hispania se encontraba en una situación de inestabilidad debido a las incursiones de pueblos germanos, como los suevos, vándalos y alanos. Tras cruzar el Rin helado en el 406, comenzaron a invadir la península en 409, en un contexto de debilidad del Imperio Romano, que había perdido gran parte de su control territorial.
Por otro lado, los visigodos, liderados inicialmente por Alarico I, un líder militar prominente, asaltaron el Imperio Romano, culminando en el saqueo de Roma en 410 (en cuyo momento se incluye a Gala Placidia como rehén, hermana de Honorio). Alarico aprovechó la oportunidad de debilidad del Imperio Romano de Occidente y comenzó a desplazar a su pueblo hacia nuevas tierras. Tras su muerte, el nuevo líder visigodo, Ataúlfo, se encontró con un Imperio que buscaba desesperadamente aliados para hacer frente a la creciente amenaza de los pueblos germánicos en Hispania. De modo que, tras llevar a su pueblo a la región de la Galia Narbonense, estableció un acuerdo con Roma, pero aprovechando la debilidad del Imperio designó a un emperador títere (Átalo) y, para legitimarse, se casó con Gala Placidia, presentándose además como Restaurador del Imperio Romano.
El Foedus del 418
Tras la muerte de Ataúlfo (asesinado, lo que ya muestra el Morbus Gothicus), nombraron a Walia, quien llegaría a un acuerdo definitivo. Un primer acuerdo en 416 con Constancio (general romano) implicó que asumirían la condición de tropas federadas, es decir, a cambio de alimentos tendrían que ayudar a Roma para expulsar a los germanos de la Península Ibérica.
En 418, se firmaría un pacto definitivo o foedus de federación, que implicaba el asentamiento de los visigodos a cambio de asumir esa condición de tropas federadas. Puntos importantes de este foedus entre Walia y Honorio:
- Los visigodos tendrían que devolver a Gala Placidia, tomada como rehén. A Roma le interesaba reclamarla para que no la usaran más como escudo, ya que era un instrumento de protección. Una vez entregada a los romanos, se casó con el general Constancio (del acuerdo anterior) y nacería el emperador Valentiniano III. Gala Placidia se convertiría en depositaria de los derechos imperiales, es decir, Valentiniano III sería emperador porque era hijo de Gala Placidia.
- Los visigodos cumplieron esa parte del acuerdo de luchar frente a estos invasores: cruzaron los Pirineos y llevaron a cabo campañas para tratar de acabar con los germanos (no serían completamente exitosas), pero sí que consiguieron acabar con los alanos y los vándalos silingos asentados en la Bética (al sur). Quedaron, por tanto, los suevos (en la Gallaecia) y los vándalos asdingos.
- A cambio, todos los visigodos se asentarían en Aquitania Secunda. Desde el río Loira hasta los Pirineos, las tierras serían cedidas a los visigodos para que pudieran asentarse. Este asentamiento, sobre todo en torno a la capital de esta provincia, Tolosa, generaría una situación un tanto anómala: la formación de un regnum o reino dentro de las fronteras del Imperio Romano de Occidente, es decir, sometido a autoridad imperial. Muy importante de este acuerdo fue la cesión de las tierras en la región de Aquitania II, que se realizaría por medio de la hospitalitas, la «hospitalidad». Es un acuerdo que consolidó una situación que había sido muy fluctuante, pues era un pueblo en movimiento, que vino desde Tracia, invadió Italia, llegó a la región narbonense… y finalmente consiguió asentarse en la Galia hasta el año 507 d.C., ya en este primer reino visigodo de Tolosa.
Sucesores de Walia y el Asentamiento Godo
Tras la muerte de Walia, le sucedieron Teodorico I (quien murió en la batalla de los Campos Cataláunicos), Turismundo (asesinado por su hermano) y Teodorico II.
Problema del asentamiento godo en la historiografía: P.D. King piensa que el acuerdo solo habría afectado realmente a la nobleza visigoda. No eran una sociedad democrática; los visigodos eran un grupo jerarquizado por su realeza y su aristocracia militar, y necesitaban tierras para mantener los vínculos de fidelidad con todas sus clientelas y distribuir después entre el resto, lo que generaba desigualdad.
La Imitatio Imperii de Leovigildo
Liuva I fue elegido rey (567-572) después de un periodo de vacío de poder tras la muerte de Atanagildo (567), quien había sido el anterior rey visigodo y había establecido la corte en Toledo. Liuva era dux de la Narbonense, que estaba bajo dominio visigodo. Sin embargo, su influencia y poder en Hispania eran limitados, por lo que tomó una decisión estratégica: asoció al trono a su hermano Leovigildo (568-586), quien sería el verdadero fundador del Reino Visigodo de Toledo.
Tras la muerte de Liuva I, Leovigildo quedó como único rex y, para afianzar su poder en Hispania y especialmente en Toledo, se casó con Goswintha (la viuda de Atanagildo). Esto le permitió invocar la legitimidad de monarcas precedentes a través de la reina y atraer a las clientelas aristocráticas que habían respaldado a Atanagildo.
La idea de Leovigildo era consolidar el reino, no solo como idea política, sino también con su territorialidad. Esto lo haría a través de un programa de Reformas Políticas conocido como Imitatio Imperii (una política de emulación de los emperadores romanos adoptada por los reyes visigodos con el objetivo de consolidar y centralizar su poder):
Reformas Políticas
- Elementos ceremoniales de origen romano: Leovigildo adoptó elementos ceremoniales de la realeza romana para exhibir su poder. Fue el primer rey visigodo en sentarse en un trono y usar cetro, marcando una clara diferenciación entre la realeza y la aristocracia visigoda. También adoptó el uso de la corona (perlada o diademada) de los emperadores del Bajo Imperio y el paludamentum (capa de color púrpura exclusiva del emperador). Las coronas votivas, ofrendas típicas visigodas, se colgaban en los altares.
- Toledo como Sede Regia: Siguiendo el modelo bizantino de Constantinopla (capital del Imperio Romano de Oriente), Leovigildo convirtió Toledo en una Sede Regia. Implementó un programa de reformas arquitectónicas en la ciudad, incluyendo la construcción de un palatium como representación del poder real. Aunque hay debate sobre su ubicación (algunos sugieren la Vega Baja, otros la Cueva de Alcázar), su existencia es un claro indicio de la centralización del poder.
- Consolidación de la línea hereditaria: Al igual que los emperadores romanos, intentó consolidar una línea hereditaria en la sucesión al trono, nombrando a sus hijos Hermenegildo y Recaredo como legítimos sucesores. Esto buscaba evitar los «baños de sangre» y asesinatos de reyes, un fenómeno conocido como Morbus Gothicus.
Acuñación de Moneda
Uno de los principales instrumentos de soberanía para el poder es la capacidad de acuñar moneda. Leovigildo fue el primer rey visigodo en acuñar moneda propia; hasta entonces, se acuñaban imitaciones del solidus aureus o moneda romana. Esta moneda servía como símbolo propagandístico y para el pago de lujos, impuestos, tropas y altos funcionarios.
- Introdujo elementos distintivos: estampó su nombre (Leovigildus Rex) y su efigie en la moneda, un símbolo de su autoridad. Esto permitía a cualquiera que tuviera la moneda identificarla como una prerrogativa exclusiva del rey, convirtiéndola en un instrumento de propaganda.
- Ante la falta de oro suficiente para acuñar solidus aureus completos, los visigodos adoptaron el tremís de oro (un tercio del solidus) como moneda principal.
- Dado su alto valor, para transacciones de menor cuantía se recurría a la economía de trueque o al uso de sestercios.
- La acuñación no se centralizó en una única casa de la moneda o ceca; existía una «multiceca».
Fundación de Ciudades
Leovigildo fundó ciudades ex novo, emulando a los emperadores romanos, quienes consideraban que «el poder actúa como fundador de ciudades» (conditores urbium). Fundó dos ciudades:
- Victoriacum (581), fundada para retener a los vascones.
- Recópolis (585), fundada en honor a su hijo Recaredo tras sus victorias sobre cántabros y vascones, se ubicó en Celtiberia. Su posible yacimiento arqueológico en el Cerro de la Oliva (Zorita de los Canes) revela restos de una muralla, un palatium y una basílica, lo que sugiere que fue un centro administrativo con funciones de gobierno y control sobre la zona del Levante peninsular. No obstante, Javier Arce, en uno de sus artículos, afirma que pudo ser un hórreo destinado a la producción agraria.
Las Conquistas de Leovigildo
El dominio efectivo del territorio hispano fue la segunda línea de actuación dentro del proyecto de fortalecimiento político del regnum y de creación del Reino Visigodo. Es importante recordar que Leovigildo no buscaba recrear una Hispania futura ni crear la unidad española, sino que miraba al pasado romano y reclamaba para sí, para su poder, todo el territorio que perteneció a la diócesis Hispania Romana. Como heredero de Roma en Hispania, no quería que otros poderes territoriales hicieran sombra a su dominio. Por ello, durante su reinado, lanzó campañas militares para el control y dominio efectivo del territorio hispano.
Campañas Militares
- 570-573. Campañas contra los bizantinos: Dirigidas hacia la provincia de Spania (en el sur). Estas campañas no fueron del todo exitosas; apenas hubo reconquistas (Baza, Medina-Sidonia), y las principales ciudades seguirían en manos bizantinas hasta el 614 (Málaga) y el 625 (Cartagena). Leovigildo lanzó estas campañas para mantenerlos a raya, pero no logró una victoria completa.
- 572. Conquista de Córdoba: Leovigildo mostró mayor interés en controlar y someter políticamente a las aristocracias hispanorromanas de la Bética, que habían manifestado cierta autonomía. En el 572, lanzó una campaña militar para controlar Córdoba y evitar una posible alianza de la ciudad con los bizantinos (Imperio Romano de Oriente).
- 577. Sometimiento de la Oróspeda: En el mismo territorio, en la provincia de Spania, en el 577, lanzó una campaña en la región conocida en las fuentes como la Oróspeda (aproximadamente Sierra Morena). El objetivo no era tanto someter a las élites políticas, sino controlar una revuelta campesina. Mantener esta franja, en contacto directo con el Imperio Romano de Oriente y envuelta en revueltas, era peligroso por la posibilidad de una alianza con Bizancio.
Hay otras zonas que también recibieron la atención militar de Leovigildo, por ejemplo, en la Meseta Norte, pueblos como los Sapi, un epónimo prerromano. Se autodenominaban mediante epónimos que no eran los que Roma les había dado, lo que marcaba un resurgimiento del tribalismo. Leovigildo también dirigió sus campañas hacia la región de Zabalia, una región que limitaba con el reino suevo. Esta área era crucial para la seguridad del reino visigodo, ya que se encontraba en una posición estratégica cercana a la frontera sueca. Las campañas en esta región formaban parte de los esfuerzos del rey visigodo por mantener bajo control político las fronteras de su reino, tanto en el norte como en el oeste, y consolidar la unidad territorial frente a las amenazas externas e internas. (Extra) Leovigildo lanzó una campaña contra ellos y también contra los ruccones.
- 574 y 581. Campañas contra cántabros y vascones: De gran interés fueron las campañas que Leovigildo desarrolló contra los cántabros en el 574 (la Cantabria romana se extendía hasta la actual Asturias, lo que es importante para comprender el posterior surgimiento del Reino de Asturias) y contra los vascones en el 581. Como consecuencia de esta última, Leovigildo fundó la ciudad de Victoriacum (cuya ubicación exacta, si es la actual Vitoria, es debatida).
- Constitución de un limes o frontera: La idea detrás de estas campañas era consolidar un limes, una línea fronteriza estable que iría desde la calzada de Astorga-Burdeos. Esto se apoya en hallazgos numismáticos en pequeños puntos de acuñación y en la existencia de puntos fortificados como Victoriacum, lo que sugiere la acuñación de moneda para pagar a un ejército asentado en este hipotético limes del Norte de Cantabria, marcando territorio frente a los francos. La hipótesis de Abilio Barbero y Marcelo Vigil defiende que los visigodos habrían implementado un sistema de asentamiento de soldados-campesinos en la región, un modelo que recuerda al sistema de defensa agraria utilizado en el Imperio Romano de Oriente. En dicho modelo, los soldados-campesinos no solo defendían las fronteras, sino que también trabajaban la tierra, asegurando tanto la producción agrícola como la protección militar, siendo pagados con moneda de oro (funcionaban como un limes).
Anexión del Reino Suevo
- 585. Anexión del Reino Suevo: La gran victoria de Leovigildo fue la conquista del Reino Suevo en el 585. Aunque hubo un vacío de poder desde mediados del siglo V a mediados del VI, el reino suevo seguía operando en Gallaecia y había vuelto al arrianismo (a pesar de la conversión al catolicismo de monarcas como Requiario). El peligro para los visigodos era una posible alianza de los suevos con los francos merovingios y los bizantinos asentados en el sur, lo que podría poner en apuros a Leovigildo y al Reino Visigodo.
- Conversión de los Suevos al Catolicismo: Gracias a las fuentes, sabemos que a mediados del siglo VI se produjo la conversión definitiva de los suevos al catolicismo (abandonando la fe arriana). Muchas fuentes atribuyen esta obra a un monje húngaro, Martín de Dumio (o de Braga), procedente del Imperio Romano de Oriente, lo que ha llevado a la hipótesis de que pudo ser un espía bizantino en Hispania. Martín llegó a Gallaecia, entró en contacto con la realeza sueva y, tras la conversión del rey suevo al catolicismo, facilitó la paulatina expansión de la fe en un espacio que había sido refractario a su penetración previa (en Gallaecia se habían refugiado los priscilianistas y pervivían cultos paganos). Esto obligó a Martín a lanzar predicaciones para corregir ese conglomerado de supersticiones rurales, plasmadas en su libro De Correctione Rusticorum. Este libro es importante porque, al criticar estas prácticas, pone de manifiesto la pervivencia de cultos paganos en Gallaecia.
- Alianza entre élite sueva y eclesiástica: Por tanto, Martín de Dumio estuvo en alianza con los reyes suevos, especialmente con el más importante, Teodomiro (559-570), quien dio el paso al catolicismo y llevó a cabo una reorganización de la Iglesia para una mejor implantación en el territorio galaico. Esta alianza entre la élite sueva y las élites eclesiásticas católicas se materializó a través de concilios (asambleas de altos eclesiásticos para adoptar cuestiones doctrinales y disciplinarias). Se convocaron dos concilios en Braga. Por primera vez en Hispania, la convocatoria la realizó el rey, lo que refleja una mayor conexión entre el poder político germano y el poder religioso.
- 583. Expedición del rey suevo Miro (570-583) al sur peninsular (quizás en apoyo de Hermenegildo): Tras la muerte de Teodomiro, le sucedió el nuevo rey suevo, Miro. Este lanzó una campaña desde Gallaecia hasta el sur peninsular en el 583, lo que representó un peligro para Leovigildo. Algunos textos sugieren que fue una campaña en apoyo a Leovigildo, ya que en ese momento su hijo Hermenegildo se había alzado en armas contra él; otros, sin embargo, afirman que Miro apoyaba la revuelta de Hermenegildo contra su padre. Durante estas campañas, el rey Miro murió y le sucedió su hijo menor de edad, Eborico. Esta situación fue aprovechada por una facción contraria, liderada por su cuñado Audeca (noble suevo), quien usurpó el trono, internó al niño en un monasterio y lo tonsuró (le rapó la coronilla). Leovigildo, muy hábilmente, vio en esto el casus belli perfecto para intervenir: depuso a Audeca y le aplicó el mismo castigo que este había infligido a su cuñado.
- 585. Anexión del Reino Suevo como provincia: En el año 585, Leovigildo, rey visigodo, utilizó esta inestabilidad en el Reino Suevo como pretexto para lanzar una campaña militar contra los suevos en Gallaecia (el casus belli perfecto). La usurpación del trono por Audeca y la deposición de Eborico le brindaron una razón política para intervenir, alegando que restablecería el orden en el reino. Leovigildo depuso a Audeca y le aplicó el mismo castigo que este había infligido a su cuñado (lo tonsuró).
El Norte Hispano en la Tardoantigüedad
En el Norte Hispano, concretamente en la Cornisa Cantábrica, la Tardoantigüedad es un periodo que ha presentado varios problemas historiográficos. La teoría que ahora denominamos «tradicional» (antes no se llamaba así) defiende la hipótesis de:
Teorías Historiográficas
- Falta de romanización efectiva en el Norte: Se argumenta que en esta región no hubo una asimilación plena de la cultura romana, a diferencia de otras partes de Hispania donde el proceso de romanización fue más marcado. En el norte, la resistencia cultural y social habría llevado a una diversidad de grupos que no adoptaron las costumbres romanas de manera significativa.
- Estructuras sociales gentilicias o tribales: Se cree que las comunidades del norte mantenían estructuras sociales tribales o gentilicias, en las que la organización se basaba en grupos familiares o clanes. Esta idea se refuerza por las evidencias epigráficas del nombre de estos grupos, ya que muchos de los hallazgos arqueológicos del norte peninsular muestran inscripciones en forma genitiva (que implica posesión o pertenencia). Estas inscripciones indican la pertenencia a un grupo específico, algo así como «soy tal de los…», lo que sugiere una identificación grupal más fuerte que una identidad individual romanizada. Por ejemplo, los Taurinorum, los Veominorum, etc., aparecen en epígrafes en el área asturiana.
En la actualidad, esta teoría se considera un tanto primitivista. Los datos arqueológicos demuestran que Roma sí tuvo presencia en estos espacios; por ejemplo, en Gijón hay termas y murallas romanas. Por tanto, Roma contó con puntos estratégicos en esta zona para el control del territorio, desde los cuales cobraba impuestos e intentaba organizar a las poblaciones. Esto también se refleja en el Mapa de Hallazgos Tardoantiguos Romanos en Asturias. Por ejemplo, el sistema de explotación del territorio de la villa también se encuentra en Asturias, y se utilizaba el latín como medio de expresión y la epigrafía, elementos muy romanos.
Los Precintos de Plomo y la Conquista Musulmana
Los precintos de plomo son unos materiales de plomo que representan una de las contribuciones más significativas para entender el proceso de la conquista musulmana de la Península Ibérica en el 711. Su estudio proporciona información valiosa sobre la logística, la administración y refuta de manera contundente las teorías negacionistas sobre la invasión musulmana en Hispania.
Importancia y Función
La importancia y función de estos precintos reside en que se han convertido en una aportación empírica esencial, siendo una de las evidencias materiales más importantes para conocer el procedimiento de la conquista. Estos materiales tienen una inscripción que acompaña a los textos (se usaba como un sello) o se utilizaba para cerrar sacos o precintar órdenes de tipo administrativo. Hoy en día se conservan 50 ejemplares.
La importancia de estos precintos reside también en que estos sellos desmienten radicalmente las teorías que sostienen que los árabes nunca conquistaron la península. Existen varias interpretaciones acerca de esta cuestión. Destacamos a Ignacio Olagüe Videla (1903-1974), quien escribió el libro titulado Les Arabes n’ont pas envahi l’Espagne (1969), traducido al español como La revolución islámica en Occidente (1974). Él afirmaba que los visigodos estaban divididos en dos grupos: los unitarios (arrianos que en los siglos VIII-IX aceptarían el credo musulmán) y los trinitarios (católicos). Con esto, intentaba defender que los logros de la etapa andalusí (como la Mezquita de Córdoba o el Califato de Córdoba) eran españoles y no árabes.
Emilio González Ferrín, en su libro Historia General de Al-Ándalus, apoyó el movimiento iniciado por Ignacio Olagüe Videla, haciéndose eco de las teorías del nacionalismo andaluz. También algunos historiadores «posmodernos» adoptan esta teoría. Alejandro García Sanjuán elaboró una respuesta con su libro La conquista islámica de la península ibérica y la tergiversación del pasado: Del catastrofismo al negacionismo, donde niega y desmonta esta teoría.
Estos autores que argumentan que la conquista fue un proceso interno y no externo, pierden validez ante la evidencia empírica que presentan los precintos.
Tipología de los Precintos de Plomo
- Alusión al Reparto del Botín (Raíz QSM): La raíz qsm está relacionada con la acción de repartir. Estos precintos aseguraban los sacos que contenían el botín destinado a ser distribuido, refiriéndose al proceso de división de bienes muebles o inmuebles capturados. Algunos sellos llevan los nombres de figuras clave como Musa, Abd al-Aziz y al-Hurr, indicando su participación en el reparto de recursos. Las leyendas incluyen qad qasim («se ha repartido» o «reparto lícito») y qism Al-Ándalus («reparto de Al-Ándalus»). Los sacos con estos sellos estaban llenos de botín.
- Alusión al Pacto (Raíz SLH – Sulh o Musalaha): La raíz shl, procedente de sulh o musalaha, se usaba para sellar los escritos de los pactos entre conquistadores y vencidos. Este sello iría en los documentos donde se hubieran firmado dichos pactos, que eran términos de la capitulación pactada por los vencidos. Se refieren a comarcas o localidades específicas como Sevilla, Jaén, Faro y Medina Sidonia. Por ejemplo, musalaha saduna («pacto de Sidonia») o musalaha isbiliya («pacto de paz de Sevilla»).
- Sellos de Yizya (Expresión Ahl): La expresión ahl se traduce como «gente» o «comunidad», y se encontraba en los sacos que contenían el pago de impuestos por capitación o yizya que debían pagar las «gentes del libro» (cristianos y judíos). Su función fiscal demuestra la organización fiscal del nuevo régimen, donde los no musulmanes tenían la obligación de contribuir económicamente. Por ejemplo, el de ahl Baya (precinto de yizya de la gente de Beja).
- Sellos que indican el Reparto del Quinto del Estado y Ruscino (cerca de Perpiñán): Hay dos palabras importantes: Ganima (se refiere al botín mueble obtenido en batalla, que sería repartido tras reservar el quinto del Califa-Imán) y Fay (botín referente a otros tipos de recursos, como tierras y rentas, que eran considerados parte indisoluble de la umma o comunidad musulmana). En los restos arqueológicos de Ruscino se encontraron precintos muy homogéneos. Destaca la palabra magnum (raíz árabe gnm, «hacer acopio de botín»), seguida de la palabra tayyib («lícito»). Algunas leyendas encontradas son QUISMA BI-ARBUNA («repartido en Narbona») o FAY ALLAH («el quinto de Dios», es decir, el quinto del Califa o Imán).
El Pacto de Teodomiro de Orihuela
Contexto de la Invasión Musulmana
Tras la llegada de los musulmanes en el 711 a la Península Ibérica, comenzó la invasión musulmana por las tropas comandadas por el líder militar bereber del Norte de África, Tariq ibn Ziyad. Esta invasión fue facilitada por la debilidad política del Reino Visigodo en ese momento, debido a:
- La muerte del rey Witiza (710) y la sucesión de Rodrigo.
- Las sucesivas disputas nobiliarias y la falta de cohesión interna.
Después de que los visigodos fueran derrotados (y Rodrigo muriera) en la Batalla de Guadalete (711) por las tropas de Tariq ibn Ziyad, comenzó la expansión. Tariq se dirigió a Toledo, hacia el Norte. Al llegar a Toledo, este líder militar bereber se enfrentó a Musa ibn Nusair (líder árabe) por haberse apropiado el botín. Sin embargo, finalmente, estos líderes se aliaron en el 714 y llevaron a cabo una expedición nororiental. En este contexto, Musa ibn Nusair pretendía sustituir la realidad visigoda por la realidad musulmana. Tras ser llamado por el Califa Omeya, se dirigió a Damasco y designó a su hijo Abd al-Aziz ibn Musa como Walí andalusí, quien gobernaría entre 714 y 716. Era inusual designar un Walí a partir de vínculos familiares, ya que normalmente lo hacía la autoridad central, lo que sugiere que Musa quería crear una especie de dinastía independiente en Al-Ándalus.
El Gobierno de Abd al-Aziz ibn Musa
Su gobierno se centró en:
- Mantener la autonomía frente a Ifriqiya.
- Someter toda la zona sureste (Écija, Lorca, Liberis…), llegando hasta Levante y, en concreto, Orihuela.
- Para legitimarse en el poder y conseguir el apoyo de la nobleza visigoda, se casó con la viuda de Rodrigo, Egilona.
Vías de Conquista y Debates Historiográficos
Durante los primeros años de la invasión musulmana, las vías de conquista y sometimiento fueron diversas, e incluso han surgido debates en torno a esta cuestión, ya existentes en la Edad Media. Las fuentes árabes sobre esta cuestión son contradictorias, especialmente las escritas en el siglo X (época del Califato de Córdoba, 929-1031), que distinguen dos tradiciones:
- Tradición que aboga por la conquista por la fuerza de las armas.
- Tradición que aboga por que la conquista se llevó a cabo por vía de pacto.
Eduardo Manzano dio con la clave: la visión cronística de las fuentes árabes del siglo X pone de manifiesto un debate propio de ese siglo, no del siglo VIII, centrado en la propiedad de la tierra. Es decir, si la tierra pertenecía al Califa Omeya o si existían derechos de propiedad legitimados desde el siglo VIII por parte de los descendientes de los conquistadores. Dependiendo de la postura que se adoptara, la crónica o las fuentes ofrecían una visión u otra.
Opciones de Conquista
- Opción A: Conquista por la fuerza de las armas (Batalla de Guadalete, episodio de resistencia en Mérida):
- Se trata de someter la ciudad por asedio, lo que tiene implicaciones jurídicas sobre el control de la tierra.
- La tierra es un botín indivisible de la comunidad (umma).
- Por tanto, en realidad pertenece al Califa, ya que este es el líder político-religioso de la umma. El Califa puede reclamar el quinto (jums, 20% del botín) y administrar la tierra.
- Opción B: Conquista por capitulación (Serranía de Ronda) – Sulh:
- El Califa no tiene derecho al quinto (jums) ni a la propiedad eminente e indivisible de la tierra.
- Los dueños son los descendientes de aristócratas o conquistadores, quienes disfrutan de plena propiedad sobre las tierras conquistadas por capitulación y tenían la posibilidad de heredarlas.
- Opción C: Conquista por medio de pactos (Orihuela): Esta política de pacto fue la más abundante. Se recurrió a los pactos, un proyecto expansionista que los musulmanes ya venían aplicando en el Norte de África con los bereberes, y que ahora se extendería a la aristocracia de origen hispanovisigodo, incluso a obispos. Los árabes en la Península Ibérica siguieron aplicando esta política de pacto. En concreto, se establecieron pactos con las élites (hijos de Witiza, gobernadores territoriales) y mediante alianzas matrimoniales, es decir, pactos que se suscribían mediante alianzas matrimoniales entre árabes e hispanos:
- Matrimonio Sara + Árabes = Banu Hayyaj: Por ejemplo, Sara, nieta de Witiza, se casó consecutivamente con dos árabes conquistadores. De ahí surgieron descendientes que se reconocerían como árabes por vía masculina, pero que a la vez también reconocían su rama visigoda (aunque no les interesara resaltarlo). De ahí nacería el linaje de los Banu Hayyaj (una de las familias más poderosas de Sevilla).
- Matrimonio Abd al-Aziz + Egilona: Por ejemplo, la viuda de Rodrigo se casó con el hijo de Musa, como se mencionó anteriormente.
El Pacto de Teodomiro (Orihuela)
Uno de los pactos que se han conservado por escrito es el famoso Pacto de Teodomiro de Orihuela. Aunque no se conserva el documento oficial, sí existe una copia posterior. Se trata de un «Pacto de Adh» (gente), que se aplicaba cuando no había mucha resistencia por parte de la gente de Orihuela, o de Dimha (ya que los que capitulan son dimmíes). Es muy parecido a las Capitulaciones de Jerusalén del 638. Este pacto está datado en el año 94 de la Hégira (713 d.C.) y también menciona a los testigos del pacto, árabes que daban fe de su cumplimiento (Habib, Idrís…). Es un documento muy importante para comprender las relaciones entre visigodos y conquistadores musulmanes durante los primeros momentos de la conquista. Formalmente, es un documento que cumple con los requisitos de la documentación árabe, comenzando con la Basmala.
Se trata de un acuerdo entre la parte conquistadora, Abd al-Aziz ibn Musa (hijo de Musa y quien llevó a cabo el sometimiento del sureste peninsular), y el gobernante visigodo Teodomiro (noble visigodo local, con dominio sobre ciertas ciudades, de hecho, conde de Orihuela). Esto refleja la ruptura o división política en el periodo visigodo en este territorio, una sociedad feudal con una atomización de poder donde el poder central no tenía autoridad absoluta en todo el espacio.
Como se mencionó, Abd al-Aziz ibn Musa llevó a cabo una expansión hacia el Levante, llegando a Orihuela donde no hubo apenas resistencia. Las cláusulas del pacto fueron:
Cláusulas del Pacto
- Teodomiro conservaría la soberanía del territorio, que pasaría a llamarse Tudmir en su honor.
- Teodomiro y su población conservarían sus propiedades y bienes.
- Se respetarían las instituciones, y Teodomiro seguiría gobernando.
- En cuanto a la organización eclesiástica y el ritual religioso, se respetaría y toleraría la práctica libre de fe; a la población cristiana no se le obligaría a convertirse y se respetarían también sus lugares de culto.
Obligaciones a cambio:
- Comunicar cualquier información sobre los enemigos.
- No colaborar ni acoger a enemigos.
A cambio de todo esto, debían pagar un tributo anual en metálico (monedas de oro, dinares) que debían estar respaldadas por la autoridad. Este impuesto se denominaba yizya.
También debían pagar un impuesto sobre la tierra, denominado jaray, que podía ser mediante el pago de aceite, vinagre o zumo de uvas (ya que no podían consumir vino). Es interesante que el texto mencione a los siervos o esclavos; los siervos eran poblaciones cuya condición (esclavos o libres) no estaba clara, pero se sabía que estaban sujetos a la tierra y pagaban menos. Esto confirma lo que ya se conocía de la Hispania visigoda: una situación de adscripción a la tierra de las poblaciones campesinas, donde los siervos pagaban menos, ya que se les consideraba en cierto modo «esclavos», y aumentar su tributo penalizaría indirectamente a sus dueños o señores.
El Ideal Neogoticista y Alfonso III de Asturias
El Reinado de Alfonso III
El reinado de Alfonso III (866-911) fue clave para el Reino de Asturias en su máximo apogeo. Fue un rey que gobernó durante varias décadas, un momento clave en la evolución de la jefatura asturiana, alcanzando la máxima expansión. El territorio inicialmente controlado, en época de Alfonso III, prácticamente duplicó su área de control territorial. Los territorios teóricamente bajo el control de Alfonso III son los marcados en naranja. También es el momento en que se produce el tránsito hacia el Reino de León, ya que Alfonso III residió largas temporadas en esta ciudad.
Política de Alianzas y el Neogoticismo
Alfonso III mantuvo una política de alianza con la monarquía vecina de Pamplona. Se casó con Jimena (869), una mujer de la realeza vasca (algunos autores sugieren que podría ser hija de García Íñiguez). El objetivo era establecer una alianza para intentar que la monarquía de Pamplona se despegara de sus relaciones amistosas con los Banu Qasi (existían relaciones de amistad entre los reyes de Pamplona y los Banu Qasi). Por tanto, este matrimonio buscaba romper esas relaciones y quizás también someter a un cierto dominio político a la monarquía de Pamplona. De hecho, el poder de los Banu Qasi, a fines del siglo IX y principios del X, comenzaría a decaer.
- Unión contra los Banu Qasi.
- Afianzamiento del ideal neogoticista: Lo más importante del reinado de Alfonso III, en términos ideológicos, fue el afianzamiento del ideal neogoticista.
Definición y Propósito del Neogoticismo
El neogoticismo no es una idea religiosa, sino política, según la cual el territorio de Hispania, ocupado y dominado por los musulmanes desde el 711, debía ser recuperado por los reyes cristianos, concretamente los de Asturias (posteriormente los de León y Castilla, considerados sus herederos). Esto se justificaba porque los reyes asturianos tenían el derecho, al ser considerados herederos directos de la monarquía hispanovisigoda. No se trataba de una herencia intelectual, sino que en esta época se creó la idea de que, sanguíneamente, los reyes de Asturias estaban directamente vinculados a los últimos reyes visigodos. Por tanto, existía una sucesión directa de los visigodos a la monarquía asturiana, y lo que se lograría con la conquista sería la Restauratio Regnum Visigotorum (restauración política y religiosa de España). Todo esto se llevaría a cabo a través de una acción bélica basada en la reclamación de la herencia política de la monarquía hispanogoda.
En realidad, lo que se estaba haciendo era reclamar la herencia visigoda. ¿Para qué y por qué? La idea era que el reino había alcanzado una expansión territorial enorme, se había duplicado, y era necesario dotar de un paraguas ideológico a esa gran expansión que tuvo lugar en la época de Alfonso III. En este contexto de expansión territorial, hay que tener en cuenta que en el Valle del Duero vivía gente que hasta ese momento no daba importancia a lo que los reyes del Norte pudieran decirles. Ahora, Alfonso III quería que esa gente que vivía en comunidades de aldea se integrara dentro de su reino, y la justificación para esto sería que él era el descendiente y heredero de los visigodos, y que, por tanto, en un momento dado, ese territorio había sido suyo de alguna manera.
Las Crónicas Asturianas
Sabemos que todo esto ocurrió así porque en el reinado de Alfonso III tuvo lugar una gran labor cronística oficial. Se elaboraron crónicas oficiales desde el poder para justificar estas ideas, concretamente se conservan la Crónica de Albelda y las Crónicas de Alfonso III.
- Crónica de Albelda (redactada en 881): Es una crónica universal que arranca desde los orígenes del mundo, habla de la evolución del islam, la Hispania visigoda, y en su última parte, de la sucesión de los reyes visigodos y cómo enlazan con los reyes asturianos. Esta idea de continuidad aparece continuamente resaltada en la crónica de Albelda. Por ejemplo, se menciona a Pelayo como nieto de Rodrigo, no solo como alguien del linaje real, sino directamente como nieto del último rey visigodo, lo cual no es cierto. Por tanto, intentan recrear la historia genealógicamente para enlazarse con la monarquía visigoda y respaldar de alguna manera esa expansión. Rodrigo es Don Rodrigo, y a Pelayo se le presenta como nieto directo de Rodrigo. Da la impresión de que para el redactor el reino godo sigue existiendo, usurpado por los musulmanes. Los llama «católicos leoneses» porque es el momento de tránsito entre un reino y otro. Pelayo se «convierte» en un visigodo vinculado con la familia real.
- Crónicas de Alfonso III (versiones Rotense y Ad Sebastianum): Podemos dudar de si lo que dicen las crónicas asturianas es verdad o no. Si nos remitimos a lo que dicen las fuentes orientales externas, como la crónica escrita en Francia (crónica de Guan Sac), se refiere a que las Crónicas de Alfonso III (versiones Rotense y Ad Sebastianum) tendrán mucha importancia. Son elaboradas desde la corte y se conservan en dos versiones:
- La versión Rotense: Llamada así porque se conserva en un códice procedente de la Catedral de Roda de Isábena (en Aragón). Se fue copiando, y una de las versiones más antiguas es la que se conserva actualmente en la Real Academia de la Historia. Lo que se menciona en este texto, perteneciente a la Crónica de Alfonso III, versión Rotense, implica una continuidad directa. De hecho, la llama directamente «crónica de los reyes visigodos», ni siquiera habla de los reyes de Asturias, porque él se considera rey visigodo.
- La versión Ad Sebastianum: La Crónica de Alfonso III fue reelaborada posteriormente por un obispo de la corte de Alfonso III, dando lugar a esta versión, considerada la más culta. La crónica Rotense de Alfonso III contenía algunos pasajes que no gustaron demasiado al entorno clerical de la corte. Aquí ya aparece toda la cuestión de la importancia de la mujer en la transmisión del poder. Por ejemplo, un pasaje que decía que la hermana de Pelayo se había casado con el gobernador musulmán de Gijón (lo cual era muy mal visto para el fundador de la monarquía asturiana), por lo que esas partes se suprimieron.
Para un cronista que escribe desde el exterior (en el reino franco), está muy claro que el reino godo ha terminado, al contrario que el otro texto, que intenta vincular ambos reinos. Asturias para él no es prolongación del reino godo.
En este contexto, el neogoticismo aparece en este periodo, a fines del siglo IX, precisamente para ejercer como un paraguas ideológico que legitime la expansión del reino sobre el Valle del Duero. El reino se había duplicado en extensión, y se había empezado a ocupar y organizar nuevos territorios que antes no pertenecían al dominio de los monarcas asturianos. Era necesario invocar algún elemento de legitimación para reivindicarse como el poder en ese espacio, y lo hicieron recurriendo a que eran los herederos del pasado visigodo. Esta idea es tan importante que aparece en las crónicas asturianas, de donde vemos todo lo comentado acerca de la Reconquista, que aparece como restauratio. En la Edad Media se usaban y conocían estas crónicas asturianas, lo que provocó el afianzamiento y la pervivencia de ese ideal neogoticista que perdura hasta la época actual.
Realizaciones Artísticas (Arte Post-Ramirense)
Del reinado de Alfonso III, encontramos algunos restos artísticos materiales, por ejemplo, del arte asturiano de esta época, conocido como arte post-ramirense. También encontramos un elemento muy importante: la llamada Cruz de la Victoria, un elemento simbólico de primer orden que forma parte de la bandera y el escudo de Asturias. Lo importante de esta cruz es la inscripción que contiene:
- «Recibido complacientemente, permanezca esto en honor de Dios, que ofrecen los servidores de Cristo Alfonso príncipe y Jimena reina»: Aquí se ve claramente la alianza que se establece entre Alfonso III de Asturias y una de las dinastías que empezaría a gobernar desde el 905 en el Reino de Pamplona, la dinastía Jimena (por tanto, la mujer de Alfonso III era pamplonesa). Esto haría que Pamplona empezara a abandonar su tradicional alianza con los Banu Qasi y a bascular más hacia la alianza con Asturias.
- «Quien quiera que pretendiera arrebatar este don nuestro, así perezca por el rayo divino. Esta obra se terminó y concedió a la sede ovetense de San Salvador»: Es una donación que hace el rey a la Catedral, principal iglesia de la sede regis, que todavía era Oviedo, aunque Alfonso III ya había residido mucho tiempo en León.
- «Por este signo es protegido el piadoso. Por este signo es vencido el enemigo. Y se fabricó en el castillo de Gauzón el año 42 de nuestro reinado, transcurriendo la Era 946 (año 908 por la era hispánica)»: El final es interesante, ya que el castillo de Gauzón ya apareció cuando hablamos de los orígenes del Reino de Asturias. Es un castillo o fortificación en uso desde el siglo VII, lo que significa que en los siglos IX-X, cuando se fabrica la Cruz de la Victoria, se estaba ejerciendo un poder territorial sobre un emplazamiento defensivo muy antiguo. Esto nos indica una continuidad en el territorio de las élites que venían dominando este espacio (en forma de jefatura) desde la última etapa del periodo visigodo, en definitiva, nos habla de una continuidad y agrupación del espacio.
Conquista y Repoblación del Valle del Duero
Expansión Territorial y Victorias Militares
Alfonso III también usaría el título de Imperator Magnus, siendo la primera vez que un rey lo utilizaba. No era un emperador romano, pero reivindicaba la capacidad de ejercer el dominio y soberanía sobre este espacio. De hecho, la realización más importante en términos geopolíticos de Alfonso III fue empezar a controlar y ejercer un dominio sobre todo el territorio del Valle del Duero, al norte del río Duero, e incluso en algunos puntos sobrepasando sus fronteras, de forma que en la zona más occidental se llegó a traspasar la línea del Duero. ¿Por qué el Reino de Asturias se duplicó a finales del siglo IX y principios del X? Precisamente aprovechando la debilidad del poder andalusí, que estaba centrado en la guerra civil, en la fitna del emirato. Esto sirvió a Alfonso III para empezar a incorporar a las poblaciones que estaban en el Valle del Duero, que en la etapa previa no respondían a ningún poder, ni al norte ni al sur, y que estaban desorganizadas. Además, sabemos que Alfonso III apoyó algunas revueltas muladíes, como la de Abd al-Rahman ibn Marwan al-Yilliqi en Mérida y la de Omar ibn Hafsún, lo que muestra una especie de «pinza» o «tenaza» entre el norte y los muladíes frente al emirato en ese momento.
Victorias militares (Batalla de Polvoraria, 878): Dentro de este proceso de expansión, destaca la Batalla de Polvoraria en el año 878. Este enfrentamiento tuvo lugar cerca del río Órbigo y resultó en una importante victoria de Alfonso III contra los ejércitos musulmanes. La victoria consolidó el control del Reino Asturiano sobre el noroeste peninsular y reforzó la estabilidad de las fronteras. Se ha discutido mucho acerca de cómo se produjo esta expansión del Reino de Asturias. ¿Por qué?
Teorías sobre la Repoblación
- La teoría tradicional intentaba mostrar el binomio despoblación-repoblación, es decir, que como ese territorio había quedado despoblado, era fácil poblarlo incorporando el asentamiento de colonos del Norte. Esta teoría, a día de hoy, no tiene ningún respaldo, ni en el análisis crítico de las fuentes ni en la arqueología.
- La teoría actual sostiene que ese territorio estaba ocupado por comunidades que tenían jefaturas naturales (liderazgos que surgen de abajo hacia arriba) que poco a poco empezaron a consolidarse, dando pie a la aparición de unos líderes, cuyo origen desconocemos, que empezaron a recibir el título de «condes». No porque tuvieran un condado, sino porque se les daba ese apelativo para señalar su liderazgo. Algunos de estos poderes, seguramente nacidos en el mismo espacio del Valle del Duero, fueron los responsables de organizar la colonización de algunos territorios. Por ejemplo, Oporto, una ciudad que sería puesta en funcionamiento a partir del 868 (aunque ya existía, su auge comienza entonces), o Coimbra en el 878. En el espacio más oriental, en el 888, nació Burgos. En concreto, Burgos no era inicialmente una ciudad, sino un punto fortificado, y sabemos que quien puso en funcionamiento este núcleo fue un conde de Castilla, Diego Rodríguez de Porcelos.
En general, se considera que estos poderes (condes) son jerarquías naturales que han ido incrementando su poder y que empezaron a tener implicaciones con los monarcas asturianos, como Alfonso III. Es decir, este espacio pasó a formar parte del dominio de Asturias porque las jerarquías naturales empezaron a establecer alianzas con el poder monárquico (no porque estuvieran deshabitadas). A partir de ahí, se intensificaron los fenómenos de colonización y puesta en explotación del espacio.
Instrumentos de Consolidación del Reino
Este periodo del reinado de Alfonso III es muy importante, ya que estamos ante un reino en construcción, y se dio un paso significativo. Fue el momento en que comenzó la alianza entre esos múltiples poderes territoriales atomizados que antes no respondían ante nadie, y que ahora pasaron a quedar englobados bajo el «paraguas» de la monarquía asturiana. ¿Cómo se hizo esto?
- Instrumento de la donación: Dando privilegios a esas jefaturas naturales y empezando a integrarlas mediante una red de donación-contraprestación dentro de la monarquía asturiana.
- Fundación de monasterios: Las fuentes dan a entender que los monasterios surgían «como setas» en un espacio donde no había nadie, pero esto es falso. Los monasterios aparecían porque había comunidades en las inmediaciones en las que iban a intervenir. Sabemos que en este periodo se fundaron o reconstruyeron algunos monasterios muy importantes: San Genadio de León (cerca de donde sería la sede regis después de la muerte de Alfonso III) o el monasterio de Sahagún. Los monasterios desarrollarían un papel fundamental como elementos de vertebración y organización del territorio, de control de la tierra y de puesta en explotación de territorios que estaban incultos. Es decir, junto a los poderes que nacían y se desarrollaban como jefaturas naturales, empezaron a surgir esas comunidades monásticas. Muchas veces, los monasterios se convertían en sedes de un obispado, y en el momento en que ya había obispos, se empezaba a organizar una red de alianzas que respondía a esa monarquía de Asturias (ya que los obispos también ejercían poder). En este contexto, los reyes harían donaciones a muchos de estos monasterios para privilegiarlos y respaldarlos en su control del territorio.
- La presura en el norte de Portugal: Estas donaciones, por ejemplo, en el norte de Portugal, donde se tomaba el espacio mediante la presura, son interesantes. Los emisarios de los reyes llegaban a Oporto y hacían una donación de un territorio que se consideraba abandonado, lo cual es muy sospechoso, ya que antes se pensaba que la presura era «lo no real». Es una época bastante compleja, porque hay muy pocas fuentes, pero lo que sí se sabe es que la visión de que en ese terreno no había nadie y que la monarquía asturiana llegaba y asentaba colonos desde el norte, no es real. Lo real es que eran comunidades desorganizadas que ahora pasaron a depender y a estar mejor organizadas en relación con el poder de la monarquía asturiana.
División del Reino a su Muerte
Cuando murió Alfonso III, se produjo el reparto del reino:
- Ordoño II: Galicia
- Fruela II: Asturias
- García I: León
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