20 May

Introducción

El Antiguo Régimen se define como el sistema de organización política, social, económica y poblacional que predominó en los gobiernos europeos desde el siglo XV hasta el siglo XIX. Las transformaciones económicas y sociales del siglo XVIII en Europa pusieron de manifiesto las debilidades del antiguo régimen, lo que acabó propiciando un proceso que condujo a su desaparición. A ese proceso se le denomina “crisis del Antiguo Régimen”. En España se corresponde con el reinado de Carlos IV y de Fernando VII. Como consecuencia de esa crisis política y social, en este periodo España pierde la mayor parte del imperio colonial que había constituido durante el Antiguo Régimen.

De las Juntas a las Cortes de Cádiz (1808-1812)

En 1808 se produce en España una revolución política y surgen nuevas instituciones que asumen el gobierno en ausencia del rey. Fernando VII, no reconoce al nuevo rey impuesto por Napoleón, su hermano José Bonaparte.

Las 13 Juntas Provinciales de Defensa son organismos de ámbito local y provincial con representantes elegidos por los ciudadanos. En septiembre de 1808 surge la Junta Suprema Central en Aranjuez, presidida por el conde de Floridablanca y con Jovellanos como figura muy representativa, que asume la regencia hasta la vuelta de Fernando VII, preso en Francia, y se niega a reconocer a José I Bonaparte como rey. Huyendo del ejército francés la Junta Suprema se refugió en Cádiz y allí surge la idea de convocar unas Cortes que reformaran las instituciones del reino.

Así, en septiembre de 1810, tras un complicado sistema de elección, representantes de diversas ciudades, las colonias y los territorios no ocupados, se reúnen en las Cortes Generales de Cádiz. Sus integrantes solían ser de la burguesía media. Los diputados se dividieron en tres grupos:

  1. Liberales: Partidarios de llevar a cabo cambios radicales y de dotar a las Cortes de toda la soberanía, es decir, de la soberanía nacional. Impusieron criterios como la división de poderes, desamortizaciones, soberanía nacional y sufragio censitario. Destaca el diputado Agustín de Argüelles.
  2. Absolutistas: Enemigos de las reformas y partidarios de la monarquía absoluta representada por Fernando VII.
  3. Clases populares: Urbanas y campesinas, convencidas de la necesidad de reformas pero destinadas a las prácticas revolucionarias. Defendían una soberanía compartida entre el rey y las Cortes.

La Obra Legislativa: La Constitución de 1812

Antes de la formación de las Cortes se crearon diferentes comisiones y se realizó una amplia consulta al país sobre las reformas para llevar a cabo mediante una votación individual. El 19 de marzo de 1812 se proclamó la Constitución, primera ley fundamental aprobada por un Parlamento en España, «La Pepa». Sus principios básicos son:

  • Se proclama la soberanía nacional y la igualdad jurídica de los españoles.
  • División de poderes: El poder legislativo reside en unas Cortes depositarias de la soberanía nacional y encargadas de elaborar las leyes, aprobar los presupuestos y controlar al poder ejecutivo. El rey aplica las leyes pero tiene un poder limitado por las Cortes. El poder judicial reside en los tribunales civiles y criminales compuestos por jueces.
  • Se reconoce una serie de derechos y libertades del ciudadano: igualdad ante la ley, libertad de expresión y de imprenta, libertad de asociación.
  • Proclamación del Catolicismo como religión única y oficial del Estado.
  • Sufragio universal masculino: Se elegían a los diputados aquellos que tuvieran un cierto nivel de renta de bienes propios. Los ayuntamientos se renovarán anualmente y sus miembros, serían también elegidos por sufragio universal. Las mujeres no podían votar.
  • En cuanto a la división territorial se divide en comarcas y provincias con cierta descentralización administrativa. Los ministerios sustituyen a los consejos.

Reformas para poner fin al Antiguo Régimen:

  • Libertad de prensa e imprenta (1810): Sin censura previa pero apenas aplicada.
  • Supresión del régimen señorial (1811): Con la abolición de los derechos feudales, el señor deja de administrar justicia y de recibir rentas, pero manteniendo los señoríos territoriales y a sus propietarios.
  • Abolición de la libertad de comercio y de los gremios: Para potenciar la industria, y establecimiento de la libre contratación en el campo y las fábricas.
  • Desamortización (1813): Sobre las propiedades de la Inquisición, las órdenes militares disueltas, los conventos y monasterios destruidos durante la guerra y la mitad de las tierras municipales.
  • Supresión temporal de la Inquisición (1813).
  • Eliminación del mayorazgo: Al declararse la propiedad libre.

Sin embargo, estas reformas apenas llegan a aplicarse por el aislamiento de las Cortes, su escasa capacidad operativa y sobre todo, por la restauración de Fernando VII en 1814, que anula toda la obra legislativa de Cádiz incluida la propia Constitución, aunque, durante décadas, constituirán el programa político de los liberales españoles. Apenas se volvió a aplicar en el Trienio Liberal (1820-1823).

El Sexenio Revolucionario (1868-1874)

Introducción

El Sexenio Revolucionario es el periodo transcurrido desde 1868 con la caída de Isabel II, hasta 1874 con el inicio de la Restauración borbónica. “La Gloriosa” supuso el fin de la monarquía de Isabel II, a lo que le suceden seis años de inestabilidad política intentando ampliar el liberalismo e instaurar la democracia. Terminó fracasando por los problemas que surgieron en el país en esa época. Finalmente, esta etapa concluirá con la restauración de los Borbones en la persona de Alfonso XII, hijo de Isabel II.

El Gobierno Provisional (1868-1871)

Se estableció un gobierno provisional presidido por Serrano que convocó elecciones a Cortes por sufragio universal. La coalición gubernamental marcó con su ideología la nueva Constitución aprobada al año siguiente. Los republicanos y los carlistas también obtuvieron diputados lo que muestra un carácter democrático. La Constitución fue promulgada en junio de 1869 y recogía los principios de: soberanía nacional, división de poderes, derecho de reunión y asociación, y la libertad de culto. La monarquía era democrática (el rey reina, pero no gobierna) y se establecen cortes bicamerales que elegían sus miembros por sufragio universal masculino. Se implanta el sistema de oposición para el ingreso en la carrera judicial y el juicio formado por jurados.

La Monarquía Democrática de Amadeo I (enero 1871 – febrero 1873)

Tras aprobarse la Constitución, Serrano fue nombrado regente y Prim pasó a presidir el gobierno. Se inició la búsqueda de un candidato a la Corona entre las familias reales europeas. Eligieron a Amadeo de Saboya, (de una dinastía con fama de liberal). La llegada de Amadeo a España coincide con la muerte de Prim, que sufrió un atentado. Prim era el principal apoyo del nuevo rey y su muerte debilitó al monarca, que pronto encuentra un gran rechazo de:

  • Los carlistas, activos en el País Vasco y Navarra.
  • Los alfonsinos, partidarios de Alfonso (hijo de Isabel II).
  • Los republicanos, que reclamaban reformas más radicales en lo político, económico y social.

Así, la alianza formada por unionistas, progresistas y demócratas, empezó a dividirse. Los dos años que duró su reinado se caracterizaron por una gran inestabilidad. Amadeo I abdicó en 1873 y regresó a Italia.

La Primera República (1873-1874)

Fracasada la monarquía de Amadeo, ante la ausencia de otro candidato a rey aceptable y tras una votación en las Cortes, fue proclamada la Primera República (11 de febrero de 1873). Los republicanos, en su mayoría intelectuales y clases medias reformistas, no tenían apenas apoyo social y además estaban divididos en federales, con Pi y Margall, y centralistas, que promovía la violencia para alcanzar reivindicaciones sociales. Hubo una enorme inestabilidad política, sucediéndose en menos de un año cuatro presidentes. Pi y Margall elaboró un proyecto de constitución (1873) que defendía:

  • La República como forma de Estado.
  • El federalismo y la separación de Iglesia y Estado.
  • Libertades y derechos ciudadanos.

Pero no llegó a entrar en vigor. Los republicanos tomaron medidas radicales, como la supresión de los consumos y quintas, y de la esclavitud en Cuba y Puerto Rico. Los campesinos andaluces ocuparon tierras y los obreros organizaron una huelga general en Alcoy. Seguían las guerras en Cuba y la Tercera Carlista, y estalló el cantonalismo promovido por los federales intransigentes. En Levante, Murcia y Andalucía se proclamaron cantones independientes y, Cádiz, Málaga, Granada, Castellón…, soberanos. El cantón más importante fue el de Cartagena. Pi y Margall dimitió, pues fue incapaz de controlar la situación. Salmerón recurrió al ejército, que sometió a los cantones. Sólo Cartagena resistió hasta enero de 1874, gracias al apoyo de los marinos. Tras el cantonalismo, la República federal giró a la derecha y se volvió centralista con Castelar, quien gobernó de forma autoritaria disolviendo las Cortes, pero los republicanos federales le forzaron a dimitir. El 3 de enero de 1874, el general Pavía irrumpió en el Congreso y lo disolvió, acabando la Primera República. Estableció un gobierno autoritario presidido por el general Serrano, quién suspendió la Constitución y los derechos. Cánovas del Castillo, líder del partido Alfonsino, preparó la vuelta de los Borbones con Alfonso, hijo de Isabel II.

Conclusión

El Sexenio Democrático representó un periodo de crisis e inestabilidad, donde se intentó ampliar el liberalismo y hacerlo más democrático. Pero esos años estuvieron llenos de conflictos políticos, económicos y sociales. El 29 de diciembre de 1874, el pronunciamiento del general Martínez Campos, proclamó a Alfonso XII como rey, así se iniciaba en España el período de la Restauración.

El Reinado de Fernando VII (1814-1833)

Napoleón firmó con Fernando VII el Tratado de Valençay en 1813 por el cual Fernando fue puesto en el trono. Finaliza la guerra de independencia aunque durante su reinado hay un conflicto entre liberales y absolutistas, que anula la obra legislativa de Cádiz. Su reinado se caracteriza por esta lucha. Con su muerte se acaba el antiguo régimen definitivamente.

Sexenio Absolutista (1814-1820)

Fernando llega a España coincidiendo con la publicación del Manifiesto de los Persas donde se solicita al rey volver al antiguo régimen. Así da un golpe de estado y elabora el Decreto de Valencia, donde instaura el poder absoluto al rey y anula a las Cortes. Persiguió a quienes participaron en la constitución de 1812, restauró la Inquisición, los gremios, la Mesta, consejos, régimen señorial y devolvió los bienes amortizados.

Cada miembro elegido por el rey duraba unos seis meses en su cargo, lo que provocó mucha inestabilidad. Se produjo la ruina de Hacienda, pues se retomó el antiguo sistema fiscal, y se eliminó la contribución única, esto obliga a tomar medidas propias de los liberales. La deuda de Hacienda se debía al gasto militar gastado en la guerra con América. El ministro Garay intentó una reforma fiscal a la que se opusieron los privilegiados, por lo que fue cesada.

Los liberales buscaron apoyo militar para compensar la falta de apoyo popular. Realizaron varios pronunciamientos, el más importante, el de las cabezas de San Juan en 1820 se extendió por Andalucía y obligó a Fernando VII a jurar la constitución de 1812, comenzó así el Trienio Liberal.

Trienio Liberal (1820-1823)

El primer gobierno estuvo formado por antiguos liberales exiliados. Se tomaron medidas de libertad política: libertad de presos políticos y vuelta a su cargo, eliminación de la Inquisición, elecciones a las Cortes, creación de la Milicia Nacional (formada por voluntarios). Hubo dos medios fundamentales de expresión: la prensa y las sociedades patrióticas (temas políticos).

Surgieron la justa de carácter liberal popular, y liberal institucional. Como consecuencia nacen dos tendencias liberales: moderados (querían un acuerdo con el rey para que se aceptaran las reformas) y progresistas (apoyaron la vuelta a la constitución del 1812 y proponían reformas populares). Disolvieron el ejército que llevó a cabo el pronunciamiento de las cabezas de San Juan, y las sociedades patrióticas. Llevaron a cabo medidas con el fin de sanear Hacienda y eliminar las instituciones del antiguo régimen.

Hubo una gran crisis por la oposición de estas medidas, la guerra de independencia de las colonias y la crisis económica. Progresistas y realistas conspiraron contra los moderados.

Tras un fallido golpe de estado por parte de Fernando VII el rey de Francia invadió España con el ejército de los Cien Mil Hijos de San Luis (1823), apoyado por los realistas. El gobierno y las Cortes huyeron a Cádiz. Fernando instauró su poder absoluto e inició de nuevo la represión contra los liberales.

La Década Ominosa (1823-1833)

Los primeros años con Fernando VII en el poder fueron de represión política, muchos liberales se exiliaron. La represión se basó en:

  • Superintendencia general de policía, que depuró a los funcionarios.
  • Cuerpo de Voluntarios Realistas (milicia absolutista).
  • Tribunales de justicia, que condenaban por delitos como tener símbolos liberales.
  • Las Juntas de Fe (herejes de la Constitución).

Se restablecieron las instituciones anteriores a 1820. El gobierno se centró en la represión, reformar la Hacienda y la administración. Ballesteros llevó a cabo la reforma fiscal: diseñó los primeros presupuestos del estado, creó la Caja Real de Amortización y el Tribunal de Cuentas, y redujo la deuda pública. Se creó el Consejo de Ministros, el Banco de San Fernando y el ministerio de Fomento.

Su hermano Carlos, creyó que Fernando era liberal y se inició el movimiento carlista, que buscaba a Carlos como rey y restaurar la Inquisición.

 se publicó la pragmática sanción, que anula la  ley sálica, así se radicalizan los carlistas y ocurrieron los sucesos de la Granja. Fernando, enfermo, fue manipulado para restablecer la ley sálica aunque tras recuperarse, lo inválido cambió el gobierno a uno más moderno y dejó de heredero a su hija Isabel.

Conclusión tras la restauración del absolutismo, intentando borrar la Constitución de 1812, sucedieron dos intentos de restaurar, triunfando uno dando lugar al trienio liberal. La vuelta al absolutismo trajo la represión y se sumó el problema de sucesión entre Carlos, hermano del rey, e Isabel de tan solo dos años de edad.

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