03 Jun
Liberalismo Doctrinario vs. Liberalismo Democrático
El Liberalismo Doctrinario, surgido a principios del siglo XIX, se caracteriza por su enfoque en limitar el poder absoluto del monarca, pero sin ceder completamente el control político a las masas. Defiende una monarquía constitucional con poderes equilibrados entre el rey y el parlamento, promoviendo un sufragio restringido, generalmente censitario, es decir, limitado a los ciudadanos con ciertas propiedades o niveles de renta. Su objetivo es mantener el orden social y evitar los excesos democráticos, priorizando la estabilidad política y la propiedad privada. Un claro ejemplo de este modelo es el sistema político de la Restauración borbónica en España tras 1874.
En contraste, el Liberalismo Democrático aboga por una mayor participación política y la ampliación de los derechos civiles. Defiende la soberanía popular, el sufragio universal (masculino y, más tarde, femenino), y una representación política más amplia e inclusiva. Esta corriente busca reducir las barreras económicas al voto y fomentar una democracia más directa y participativa, promoviendo derechos sociales y económicos junto con las libertades clásicas. Un ejemplo histórico es el surgimiento de las democracias liberales en Europa a finales del siglo XIX y principios del XX.
Liberalismo Moderado, Progresista y Democrático
El Liberalismo Moderado es una corriente política que, aunque defiende las libertades individuales y la limitación del poder monárquico, se inclina por una evolución lenta y gradual del sistema político. Sus defensores prefieren mantener el orden social y económico establecido, apoyando un sufragio censitario y limitando la participación popular en el gobierno para evitar inestabilidad. Este liberalismo suele aceptar la monarquía como forma de gobierno, siempre que esté limitada por una constitución.
Por otro lado, el Liberalismo Progresista es más radical y reformista. Defiende una expansión de los derechos políticos y sociales, promoviendo reformas para ampliar la participación ciudadana, aunque generalmente sin llegar al sufragio universal. Los progresistas suelen ser críticos de los privilegios de la nobleza y la Iglesia, apoyando una mayor separación entre Iglesia y Estado y reformas sociales más profundas para reducir las desigualdades.
Finalmente, el Liberalismo Democrático va un paso más allá, demandando una democracia más inclusiva y representativa, con sufragio universal y una verdadera soberanía popular. A diferencia de los moderados y progresistas, los liberales democráticos no solo buscan limitar el poder del monarca, sino también garantizar una participación plena de todos los ciudadanos en la vida política.
Directorio Militar vs. Directorio Civil en la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)
La Dictadura de Primo de Rivera se divide en dos etapas: el Directorio Militar (1923-1925) y el Directorio Civil (1925-1930).
El Directorio Militar (1923-1925)
Se establece tras el golpe de Estado del 13 de septiembre de 1923, con el apoyo del rey Alfonso XIII y sectores conservadores. Estaba compuesto exclusivamente por militares y tenía como objetivo restaurar el orden público, frenar el descontento social y eliminar las amenazas políticas como el anarquismo y el nacionalismo periférico. Este periodo se caracteriza por la suspensión de la Constitución de 1876, la disolución del Parlamento y la prohibición de partidos políticos y sindicatos. En cuanto a política exterior, destaca el éxito militar en Marruecos, culminando en el desembarco de Alhucemas (1925), que marcó el fin de la Guerra del Rif.
El Directorio Civil (1925-1930)
Se inicia tras este éxito militar, cuando Primo de Rivera intenta institucionalizar su régimen y dar una apariencia más estable a su dictadura. Incluye civiles en el gobierno, aunque bajo control militar, y se enfoca en una modernización económica e industrial del país. Se crean instituciones como la Unión Patriótica, un partido único diseñado para sostener el régimen, y la Organización Corporativa Nacional, un intento de controlar la representación laboral sin ceder poder a los sindicatos tradicionales. Sin embargo, el deterioro económico tras la crisis de 1929 y la creciente oposición social e intelectual precipitan la caída de Primo de Rivera en 1930.
Bienio Reformista vs. Bienio Conservador de la II República (1931-1936)
El Bienio Reformista (1931-1933)
Se desarrolla bajo gobiernos de izquierda, liderados principalmente por Manuel Azaña. Este periodo se caracteriza por profundas reformas políticas y sociales, como la aprobación de una Constitución progresista en 1931 que establece derechos civiles avanzados, sufragio universal (incluyendo a las mujeres), la separación entre Iglesia y Estado, y la autonomía regional. También se promueven reformas agrarias para redistribuir tierras, se moderniza el ejército para reducir su influencia política y se refuerzan los derechos laborales, creando tensiones con los sectores conservadores y el clero.
El Bienio Conservador (1933-1935)
Conocido como «Bienio Negro» por sus críticos, se produce tras la victoria de la CEDA y el Partido Radical en las elecciones de 1933. Se caracteriza por una política de reacción contra las reformas previas, incluyendo la ralentización de la reforma agraria, el fortalecimiento de las fuerzas del orden y un intento de restaurar la influencia de la Iglesia. Este periodo es marcado por una creciente polarización social, huelgas y conflictos regionales como la Revolución de Asturias de 1934, que es brutalmente reprimida.
Bando Republicano vs. Bando Nacional en la Guerra Civil Española (1936-1939)
El Bando Republicano
Estaba compuesto por una coalición diversa de fuerzas de izquierda, incluyendo socialistas, comunistas, anarquistas y republicanos liberales. Defendían el mantenimiento de la II República y una estructura estatal democrática y laica. Sus apoyos internos incluían obreros urbanos, campesinos, intelectuales y parte del ejército leal a la República. Internacionalmente, contaron con la ayuda de la Unión Soviética, las Brigadas Internacionales y voluntarios antifascistas, aunque con recursos limitados debido al embargo internacional y la política de no intervención.
El Bando Nacional
Liderado por Francisco Franco, representaba a los sectores conservadores, monárquicos, carlistas y falangistas que se oponían a las reformas republicanas. Defendían un Estado autoritario, centralista y católico. Sus apoyos internos incluían grandes terratenientes, la Iglesia Católica, sectores militares y empresarios. En el plano internacional, recibieron un apoyo decisivo de la Alemania nazi y la Italia fascista, que les proporcionaron tropas, aviones y armamento que resultaron fundamentales para su victoria en 1939.
Monarquía Absoluta vs. Constitución de Cádiz (1812)
La Monarquía Absoluta
Se caracteriza por la concentración total del poder en manos del monarca, quien gobierna sin restricciones legales o institucionales. Este sistema se basa en la soberanía del rey, legitimado por el derecho divino, es decir, se considera que su autoridad proviene directamente de Dios, sin necesidad de aprobación popular. El rey controla todos los aspectos del Estado: dicta leyes, administra justicia, dirige la economía y maneja las relaciones exteriores sin rendir cuentas a ningún órgano representativo. Un claro ejemplo de este sistema fue la forma de gobierno predominante en gran parte de Europa hasta finales del siglo XVIII, incluyendo el reinado de Fernando VII antes de la Constitución de Cádiz.
La Constitución de Cádiz (1812)
Redactada en medio de la Guerra de Independencia española, representa un modelo liberal basado en la soberanía nacional. Aquí, el poder ya no reside únicamente en el monarca, sino que se reconoce que emana de la nación, es decir, del conjunto de ciudadanos. Esta constitución establece la separación de poderes en ejecutivo, legislativo y judicial, limita significativamente las atribuciones del rey y otorga derechos fundamentales a los ciudadanos, como la libertad de prensa, la igualdad ante la ley y la participación política a través de las Cortes, que se convierten en el órgano principal de representación popular.
Sexenio Absolutista vs. Trienio Liberal (Reinado de Fernando VII)
El Sexenio Absolutista (1814-1820)
Comienza tras el regreso de Fernando VII a España y la restauración de la monarquía absoluta, gracias al apoyo de los absolutistas y el ejército. El rey anula la Constitución de Cádiz y persigue a los liberales que habían impulsado las reformas. Este periodo se caracteriza por una fuerte represión política, el restablecimiento del absolutismo y el retorno a una administración centralizada y autoritaria. La economía se ve afectada por el aislamiento internacional y la pérdida progresiva de las colonias americanas.
El Trienio Liberal (1820-1823)
Surge cuando un levantamiento militar, liderado por el coronel Rafael del Riego, obliga a Fernando VII a restaurar la Constitución de Cádiz. Durante estos tres años, se reinstaura un gobierno liberal con reformas que buscan limitar el poder del monarca, modernizar la economía y garantizar las libertades individuales. Sin embargo, este periodo enfrenta fuertes tensiones internas, la resistencia de los absolutistas y una intervención militar extranjera, la llamada «Santa Alianza», que restaura a Fernando VII como monarca absoluto en 1823, poniendo fin al Trienio.
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