15 Nov

La intervención en Marruecos. Repercusiones de la Primera Guerra Mundial en España. La crisis de 1917 y el Trienio Bolchevique.

La intervención en Marruecos


Las potencias europeas reunidas en 1906 en la Conferencia Internacional de Algeciras acordaron dividir Marruecos en dos áreas de influencia: la española al norte (Rif) y la francesa al sur. España perseguía dos objetivos con la colonización de Marruecos: asegurar la posesión de Ceuta y Melilla y recuperar el prestigio de la Corona y el Ejército tras el desastre del 98. Sin embargo, el Marruecos español, con menor riqueza que el francés, iba a destacar pronto por la rebeldía de sus habitantes organizados en tribus llamadas cabilas.

La primera insurrección, conocida como guerra de Melilla, se produjo en 1909 tras el ataque a las explotaciones mineras españolas y obligó al reclutamiento de reservistas, causa principal de la Semana Trágica de Barcelona.

En 1912 el sultán marroquí admitíó la formación de un protectorado Franco-español ante el caos que vivía el país. La creación del protectorado desencadenó un aumento de la resistencia contra la presencia española, que mostró la incapacidad del Ejército para ocupar de forma efectiva la regíón del Rif.

En 1921 el general Silvestre planificó una ofensiva a la que los rifeños, liderados por Abd el-Krim, respondieron con una emboscada que ocasiónó mas de trece mil muertos y la pérdida de la mayor parte de la regíón. La derrota, conocida como desastre de Annual, provocó la indignación de la opinión pública y la exigencia de responsabilidades de las Cortes al Ejército (Expediente Picasso). La reacción de los militares fue inmediata, alentando el Golpe de Estado del general Primo de Rivera, que restablecíó el control español del Rif tras el desembarco de Alhucemas (1925)


Repercusiones de la Primera Guerra Mundial en España

España se declaró neutral durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) en sintonía con el aislacionismo adoptado desde 1898. Sin embargo, partidos, intelectuales y opinión pública se dividieron entre Germánófilos (conservadores) y aliadófilos (liberales e izquierdas), y sus posiciones se reflejaron en duros enfrentamientos en la prensa de la época.

Por otro lado, la neutralidad impulsó la economía española: el aumento de la demanda de los países beligerantes favorecíó las exportaciones, y con ello el desarrollo de la agricultura y de la producción industrial (sobre todo en Cataluña y País Vasco). Pero mientras los beneficios empresariales crecieron espectacularmente, los trabajadores perdieron poder adquisitivo debido a la inflación. El malestar social fue inevitable y acentuó la crisis que vivía el país en 1917

La crisis de 1917 y el trienio Bolchevique

La decadencia de los partidos dinásticos se acentuó tras el asesinato de Canalejas, pues ni conservadores (Dato) ni liberales (Romanones) acometieron las reformas necesarias para frenar la descomposición del sistema. La situación fue especialmente grave en 1917, cuando se desencadenó un triple conflicto que podría haber liquidado la Restauración de haber coincidido en sus objetivos:

-Crisis militar:
En 1916 oficiales de graduación media crearon las Juntas de Defensa, asociaciones corporativas partidarias de la escala cerrada que reclamaban mejoras salariales y rechazaban la política de ascensos por méritos de guerra, que beneficiaba a los militares destinados en Marruecos. Ante la presión militar Alfonso XIII reemplazó al presidente del Gobierno del Partido Liberal, García Prieto, por el conservador Eduardo Dato, y atendíó a la demanda de mejoras económicas. La crisis evidenció la intromisión de la Corona en los Gobiernos, la capacidad de


coacción de los militares y las disensiones internas entre militares africanistas y peninsulares.

-Crisis política: para denunciar el turnismo, Cambó convocó en Barcelona una Asamblea de Parlamentarios que reuníó a nacionalistas, socialistas y republicanos, quienes pidieron al Gobierno una nueva constitución que estableciese un Estado democrático y descentralizado. Aunque la Asamblea fue disuelta por orden gubernativa, su organización refleja la crisis del sistema.

-Crisis social: ante el deterioro de las condiciones de vida de la clase obrera por la Primera Guerra Mundial, la Uníón General de Trabajadores ( UGT) y la CNT convocaron una huelga general revolucionaria que reivindicaba mejoras laborales ( aumento de salarios) y políticas (democratización). La huelga fracasó por la intervención del Ejército (declaración del estado de guerra) y desató una dura represión (setenta muertos y encarcelamiento de los principales líderes sindicalistas).

Aunque la Restauración sobrevivíó a la crisis de 1917, el deterioro del sistema era evidente y se complicó todavía mas tanto por la crisis económica que siguió a la Primera Guerra Mundial como por las expectativas revolucionarias creadas por la Revolución soviética. La conflictividad crecíó, y para hacer frente a esta situación excepcional se constituyeron Gobiernos de concentración en los que participaron conservadores, liberales y la Lliga Regionalista ( el propio Cambó fue ministro en dos ocasiones). Ante el temor a una insurrección revolucionaria (aumento de la sindicación y de las huelgas), los Gobiernos de la Restauración aprobaron leyes de un importante contenido social (sistema público de pensiones y jornada laboral de ocho horas en la industria). Sin embargo, estas medidas no consiguieron impedir la confrontación.

Las mayores tensiones se produjeron durante el Trienio Bolchevique (1918-1920) en el campo andaluz, protagonizada 


por las luchas de los jornaleros, y en el sector industrial catalán. En Barcelona la conflictividad terminó en violencia cuando patronal y Gobierno, para neutralizar el intenso movimiento huelguístico dominado por la CNT( huelga de la canadiense), impulsaron la violencia a través de los sindicatos amarillos, el pistolerismo y la Ley de Fugas. A ello los anarquistas respondieron con atentados. En estos años se sucedieron los asesinatos, principalmente de obreros ( como el líder anarquista Salvador Seguí), capataces y políticos (Eduardo Dato).

Finalmente, el general Primo de Rivera aprovechó el descrédito de los partidos (hubo once Gobiernos en cinco años), el clima de inestabilidad social, el temor al auge del catalanismo y la indignación por los desastres militares en Marruecos ( desastre de Annual), para justificar el Golpe de Estado de Septiembre de 1923 que liquidó definitivamente el sistema político de la Restauración.

La dictadura de Primo de Rivera.El final del reinado de Alfonsoxiii

La dictadura de Primo de Rivera

Contexto y apoyos

La crisis de la Restauración se aceleró por varios factores que explican el Golpe de Estado de Primo de Rivera en Septiembre de 1923:

-Prolongada inestabilidad política: fallidos Gobiernos de concentración, división interna de los partidos, etc.

-Auge del catalanismo y el republicanismo: visto con preocupación por conservadores y militares.

-Conflictividad social: (huelgas, atentados, pistolerismos) alentaba por la crisis económica tras la Primera Guerra Mundial y las expectativas generales por la Revolución soviética.

-Reveses militares en Marruecos: rechazo a la guerra de amplios sectores de la sociedad y descontento dentro del Ejército por 


el Expediente Picasso.

En Septiembre de 1923 el capitán general de Cataluña, Primo de Rivera, penetró un Golpe de Estado que justificó como un intento regeneracionista de solucionar los problemas del país mediante una dictadura temporal. El Golpe de Estado contó con el apoyo del Ejército y la burguésía ( especialmente la catalana, deseosa de restaurar el orden a cualquier precio), así como con la pasividad del Gobierno y las organizaciones sociales.

Finalmente, el destino de Alfonso XIII quedó ligado al de la dictadura al validar el Golpe de Estado encargando a Primo de Rivera la formación de un nuevo Gobierno.

La dictadura se divide en dos etapas según la composición del Ejército, siempre presidido por Primo de Rivera: 

El Directorio Militar (1923-1925)


El Directorio Militar (Gobierno compuesto exclusivamente por militares) puso fin al sistema de la Restauración. Sus primeras medidas revelaron ya su autoritarismo: cierre del Parlamento, suspensión de la constitución de 1876, censura de prensa, centralización ( el Gobierno nombró a los alcaldes) y represión del catalanismo (supresión de la Mancomunidad, prohibición del uso de la bandera y limitación del catalán al ámbito privado).

En los primeros años Primo de Rivera consiguió un importante apoyo social gracias a:

-El restablecimiento del orden público, conseguido gracias a la ilegalización de las organizaciones anarquistas y la prohibición de huelgas y manifestaciones.

-La victoria en la guerra de Marruecos. Primo de Rivera aceptó permanecer en Marruecos ante la presión del Ejército y la petición de Francia de emprender acciones conjuntas contra el líder insurgente Abd el-Krim tras atacar el protectorado francés. El triunfo militar del desembarco de Alhucemas Septiembre,1925


permitíó la recuperación de los territorios perdidos en el desastre de Annual y la pacificación del protectorado. Poco después, Primo de Rivera encargó la defensa de Marruecos a la Legión y los Regulares, evitando así el desgaste político de enviar tropas de reemplazo.

El Directorio Civil (1925-1930)


Los éxitos llevaron a Primo de Rivera a intentar perpetuarse en el poder. Para ello constituyó un nuevo Gobierno formado por civiles (destacando Calvo Sotelo como ministro de Hacienda).

El Directorio Civil persiguió tres grandes objetivos:

-La paz social: la dictadura creó en 1926 la Organización Corporativa Nacional (OCN), institución encargada de resolver los conflictos laborales mediante comités paritarios de patronos y trabajadores. En estos comités participó UGT hasta 1928.

-La prosperidad económica: la dictadura impuso una política intervencionista basada en el proteccionismo arancelario, los monopolios estatales en sectores estratégicos (telefonía, CAMPSA) y la construcción de infraestructuras (electrificación rural, carreteras, pantanos, regadíos). Sin embargo, aunque la economía prosperó favorecida por la coyuntura internacional, las medidas provocaron un aumento de la deuda pública que obligó a devaluar la peseta para favorecer las exportaciones.

-La institucionalización del régimen: Primo de Rivera intentó perpetuar la dictadura apoyándose en un nuevo partido, Uníón Patriótica, y un nuevo parlamento, la Asamblea Nacional, que debía elaborar una nueva constitución. El resultado fue un fracaso total, ya que Uníón Patriótica no consiguió convertirse en un partido de masas capaz de aglutinar a toda la sociedad, y la Asamblea Nacional Consultiva quedó debilitada por el rechazo del PSOE a participar en ella.

La crisis d la dictadura y el final del reinado de Alfonso XIII

El aumento de la conflictividad a partir de 1928 desencadenó el 


final de la dictadura:

-Aumento de la movilización obrera: la crisis económica provocó un aumento de la conflictividad social. UGT puso fin a la colaboración institucional con el régimen y el anarquismo recuperó fuerzas con la reorganización de la CNT y la fundación de la Federación Anarquista Ibérica (FAI).

-Revuelta universitaria: causada por el rechazo estudiantil al proyecto de homologación de los títulos de los colegios universitarios religiosos. Estuvo liderada por el sindicato universitario Federación Universitaria Escolar (FUE).

-Reorganización del republicanismo: los diferentes partidos republicanos formaron la Alianza Republicana, que obtuvo el apoyo de los principales intelectuales de la época.

-Presión del catalanismo: descontento con la política centralista.

-División en el Ejército: la supresión de la escala cerrada dio lugar a varias intentonas golpistas como la Sanjuanada.

Ante la pérdida de apoyos del régimen, Alfonso XIII forzó la dimisión de Primo de Rivera (Enero,1930) para evitar que la crisis de la dictadura arrastrara también a la monarquía.

Tras la dimisión de Primo de Rivera el rey nombró presidente al general Dámaso Berenguer con la misión de volver al sistema de la Restauración. Berenguer fue incapaz de reconducir una situación caracterizada por el aumento de la conflictividad laboral y la movilización de los nuevos partidos republicanos (la izquierda Acción Republicana, de Manuel Azaña, y la Derecha Liberal Republicana de Alcalá Zamora, antiguo ministro monárquico) y del viejo Partido Republicano Radical de Lerroux, que había evolucionado hacia posiciones centralistas.

En Agosto de 1930 republicanos y catalanistas firmaron el Pacto de San Sebastián y formaron un comité revolucionario encabezado por Alcalá-Zamora para establecer una república democrática (más tarde se sumó el PSOE). Para acabar con la 


dictadura apostaban por un pronunciamiento secundado por una huelga general. Pero tanto la sublevación iniada en Jaca en Diciembre de 1930 como la huelga fracasaron, los líderes militares fueron fusilados (capitanes García y Galán) y los políticos encarcelados.

En Febrero Alfonso XIII sustituyó a Berenguer por el almirante Aznar, que convocó elecciones municipales para Abril de 1931. Pero para la monarquía era tarde; la sociedad identificaba democracia con República, incluidos tanto el influyente mundo intelectual (Ortega y Gasset, Marañón y Machado crearon la Agrupación al Servicio de la República como el catalanismo (Francesc Macià y Lluis Companys fundaron Esquerra Republicana).

El triunfo electoral de la coalición republicano-socialista provocó la marcha al exilio de Alfonso XIII y la proclamación de la Segunda República el 14 de Abril.

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