19 Dic
El mapa de repoblaciones medievales refleja uno de los procesos sociales, económicos y territoriales más importantes de la Historia de España entre los siglos X y XIV. La repoblación estuvo vinculada al avance de los reinos cristianos hacia el sur y al retroceso de al-Ándalus. Su evolución fue muy dilatada en el tiempo, se desarrolló en fases distintas y fue protagonizada tanto por instituciones (monarquía, Iglesia, concejos, Órdenes militares) como por individuos particulares, dentro de un contexto de guerra casi permanente.
Fase I: La Repoblación por Presura (Siglos IX-X)
La primera etapa, situada al norte de la línea azul del mapa, corresponde a la repoblación por presura (o aprisio en Aragón). Abarcó las tierras entre la cordillera Cantábrica y el Duero (zona futura de Castilla) y los piedemontes pirenaicos (Aragón).
Causas y Características
- Causas principales: la presión demográfica en los núcleos del norte y la escasa población autóctona en las tierras al sur.
- Sistema jurídico: se basaba en un antiguo principio romano: quien cultivaba una tierra sin dueño adquiría su propiedad.
- Resultado: La presura generó un asentamiento pacífico, espontáneo y desordenado, protagonizado por pequeños campesinos bajo la protección de nobles y monasterios. Esto dio lugar a una estructura agraria de pequeña y mediana propiedad, con colonos relativamente libres.
Fase II: La Repoblación Conceji (Siglo XI)
En el siglo XI, dentro de un contexto de fortalecimiento de los reinos cristianos y de crisis de los musulmanes —junto con el clima benigno del Óptimo Climático Medieval— se produjo la repoblación conceji, entre los ríos Duero y Tajo.
El Papel de los Concejos
La Corona dividió estas tierras en concejos, con una villa principal y un amplio alfoz. El principal impulsor fue Alfonso VI de León y Castilla, que otorgó fueros con privilegios y normas para atraer población (en Aragón se llamaron cartas pueblas). Se concedieron solares y derechos de uso de bienes comunales.
En las zonas fronterizas, los reyes organizaron cabalgadas, en las que incluso delincuentes participaban a cambio de la condonación de penas. Un ejemplo destacado fue Raimundo de Borgoña, que colaboró en la repoblación de Ávila.
Fase III: Consolidación Feudal y Expansión (Siglo XII)
Durante el siglo XII, la expansión continuó hacia las tierras al sur del Tajo. En este periodo se consolidó plenamente el modelo feudal, impulsado especialmente por el arzobispado de Toledo, ligado a la orden de Cluny.
Señorialización y Nuevas Élites
Se produjo una creciente señorialización: los reyes otorgaron grandes lotes de tierra a señores feudales a cambio de vasallaje, lo que favoreció la aparición de grandes propiedades y aumentó la dependencia de los colonos. Aunque algunos repobladores no nobles fueron ascendidos a caballeros villanos, que actuaron como élites urbanas.
En este mismo siglo, la Corona de Aragón avanzó por el valle del Ebro. El aumento de la presión fiscal de los reinos consolidados llevó a muchos campesinos a instalarse en zonas más fronterizas, donde los impuestos eran menores.
Fase IV: El Dominio de las Órdenes Militares (Primera mitad del Siglo XIII)
La primera mitad del siglo XIII estuvo dominada por la repoblación dirigida por las Órdenes Militares: Alcántara, Santiago, Calatrava y Montesa. Estas órdenes, integradas por monjes-guerreros, recibieron largos territorios convertidos en latifundios, administrados por su gran maestre.
El Sistema de Encomiendas
Las tierras se dividieron en encomiendas, gestionadas por comendadores que distribuían pequeñas parcelas a colonos a cambio del pago de rentas. Este modelo se aplicó en Castilla-La Mancha y Extremadura, así como en Teruel y Castellón (Aragón). En estas zonas proliferaron los grandes rebaños trashumantes, favorecidos por la monarquía, y cuyo desarrollo culminaría con la creación de la Mesta en 1273.
Fase V: Repoblación por Repartimientos (Segunda mitad del Siglo XIII)
La segunda mitad del siglo XIII vio la última gran fase: la repoblación por repartimientos, iniciada por Alfonso X en el valle del Guadalquivir, mientras que la Corona de Aragón actuó en el litoral levantino. Los repartimientos eran gestionados por agentes reales, que distribuían tierras e inmuebles según la participación militar y económica de cada repoblador. Existían dos tipos:
Tipos de Repartimientos
- Donadíos: grandes lotes con jurisdicción señorial, origen de futuros señoríos.
- Heredamientos: repartos más modestos en zonas fronterizas que exigían un tiempo mínimo de residencia.
El resultado final de esta etapa fue el refuerzo del latifundismo en el sur y el fortalecimiento del poder señorial, con la consiguiente dependencia de los colonos.
Legado Histórico de la Repoblación
En conjunto, la repoblación medieval configuró la estructura de la propiedad agraria en España, que permaneció prácticamente intacta hasta el siglo XIX. Aunque las desamortizaciones modificaron en parte este modelo, aún hoy persiste una marcada dualidad: latifundios al sur del Tajo y minifundios al norte, consecuencia directa del proceso repoblador.

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