05 Nov
Conceptos Fundamentales de la Historia de España
Prehistoria y Primeras Culturas
Prehistoria y Hominización
La Prehistoria es el periodo más antiguo de la Historia y su estudio abarca desde el origen del hombre hasta la aparición de la escritura. En los últimos tiempos se ha avanzado de forma considerable en el conocimiento de este largo y oscuro periodo. La extensión de los estudios arqueológicos y los adelantos científicos que permiten un sistema de datación mucho más seguro explican estos avances.
Uno de los grandes temas de investigación y de debate es el proceso de hominización: la secuencia cronológica evolutiva que culminó con la aparición de la especie Homo. Para tratar de conocer este proceso, los prehistoriadores y arqueólogos estudian la evolución de los restos fósiles humanos y los instrumentos y restos que aparecen a ellos asociados en los yacimientos arqueológicos.
Hay acuerdo general en que la hominización se inicia en África. Los Australopithecus, los ejemplares más antiguos datados en torno a hace 5-6 millones de años, evolucionaron hacia el Homo Habilis hacia 2.400.000 años. El Homo Habilis es la primera especie humana. En adelante, el panorama de la evolución se hace cada vez más complejo. Dos especies posteriores, el Homo Ergaster y el Homo Erectus, comenzaron a emigrar hacia Europa y Asia.
El Proceso de Hominización en la Península Ibérica
Los primeros restos humanos en la Península Ibérica se remontan a hace más de 800.000 años. Los restos humanos más antiguos se han encontrado en la Gran Dolina (1996) de la sierra de Atapuerca en Burgos. Los 86 restos fósiles humanos hallados en Gran Dolina pertenecen a cráneos y mandíbulas de seis individuos (cuatro niños y dos adultos) que vivieron hace unos 800.000 años y cuyas características antropomórficas parecen diferenciarlos de otros fósiles encontrados hasta la fecha en Europa, por lo que se considera que pertenecen a una nueva especie del género Homo a la que se le ha dado el nombre de Homo antecessor.
En la Sima de los Huesos se han hallado abundantes fósiles humanos (13.000 restos de esqueletos) que se consideran pertenecientes al denominado Homo heidelbergensis. Esta especie sirvió probablemente de transición entre el Homo Antecessor y el Homo Neandertalensis.
Según el equipo de investigaciones de Atapuerca, estos primeros humanos llegaron a la Península procedentes de África. Se supone que su desplazamiento hacia Europa pudo deberse al seguimiento de las manadas de animales de las que dependía su alimentación.
Las dos últimas especies del género Homo que aparecieron en el territorio peninsular fueron el Homo Neandertalensis, con una antigüedad de unos 95.000 años, y el Homo Sapiens, hace unos 35.000 años. El Homo Neandertalensis se extinguió y no influyó en la posterior evolución hacia el Homo Sapiens. Este último ya era un ser humano con rasgos físicos semejantes a los actuales y era capaz de crear instrumentos de cierta complejidad y de expresar sus creencias mediante rituales funerarios y pinturas en los abrigos de piedra o en el interior de las cavernas.
Neolítico
Periodo de la prehistoria cuyas primeras manifestaciones se dieron en el Próximo Oriente entre el 10.000 y el 8.000 a. C. En la península ibérica abarcó desde el 5.000 al 3.000 a. C., fecha de la aparición de los primeros metales. Los principales avances de este periodo fueron el descubrimiento de la agricultura y la ganadería, la utilización de la piedra pulimentada y la invención de la cerámica. El ser humano se hizo sedentario y comenzó a vivir en poblados. La mejora de la alimentación produjo un aumento de la población.
Pueblos Prerromanos
Se denomina así a los pueblos que habitaban en la península ibérica antes de la llegada de los romanos, que convivieron con otros pueblos colonizadores antes de la conquista por parte de Roma. Los iberos, más próximos al Mediterráneo, poseían un mayor desarrollo fruto de un contacto más intenso con los pueblos colonizadores. Los pueblos de influencia celta habitaban en el litoral atlántico y zona norte de la península. Los celtíberos ocupaban la franja oriental de la submeseta norte. Estos pueblos eran todos de origen indoeuropeo a excepción de los vascones.
Romanización
Es el proceso histórico mediante el cual la población indígena asimiló los modos de vida romanos en diversas facetas, como las estructuras económicas y sociales, el derecho, la cultura y la religión. En la península ibérica comenzó en el siglo III a. C. Se trataba de un proceso de aculturación, aunque se conservaran las costumbres prerromanas. No fue un proceso homogéneo en el tiempo. Se aceleró a partir del siglo I. Tampoco se dio con igual intensidad en todas las zonas. Fue muy acentuado en el litoral mediterráneo, el sur y el este, y más leve en el interior, norte y noroeste.
Edad Media y Consolidación Monárquica
Al-Ándalus
Nombre de los dominios o territorios controlados por los musulmanes en la Península entre los siglos VIII y XV. El territorio fue variable, pues retrocedió bajo la presión de los reinos cristianos del norte. Primero fue un emirato dependiente de Damasco, luego independiente y, más tarde, califato. Su época de máximo esplendor coincidió con el Califato de Córdoba (siglos X-XI), siendo el Estado europeo más próspero y poderoso, con califas como Abderramán I y Abderramán III. Al califato le sucedieron los reinos de taifas y el dominio almorávide y almohade, tribus norteafricanas. El reino nazarí de Granada fue el último reducto andalusí hasta su conquista por los Reyes Católicos (1492). De Al-Ándalus surgió el término Andalucía.
Fortalecimiento del Poder de los Monarcas (Reyes Católicos)
Con los Reyes Católicos se protagonizó una gran labor de fortalecimiento del poder de los monarcas. La tarea, iniciada durante los años de la guerra civil en Castilla, continuó a lo largo de todo su reinado. Isabel y Fernando pusieron fin al conflicto entre poder nobiliar y poder real que había caracterizado a la Baja Edad Media. Con los Reyes Católicos la autoridad de los monarcas fue restaurada y se consolidaron las instituciones de gobierno y la hacienda pública.
Medidas de Refuerzo Institucional:
- La reorganización del sistema de Hacienda fue una primera y necesaria medida. Adoptada en las Cortes de Toledo de 1480, se revisaron las mercedes (concesiones a los nobles) efectuadas durante el reinado de Enrique IV. Esta medida, que perjudicó esencialmente a los nobles que habían apoyado a Juana «la Beltraneja», permitió a los monarcas rescatar más de la mitad de sus rentas.
- En 1476, en las Cortes reunidas en Madrigal de las Altas Torres, se aprobó la constitución de la Santa Hermandad. Organismo policial y judicial, que ejercía también una importante labor en la recaudación de impuestos. La Santa Hermandad fue clave en la restauración de la paz y el orden en el reino.
- En 1480 se reorganizó el Consejo Real, dando el papel central a los letrados, salidos de las Universidades con sólida formación jurídica. Los nobles quedaron relegados a un papel meramente consultivo.
- El poder real también se reforzó en el ámbito local con la generalización de los corregidores. Delegados del poder de los monarcas en villas y ciudades, presidían los ayuntamientos y tenían funciones judiciales y policiales.
- Otras medidas importantes fueron el control real de las Órdenes Militares (Santiago, Calatrava, Alcántara) y el fortalecimiento de la administración de la justicia, con dos Reales Chancillerías, sitas en Valladolid y Granada.
En la Corona de Aragón, debido a su tradición política «pactista», el poder monárquico tuvo muchas más dificultades en fortalecerse. No obstante, el poder de los lugartenientes generales, importantes por las frecuentes ausencias de Fernando I, fue reforzado.
El Antiguo Régimen y el Siglo XVIII
Antiguo Régimen
Sistema político, económico y social que estuvo vigente en Europa hasta fines del siglo XVIII y comienzos del XIX. Se caracterizaba en el plano político por el poder absoluto del Rey; en el social por la desigualdad ante la ley, gracias a la existencia de grupos privilegiados (nobleza y clero); y en el económico por las asfixiantes regulaciones que impedían el pleno funcionamiento del mercado. Esto era especialmente destacado en el caso de la tierra, el factor productivo básico, que estaba amortizada (no se podía comprar ni vender) en manos de la Iglesia, los municipios y la nobleza.
Crisis Demográficas del Siglo XVII
Estuvieron provocadas por las frecuentes crisis de subsistencia, las epidemias (especialmente de peste), las guerras, la expulsión de los moriscos y la emigración a América en busca de mejores condiciones de vida. Son especialmente acusadas entre 1630 y 1680. Afectaron más al núcleo central de la meseta (12%) y en general al interior peninsular, y menos a la periferia. Algunas zonas, como la cantábrica, registraron aumentos de población. Hacia 1700 se alcanzaron los niveles de población de fines del siglo XVI.
Guerra de Sucesión Española (1701-1715)
Tras la muerte sin descendencia de Carlos II, se enfrentaron Felipe de Anjou, Borbón y apoyado por Francia, y Carlos de Habsburgo, apoyado por la “Gran Alianza” encabezada por Inglaterra. En el interior, Castilla y Navarra apoyaron a Felipe y los Reinos Orientales a Carlos. Las victorias militares de Felipe y la obtención del trono imperial por parte de Carlos, llevaron a firmar la Paz de Utrecht (1713-14) que reconocía a Felipe como rey de España. La guerra continuó en Cataluña y Baleares hasta 1715.
Tratados de Utrecht (1713) y Rastadt (1714)
Estos dos tratados constituyen la Paz de Utrecht. Su firma supuso el final de la Guerra de Sucesión española y el establecimiento de un nuevo orden internacional. Con esta paz, el Reino Unido salía fortalecido como potencia naval y comercial. También salieron beneficiados los Habsburgo austriacos. La gran perjudicada fue España, que perdió sus territorios italianos, Flandes, algunas colonias (Sacramento), Gibraltar y Menorca. Para recuperarlos buscará el apoyo de Francia.
Despotismo Ilustrado
Nombre que recibe la forma de gobierno de algunos regímenes políticos de finales del siglo XVIII en los que se combinaba el poder absoluto de los monarcas con la voluntad reformadora de la economía y la sociedad. Para ello, el monarca se rodeaba de un equipo de ilustrados que intentaban realizar una serie de reformas desde arriba, de carácter racional y antitradicionalista, pero inmovilistas en lo político. En España alcanzó su plenitud con el reinado de Carlos III.
El Siglo XIX y la España Contemporánea
Carlismo
Los carlistas eran originariamente los partidarios del acceso al Trono de Carlos María Isidro de Borbón, hermano de Fernando VII. Su ideario, defendido con las armas en varias guerras, fue cambiando con el tiempo, pero siempre se movió en el contexto del pensamiento más tradicional. En su primera fase, los carlistas defendían el mantenimiento del poder absoluto de los reyes. Debido al apoyo logrado en las provincias vascongadas durante la I Guerra Carlista (1833-1840), el carlismo se hizo foralista, defensor de los fueros. Más tarde, a partir de 1868, la defensa del catolicismo, que algunos veían en peligro por el amplio clima de libertades, se convirtió en el factor de arrastre, sobre todo durante la última guerra carlista (1872-1876). En definitiva, el carlismo fue siempre un movimiento contrarrevolucionario y ultraconservador.
Golpe de Estado de Primo de Rivera
En el verano de 1923, la situación española se caracterizaba por la existencia de un conjunto de difíciles problemas (gravísima crisis social, descrédito parlamentario, desorientación en el Gobierno, guerra en Marruecos, malestar en el Ejército). El 13 de septiembre de 1923, Miguel Primo de Rivera, Capitán General de la IV Región Militar (Cataluña), tomó el poder por medio de un pronunciamiento. En el Manifiesto que hizo público condenaba a los viejos políticos, a los responsables de llevar a España a un fin próximo, trágico y deshonroso. El Rey aceptó el hecho consumado y le encargó la formación del Gobierno. El régimen constitucional se desmoronó sin que nadie acudiera en su ayuda.
Estatuto de Autonomía
Instrumento jurídico que posibilita que una región pueda ejercer sus cotas de autogobierno. En este documento se fijan las competencias propias de cada territorio y la estructura del poder regional. El primer estatuto de autonomía concedido fue el de Cataluña en 1932, de acuerdo con lo estipulado en la Constitución de la II República, y fue derogado en 1938. En la Constitución de 1978 volvió a plantearse la descentralización político-administrativa y los estatutos de autonomía se generalizaron a todo el país, dando fundamento jurídico a las 17 comunidades autónomas.

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