06 May

La Lucha por el Voto Femenino en España: El Discurso de Clara Campoamor y su Contexto Histórico

La Fuente Histórica: Discurso Parlamentario de Clara Campoamor

El texto es una fuente histórica primaria. Se trata de un discurso parlamentario, de contenido político y con implicaciones sociales. Su autora es individual, Clara Campoamor, diputada por el Partido Radical en las Cortes Españolas durante la Segunda República, y defensora del derecho al voto femenino. Está fechado en septiembre y octubre de 1931, en el Palacio de las Cortes, Madrid.

El documento se dio a conocer de forma oral, su destinatario es colectivo (todas las personas que constituían las Cortes), y su finalidad es pública.

Contexto y Valor Histórico del Discurso

El texto nos presenta fragmentos de las intervenciones de Clara Campoamor en el Congreso de los Diputados dentro de los debates sobre el proyecto de Constitución de la Segunda República, defendiendo el papel de la mujer en la vida política, especialmente el derecho al voto. El papel de Clara Campoamor tuvo gran relevancia en el logro del voto para la mujer y del establecimiento de la igualdad de derechos para todos los ciudadanos mayores de 23 años.

El documento posee gran valor histórico, ya que recoge un momento crucial en la lucha por el sufragio femenino en España. Este discurso es un testimonio de la valentía y determinación de las mujeres en la construcción de la democracia española. Su defensa del voto femenino marcó un hito en la historia del país y sentó las bases para futuras conquistas en derechos y libertades, impulsando avances sociales frente a los prejuicios culturales y políticos. Su papel demuestra que la participación de las mujeres en la política no solo es un derecho, sino un pilar fundamental para una sociedad verdaderamente democrática.

Ideas Principales y Secundarias del Discurso

La idea principal de este texto es la reivindicación de los derechos de la mujer, especialmente el derecho al voto femenino.

Las ideas secundarias hacen referencia a los motivos de la propuesta de estos derechos y la defensa del derecho al sufragio femenino:

  • En el primer fragmento, alude a los principios democráticos que deben regir la nueva Constitución y que, por tanto, deben garantizar la igualdad. Además, avala el papel de la mujer en pro de la República durante la dictadura de Primo de Rivera.
  • En el segundo fragmento, defiende la igualdad entre hombres y mujeres.
  • En el tercer fragmento, Campoamor cita una serie de situaciones en las que, precisamente las mujeres, habían sido decisivas, demostrando que las mujeres tenían conciencia suficiente sobre la República y ya merecían ese derecho a votar.
  • Finalmente, hace un llamamiento a los diputados a asumir el sufragio femenino y a incluirlo en la Constitución.

El Marco Histórico: La Segunda República Española (1931-1936)

Proclamación y Gobierno Provisional (Abril-Diciembre de 1931)

El texto se sitúa en la Segunda República Española (1931-1936), concretamente durante el gobierno provisional (abril – diciembre de 1931). Tras las elecciones municipales de 1931, se proclamó la República el día 14 de abril y el Rey Alfonso XIII marchó al exilio; a continuación, se constituyó un gobierno provisional para asumir la nueva situación, formado por los líderes de aquellos partidos que habían firmado el “Pacto de San Sebastián” y dirigido por Niceto Alcalá Zamora. Su principal labor sería convocar elecciones a Cortes Constituyentes (junio de 1931).

Las Cortes Constituyentes y el Debate Constitucional

De las elecciones a Cortes Constituyentes salió triunfadora una coalición formada por republicanos y socialistas cuya primera tarea sería la redacción de una nueva Constitución. El borrador de dicho proyecto, presentado por una comisión parlamentaria presidida por el abogado socialista Luis Jiménez de Asúa, pasó a debatirse en el pleno del Congreso. Las discusiones fueron muy intensas, especialmente en lo referente a la “cuestión religiosa”, pero también en el tema de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres y, en consecuencia, el derecho al voto femenino.

El Sufragio Femenino en Debate

Con anterioridad, en las elecciones a Cortes Constituyentes de junio de 1931 que se realizaron por sufragio universal masculino, a las mujeres se les reconoció el derecho al sufragio pasivo, por lo que pudieron presentarse como candidatas pero no votar. Aunque solo tres mujeres resultaron elegidas (Margarita Nelken en las listas del Partido Socialista Obrero Español, Clara Campoamor en las del Partido Republicano Radical y Victoria Kent en las del Partido Republicano Radical Socialista) tuvieron un destacado protagonismo, especialmente las dos últimas, en el debate sobre la concesión del derecho al voto a las mujeres (sufragio activo).

El 30 de septiembre de 1931 comenzó el debate del artículo 34 del proyecto de la Comisión de Constitución (36 en la redacción definitiva) en el que se reconocía el derecho al voto de las mujeres. Tras largos debates en todos los sentidos (Clara Campoamor fue la que más se implicó en la defensa de los derechos de la mujer y del sufragio femenino, mientras que Victoria Kent pidió que se pospusiera la concesión del voto a las mujeres, porque en su opinión la mujer española carecía en aquel momento de la suficiente preparación social y política como para votar responsablemente, por lo que, por influencia de la Iglesia, su voto sería conservador, lo que perjudicaría a los partidos de izquierdas) el artículo 34 fue finalmente aprobado por 161 votos a favor y 121 en contra. Votaron a favor: el Partido Socialista, la derecha y pequeños núcleos republicanos; en contra, Acción Republicana, y los radical-socialistas y radicales (con la excepción de Clara Campoamor y otros cuatro diputados).

Aprobación de la Constitución de 1931 y Primeras Elecciones con Voto Femenino

Finalmente, la Constitución de 1931 fue aprobada por las Cortes Constituyentes Españolas el 9 de diciembre de 1931. Su aprobación no consiguió el apoyo de todas las fuerzas políticas, pero sí de una amplia mayoría. Las discrepancias más importantes se produjeron en las cuestiones religiosa y autonómica, lo que acabó provocando la renuncia de los miembros católicos del gobierno, sustituyendo Manuel Azaña a Alcalá Zamora en la jefatura del gobierno. Estuvo vigente hasta el final de la Guerra Civil en 1939.

La primera vez que las mujeres pudieron ejercer el derecho al voto en España fue en las elecciones generales celebradas el 19 de noviembre de 1933.

Antecedentes: La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

Causas del Golpe de Estado (1923)

Entre 1922 y 1923 la situación política parecía haber llegado a un callejón sin salida: crisis política, económica, social, regional, colonial, militar… La monarquía de Alfonso XIII tenía solo dos alternativas para mantenerse: una democratización real del sistema o el establecimiento de un régimen autoritario. Se hicieron algunos esfuerzos por solucionar los problemas a través de medios civiles y constitucionales; no obstante, el régimen derivó finalmente en una solución autoritaria.

El 13 de septiembre de 1923, el general Miguel Primo de Rivera dio un golpe militar en Barcelona. Quería acabar con el desorden político, los problemas sociales, el separatismo y el conflicto en Marruecos. La situación era tan crítica que ni el gobierno ni el Rey Alfonso XIII se opusieron al golpe. De hecho, el Rey apoyó a Primo de Rivera y le encargó formar un nuevo gobierno. El golpe fue bien recibido por parte del ejército, la Iglesia, los empresarios, los bancos y gran parte de la población. El sistema parlamentario estaba muy desprestigiado y había mucho miedo a una revolución obrera. Además, el ejército estaba muy descontento tras la derrota en Marruecos (Desastre de Annual).

Primo de Rivera decía que su dictadura era solo temporal, que gobernaría mientras solucionaba los problemas y luego se volvería a la normalidad. Su dictadura tuvo dos etapas: Directorio Militar (1923-1925) y Directorio Civil (1925-1930).

Directorio Militar (1923-1925)

Durante esta etapa, todo el poder lo tuvo el ejército. Se suspendió la Constitución, se cerraron las Cortes, se prohibieron partidos políticos y sindicatos, y se puso censura en la prensa. Los cargos públicos fueron ocupados por militares, y los ayuntamientos fueron sustituidos por juntas controladas por los ricos de cada localidad. Se aplicaron duras medidas contra los sindicatos, sobre todo la CNT y el Partido Comunista. También se prohibieron símbolos nacionalistas (como la bandera catalana), se disolvió la Mancomunidad de Cataluña y solo se permitió el uso del castellano como idioma oficial. Aunque prometió reformar el país y acabar con el caciquismo, en realidad solo lo cambió por otro tipo de control político, centralizado desde el Estado.

Para reforzar su régimen, Primo de Rivera creó un nuevo partido único, Unión Patriótica, que no tenía ideas claras, pero apoyaba la unidad de España, la religión y el orden. No era un partido político tradicional, sino más bien una herramienta del gobierno para mantener el poder. También creó una especie de milicia civil, el Somatén Nacional, para ayudar a controlar el orden público.

Poco a poco, los militares fueron dejando paso a civiles en el gobierno, aunque todos ellos seguían apoyando el régimen autoritario.

El Conflicto de Marruecos y el Desembarco de Alhucemas

Uno de los mayores logros de Primo de Rivera fue solucionar el problema del conflicto en Marruecos. Aunque al principio quiso retirarse del protectorado, finalmente decidió actuar con fuerza. Con la ayuda del ejército francés, se organizó una gran operación militar por tierra, mar y aire: el Desembarco de Alhucemas. Fue un gran éxito militar. El líder se rindió, y al año siguiente toda la zona del protectorado quedó bajo control.

Esta victoria mejoró mucho la imagen de Primo de Rivera. Recuperó el apoyo de la población, del ejército y de los empresarios, y ayudó a mejorar la economía del país.

Directorio Civil (1925-1930)

En diciembre de 1925, Primo de Rivera cambió el gobierno militar por uno civil, con la intención de quedarse en el poder más tiempo. Quería crear un sistema parecido al de la Italia fascista de Mussolini: un régimen autoritario y con fuerte control del Estado. Este nuevo gobierno estaba formado por políticos de derechas, aunque aún seguían algunos militares importantes, como Martínez Anido. Continuaron gobernando sin respetar la Constitución, firmando leyes por decreto (sin pasar por un Parlamento real).

En 1926, Primo de Rivera creó la Asamblea Nacional Consultiva, una especie de “Parlamento” controlado por el régimen y sin poder real. Su función era solo dar consejos. En 1929 propuso una nueva Constitución con un sistema autoritario, pero la idea fue muy mal recibida por la población, así que nunca se aprobó.

Durante los años 20, la economía española creció gracias al contexto internacional y a la intervención del Estado bajo el gobierno de Primo de Rivera. Se protegió la industria nacional con impuestos, se crearon grandes empresas públicas como CAMPSA y Telefónica, y se impulsaron obras públicas y mejoras agrícolas. También se fundaron las confederaciones hidrográficas para gestionar mejor el agua. Sin embargo, el gasto se financió con endeudamiento, ya que no se reformaron los impuestos. En lo social, se construyeron viviendas y escuelas, y se creó un sistema laboral basado en la negociación entre obreros y empresarios, apoyado por el PSOE pero rechazado por anarquistas y comunistas.

Oposición a la Dictadura y su Fin

A partir de 1926, la oposición a la dictadura de Primo de Rivera creció, incluyendo a políticos tradicionales, republicanos, nacionalistas, socialistas, comunistas, anarquistas, intelectuales y estudiantes. Hubo un intento fallido de golpe militar (la Sanjuanada) y crecieron los conflictos con el ejército. La oposición republicana se organizó en la Alianza Republicana y surgieron partidos como Esquerra Republicana. El PSOE apoyó la república y los anarquistas crearon la FAI. Ante la presión, el Rey Alfonso XIII retiró su apoyo a Primo de Rivera, que dimitió en 1930.

Transición a la República (1930-1931)

La «Dictablanda» y el Pacto de San Sebastián

Tras su dimisión, el Rey intentó restaurar el sistema anterior con el general Berenguer, en una etapa llamada “dictablanda”, pero fue inútil. En 1930 se firmó el Pacto de San Sebastián entre republicanos, nacionalistas y el PSOE, que planearon derrocar la monarquía. Aunque un levantamiento de Jaca fracasó, la república llegó tras las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, donde los republicanos vencieron en las grandes ciudades.

Las Elecciones Municipales de 1931 y la Proclamación de la República

El 14 de abril se proclamó la Segunda República y el Rey se exilió.

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