18 Abr
Cisma de Oriente: Tensiones entre Roma y Bizancio
Las tensiones entre Roma y Bizancio fueron en aumento entre los siglos IX y XI por diversas causas:
- Las graves interferencias de los emperadores romanos de oriente en la vida de la Iglesia (cesaropapismo).
- La relación disciplinar entre Roma y Constantinopla.
- La cuestión del filioque (siglo IX): Focio, patriarca de Constantinopla, acusó a la Iglesia de Roma de haber introducido en el Credo un error: que el Espíritu Santo procedía del Padre “y del hijo”.
Cuando Miguel Cerulario es elegido patriarca de Constantinopla, pretende constituirse en jefe absoluto de la Iglesia de Oriente. Ordena el cierre de todas las iglesias y monasterios de rito latino-romano y se niega a recibir a los legados del Papa.
El 16 de julio de 1054 se produce la consumación del Cisma. El Legado del Papa pone sobre el altar de la Basílica de Santa Sofía (Constantinopla) la bula de excomunión del patriarca. Miguel Cerulario decide, a su vez, «excomulgar» al Papa. Surge así la Iglesia Ortodoxa.
Este cisma afectó a todos los pueblos dependientes del patriarcado, y hasta ahora afecta a búlgaros, rumanos, ucranianos, rusos y serbios.
Características de las Iglesias Ortodoxas
- Son fieles a los siete primeros concilios ecuménicos.
- Tienen una liturgia esplendorosa. Conservan los 7 sacramentos.
- No obedecen al Papa. Se dividen en diversos patriarcados.
- No admiten que el Espíritu Santo procede del padre y del hijo.
- Dan gran relevancia al monacato.
Renovación de las Órdenes Religiosas
Siglo X – Cluny
La renovación de las órdenes religiosas comienza en el siglo X con la abadía benedictina de Cluny. Como dependía directamente del Papa, se vio libre de los abusos de los reyes y nobles.
- Los monjes de Cluny fundaron numerosos monasterios por toda Europa y contribuyeron a la difusión del arte románico y las peregrinaciones, sobre todo el Camino de Santiago. También fue fundamental su labor de conservación y difusión de la cultura gracias a la copia de manuscritos en los scriptoria.
Siglo XI – Cister (Citeaux)
En el siglo XI se funda el monasterio de Citeaux, cuna de la reforma cisterciense. San Roberto de Molesmes quería fundar un monasterio que viviese estrictamente la regla benedictina, ya que la orden de Cluny se estaba relajando.
- Junto a dos compañeros fundó un nuevo monasterio de Citeaux en 1089.
- Sus monjes llevaban una vida de penitencia, no solo por sus propios pecados, sino también por los del pueblo. Trabajaban el campo con sus propias manos.
- La Orden se extendió por toda Europa y contó con grandes santos, como San Bernardo.
San Bernardo
San Bernardo era miembro de una familia noble y recibió una esmerada educación. Era un hombre carismático y con solo 23 años logró convencer a cuatro de sus hermanos, un tío y varios amigos para que entraran con él en el convento. Fue nombrado abad de Claraval y contribuyó a la difusión de la Orden. Gran predicador, ejerció una gran influencia política y religiosa en la Europa de su tiempo. Ayudó a difundir las órdenes militares, especialmente la de los Templarios.
Cartujos
- San Bruno era hermano del emperador y del arzobispo de Colonia. Cuando era joven se sintió tan impresionado por el fallecimiento de un amigo que se planteó qué sentido tenía su vida. Si el final era el juicio y el premio el cielo o el castigo el infierno, merecía la pena vivir para alcanzar el premio.
- Por eso fundó la Orden de los Cartujos (1084). En ella los frailes recuerdan que esta vida es paso hacia la eterna y con alegría buscan a Dios en medio de gran austeridad.
Siglo XIII – Órdenes Mendicantes
En el siglo XIII hubo un movimiento de renovación en la Iglesia a favor de la pobreza. Del seno de la Iglesia nacieron las órdenes mendicantes: los franciscanos y dominicos. Estos frailes vivían de limosna, en estricta pobreza, dando ejemplo de un seguimiento radical de Jesucristo. Predicaban el Evangelio fuera de los muros de los monasterios, en las recién nacidas ciudades.
- San Francisco de Asís fundó la Orden de los Frailes Menores (franciscanos). Quiso desposarse con la «dama pobreza» y seguir literalmente el Evangelio predicando la paz de Cristo con su vida y su palabra. Su estilo sencillo y alegre cautivó a muchísimos jóvenes y los franciscanos se convirtieron en la orden más numerosa de la Iglesia. En 1212 santa Clara y sus compañeras fundaron la rama femenina de los franciscanos, llamadas Clarisas.
- Santo Domingo de Guzmán fundó la Orden de Predicadores (dominicos) en 1216. Impresionado por la acción de los herejes, buscó rescatarlos para la fe verdadera mediante la predicación. Por eso quiso formar en profundidad a sus frailes en la doctrina teológica. Se dio cuenta además de que, para que la predicación fuera efectiva, debía ir acompañada de un ejemplo de austeridad y pobreza, pues los herejes acusaban a las autoridades eclesiásticas de vivir entre lujos y riquezas.
- Los dominicos fueron decisivos para remediar los males que la ignorancia religiosa producía en la sociedad. Además, introdujeron entre los cristianos la devoción de rezar el Rosario.
La Inquisición Medieval
En el siglo XII se extendió por el sur de Francia la herejía de los cátaros o albigenses. Era un movimiento espiritualista que pensaba que había un Dios del bien y otro del mal. Rechazaban el matrimonio, la procreación, el Estado y la Iglesia por considerar que tenían elementos materiales y, por tanto, impuros. Aunque empezó siendo un conflicto religioso, sus efectos se hicieron notar también en el ámbito político, pues se convirtió en un gran problema social, con revueltas y matanzas entre los herejes y el resto del pueblo. Por este motivo intervinieron los gobernantes políticos que, siguiendo la legislación de su época, impusieron importantes castigos a los herejes, incluso la pena de muerte.
Para evitar que se dieran abusos y se condenara a inocentes por motivaciones políticas, con la excusa de una supuesta herejía, los papas afirmaron que solo la autoridad eclesiástica estaba capacitada para distinguir ese delito. Es así como surge la Inquisición, un tribunal eclesiástico en el que un juez investigaba si una doctrina o conducta era según la fe y/o la moral católica. Si una persona era sospechosa de herejía, se denunciaba a los tribunales civiles, que decidían y aplicaban las sentencias. Al principio la Inquisición era episcopal. Los obispos tenían la obligación de detectar los herejes de sus diócesis y entregarlos a la autoridad civil. En 1231, para evitar abusos y arbitrariedades, el papa Gregorio IX creó la Inquisición pontificia, que dependía de él directamente, y se la encomendó a los frailes dominicos y franciscanos.
Valoración de la Inquisición Medieval
Es obvio que, desde la mentalidad actual, la Inquisición medieval no es aceptable, pues no responde a la bondad y caridad predicados por Jesucristo en el Evangelio. Hoy sabemos que es injusto aplicar la pena capital por motivos religiosos. Por eso la Iglesia Católica ha pedido perdón por los abusos y las condenas sentenciadas por la Inquisición. Para juzgarla con perspectiva, hay que comprenderla históricamente:
- Para el cristianismo medieval, el supremo valor era la vida espiritual. El pecado es peor que la muerte. Por eso era necesario luchar con todos los medios contra la herejía.
- Frecuentemente los herejes no cumplían las leyes civiles y ocasionaban disturbios, por lo que era necesario juzgarlos.
Además, hay que tener en cuenta que, a partir del siglo XVI, los enemigos políticos de España crean la llamada leyenda negra contra los españoles. Un capítulo destacado está destinado a la Inquisición.
Todavía hoy los miembros de la Inquisición aparecen frecuentemente en la literatura, el cine y las series de TV como crueles fanáticos, persiguiendo y quemando a multitudes formadas por brujas, protestantes, musulmanes, judíos y disidentes de todo tipo. Conviene saber que:
- La Inquisición española o Santo Oficio en la Edad Moderna se empleaba como un órgano de control social y no aceptaba como válidos los testimonios obtenidos por tortura.
- La Inquisición española no condenó a ningún judío ni musulmán: La Inquisición solamente investigaba a los cristianos, no tenía ninguna autoridad sobre judíos o musulmanes.
- Las penas impuestas eran muy variadas. Generalmente se trataba de: ayunos, rezos, peregrinaciones, multas, confiscación de bienes (temporales o definitivas), cárcel, etc. En los pocos casos que se dictaba la pena capital no era aplicada por los inquisidores, sino por la justicia civil. Si el reo se arrepentía no se le aplicaba la pena de muerte.
- A pesar de las acusaciones de crueldad, las torturas eran poco frecuentes (mucho menos que en los tribunales civiles de la época).
- La quema de brujas tuvo una intensidad mucho menor en España, donde se condenó a la hoguera por brujería en total a 59 mujeres, que en los países protestantes y calvinistas. Solo en Alemania quemaron 25.000 brujas.
El Cisma de Occidente
El Cisma de Occidente es el período de crisis en el siglo XIV en el que la Cristiandad estuvo dividida en la obediencia a dos (o incluso tres) papas. Los antecedentes al Cisma están en el enfrentamiento entre el papa y el rey de Francia, a comienzos del siglo XIV.
- En el llamado «atentado de Anagni», los partidarios del rey se presentaron en la residencia papal en Anagni. En una escena humillante, se ultrajó al pontífice y le hicieron prisionero.
- Al morir el Papa Bonifacio VIII (1305), los franceses presionaron para que fuera elegido un papa francés, que decidió abandonar la ciudad de Roma para trasladarse a vivir a Aviñón, en el sur de Francia.
- La división entre los cardenales era grande, pues había una gran tensión por las luchas políticas para favorecer que fuera elegido un papa italiano, francés o español.
En 1377 el papa Gregorio XI, aconsejado por santa Catalina de Siena, decidió volver a Roma, donde murió. El Cónclave para la elección del nuevo pontífice se celebró en Roma en 1378; los habitantes de la ciudad no querían que el futuro papa se instalase de nuevo en Aviñón y por ello se produjeron importantes disturbios.
- El pueblo romano, turbulento y fácilmente excitable, trató de influir en la decisión de los cardenales: «Queremos un Papa romano o, al menos, italiano».
- Finalmente fue elegido papa el italiano Urbano VI. Aunque su elección fue válida, los cardenales franceses declararon que la elección era nula por haber actuado bajo coacción, y se reunieron en un nuevo cónclave, que eligió a Clemente VII, pariente del rey de Francia. De este modo se produjo el Cisma: Urbano y Clemente se excomulgaron uno al otro y la Cristiandad quedó dividida en la obediencia a dos Papas: Urbano VI en Roma y Clemente VII en Aviñón. Los fieles católicos estaban confundidos, tenían delante a dos personas que decían y reclamaban ser el representante de Dios y de su Iglesia.
Con la muerte de Urbano VI y Clemente VII se pensó que se solucionaría el conflicto, pero no fue así, porque los cardenales eligieron otros dos sucesores: Bonifacio IX en Roma y Benedicto XIII en Aviñón. Ante esta situación, un grupo de cardenales intentó solucionar el conflicto a través del Sínodo de Pisa, que destituyó a los dos papas y nombró nuevo Pontífice a Alejandro V. Pero esta decisión no fue aceptada, lo cual agravó el problema, pues ahora ya había tres Papas: Roma, Aviñón y Pisa. El conflicto se resolvió en el Concilio de Constanza (1414). En él fue elegido papa Martín V, que fue reconocido por toda la cristiandad, finalizando así el Cisma de Occidente.
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