30 Abr
Canarias Durante el Siglo XIX
Mimetismo Político
Durante el siglo XIX, Canarias amoldó su vida política a los vaivenes peninsulares. Se practicó la mera imitación, de modo que hallamos las mismas fuerzas y partidos que en la península: absolutistas-liberales, moderados-progresistas.
Los partidos políticos se organizaron como grupos caciquiles, jerárquicos y dominados por personajes de gran influencia insular y comarcal. Los componentes de la jerarquía acapararon el poder, ocuparon los altos cargos de la administración provincial y se hicieron con la representación en las Cortes Generales.
El Pleito Insular
Los graves sucesos peninsulares de 1808 marcaron el comienzo de las disputas insulares. Con motivo del vacío de poder creado, se formó en La Laguna la Junta Suprema de Canarias, la cual pretendía representar a todo el archipiélago. De inmediato, se organizó en Las Palmas de Gran Canaria un Cabildo General Permanente, que no acató esa junta y actuó de modo autónomo.
Todo empezó con algunos cambios en España, como el triunfo del liberalismo y la nueva organización de las provincias. Esto generó tensión entre Tenerife y Gran Canaria, porque ambas querían tener el control político y administrativo del archipiélago.
Con la nueva administración, Canarias se convirtió en una sola provincia con una Diputación Provincial que la gobernaba. El gobierno de España designó un representante político (lo que después sería el gobernador civil), y los antiguos cabildos desaparecieron, dividiendo las islas en municipios y ayuntamientos. El problema fue que este cambio requería una capital provincial, y la ciudad que la albergara se beneficiaría mucho en poder e influencia.
Al final, en 1822, el gobierno central eligió Santa Cruz de Tenerife como capital, lo que no gustó nada a la élite de Gran Canaria. Además, Tenerife ya estaba ganando peso porque en 1817 se creó la Universidad de La Laguna (ULL) y en 1818, el obispado de Canarias se dividió, estableciendo una nueva sede en La Laguna. Esto consolidó el liderazgo político y educativo de Tenerife en ese momento. Gran Canaria luchó por oponerse a la capitalidad de Santa Cruz de Tenerife, pero fue difícil lograrlo y, por tanto, reivindicaron la división provincial y la creación de dos capitales.
Crecimiento y Emigración
En el siglo XIX, la gente de las islas pasó por tiempos duros con hambre y enfermedades, pero la población siguió creciendo y llegó a unas 500.000 personas. La mayoría trabajaban en el campo y tenían poca educación. Hacia finales del siglo, muchos empezaron a mudarse a las ciudades y zonas portuarias, lo que ayudó a reducir el analfabetismo y a que aparecieran las primeras obreras. Sin embargo, la crisis agrícola dejó a muchas personas sin trabajo. Como en Cuba hacía falta mano de obra, mucha gente de las islas se fue para allá, aunque al principio tenían que hacerlo a escondidas. No fue hasta 1853 que la Corona les dio permiso oficial para emigrar.
El Imperialismo en el Siglo XIX
Causas y Formas de Dominio
El Imperialismo y sus Causas
A partir de 1870, los países europeos se lanzaron a conquistar tierras en África, Asia y el Pacífico en lo que se llamó imperialismo. A diferencia de épocas anteriores, ya no solo querían recursos, sino también imponer su poder político y económico sobre los territorios dominados.
El nuevo impulso colonial obedeció a diferentes causas:
- Políticas y estratégicas: La posesión de colonias aseguraba el poder y el prestigio internacional de los países; permitía controlar rutas comerciales y territorios estratégicos.
- Demográficas: Las colonias proporcionaban territorios donde enviar los excedentes de población, para así aminorar el paro y las tensiones sociales internas de sus metrópolis.
- Económicas: El aumento de producción, debido a la Segunda Revolución Industrial, exigía disponer de territorios que suministrasen materias primas a la industria y comprasen sus productos, sin barreras aduaneras. Además, las colonias proveían de mano de obra barata y de espacios donde invertir el capital.
- Ideológicas: Ciertas ideologías, manipulando el darwinismo social, proclamaron la superioridad de la raza blanca y su misión de civilizar al resto del mundo.
Las Formas de Dominio Colonial
Existieron diversas formas de ejercer el dominio:
- Concesiones: Acuerdos en los que un país independiente daba permiso a otro país (potencia) para hacer negocios en su territorio. Por ejemplo, en China, las potencias extranjeras se repartieron zonas para comerciar libremente.
- Protectorado: Aquí el país colonizado mantenía su propio gobierno, pero la potencia extranjera tenía el control de aspectos clave como la política exterior, el ejército y los recursos económicos. Ejemplos fueron India (inicialmente) y Egipto bajo control británico.
- Colonias: Territorios totalmente controlados por un país extranjero, llamado metrópoli. Se dividen en tres tipos:
- Colonias de posición: Se usaban para tener ventajas militares o estratégicas. Por ejemplo, la colonia británica del Cabo en África.
- Colonias de poblamiento: Se llenaban de habitantes del país colonizador (colonos), que luego administraban el territorio. Ejemplos: Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica.
- Colonias de explotación: Eran usadas principalmente para extraer riquezas y recursos, sin que la población local tuviera derechos ni beneficios significativos. Un ejemplo fue el Congo, explotado por Bélgica.
Básicamente, los países poderosos buscaron maneras diferentes de controlar otros territorios, ya fuera comerciando, mandando sobre sus gobiernos o directamente adueñándose de todo.
La Expansión Colonial
Reparto de África
Antes de 1870, los europeos solo controlaban algunas zonas costeras de África, porque no podían avanzar mucho hacia el interior. Sin embargo, con mejores armas, transporte y medicina, empezaron a explorar y conquistar más tierras. El problema fue que muchas potencias querían lo mismo y eso podía causar guerras entre ellas. Para evitarlo, se reunieron en la Conferencia de Berlín (1884-1885) y establecieron reglas para el reparto de África. Decidieron que, para que un país pudiera reclamar un territorio, tenía que ocuparlo y administrarlo de verdad, no solo señalarlo en un mapa. A partir de ahí, los europeos comenzaron a conquistar África rápidamente, dividiéndola sin importar las culturas o pueblos que vivían allí. La mayoría de estos territorios fueron usados para explotar sus recursos naturales.
El Imperialismo en Asia, Oceanía y América
El imperialismo no solo se quedó en África, sino que también avanzó en otras regiones:
- Asia: Europa ya tenía presencia en Asia desde hacía tiempo, pero en esta época, el dominio extranjero aumentó. Importantes territorios pasaron a manos del Reino Unido (India, Birmania, Malasia), Francia (Indochina), Países Bajos (Indonesia), Rusia (Asia Central, Siberia), Japón (Corea, Taiwán) y Estados Unidos (Filipinas). China, aunque mantuvo su independencia formal, fue obligada a abrir sus puertos y ceder concesiones.
- Oceanía: Reino Unido incorporó Australia y Nueva Zelanda a su imperio, mientras que Francia, Alemania y Estados Unidos ocuparon diversos archipiélagos en el Pacífico.
- América: Aunque la mayoría de los países americanos eran independientes, Estados Unidos ejerció una creciente influencia económica y política, especialmente en América Central y el Caribe (intervenciones en Cuba, Panamá, etc.), aplicando la llamada Doctrina Monroe y su ‘Corolario Roosevelt’.
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