08 May

Resfriado y Gripe

Causas

Enfermedad leve provocada por un virus.

Síntomas y Signos

Los síntomas más comunes incluyen:

  • Mocos
  • Nariz tapada
  • Dolor de garganta y de cabeza
  • Tos y estornudos
  • Ojos llorosos
  • Fiebre

Suele comenzar por la nariz y la garganta; después, puede afectar a los bronquios. Transcurridos unos cuantos días, se cura sin tratamiento específico. Se pueden padecer entre 2 y 5 resfriados al año, siendo más frecuentes en niños pequeños.

Cuidados para la Persona Enferma

La persona enferma debe:

  • Descansar.
  • Beber abundantes líquidos como agua, zumos, caldos o infusiones.

Si no tiene hambre, no es necesario que consuma alimentos sólidos.

Importante:

  • No existen medicamentos que curen la gripe ni los resfriados. Los medicamentos que se utilizan son para un tratamiento sintomático (aliviar los síntomas).
  • Los antibióticos no curan ni los resfriados ni la gripe, ya que estas son infecciones víricas y los antibióticos solo actúan contra bacterias.

Medidas Preventivas

Tanto el resfriado como la gripe se contagian principalmente a través de las manos y el aire (gotitas respiratorias). Las personas que tienen gripe o conviven con alguien que la padezca deben seguir estas recomendaciones:

  • Lavarse las manos a menudo con agua y jabón, o usar desinfectante de manos a base de alcohol.
  • Usar pañuelos desechables para sonarse y cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar.
  • Desechar los pañuelos usados en una papelera con bolsa, preferiblemente cerrada, lo antes posible.
  • Ventilar frecuentemente la habitación donde se encuentre la persona enferma, abriendo la ventana varias veces al día.

Existe vacuna para la gripe, pero no para el resfriado. El efecto de la vacuna contra la gripe dura aproximadamente un año y se recomienda especialmente a grupos de riesgo.

Consejos Adicionales

  • No suspender ningún tratamiento médico que se esté siguiendo por el hecho de tener gripe o un resfriado, a menos que el médico indique lo contrario.
  • No es conveniente fumar. Este puede ser un buen momento para considerar dejar el tabaco definitivamente, ya que fumar puede empeorar los síntomas respiratorios y prolongar la recuperación.
  • Una ducha o un baño caliente pueden ayudar a ablandar la mucosidad y aliviar la congestión.
  • Para eliminar la mucosidad nasal, es útil realizar lavados nasales frecuentes con suero fisiológico o agua con sal.
  • Para la irritación de garganta, son útiles los caramelos sin azúcar o pastillas para chupar. También conviene evitar toser o carraspear en exceso si no se puede expulsar la mucosidad, ya que la tos forzada aumenta la irritación.
  • Un remedio tradicional para respirar mejor por la noche y evitar la sequedad de garganta que provoca tos es colocar trozos de cebolla cruda en la mesita de noche. La humedad ambiental también puede ayudar.
  • Cuándo consultar al médico: En caso de gripe, se debe consultar a los servicios médicos si no se observa mejoría a partir del cuarto o quinto día, si la persona experimenta ahogos (dificultad para respirar), dolor en el pecho, fiebre muy alta persistente, o si se trata de personas mayores, niños pequeños, embarazadas o individuos con enfermedades crónicas.

Afonía y Ronquera

Causas

La afonía (pérdida total de la voz) o ronquera (alteración del timbre de la voz) se deben a una inflamación de las cuerdas vocales, situadas en la laringe. La causa principal suele ser vírica (laringitis aguda), aunque también puede deberse a:

  • Uso excesivo o incorrecto de la voz.
  • Alergias.
  • Infecciones bacterianas (menos común).
  • Bronquitis.
  • Exposición a irritantes químicos (humo, vapores).
  • Reflujo gastroesofágico.
  • Nódulos o pólipos en las cuerdas vocales (en casos crónicos).

Síntomas y Signos

Además de la alteración de la voz, pueden presentarse:

  • Fiebre (especialmente si la causa es infecciosa).
  • Dolor de garganta.
  • Tos seca.
  • Ganglios linfáticos del cuello inflamados.

Manejo y Tratamiento

Dado que la causa más común es una infección vírica, no existe un tratamiento específico para eliminar el virus. Las medidas se centran en aliviar los síntomas:

  • El reposo absoluto de la voz es fundamental. Evitar hablar, susurrar o carraspear.
  • Los analgésicos (como paracetamol o ibuprofeno) pueden aliviar el dolor y la fiebre.
  • Los descongestionantes pueden ser útiles si hay congestión nasal asociada, pero con precaución.

Prevención

  • Mantener una buena higiene de manos para evitar el contagio de infecciones víricas.
  • Evitar el contacto cercano con personas que presenten infecciones de las vías respiratorias altas.
  • No forzar la voz y aprender técnicas de higiene vocal si se usa la voz profesionalmente.
  • Evitar el humo del tabaco y otros irritantes ambientales.
  • Mantener una buena hidratación.

Consejos Adicionales

  • El uso de humidificadores o respirar vapor de agua (ej. de una ducha caliente) puede ayudar a aliviar la sequedad e irritación de las cuerdas vocales.
  • Beber líquidos tibios (no calientes) como infusiones con miel y limón puede ser reconfortante.
  • Si la persona fuma, es crucial que intente dejar de fumar, ya que el tabaco es un irritante mayor de las vías respiratorias.
  • Si la ronquera persiste más de 2-3 semanas, especialmente en fumadores o si no hay una causa infecciosa clara, se debe consultar al médico para descartar otras patologías.

Dispepsia (Indigestión) y Aerofagia (Gases)

Causas

La dispepsia, comúnmente conocida como indigestión, y la aerofagia (ingesta excesiva de aire que provoca gases y eructos) pueden tener diversas causas, a menudo interrelacionadas:

  • Comer en exceso o demasiado rápido.
  • Consumir alimentos ricos en grasas, muy condimentados o picantes.
  • Fumar.
  • Consumir bebidas alcohólicas o carbonatadas en exceso.
  • Estrés y ansiedad.
  • Algunos medicamentos, como la aspirina, antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) o ciertos antibióticos.
  • Presencia de una úlcera gástrica o duodenal, a menudo asociada a la infección por la bacteria Helicobacter pylori.
  • Enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE).
  • Gastritis (inflamación del revestimiento del estómago).

En muchos casos de dispepsia funcional, no se encuentra una causa orgánica clara y se atribuye a una alteración en la motilidad del estómago (cómo se mueve) o a una hipersensibilidad gástrica.

Raramente, el origen puede ser un cáncer de estómago; en este caso, suelen presentarse otros síntomas de alarma como pérdida de peso inexplicada, anemia, vómitos persistentes o dificultad para tragar.

Síntomas y Signos

Los síntomas más frecuentes incluyen:

  • Dolor o malestar en la parte alta del abdomen (epigastrio).
  • Sensación de plenitud precoz (sentirse lleno poco después de empezar a comer o con poca cantidad de alimento).
  • Saciedad temprana.
  • Náuseas y, en ocasiones, vómitos.
  • Digestiones pesadas o lentas.
  • Abdomen hinchado o distendido.
  • Eructos frecuentes (en caso de aerofagia).
  • Ardor de estómago (pirosis), aunque este es más característico del reflujo.

Manejo y Tratamiento

El tratamiento de la dispepsia depende de su causa subyacente. Sin embargo, en todos los casos es fundamental modificar los hábitos perjudiciales.

  • Para aliviar los síntomas de forma puntual, se pueden tomar antiácidos o medicamentos que reduzcan la producción de ácido gástrico. Muchos se venden sin receta médica, pero es importante recordar que no es conveniente tratar los síntomas de forma prolongada sin consultar al médico.
  • Si se diagnostica una úlcera causada por Helicobacter pylori, el tratamiento incluirá antibióticos y protectores gástricos.
  • En casos de dispepsia funcional, el médico puede recomendar procinéticos (fármacos que mejoran el vaciamiento gástrico) o medicamentos para reducir la sensibilidad del estómago.

Prevención y Hábitos Saludables

Es crucial modificar los hábitos de vida que pueden ser perjudiciales para evitar la aparición o el empeoramiento de los síntomas:

  • Intentar dejar de fumar.
  • Moderar el consumo de alcohol.
  • Evitar alimentos y bebidas que desencadenen las molestias. Estos pueden variar entre personas, pero frecuentemente incluyen:
    • Frutas ácidas (cítricos).
    • Tomate y sus derivados.
    • Vinagre.
    • Café y té (especialmente con cafeína).
    • Infusiones de menta.
    • Bebidas con gas.
    • Chocolate.
    • Alimentos muy grasos o fritos.
  • Comer despacio y masticar bien los alimentos.
  • Realizar comidas más pequeñas y frecuentes en lugar de pocas y copiosas.
  • No acostarse inmediatamente después de comer (esperar al menos 2-3 horas).
  • Manejar el estrés mediante técnicas de relajación, ejercicio o actividades placenteras.
  • Evitar el sedentarismo y mantener una actividad física regular.

Consejos Adicionales

  • En general, es prioritario adoptar los cambios en los hábitos de vida mencionados.
  • Si es necesario, se pueden usar antiácidos de forma ocasional para alivio sintomático.
  • Si los síntomas son persistentes, recurrentes, severos, o se acompañan de signos de alarma (pérdida de peso, vómitos con sangre, heces negras, anemia, dificultad para tragar), es fundamental acudir al médico para una correcta evaluación y diagnóstico.

Diarrea

Causas

La diarrea se caracteriza por una disminución de la consistencia de las heces (líquidas o semilíquidas) y/o un aumento en la frecuencia de las deposiciones. Las causas pueden ser muy diversas:

  • Infecciones:
    • Víricas: Rotavirus, norovirus (causa común de gastroenteritis).
    • Bacterianas: Salmonella, Campylobacter, E. coli, Shigella (a menudo por alimentos contaminados).
    • Parasitarias: Giardia lamblia, Cryptosporidium.
  • Intolerancias alimentarias: Lactosa, fructosa, sorbitol.
  • Alergias alimentarias.
  • Efectos secundarios de medicamentos: Antibióticos, laxantes, antiácidos con magnesio, algunos fármacos para la diabetes o el cáncer.
  • Enfermedades inflamatorias intestinales: Enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa.
  • Síndrome del intestino irritable (SII).
  • Estrés o ansiedad.
  • Consumo excesivo de edulcorantes artificiales.
  • Tras cirugía abdominal o intestinal.

Síntomas y Signos

  • Heces más fluidas (líquidas o semilíquidas).
  • Mayor frecuencia de evacuación de lo habitual (generalmente más de 3 veces al día).
  • Puede acompañarse de dolor abdominal tipo cólico, urgencia para defecar, gases, náuseas, vómitos y fiebre, dependiendo de la causa.

Manejo y Tratamiento

El manejo de la diarrea aguda se centra en prevenir la deshidratación y aliviar los síntomas:

  • Hidratación: Es crucial incrementar el consumo de líquidos para compensar las pérdidas. Se recomienda:
    • Agua.
    • Soluciones de rehidratación oral (SRO), disponibles en farmacias, especialmente importantes en niños y ancianos.
    • Caldos suaves y desgrasados.
    • Infusiones suaves (manzanilla, tila). Evitar bebidas azucaradas, café o alcohol.
  • Dieta astringente: Una vez que se toleren los líquidos, se puede introducir gradualmente una dieta suave y astringente:
    • Arroz blanco hervido.
    • Pollo o pescado blanco hervido o a la plancha.
    • Manzana rallada (dejándola oxidar un poco).
    • Zanahoria cocida.
    • Plátano maduro.
    • Pan tostado blanco.
    Se deben evitar alimentos grasos, fritos, picantes, lácteos (excepto yogur natural si se tolera bien), fibra insoluble (verduras crudas, cereales integrales) y dulces durante unos días.
  • Medicamentos antidiarreicos: Fármacos como la loperamida pueden tomarse de forma ocasional para reducir la frecuencia de las deposiciones en adultos, pero no se recomiendan si hay fiebre alta, sangre en las heces o si la diarrea es por una infección bacteriana invasiva, ya que pueden prolongar la infección. Siempre es mejor consultar al médico o farmacéutico antes de usarlos. No administrar a niños sin prescripción médica.
  • Probióticos: Algunos estudios sugieren que ciertos probióticos pueden ayudar a acortar la duración de la diarrea infecciosa.

Prevención

Muchas causas de diarrea, especialmente las infecciosas, se pueden prevenir:

  • Higiene de manos: Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón, especialmente antes de comer o preparar alimentos, y después de ir al baño o cambiar pañales.
  • Seguridad alimentaria:
    • Cocinar bien los alimentos, especialmente carnes, pollo y huevos.
    • Lavar frutas y verduras antes de consumirlas.
    • Evitar la contaminación cruzada en la cocina.
    • Consumir agua potable segura.
    • Refrigerar adecuadamente los alimentos.
  • Evitar el consumo de alimentos de dudosa procedencia o en mal estado.
  • Al viajar a zonas con saneamiento deficiente, tomar precauciones adicionales con el agua y los alimentos.
  • La vacunación contra el rotavirus está disponible para bebés.

En general, seguir una dieta equilibrada y evitar el sedentarismo contribuyen a una buena función digestiva.

Consejos y Cuándo Consultar al Médico

Es importante consultar a los servicios médicos en los siguientes casos:

  • Signos de deshidratación: Boca seca, sed intensa, orina escasa y oscura, mareos, debilidad, ojos hundidos (especialmente en niños).
  • Fiebre alta (superior a 38.5°C) persistente.
  • Sangre o pus en las heces.
  • Dolor abdominal intenso o persistente.
  • Diarrea que dura más de 2-3 días en adultos, o más de 24 horas en niños pequeños, o si es muy abundante.
  • Si la persona es un bebé, un anciano, una mujer embarazada o tiene un sistema inmunitario debilitado o enfermedades crónicas.
  • Si la diarrea aparece después de un viaje a un país tropical o en desarrollo.
  • Si hay vómitos persistentes que impiden la rehidratación oral.

La presencia de fiebre alta junto con la diarrea puede indicar una infección bacteriana (como salmonelosis u otras) que podría requerir tratamiento específico.

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