12 Jun

2. LA REVOLUCIÓN GLORIOSA DE 1868: EL
DESTRONAMIENTO DE Isabel II.
El Pacto de Ostende fue el acuerdo firmado el 16 de Agosto de 1866 en la
ciudad belga de Ostende por el Partido Progresista y por el Partido Demócrata, por
iniciativa del general progresista
Juan Prim, para derribar la monarquía de Isabel
II de España. Este pacto, al que a principios de 1868 se sumó la Uníón Liberal, fue
el origen de «La Gloriosa», la revolución que en Septiembre de 1868 depuso a la
reina española.
El 19 de Septiembre de 1868 se inicia en Cádiz, al grito de “Viva España con
Honra”, la denominada Revolución Gloriosa que va a acabar con el reinado de Isabel
II. Varias causas la explican:
2.1. CAUSAS DE LA REVOLUCIÓN DE 1868. Entre las causas de la
revolución pueden citarse:
– La crisis financiera e industrial de 1866 puso fin a la prosperidad
económica de 1856–1865. El hundimiento de la Bolsa y el parón del tendido
ferroviario provocó la quiebra de muchos bancos y empresas. La industria textil
catalana sufríó los efectos del recorte de las exportaciones de algodón por causa
de la guerra de Sucesión norteamericana y por la bajada del consumo.
– A la crisis financiera e industrial se añade una crisis de subsistencias por
las malas cosechas en 1867 y 1868 con sus secuelas de carestía de alimentos,
hambre y mortalidad.
-Crisis social Se producen en esta época insurrecciones de campesinos y
obreros, debido a las condiciones de vida y a la oposición de medidas del gobierno
que les afectaban, como por ejemplo los impuestos de consumos, que gravaban los
productos de primera necesidad.
– En el plano político las causas hay que buscarlas en el agotamiento del
régimen político moderado tanto por la corrupción del sistema como por el empeño
de los moderados de mantenerse en el poder aunque fuera por la fuerza. Los
partidos de la oposición –Progresista y Demócrata- ante la imposibilidad de
alcanzar el poder por vías legales, acuerdan en el Pacto de Ostende convocar una
nueva Asamblea Constituyente y preparar un movimiento revolucionario. Este
movimiento revolucionario va a seguir las pautas del pronunciamiento militar
liberal, apoyado por juntas revolucionarias progresistas y demócratas cuyo
objetivo era el destronamiento de Isabel II. La muerte de O’Donnell, en 1867,
facilitó la adhesión, a lo acordado en Ostende, del general Serrano, el nuevo
dirigente de la Uníón Liberal, a la causa revolucionaria. La participación de los
generales unionistas aseguró el apoyo militar a la vez que imprimíó un giro menos
radical a la revolución.
2.2. DESARROLLO DE LA REVOLUCIÓN. La revolución comenzó con el
pronunciamiento de la armada en Cádiz (17 de Septiembre de 1868), al mando del
almirante Topete, y del ejército, dirigido por los generales Prim y Serrano.
Pero la revolución se consolida gracias la formación de las Juntas
Revolucionarias de carácter civil que desde Andalucía se extienden por toda
España. En un primer momento, el poder residíó en las Juntas Revolucionarias que
reclamaron amplias medidas de democratización política (sufragio universal,
libertad de expresión, de reuníón, de asociación y de culto) y de reformas sociales
(desamortización, abolición de las quintas y del impuesto de consumos).
La revolución social y económica del movimiento popular hicieron caer en la
batalla de Alcolea (28 de Septiembre de 1868) a Isabel II, la cual tuvo que
exiliarse al día siguiente, dejando el poder dividido entre las Juntas
Revolucionarias (Demócratas y Republicanos) y el Gobierno Provisional
(Progresistas y Unionistas).
Pronto se evidenció que existían diversas revoluciones y que la que se iba a
imponer era la de Prim (progresistas) o Serrano (unionistas), cuyo objetivo
esencial, derrocar al gobierno, se había conseguido. Así, la adhesión de la Uníón
Liberal a la revolución, que permitíó su triunfo, también moderó sus fines, dando
como resultado un Gobierno Provisional integrado únicamente por unionistas y
progresistas que disolvíó las Juntas, desarmó la Milicia Nacional que les había
dado apoyo y contuvo la revolución. Fuera quedaban, frustradas, las revoluciones de
los demócratas y los republicanos y, sobre todo de las masas populares.
3. EL GOBIERNO PROVISIONAL (1868-1870).
3.1 PRIMERAS MEDIDAS DEL GOBIERNO PROVISIONAL. El gobierno
provisional con Prim y Serrano como hombres fuertes, compuesto por unionistas y
progresistas, decretó la disolución de las juntas y asumíó el ideario democrático de
éstas.
Pero una de las cuestiones clave era la forma gobierno, monarquía o república,
que debían decidir unas Cortes Constituyentes. Se convocaron elecciones en
Marzo y se celebran en Junio, fueron las primeras elegidas por sufragio universal,
dieron la mayoría a los partidos de la coalición antiborbónica –unionistas,
progresistas y demócratas–, partidarios de una monarquía democrática. A la
izquierda se situó una fracción del partido demócrata partidaria de la República, y
que formó el Partido Republicano Federal.
El héroe de Castillejos (Marruecos), el general Juan Prim, (Progresista) pasa
a ser nombrado jefe de gobierno y Serrano (Unionistas) es declarado regente.
3.2. LA CONSTITUCIÓN DE 1869. La Cortes constituyentes elaboran una
nueva Constitución. Es la primera constitución democrática española y recoge
las siguientes carácterísticas:
 En ella se instaura la Monarquía constitucional como forma de
gobierno basada en la Soberanía Nacional, con los poderes del rey muy
limitados.
 Recoge una amplia declaración de derechos y libertades como el
derecho de reuníón de asociación, el juicio por jurados, el sufragio universal
y directo para los hombres mayores de 25 años y la libertad de culto.
 Se fundamenta en los principios de la división de poderes y en la
descentralización.
 Las Cortes son bicamerales (Congreso y Senado), y asumen
completamente la aprobación de las leyes y tienen iniciativa legislativa poder
legislativo–.
 El ejecutivo, de acuerdo con la fórmula británica del “rey reina pero
no gobierna”, era desempeñado por los ministros responsables ante las
Cortes.
 Asegura la independencia y la democratización de la justicia, ya que
establece el sistema de oposiciones y el del jurado.
 Se reemprende la desamortización y se suprimen los consumos.
3.3. Política ECONÓMICA.La labor más importante fue la desarrollada
por Laureano Figuerola en materia económica:
 Se fijó la Peseta como unidad monetaria desde 1869.
 Intentó una reforma fiscal, destinada a suprimir el impuesto de
consumos, que resultó fallida.
 También hubo que afrontar el problema de la deuda pública y para
recaudar fondos se aprobó la Ley de Minas, que supuso la venta de los
yacimientos mineros, sobre todo a compañías extranjeras.
 Introdujo el librecambismo en España, con la ley de Bases
Arancelarias acabando con el tradicional proteccionismo de España.
3.4. LA OPOSICIÓN AL GOBIERNO PROVISIONAL. Los mayores
problemas a los que se tuvieron que enfrentar fueron:
 El descontento de los republicanos por la trayectoria que el Gobierno
provisional impuso a la revolución al inclinarse por la monarquía.
 Por otra parte estaban los carlistas que también se opónían al
gobierno.
 Las crisis agrarias de 1867–1868 desataron la rebeldía de
campesinado andaluz. El fracaso de la sublevación produjo el
desengaño del campesinado hacia los partidos políticos. Desde 1872 con
la introducción en España de la I Internacional, en su versión
anarquista, apolítica y colectivista encontró eco en ese campesinado
desengañado.
 De igual modo la escasez, la carestía y la protesta contra los consumos y las
quintas provocó motines populares urbanos. Surge la huelga.
 La guerra de Cuba (1868–1878) fue otro problema de gran envergadura. La
falta de respuesta por parte el gobierno y las ansias independentistas cubanas
provocaron un movimiento secesionista dirigido por Manuel Céspedes.

4. LA MONARQUÍA DEMOCRÁTICA DE AMADEO DE
Saboyá (1871–1873) Y LA I REPÚBLICA
1.1. LA ELECCIÓN DE AMADEO DE Saboyá. Pero el mayor problema al
que se tenía que enfrentar este nuevo gobierno era el de encontrar un monarca
democrático no borbónico ya que ni Isabel II ni su heredero (Alfonso XII), ni la
opción carlista eran opciones válidas (funesto recuerdo de los antidemócratas
Fernando VII e Isabel II).
El portugués Fernando de Sajonia-Coburgo y Espartero rechazaron el
ofrecimiento. La candidatura de Antonio de Orleans, duque de Montpensier,
cuñado de Isabel II, no prosperó al matar en un duelo al infante Enrique de
Borbón, hermano del esposo de Isabel II. El alemán Leopoldo de Hohenzollern
Sigmaringen (al que los españoles llamaban en tono de humor, y ante la dificultad
de pronunciar correctamente su apellido: «Olé, olé, si me eligen»), contaba con el
valioso apoyo del canciller Otto von Bismarck pero fue vetado por Napoleón III.
Hasta el mismo general Serrano aspiraba al trono aunque fue también rechazado,
Finalmente se optó por Amadeo de Saboyá, el candidato del general Prim.
Era hijo del Víctor Manuel II, monarca constitucional de la recién unificada Italia
Su elección había sido difícil, pues no era fácil conciliar todos los intereses: el
candidato debía ser de sangre real, de convicciones democráticas, católico y
aceptado, además de por los españoles, por las potencias europeas quien aparecía
identificado por completo con el liberalismo.
Amadeo de Saboyá ha sido el único rey español elegido. La elección de
Amadeo de Saboyá por las Cortes Constituyentes (Octubre, 1870) como nuevo Rey
de España no fue unánime (191 votos a favor y 100 en contra).
Sin embargo, la llegada de Amadeo a España coincidíó con el asesinato de Prim,
perdiendo al que era su mayor apoyo. Empezaba con mal pie la Monarquía
democrática de Amadeo I (1871/73), que habría de afrontar una realidad muy
conflictiva.
1.2. LA OPOSICIÓN A LA NUEVA MONARQUÍA.. Asesinado el general
Prim, Amadeo se queda reinando con muy pocos apoyos. Amadeo I, con el rechazo
aristocrático y popular, tuvo que enfrentarse a una fuerte oposición :
 El rey, quizá por su carácter tímido no consiguió ganarse la simpatía
popular
 Tampoco fue aceptado por la oligarquía y las élites económicas. La
burguésía industrial y financiera estaba en contra de las medidas
sociales democráticas como la abolición de la esclavitud en Cuba y
además le identificaban con la democracia y el desorden social. Por
esto apoyaban la restauración borbónica en la persona de príncipe
Alfonso de Borbón, cuya causa era defendida por Cánovas del
Castillo.
 Sufríó una fuerte oposición política. Hay que tener en cuenta que la
mayoría de los demócratas no querían un rey y los que querían la monarquía
no eran demócratas. Los moderados borbónicos (Cánovas del Castillo)
deseaban la restauración borbónica en el hijo de Isabel II, Alfonso.
Además, Los unionistas se alejaron el nuevo régimen y se acercaron a los
partidarios de la solución alfonsina.
 Los republicanos, que no aceptaban la monarquía democrática,
protagonizaron insurrecciones federalistas.
 El Carlismo cobró un nuevo impulso tras el destronamiento de Isabel II,
iniciando una tercera guerra carlista a favor de Carlos VII
(1872–1876).
 En Cuba se había iniciado en 1868 el levantamiento independentista.
Las guerras trajeron consigo las impopulares levas y el aumento de
los impuestos, agitando aún más la vida social y política española.
 El movimiento obrero, desarrollado al amparo de las garantías
constitucionales, atemorizaba a las clases medias y altas. Los propios
partidos que sustentaban al régimen se distanciaron y, tras la
muerte de Prim, hasta los progresistas se escindieron.
Amadeo I tuvo graves problemas como gobernante (insurrecciones republicanas,
levantamientos independentistas en Cuba, guerra carlista, etc.) y se vivíó una
fuerte inestabilidad política (tres elecciones y seis cambios gobierno en treinta
meses). Por todo esto, aprovechando un problema militar en el cuerpo de artillería
abdica el 10 de Febrero de 1873. Esa misma noche se proclamó la República
(1873/74), en el Congreso, aunque éste no tuviese atribuciones para tomar esa
decisión que contravénía la Constitución y aunque los republicanos fuese minoría; no
había otra alternativa.
5. LA PRIMERA REPÚBLICA ESPAÑOLA (Febrero 1873–Enero
1874).
2.1. LA PROCLAMACIÓN DE LA I REPÚBLICA. El mismo día que don
Amadeo entrega su acta de abdicación, 11 de Febrero de 1873, el Congreso y el
Senado constituidos en una sola Asamblea Nacional, dispusieron la proclamación de
la I República española. La República es votada con 256 votos a favor y sólo 32
en contra, aunque muchos monárquicos votaron a favor de la República para
deteriorar todavía más la situación política del país y poder así restaurar a los
Borbones. Dos son las corrientes que se dan entre los republicanos que estaban
divididos en radicales (unitarios) y federales
2.2. LA República UNITARIA DE E. FIGUERAS (11 DE Febrero DE
1873- 1 DE Junio DE 1873). La Asamblea designó a Estanislao Figueras
primer presidente de la República. Su principal cometido era convocar unas Cortes
Constituyentes para elaborar una nueva Constitución. Figueras se encontró con
graves problemas como la guerra carlista en el norte, el problema de Cuba y un
ejército inclinado al moderantismo, y reacio a colaborar para combatir las
revueltas populares que deseaban llegar hasta el final en el proceso revolucionario.
Pese a ello pudo poner en marcha ciertas medias democráticas, como la
promulgación de una amplia amnistía o la abolición de la esclavitud en Puerto Rico y
la supresión de las quintas (reclutamiento de soldados, uno de cada cinco).
Pero la república unitaria carecía de masas y defensores cualificados, de
modo que el resultado de las elecciones a Cortes dio el triunfo a los republicanos
federales.
2.3. LA República DEMOCRÁTICA FEDERAL. PI I MARGALL (1 DE
Junio-18 DE Julio 1873). El 1 de Junio Figueras devolvíó el poder a las
nuevas Cortes. Ese mismo día se convocan Cortes Constituyentes, nombrándose un
nuevo gobierno presidido por Pi i Margall. Emilio Castelar se encargó de redactar
un proyecto de constitución según el ideario federalista.
Las elecciones a Cortes Constituyentes darán una abrumadora mayoría a los
republicanos federales.
2.3.1. El Proyecto de Constitución de 1873. La Constitución de
1873 declaraba:
 Radical separación Estado–Iglesia (libertad de cultos y sin
subvenciones a ningún culto religioso y el matrimonio civil).
 La separación de poderes, con la creación de un cuarto
poder, el Poder de relación, en manos del Presidente de la
República.
 Estructura Federal del Estado con 17 estados incluyendo
Cuba y Puerto Rico para evitar problemas coloniales. Cada
estado podía elaborar su constitución, dentro de los límites
de la constitución federal.
 Manténía derechos similares a la de 1869.
 Legislación social y de protección de los obreros.
 El Senado era electivo y se constituía como cámara de
representación territorial de los 17 estados federados.
No llegó a aprobarse por el estallido de los movimientos cantonalistas, la
conflictividad social, la extensión de la guerra carlista y el problema cubano.
2.3.2. La revolución cantonal. Este republicanismo federalista radical,
unido a las reivindicaciones del movimiento obrero, como la ocupación de fincas por
los jornaleros andaluces o la convocatoria de huelga general en Alcoy,
desembocaron en el cantonalismo.
El cantonalismo buscó hacer realidad el ideal de la República federal
desde abajo, es decir, la formación de unos poderes locales fuertes y autónomos
–cantones– como medida para contrarrestar el centralismo. La proclamación en
Julio de cantones independientes por todo el arco mediterráneo era la puesta en
práctica, de manera directa y sin esperar a la aprobación de la Constitución, del
ideario federalista radical, que entendía que la soberanía emanaba del pueblo y, por
tanto, eran los municipios independientes los que podían, libremente, unirse a otros
para formar un Estado federal construido “de abajo arriba”.
La sublevación federal cantonalista fue protagonizada por estudiantes,
intelectuales y políticos provincianos republicanos radicales, miembros de la
pequeña burguésía, a los que se suman artesanos, tenderos y asalariados de
diversas especies. Muy a menudo los internacionalistas (movimiento obrero)
colaboraron con el cantonalismo.
Tiene como carácterística fundamental el ser el primer movimiento
contemporáneo español propuesto y dirigido por las clases populares sin que
participen las élites burguesas.
Puntos destacados de la sublevación cantonal fueron Alcoy y Cádiz, pero el
principal foco fue la sublevación de Cartagena, que contó con el apoyo de parte de
la Armada. Para sofocar estos levantamientos Salmerón empleó a militares
monárquicos, como los generales Martínez Campos y Pavía, que acabaron con el
movimiento cantonal durante el verano de 1873.
2.4. LA REPÚBLICA UNITARIA DE SALMERÓN (18 DE Julio-
FINALES DE Agosto) Y DE CASTELAR Septiembre DE 1873- 1 DE
Enero DE 1874. Extendido por Andalucía y Levante, el cantonalismo provocó la
renuncia de Pi i Margall, por oponerse a la intervención del Ejército para sofocarlo.
Sus sucesores, Nícolás Salmerón (dimitirá por problemas de conciencia al no
querer firmar penas de muerte) y Emilio Castelar, acabaron con el problema
cantonalista, pero este último también dio un giro centralista y autoritario a la
República. Para sofocar el último reducto cantonalista, Cartagena, y seguir
enfrentándose a las insurrecciones carlistas y cubana, Castelar consiguió que el
Congreso le otorgara plenos poderes mientras manténían cerradas las Cortes. En su
reapertura, en Enero, los federalistas presentaron una moción de censura contra
Castelar; la derrota del presidente precipitó la intervención del general de la
Guardia Civil Manuel Pavía, quien disolvíó las Cortes a la fuerza el 3 de Enero de
1874.
2.5. EL FIN DE LA República. Desprestigiada, sin apoyos entre las
clases medias que cada vez estaban más asustadas por la deriva de los
acontecimientos, y habiendo perdido también al apoyo de las clases populares por
su giro conservador, la I República estaba condenada a extinguirse. Después de la
disolución del Parlamento toma el poder una coalición de progresistas y unionistas
con Serrano a la cabeza. Ésta fórmula conservó el nombre de república, aunque en
la realidad era un gobierno autoritario Es la denominada república conservadora.
El 1 de Diciembre de 1874 Alfonso, hijo de Isabel II, da a conocer el
Manifiesto de Sandhurst, donde se muestra partidario de una monarquía liberal y
católica. El 29 de Diciembre de 1874 se produce el pronunciamiento de Martínez
Campos en Sagunto, proclamando a Alfonso XII como rey de España. A partir de
aquí se inicia una nueva etapa la de la España de la Restauración.

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