28 Dic

TENEBRISMO Es el nombre que la historiografía del arte da a este período de la pintura barroca en su fase inicial, a comienzos del Siglo XVII. Consiste en la realización de un violento contraste entre sombras mediante una iluminación puntual y forzada.

Caravaggio fue el primero en utilizar hasta sus últimas consecuencias dicho claroscuro. Así, hay fondos neutros que se pierden en la oscuridad, donde no se intuye ningún espacio, ningún personaje más. Y en contraste, se realzan violentamente rostros, manos, telas, con focos de luces laterales y diagonales, que inciden sobre las superficies aplanando su volumen y creando un ritmo interno de la composición basada en el juego lumínico. Este juego produce un efecto espectacular y fue una de las claves del éxito de dicha Escuela. Los temas, son mayoritariamente religiosos, eluden normalmente el paisaje y renuevan el concepto de bodegón, siendo con los caravaggistas cuando aquel comienza su andadura como género independiente. “La vocación de San Mateo” “Adoración de los pastores”

El Barroco fue un periodo de la historia en la cultura occidental originado por una nueva forma de concebir el arte y que, partiendo desde diferentes contextos histórico-culturales, produjo obras en numerosos campos artísticos: literatura, arquitectura, escultura, pintura, música, ópera, danza, teatro, etc.  Cronológicamente, abarcó todo el Siglo XVII y principios del XVIII, con mayor o menor prolongación en el tiempo dependiendo de cada país. Se suele situar entre el Manierismo y el Rococó, en una época caracterizada por fuertes disputas religiosas entre países católicos y protestantes, así como marcadas diferencias políticas entre los Estados absolutistas y los parlamentarios, donde una incipiente burguésía empezaba a poner los cimientos del capitalismo.

El arte se volvíó más refinado y ornamentado, con pervivencia de un cierto Racionalismo clasicista, pero adoptando formas más dinámicas y efectistas y un gusto por lo sorprendente y anecdótico, por las ilusiones ópticas y los golpes de efecto. Se observa una preponderancia de la representación realista: en una época de penuria económica, el hombre se enfrenta de forma más cruda a la realidad. Por otro lado, a menudo esta cruda realidad se somete a la mentalidad de una época turbada y desengañada, lo que se manifiesta en una cierta distorsión de las formas, en efectos forzados y violentos, fuertes contrastes de luces y sombras y cierta tendencia al desequilibrio y la exageración.  “Baldaquino de la Catedral de San Pedro” de Bernini “La vocación de San Mateo” de Caravaggio

BALDAQUINOEs una especie de templete formado por cuatro   columnas que sostienen una cúpula o dosel plano y destinado a cobijar el altar cuando tiene posición aislada. De sus columnas y arquitrabes pendían en la Edad Media cortinas preciosas que en momentos dados ocultaban por completo el altar. Se empezó a usar el baldaquino en el Siglo XV y se ha seguido utilizando en las basílicas que imitan el estilo de las de Roma  y en las bizantinas como la de San Marcos de Venecia.

El baldaquino de San Pedro es monumental, obra del italiano Gian Lorenzo Bernini, en cuatro columnas culminadas en dosel; forjado en bronce macizo negro y sobredorado, de estilo Barroco, se emplaza en el centro del crucero de la Basílica de San Pedro de la Ciudad del Vaticano, directamente bajo la cúpula. El colosal elemento diseñado y ejecutado por Bernini, combina elementos escultóricos y arquitectónicos y alberga bajo su dosel al altar mayor de la basílica, que a su vez se sitúa sobre la cripta en que se halla la tumba del apóstol San Pedro.

Trampantojo (de «trampa ante ojo», «engaña el ojo») es una técnica pictórica queintenta engañar a la vista jugando con el entorno arquitectónico (real o simulado), la perspectiva, el sombreado y otros efectos ópticos y de fingimiento, consiguiendo una realidad intensificada Los trampantojos suelen ser pinturas murales de acentuado Realismo diseñadas con una perspectiva tal que, contempladas desde un determinado punto de vista, hacen creer al espectador que el fondo se proyecta más allá del muro o del techo o que las figuras sobresalen de él. Pueden ser interiores (que representan muebles, ventanas, puertas u otras escenas más complejas) o exteriores (aprovechando la gran superficie de una pared o los espacios de muro entre vanos reales). También son abundantes los trampantojos de menor tamaño, algunos pintados o en muebles o simulándolos, especialmente en los tableros de mesa (aparentando todo tipo de objetos, como naipes dispuestos para una partida, láminas de esquinas recurvadas sujetas a un fingido tablero con puntas o alfileres -con lo que se incluyen en el género cuadro dentro del cuadro.   Las naturalezas muertas o bodegones fueron en los siglos XVII y XVIII un género en el que los pintores recurrieron particularmente a la utilización del trampantojo. “Fresco de la Apoteosis de San Ignacio” o “La gloria de San Ignacio” ambos de Andrea Pozzo.

El impresionismo es un movimiento pictórico fraguado en el París de 1863, año en que un grupo de jóvenes artistas exponen su obra. Entre ellos destaca Monet con su obra “Impresión del Sol naciente” que dará nombre al movimiento. El movimiento impresionista trataba de capturar la fugacidad y velocidad de la vida a través de sus obras, para ello la pintura al aire libre porque se tenía la intención de capturar el instante, un mismo tema es pintado repetidas veces, se renuncia al uso de la línea o el dibujo, como medio de expresión de la luz se suelen utilizar colores primarios, se renuncia a la utilización del negro en las sombras, donde se utilizan grises realizados con colores complementarios con pincelada suelta. El paisaje suele ser el tema principal, aunque autores como Degas o Renoir también representaron a la figura humana. Se renuncia también al uso de la perspectiva y cualquier recurso academicista.  

El espectador ya no es un objeto pasivo; tiene que participar: el cuadro se ofrece como algo inacabado (una impresión) que es preciso reconstruir mentalmente. La fotografía influye en su pintura con la captación del momento, y con unos encuadres muy atrevidos. “Amapolas” de Monet, “El jardín del artista”

Eugène Henri Paúl Gauguin (1848, París- 1903, Autona, Polinesia francesa) Asimila enseguida el impresionismo, pero a partir de 1880 lo superará será posimpresionista. Busca una pintura que exprese sensaciones interiores, que le permita evadirse de la sociedad de su época, por lo que dirige su búsqueda hacia una naturaleza y una sociedad no contaminadas por el progreso, en culturas más ingenuas y primitivas. Para Gauguin el cuadro debe ser comunicación mediante la percepción del color.
La luz pierde a favor del color. En sus Mujeres de Tahití sus colores son puros y las figuras grandes contorneadas de manera clara y rellenas de color. Al mismo tiempo, renuncia a la perspectiva, suprime el modelado y las sombras. Es una pintura plana como la de las pinturas japonesas. El color es de una intensidad excepcional, es un color plano, arbitrario y simbólico. No se trata de imitar la naturaleza sino de interpretarla. Plantea una nueva definición del espacio, construyéndolo con colores que se extienden en amplias superficies planas y que tendrá gran influencia en el fauvismo.  

Esta mentalidad ingenua la desarrolla en la Polinesia, retratando la civilización sin contaminar de los indígenas, sus playas, sus casas y sus selvas. De esta etapa, destaquemos: “Raro te Oviri”, “Manao tupapau”, “Rupe Rupe”,

Pierre Auguste Renoir (1841, Francia – 1919, Francia) Durante su infancia trabajó como decorador en una fábrica de porcelanas. Con 17 años copiaba pinturas sobre abanicos, pantallas de lámparas y persianas. Fue admitido en la Academia de Bellas Artes y en 1862 se matriculó en la academia del pintor suizo Charles Gabriel Gleyre, donde se encontraría con Bazille , Monet y Sisley En su obra más temprana se pudo observar la influencia de pintores como Monet en su tratamiento de la luz, y de Delacroix en su tratamiento del color.

En 1864 tuvo lugar su primera exhibición en París, pero no fue verdaderamente reconocido hasta 1874, en la primera exposición de pintores de la nueva escuela impresionista. Renoir pinta temas alegres relacionados con la juventud y la diversión. Utiliza colores primarios para captar las vibraciones de la luz que se tamiza a través de las hojas. En sus cuadros, las figuras humanas reclaman la atención del espectador, el artista distribuye por la tela entera sus colores. Todo ello se puede admirar en su obra “El Molino de la Galette” donde sigue los principios del movimiento impresionista: pintura al aire libre, pincelada suelta, colores puros, sombras coloreadas, disolución del dibujo, captación de la luz sobre los objetos. Sin embargo, no es un impresionista puro, pues sigue preocupado por el volumen y las densidades, y la figura humana centra su interés.  “El almuerzo de los remeros”, “En la terraza”.

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