21 Mar

TEMA 10


-La poesía española desde los años 60 hasta la actualidad.

1.-

La poesía en los años 60

Como en los otros géneros, el Realismo social se agota y a partir de esta década se buscan nuevas formas de expresión. De este modo, pierde peso el concepto de la poesía como comunicación,  propia de la poesía social de la década anterior, y pasa a hablarse de la poesía como experiencia o de la poesía como conocimiento. Ello explica que sea habitual en los versos de estos poetas la presencia de lo íntimo, el gusto por el recuerdo, la expresión de la subjetividad, junto a una preocupación ética por la situación española, pero ahora esta disconformidad no se manifiesta de forma desgarrada o patética, sino con actitud distanciada, irónica y, en algunas ocasiones, escéptica. Buscan la naturalidad en el lenguaje, con cierta inclinación hacia lo narrativo y hacia la lengua coloquial y familiar, que adquiere en estos poetas la categoría de lenguaje artístico. Algunos poetas destacados de esta etapa son: Ángel González, quizá el ejemplo más claro de transición de la poesía social al nuevo estilo poético. Perdura en él el compromiso social, pero la crítica y la denuncia se expresan preferentemente a través de la ironía y del humor ácido en libros como Áspero mundo, Grado elemental, Tratado de urbanismo, Prosemas o menos… José Agustín Goytisolo aúna en sus versos la preocupación ética con el análisis de la propia conciencia y la exploración de la intimidad: Del tiempo y del olvido, Palabras para Julia y otras canciones… Jaime Gil de Biedma es probablemente el escritor cuya influencia personal y poética fue más significativa tanto en sus compañeros de promoción poética como, sobre todo, en los poetas jóvenes posteriores. Combina Gil de Biedma en sus textos el lenguaje conversacional y antirretórico con la expresión precisa y elegante. Entre sus libros destacan Compañeros de viaje, Moralidades, Poemas póstumos…José Ángel Valente es el principal defensor de la poesía como conocimiento. Toda su poesía tiene como objetivo hallar la palabra precisa que desvele la realidad, que ayude al descubrimiento del ser. De ahí su carácter meditativo, sus versos densos y su lenguaje sobrio. Obras poéticas suyas son A modo de esperanza, Poemas a Lázaro, La memoria y los signos, El inocente…Antonio Gamoneda (Premio Cervantes 2007) sólo publicó un libro en los años sesenta: Sublevación inmóvil. Tras un largo silencio, Gamoneda ha publicado numerosos libros poéticos hasta convertirse en una voz imprescindible en la lírica española contemporánea: Descripción de la mentira, Blues castellano… Francisco Brines con Las brasas, El otoño de las rosas,… Claudio Rodríguez, poeta extraordinariamente precoz, pues su primer libro, Don de la ebriedad, obtuvo el Premio Adonais cuando aún no había cumplido los veinte años. Otras obras suyas son: Conjuros,



El vuelo de la celebración…Hay que destacar  la poesía de los extremeños Jesús Delgado Valhondo y de Manuel Pacheco, pues su obra parte desde las décadas anteriores y se extiende hasta la del 70 y 80. Delgado Valhondo aborda esencialmente los temas de la naturaleza y el paisaje extremeños, los lugares de la infancia y juventud, la vida cotidiana, el amor, la muerte, Dios… Estuvo ligado a revistas como Espadaña y dejó libros como El año cero, La esquina y el viento o La vara del avellano. Manuel Pacheco (Olivenza, 1920- 1998) militó en la poesía social de los años cincuenta y sesenta y desarrolló una obra poética bastante extensa, influida por el Surrealismo. De entre su obra destacamos Ausencia de mis manos (1949), En la tierra del cáncer, de 1953; en los años 60 publica Poemas al hijo, Todavía está todo todavía, Poemas en forma de y la antología
Poesía en la tierra, en la que el poeta siente el deber ético de la defensa del hombre; en los 70 publica Para curar el cáncer no sirven las libélulas, y El cine y otros poemas, entre otros.

2.-

La poesía en los años 70

Surge un grupo de jóvenes poetas que conducen la poesía española por rumbos diferentes. Se les denomina los novísimos, debíó a su aparición colectiva en una antología preparada por el crítico José María Castellet y publicada en 1970 con el título de Nueve novísimos poetas españoles. Los antologados eran José María Álvarez, Félix de Azúa, Guillermo Carnero, Pere Gimferrer, Antonio Martínez Sarrión, Ana María Moix, Vicente Molina Foix, Leopoldo María Panero y Manuel Vázquez Montalbán. Todos ellos habían nacido después de la Guerra Civil. Castellet los presenta como escritores con voluntad rupturista con toda la literatura previa, presentando un denominador común: el talante provocador en línea con los movimientos vanguardistas de entreguerras. En este sentido, se vuelven a utilizar procedimientos surrealistas como la escritura automática, el collage (inserción de otros textos dentro del poema)
O el verso libre. La rica formación literaria de estos escritores -muchos de los cuales son profesores o han estudiado filología- contribuye al sesgo culturalista de sus poemas, que rayan bastantes veces en el exhibicionismo cultural. Por otra parte, al lado de esta orientación culta de muchos poemas, son también frecuentes en sus versos los motivos de la sociedad de consumo, por lo que aparecen aquí y allá términos y topónimos anglosajones y referencias a héroes del cine, del deporte, de la canción, de los tebeos, de la política. Otro tema reiterado es el de la poesía misma, es decir, la reflexión metapoética sobre la propia construcción poética. Otros autores que no fueron recogidos en la antología Nueve novísimos poetas españoles, pero que pertenecen a esa misma generación son: Antonio Carvajal, Antonio Colinas, Jenaro Talens, Luis Alberto de Cuenca…



3.-

Últimas tendencias

En torno a 1980 se produce un cierto declive de la estética novísima y una nueva promoción entra en escena. En 1986 son presentados en una nueva antología, Postnovísimos, preparada por Luis Antonio de Villena. Más allá de la pluralidad de tendencias, podemos señalar como carácterísticas las siguientes: recuperación de los poetas de los sesenta, en especial Gil de Biedma; relectura de la tradición, en este sentido, se recuperan la métrica, la rima y la estrofa; empleo del lenguaje coloquial y del lenguaje publicitario, huyendo de lo conceptual y lo abstracto; temáticamente se abordan temas subjetivos relacionados con la propia experiencia, como el paso del tiempo, los conflictos urbanos, la relaciones personales, lo cotidiano y anecdótico; empleo del humor, el pastiche y la parodia.

De todas las tendencias de la poesía de los ochenta hay dos que parecen imponerse en la década de los noventa:

–La poesía del silencio: una poesía minimalista, que reivindica las

vanguardias, compuesta de poemas breves en los que se elimina la anécdota. Es una poesía reflexiva, filosófica e intelectual. El discurso se interrumpe, dejando espacios en  blanco, para hacer oír la voz del silencio, buscando siempre la esencia de la palabra.

–La poesía de la experiencia: se trata de una poesía realista, que habla de la vida y de la cotidianidad mediante un lenguaje coloquial, muy cercano al lector. Como ya hemos hecho mención anteriormente, el desengaño amoroso, el fracaso, el desencanto, las drogas, el consumismo, la soledad urbana y el escepticismo filosófico y religioso son sus temas preferidos.

De estas variadas tendencias podemos citar a algunos autores: Blanca Andreu, Matilde Camus, Jesús Ferrero, Luis García Montero, Menchu Gutiérrez, Salvador López Becerra, Julio Llamazares, Ana Rossetti, Andrés Trapiello, Álvaro Valverde, Ángel Campos Pámpano, Ada Salas (estos tres últimos, extremeños), etc.

Al finalizar el Siglo XX, poesía de la experiencia y poesía del silencio marcaban las tendencias. Progresivamente se van abandonando ambas tendencias en favor de un  compromiso social del poeta frente  a un  mundo  injusto  e  insolidario  con  el sufrimiento ajeno. El hombre de la calle (2001) es el título de una antología publicada por Fernando Beltrán, que cultiva una poesía “entrometida” en la que se desarrollan temas como la globalización, la ecología, las guerras imperialistas, el subdesarrollo o el neoliberalismo. Jorge Riechmann, Ana Merino y Carlos Marzal son algunos de los poetas que aparecen en dicha antología.


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