17 Sep

Historia de la Medicina: Un Viaje a Través del Tiempo

La humanidad ha convivido con la enfermedad desde sus orígenes. Esto hace suponer que la medicina, es decir, las prácticas encaminadas a curar enfermedades y dolencias, ha de ser igualmente antigua. En las sociedades primitivas, la enfermedad tenía un valor moral: estaba causada por demonios o encantamientos. Esto coincidía con una concepción mágica y religiosa de la naturaleza y de la persona. De la misma forma, el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad se llevaban a cabo con elementos mágico-religiosos. Sin duda, en estas prácticas curativas se empleaban también partes de plantas y de animales. En algunos casos, algunos de estos remedios eran efectivos y se transmitían de generación en generación.

La Medicina en el Antiguo Egipto: Entre lo Mágico y lo Empírico

En la medicina egipcia ya existía una separación del elemento religioso y mágico de lo empírico. Por una parte, los sacerdotes realizaban diversas ceremonias curativas que ponían al paciente en una buena disposición de ánimo para conseguir la curación. Y por otra parte, se empleaban numerosas sustancias con la consideración de fármacos. Se sabe que algunas de estas sustancias realmente tienen una acción farmacológica sobre el organismo. Para el diagnóstico no se limitaban a realizar ceremonias mágicas: interrogaban al paciente, tomaban el pulso y le sometían a diversas pruebas empíricas, como, por ejemplo, hacer diversos movimientos del cuello para valorar el estado de la columna vertebral. Los egipcios practicaban una intervención quirúrgica muy delicada: la trepanación, que consiste en realizar un orificio en el cráneo sin dañar el cerebro. Existen pruebas de que algunos pacientes sobrevivían durante años.

La Medicina en Grecia y Roma: Cimientos de la Ciencia Médica

La figura clave en la medicina griega es Hipócrates, nacido hacia el 460 a. de C. Hipócrates desarrolló, o, al menos, comenzó a desarrollar la primera medicina científica, la llamada medicina hipocrática. En realidad, esta es una escuela basada en las enseñanzas de Hipócrates y continuada por sus numerosos seguidores a lo largo de más de cien años. La medicina hipocrática asentó una teoría de la salud y la enfermedad basada en procesos naturales y abandonó todo elemento sobrenatural. Para realizar su diagnóstico, el médico interrogaba al paciente sobre su enfermedad y estudiaba sus signos y síntomas. A partir de esto, se pronosticaba el desenlace de la enfermedad. El tratamiento consistía en una combinación de dieta, administración de remedios naturales y, si era necesario, en manipulaciones que podrían considerarse precursoras de la cirugía.

La medicina romana es una continuación de la medicina griega. Sin embargo, a la medicina romana se le atribuye un mayor desarrollo de la cirugía y la construcción de los primeros grandes hospitales. Las obras públicas, como los acueductos, las alcantarillas y los baños públicos, contribuyeron en gran medida a mejorar la salud de la población. Entre los médicos romanos destacó Galeno (130-200 aprox.), que tuvo gran influencia sobre la medicina a lo largo de varios siglos.

La Medicina Medieval: Entre la Fe y el Resurgimiento del Saber

La Edad Media fue una era convulsa. Tras la caída del Imperio Romano de Occidente, las invasiones de los pueblos germánicos y las pestes, la cultura se refugió en los monasterios y se centró en el más allá. Se abandonaron los estudios relacionados con las ciencias naturales y la anatomía, al tiempo que la cirugía perdió interés. Hasta mediados de la Edad Media, la medicina se practicaba principalmente en los monasterios. Estaba basada en las obras clásicas griegas y romanas, pero introducía un elemento religioso. Se volvió a una concepción mística de la enfermedad y se consideraba que era un castigo de los pecados del paciente, una consecuencia de la brujería o el resultado de una posesión demoníaca. Durante este periodo, la medicina musulmana tomó cierto impulso, bebiendo de la tradición griega y recogiendo los conocimientos de los países conquistados. Destacaron médicos tan conocidos como Avicena (980-1037) y Averroes (1126-1198).

La Medicina del Renacimiento y el Barroco: Hacia la Observación y el Descubrimiento

En el Renacimiento se despertó una nueva curiosidad por la naturaleza y un renovado interés por su dominio. Sin embargo, a la vez que se estudiaba la anatomía humana y se aplicaba la razón a numerosos ámbitos de la ciencia, las ciudades eran totalmente insalubres, sin alcantarillado ni la más mínima higiene. Las enfermedades infecciosas se transmitían rápidamente y se mantenían prácticas como la quema de supuestas brujas e incluso de enfermos mentales, a los que se creía poseídos por demonios. La propagación de la sífilis a finales del siglo XV despertó el interés por las enfermedades transmisibles y apareció el concepto de contagio.

Andreas Vesalio (1514-1564), gran anatomista y médico de Felipe II, tuvo particular importancia. Gracias a sus disecciones de cadáveres, hizo grandes aportaciones a la ciencia y, sobre todo, corrigió ciertos errores de Galeno, con lo que demostró que este no era infalible. Vesalio fundó la anatomía moderna y la convirtió en el fundamento de la medicina.

El Barroco fue una época de grandes avances en la fisiología con el descubrimiento de la circulación sanguínea por William Harvey (1578-1657). Se desarrolló principalmente por la influencia de Thomas Sydenham (1624-1689), el concepto de enfermedad, con unos síntomas y un curso propios y, hasta cierto punto, independientes del paciente. Al describir e identificar las enfermedades, se podían buscar tratamientos específicos para ellas. En este periodo aparecieron personajes como Isaac Newton y Galileo, con espectaculares aportaciones en el campo de la física. Estos éxitos influyeron en la medicina y se fundaron escuelas que buscaban causas físicas o químicas en el funcionamiento del cuerpo y en el desarrollo de las enfermedades. Se diseñaron aparatos como el pulsímetro para medir la frecuencia del pulso, y el primer termómetro clínico. Otro importante invento de esta época fue el microscopio, que permitió avanzar en el estudio de la anatomía en los siglos posteriores.

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