28 Nov

Tema 7


LA IIª REPÚBLICA: CONSTITUCIÓN DE 1931 Y REFORMAS(1931-36)


En el reinado de Alfonso XIII y en el periodo conocido como Dictablanda se produjeron dos intentonas de instaurar la República: El Pacto de San Sebastián y el Pronunciamiento de Jaca, intentos fallidos y que dieron paso al último gobierno de Bautista Aznar que convocó elecciones para respaldar la monarquía.

Las elecciones de 1931 dieron la espalda al rey y proclamaron de forma mayoritaria la II República española.

Se configuró un Gobierno Provisional que establecíó una Cortes Constituyentes que elaboraron la Constitución de 1931, de carácter izquierdista. Los principios democráticos recogidos establecían por primera vez el sufragio femenino, así como un estado descentralizado, con derecho a las autonomías regionales, un estado laico, sin religión oficial y a destacar el reconocimiento de la propiedad privada al servicio de la economía nacional, que significaba posibles expropiaciones al servicio del Estado republicano. Recogía un régimen parlamentario con soberanía popular que recaía en un Parlamento que sustenta el poder legislativo.

El primer gobierno republicano fue liderado por Manuel Azaña, el Bienio Azañista o izquierdista, que dio paso a una política reformista que chocó con un país poco preparado para asumirlas.

La reforma agraria creó la Ley de Bases de Reforma Agraria que recogía el Decreto de Laboreo Forzoso,y que obligaba a los propietarios a cultivar sus tierras bajo amenaza de expropiación y su entrega a campesinos. Sin embargo, estas medidas no contentaron ni a propietarios por la amenaza de expropiación, ni a campesinos por la tardanza en acceder a las tierras expropiadas. Por este motivo, el campo se convirtió en una amenaza republicana, ya que


los campesinos optaron por propuestas anarquistas, y los propietarios terratenientes por fuerzas de la derecha.

El incidente más grave fue el levantamiento anarquista en el pueblo de Casas Viejas (Cádiz) que hirió políticamente al presidente Azaña.

La reforma religiosa se encaminó a reducir el poder social de la Iglesia Católica. La Constitución de 1931 declaraba un estado laico y el gobierno decidíó eliminar el presupuesto al clero, su financiación y la legalización del matrimonio civil y divorcio, y sobre todo, apartar al clero de la enseñanza, estableciendo una educación laica y mixta.

La cuestión religiosa provocó un ambiente anticlerical con numerosos incidentes entre la jerarquía eclesiástica y gobierno. Puso a la Iglesia como fuerza opositora a la República.

La Reforma autonomista fue abordada por el gobierno azañista. La Constitución recogía el derecho a formar autonomías y la primera regíón en obtener su régimen autonómico fue Cataluña, en gratitud por su apoyo y participación en el Pacto de San Sebastián. Su estatuto fue conocido bajo el nombre de Estatuto de Nuria y sus líderes más destacados fueron Macía y Lluis Companys.

El Estatuto vasco encontró más dificultades, principalmente por la ausencia de los nacionalistas vascos en el mencionado Pacto de San Sebastián. El primer proyecto fue liderado por José Antonio Aguirre y respaldado por los ayuntamientos vascos en Estella (Navarra). El Estatuto de Estella fue redactado por la Sociedad de Estudios Vascos y rechazado en las Cortes españolas porque recogía una relación directa de los vascos con el Vaticano y esto chocaba con el asunto religioso establecido en la constitución republicana.

Posteriormente se realizó otro proyecto, Estatuto de las Gestoras, en el que se dejó a un lado el tema religioso, lo que provocó que tanto Navarra como Alava, dirigidas por el carlismo conservador católico se apartaran del proyecto estatutario. Su incidencia se redujo al ámbito de Bizkaia y Gipuzkoa que los respaldaron en un referéndum por mayoría aplastante. Este estatuto entraría en vigor en plena Guerra Civil española (1936).


Por último mencionar la reforma militar.
Los republicanos eran conscientes de los continuos cambios de gobierno que a lo largo de la historia habían provocado los militares con golpes de estado y pronunciamientos militares. Su reforma quería reducir el número de oficiales y eliminar su poder. Esto provocó la oposición directa del ejército mediante el fallido Golpe de Estado conocido como la Sanjurjada en Sevilla.

El triunfo electoral de la coalición centro-derecha en 1933 ( Partido Radical de Lerroux y la CEDA) supuso la llegada de una política antirreformista.

En el ámbito agrario se impulsó la devolución de tierras expropiadas a sus antiguos terratenientes, en el aspecto autonómico se paralizó el estatuto catalán y se frenó el proceso autonómico vasco, en el tema militar se líberó a los antiguos golpistas que participaron en la Sanjurjada.

Con la revolución de 1934 promovida por la izquierda y el posterior escándalo del “straperlo” precipitaron la caída de Lerroux y nuevas elecciones en 1936.

En 1936 con el ajustado triunfo de la izquierda con el Frente Popular, se llegaron a retomar algunas reformas, en concreto la agraria y la autonómica, pero estas medidas fueron interrumpidas por el golpe militar y el inicio de la Guerra Civil española.

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