05 Ene

SÓCRATES:


Platón aplicó el intelectualismo moral al terreno de la política. De ahí la importancia fundamental de esta teoría ética para comprender el pensamiento ético y político de él. Por otra parte, la búsqueda de Sócrates de las definiciones esenciales será una fuente de inspiración para Platón ya que lo convertirá en realidades en sí, dándoles el nombre de ideas y formulando así la teoría de las Ideas. En lo que respecta a la educación, ámbos pensaban que el ser humano posee en su interior la verdad y que la función de un maestro es guiarle y orientarle para que la descubra. Sócrates usaba como método educativo la dialéctica, que basa en el diálogo la investigación de la verdad, la cual consta de dos fases: la ironía y la mayéÚtica. La manera de entender la dialéctica que tenía Platón no coincide con la de Sócrates, ya que el pensaba que el alma antes de encarnarse en un cuerpo había preexistido en el mundo de inteligible y había contemplado allí las Ideas. Por esa razón cree que la verdad habita ya en nuestro interior y que aprender es recordar. Toda esta teoría la basó en los planteamientos socráticos sobre la educación y la dialéctica socrática.

SOFISTAS:
Platón, critica a los sofistas, ese esfuerzo, de hacer de la política un medio para lograr el éxito, la fama, el poder, las influencia, a través de convencer y conquistar el soporte popular, por medio del arte de la palabra, la retórica, la oratoria, que solo persiguen el engaño y la seducción de la masa. -Platón critica a su vez, el concepto de educación que defendían los sofistas. Para Platón la educación, es un proceso dinámico, donde el protagonista es quien se educa, y requiere de su participación. En los sofistas, la educación es una mera trasmisión de conocimientos, donde quien se educa adopta una actitud pasiva o meramente receptiva. -Por otra parte, para Platón la educación tiene un sentido moral y ascético, no solo intelectual. El objetivo de Platón, no solo es formar simples técnicos inteligentes, expertos en el arte del poder, sino gobernantes sabios y justos, capaces de gobernarse, primero a si mismos y dignos de asumir los trabajos de gobernar también la ciudad.

PARMÉNIDES:


  Para Platón, los sentidos, como en el caso de Parménides, sólo nos proporcionan opinión (doxa), pero no auténtico conocimiento (episteme). Platón, por su parte, desarrolla una teoría mucho más elaborada acerca de la realidad, pero incorpora en ella muchas de las ideas eleáticas. Así, por ejemplo, postula la existencia de un ámbito de realidad únicamente accesible al entendimiento, en el cual sitúa la realidad de las Ideas. Estas Ideas comparten las carácterísticas del ser de Parménides: cada una de ellas es única en su género, inengendrada, inmutable y eterna. A diferencia de Parménides y su escuela, que habían negado la realidad del cambio o movimiento, Platón acepta la existencia de la esfera cambiante y perecedera del mundo sensible, pero la considera una realidad imperfecta, mera sombra o reflejo de la auténtica realidad, que está únicamente al alcance del entendimiento. Lo que, probablemente, diferencia en mayor medida ambas teorías es que Platón dispone ya de un concepto definido de ser inmaterial, que falta en la teoría de Parménides. La teoría de Platón, en cambio, da una respuesta más adecuada a la pretensión de armonizar la afirmación de una realidad única, permanente y eterna, con la aceptación de la existencia de la esfera múltiple, cambiante y perecedera del mundo sensible.

HERÁCLITO:


Platón en cambio entendíó que la realidad física es algo no permanente, todo cambia y no hay nada estable. Platón extrajo la conclusión de que es imposible alcanzar un conocimiento verdadero y cierto de la realidad, puesto que de lo que cambia no puede haber cierta realidad. Es decir, Platón afirma que todas aquellas realidades del mundo físico y material que percibimos por los sentidos humanos, es imposible tener un conocimiento totalmente verdadero, puesto que como afirmó Heráclito todo cambia permanentemente. Platón acepta la afirmación de Heráclito, no obstante discrepa de que por el motivo de que están en constantes cambios, no puede haber un conocimiento verdadero de esos objetos, puesto que cuando los empezamos a conocer, cambian. De ahí la conclusión de que la verdad cambiaría a cada instante. Pero si la verdad cambiara, no sería verdad. Platón por su parte, afirma que deben existir ciertas realidades que no cambien y que permanezcan eternamente estables e idénticas a si mismas. Platón empieza a formular la teoría de las Ideas, que afirma la existencia de ciertas realidades inmateriales, únicas, inmutables, eternas, absolutas, trascendentes, separadas del mundo físico, no accesibles a los sentidos pero sí a la inteligencia, e independientes de las cosas sensibles y de las opiniones humanas.
 

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