11 Jul

Este documento explora algunas de las joyas arquitectónicas más significativas de la historia, abarcando desde el arte bizantino en Rávena hasta la sofisticada arquitectura islámica de las madrasas de Fez.

Baptisterio Arriano, Rávena

El Baptisterio Arriano, fechado entre los siglos V y VII, está situado en Rávena, Italia, y fue construido por Teodorico el Grande. Presenta una estructura típica de la arquitectura de Rávena, caracterizada por el uso de ladrillo y formas geométricas simples. El baptisterio es de forma octogonal, y en su interior alberga cuatro nichos y una cúpula decorada con mosaicos. En el centro de la cúpula, Jesucristo aparece representado joven (a diferencia de representaciones más maduras).

Para los arrianos, Jesucristo era considerado un hombre nacido en Palestina que, en algún momento, fue adoptado por Dios (similar a la figura de Hércules). Cuando Juan bautiza a Jesús, se escucha la voz de Dios descendiendo del cielo como una paloma, proclamando: «Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia». Este momento es interpretado por los arrianos como el de la adopción divina.

Los Apóstoles se dirigen hacia un solo sillón, que representa la Etimasia (la Segunda Venida de Cristo). No es un evento que ya haya ocurrido, sino uno que sucederá en el futuro. El trono, ricamente adornado con joyas, y una cruz cubierta con un paño de púrpura (simbolizando respeto y el derramamiento de sangre), están preparados para la Parusía, el momento en que Cristo juzgará.

Madrasa de Bou Inania, Fez

La Madrasa de Bou Inania es un edificio religioso cuya construcción fue ordenada por el sultán Abu Inan y finalizada en 1350. Fue edificada fuera de las murallas de la ciudad de Fez. Su planta es irregular, adaptándose al terreno donde se asienta.

La entrada principal conduce a un patio central con suelo de mármol. A los lados de este patio se abren salas más pequeñas, diseñadas para impartir clases y cubiertas con bóvedas de madera. En el lado opuesto a la entrada principal se halla la sala de abluciones, donde los fieles realizan sus lavados rituales de manos, pies y cara antes de las oraciones.

En el patio, una sala de oración está compuesta por dos naves paralelas. Posee un mihrab, un nicho que sobresale de la pared, y cuatro columnas que sostienen dos bóvedas de madera. En el piso superior se ubican las celdas de los estudiantes, accesibles a través de estrechos corredores.

La madrasa destaca por su rica decoración, en la que se emplearon principalmente tres materiales:

  • El estuco, utilizado para los mocárabes que adornan arcos y nichos.
  • La madera tallada, con motivos de estrellas y para formar cornisas.
  • Los azulejos, empleados en los zócalos de las paredes.

Las paredes del patio están revestidas con baldosas, madera tallada y paneles de yeso esculpido. El patio está separado de los pasillos por arcos que dan acceso a las viviendas de los estudiantes a través de pantallas de celosías.

El propósito principal de este edificio era funcionar como una institución de enseñanza. Funcionaba como una especie de colegio mayor, ofreciendo hospedaje y comida para que los talib (estudiantes) pudieran cursar sus estudios, a veces hasta por diez años. Hoy en día, el espacio exterior está ocupado por viviendas, y el minarete de esta madrasa sigue destacando.

Abu Inan también mandó instalar un reloj de agua, dotado de una serie de campanas y timbres, considerado uno de los primeros relojes del islam, capaz de medir el tiempo con precisión.

La Técnica del Zellige

El zellige es un tipo de mosaico elaborado con azulejos polícromos, que se tallan a mano. Las piezas se colocan siguiendo plantillas y modelos muy complejos que combinan formas y colores. A partir de las piezas talladas, se van marcando las formas para luego, con un martillo, separarlas. Los bordes se orientan hacia adentro, cubriendo los diseños previamente trazados por el maestro, en los que se observa una alternancia de colores y formas. Las piezas se colocan una a una. Sobre estas piezas, dispuestas en el suelo, se extiende el mortero y se levantan las planchas, que luego se adhieren a las paredes.

Madrasa Al-Attarine, Fez

Situada en Fez, Marruecos, la Madrasa Al-Attarine fue construida entre 1323 y 1325 bajo las órdenes de Abu Said. De tamaño más reducido, funcionaba como una escuela de religión canónica donde los estudiantes podían residir durante sus estudios.

La madrasa se organiza en torno a un patio abierto, en cuyo centro se alza una fuente de mármol. También presenta arquerías de madera. Al final del patio se encuentra una cúpula de madera de cedro ornamentada que cubre la sala de oración, donde se puede contemplar el mihrab, un pequeño nicho o habitación cuya función es orientar a los fieles hacia la Meca. Esta zona del oratorio y el mihrab presenta arcos decorados con mocárabes (a menudo llamados estalactitas).

Las paredes de la madrasa están decoradas con frases del Corán. La parte superior de las paredes exhibe un trabajo en estuco con motivos florales. La parte superior del edificio está ocupada por pequeñas habitaciones destinadas a los jóvenes estudiantes.

De este edificio, también es característico señalar la técnica utilizada para labrar el azulejo vidriado negro y el azulejo en forma de Alá. Esta técnica, conocida como taqshir, consiste en crear obras de arte a partir de la mezcla de las curvas de la caligrafía árabe. Se basa en pulir parte del esmalte brillante para tallar letras u otras formas decorativas.

Basílica de San Apolinar in Classe, Rávena

La Basílica de San Apolinar in Classe es una basílica situada cerca del antiguo puerto de Rávena. Fue construida antes de la conquista de Rávena y sirvió como iglesia episcopal. Su construcción data de los años 532-536 y fue financiada por Juliano Argentario para el obispo Ursicino.

Presenta una planta basilical tradicional, con tres naves y un tejado de armadura de madera. La nave central culmina en un ábside poligonal flanqueado por dos capillas absidiales. En el ábside se conservan las decoraciones pictóricas originales, destacando la concha absidal y el arco triunfal.

En la parte inferior del ábside, una serie de nichos albergan los retratos de los obispos de Rávena. El centro de la concha absidal es una Teofanía, representada por una gran cruz con un camafeo en el centro, debajo de la cual aparecen personajes y tres ovejas. En el arco triunfal se representan los tetramorfos, Cristo, las ciudades de Belén y Jerusalén, y seis ovejas a cada lado que simbolizan a los doce apóstoles. En el centro de la concha absidal, la figura de San Apolinar aparece flanqueada por cinco ovejas a cada lado, que representan a sus diez discípulos.

El gesto de San Apolinar alude a la forma tradicional de orar, y su vestimenta incluye la casulla (un gran poncho con pequeñas abejas que, según la tradición, destilan miel de su boca, simbolizando la elocuencia) y la estola (una bufanda litúrgica).

El conjunto de la cruz resplandeciente, los dos personajes y las tres ovejas, relata la Transfiguración de Cristo (o metamorfosis de Cristo), un pasaje bíblico en el que Cristo sube al Monte Tabor con Pedro, Santiago y Juan, y allí se transfigura mientras habla con Moisés y Elías. Las tres ovejas representan a Pedro, Santiago y Juan. En el centro de la cruz enjoyada se encuentra una representación de Cristo.

En el panel inferior, se observan los nichos con los retratos de los cuatro obispos: Ecclesio, Urso, Ursicino y Severo. En los laterales, se representan los tres sacrificios bíblicos: el de Abel, el de Isaac y el de Melquisedec (la oblación). También se muestra al Emperador con el obispo Reparato.

La fachada de la basílica presenta un nártex, bajo el cual se encuentran mármoles e inscripciones. Encima de la portada principal, se abre una ventana trífora. A la izquierda de la iglesia se alza la torre del campanario, cuyas ventanas, de abajo hacia arriba, son primero monoforas, luego bíforas y, por último, tríforas.

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